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El año pasado, el Vicariato preparó el documento: "Hacia una presencia significativa de los dominicos en el suroriente peruano", y se presentó al Capítulo Provincial. Es un buen trabajo, compartido por todos; las Actas de dicho Capítulo nos urgen a concretarlo y ponerlo en práctica. El propósito principal de nuestra reunión es poder realizarlo.
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Una de las aspiraciones propuestas, tener alguna presencia pastoral compartida entre el Vicariato Regional y la Provincia de S. Juan Bautista, empieza a dar sus primeros pasos. Las dos Provincias han decidido caminar en este sentido y desean encontrar el mejor modo de hacerlo. En el tema de fondo, creo que existe una coincidencia grande; los modos concretos de llevarse a la práctica son los que pueden generar algunas dificultades. Por ello pido a todos los frailes del Vicariato la mejor acogida y disposición de trabajo con los hermanos de la Provincia de S. Juan Bautista. El camino puede ser largo y complejo pero merece la pena recorrerlo con esperanza; no debemos ceder al desaliento sino abrirnos a una actividad apostólica más rica y más plural. Vuelvo a expresar de nuevo mi preocupación por las vocaciones. Está en la conciencia de todos que no puede haber futuro sin la continuidad en el anuncio de la buena nueva. Actualmente la promoción vocacional la hemos delegado en una persona muy concreta y los demás no nos sentimos tan implicados. Olvidamos que nuestro modo de vivir y predicar es un incentivo grande para aquellos que quieren seguir a Cristo. Quiero animar a todos a que pongan especial cuidado en la ejemplaridad de su vida y dediquen tiempo a los jóvenes que se acerquen a ellos. Dentro de este campo merecen especial cuidado nuestros estudiantes. La lejanía de los lugares de trabajo hace difícil mantener un trato cercano con los formandos. Es necesario encontrar el modo de hacerlo. El tiempo de vacaciones no es el mejor momento para conocer el trabajo pastoral de los distintos puestos de misión; este año hemos decidido realizar un curso, obligatorio para los nuestros y opcional para los de la Provincia, acerca de la realidad del Vicariato. Se sugiere que todos los frailes de paso por Lima dediquen un tiempo a conocerles y visitarles en el convento de S. Alberto. También pido a los estudiantes hagan sugerencias sobre este asunto. La situación del convento de S. Jacinto en Puerto Maldonado ha sido una de las preocupaciones más importantes del Vicario y su Consejo. El decreciente número de frailes asignados al mismo, llevó al Capítulo Provincial a reducirlo a la condición de casa. Últimamente hemos asignado algunos frailes en orden a retomar su proyección pastoral. Este año 2010, está celebrando el centenario de su fundación; sería bueno resaltar este acontecimiento y dar a conocer el gran trabajo de los que nos han precedido. Creo que la perspectiva de esta casa, de cara al futuro, es muy alentadora.
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