Eligió esta comunidad porque era lo que más se adecuaba a su carácter y a su vocación: el campesinado. Allá, en las largas charlas que mantuvimos, conocimos mucho de Quillabamba por todo lo que apasionadamente contaba. Hablaba mucho de los campesinos, las cooperativas agrarias, los problemas y conflictos sociales, la belleza del valle de la Convención: su inmensa riqueza de orquídeas, de las que poseía una gran colección de diapositivas de enorme belleza. Pronto comenzó a trabajar en varios proyectos, todos ellos relacionados con su amor y compromiso por La Convención. Soñaba con esta tierra. Hasta noveló sus desvelos. En poco tiempo, realizó una tarea admirable.
S E M B L A N Z A
cualquier día me encontráis en el fondo. Esto nos dio motivo de reflexión y, aparte de taponar el pozo, comentamos años después cómo había llegado de deprimido y cómo había levantado ahora que estaba en plena euforia y sobrado de proyectos hasta el punto que nos mareaba a diario contándonos todos ellos. Aparte de eso, se encerraba en su habitación, desconectaba su auricular y aunque llamase el Señor, aporreando la puerta como diariamente lo hacían muchas personas, él no se inmutaría. Un año más tarde, llegamos a decir con humor que cualquiera de nosotros podría tirarse al pozo menos él.
Nuestro hermano y colega conventual Quintín, recuerda del tiempo compartido en Babilafuente su gran laboriosidad y constancia en el trabajo de cada día, a un ritmo muy alto. Fue pedagogo y testigo de su aprendizaje, a su edad avanzada, en el oficio de escritor de ficción, ya que no disponía de materiales ni fuentes originales para la historia de La Convención que era su pretensión y obsesión. "Se puso a leer novelas buenas del momento con una intensidad de novato. Llamaba la atención. Luego comentábamos mucho en los paseos que dábamos por la tarde todo lo que iba leyendo. Y se fue formando un juicio crítico propio. Cuando se vio con un mínimo de seguridad, se lanzó a escribir su propia obra. Recuerdo que en los primeros borradores le corregía muchas cosas. Al poco rato ya venía con las
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