S E M B L A N Z A
Quillabamba, Quillacop se llama hoy en día, cuya oficina está junto a la parroquia: había unos problemas serios porque había bajado de repente el café y todos los créditos que habían dado estaban en dificultades para devolverlos. Entonces me mandaron a mí, que parece que tengo cara seria, para que pusiera a todo el mundo en orden. Así que fui a Quillabamba y me pasé un año entero de gerente sin hacer otra cosa que la cooperativa, poniendo en orden a toda la gente para que pagara los créditos y se regularizara toda la situación. Al año, la cosa ya estaba más o menos en orden, y mi vocación no era propiamente quedarme de gerente de una entidad como ésta, de tipo financiero. Durante el año yo había sacado también la oficina de la cooperativa que funcionaba en la parroquia, al local donde está ahora, pero que no estaba todavía hecho, pero bueno, acomodamos allí unas oficinas, lo sacamos de la parroquia y al año hubo ya laicos que se hicieron cargo de llevar la cooperativa que estaba más o menos saneada, y yo empecé a dedicarme a otros afanes. Esto era el año 1966. La convención pasaba por un momento muy curioso, porque a partir del año 1962-63 había sido la reforma agraria, entonces estaban en formación las cooperativas agrarias, las muchas cooperativas agrarias que salieron. También habían terminado las guerrillas en el año 1965 en Mesa pelada. Era una situación especial. Yo la experiencia de la cooperativa me sirvió para entender el problema económico de la provincia, en una región dependiente fundamentalmente de la agricultura de exportación, especialmente del café y de la coca. Eso me ayudó a centrarme también. Participé en charlas y sobre todo preguntándome mucho sobre el tema de las cooperativas agrícolas y las dificultades que tenían. Porque fueron cooperativas que nacieron no como deben nacer las cooperativas, del deseo de los socios, sino mas bien de la promoción del gobierno. El gobierno había hecho la reforma agraria. Uno de los pilares de la reforma agraria eran las cooperativas; organizar cooperativas. En realidad al gobierno le importaban tres pepinos el hecho de que las cooperativas tuvieran éxito o que la reforma agraria tuviera éxito. Al gobierno lo que le interesaba era paralizar toda la movilización social que se había organizado en la provincia y acallar esa situación social, pues dando un pequeño remiendo. Eso fue la reforma agraria, muy mal hecha. Realmente fue un desastre. Sobre todo porque hizo de muchos campesinos ya legalmente pobres para siempre. Les dio unos terrenos de una hectárea a tres hectáreas con las cuales nadie puede vivir. Pero el gobierno lo que quería era desactivar todo el movimiento social; y lo consiguió en gran parte. Porque el campesinado a partir de la reforma agraria y de la iniciativa de las cooperativas, se dividió en grupos, sobre todo el campesinado que había sido dirigente, se quedaron con los mejores arriendos, se quedaron con los puestos en las cooperativas agrarias y entonces se desmembró el movimiento sindical y se paralizó mucho el movimiento social de la provincia.
20