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T E S T I M O N I O

los tornillos coinciden con los agujeros y las tablas no son tablas sino tableros, donde el nivel es un rayo láser que te llena de líneas el recinto sin tener que tirar de cuerda y lapicero. Otro mundo. Pero para los que hemos visto pasar los años, estamos como estábamos en nuestra infancia, de modo que es un retorno a la niñez, cuando estábamos estorbando a nuestro padre en sus chapuzas. Charaya ha tenido que viajar, su mamá está con cáncer en Maranura. Así que Helen tiene que quitar el miedo a las alturas, Kevin desde abajo alcanza las calaminas y empuja con un listón fino para que cuelen debajo del alero. Los pequeños se encargan de recoger y enderezar clavos, todo sirve. Hemos mandado que haga sombra, hace caso a ratos, las gafas de sol completan la faena. A ratos la lluvia refresca el ambiente, les ducha en la altura, como todo pasa, cuestión de paciencia. Miguel llega a tiempo para instalación de canaletas y tarrajeo de columnas, falta el piso y a celebrarlo. Aunque me parece que va a esperar. Quiero antes hacer el baño de los chicos y la cocina con horno. Marzo está llamando a gritos y cada vez se oyen más cerca. Hay que dejar tarea para los que vengan.

La rata santa Al menos anda en los altares. Ya van varios días que durante la misa, cruza por la pared frontal del presbiterio una rata veloz. Cierta pausa para sortear la cruz que preside la Iglesia. Atrae las miradas de todos y sea el momento que sea hay que hacer una pausa para contemplar la nueva santa que cualquier día será mártir, no faltan ganas. Hoy me ha dado tiempo para voltearme y contemplarla también yo. Debe ser la que se viene a visitar nuestra cocina y que sabe que durante la misa tiene el campo libre. Tal vez ha hecho nido en la biblioteca, ciencia no se falta. Como vivo al lado, en cuanto oigo algún ruido de bolsas de plástico, ollas o algo que cae, corro y enciendo la luz, justo para iluminar su huída, trepando siempre por el mismo camino se esfuma sin despedirse. No es la santa de mi devoción, pero aunque hemos matado varias, siempre llega un repuesto al cabo de cierto tiempo. Venenos no usan, cepos no tocan, larga vida se prometen. Alguna ha caído al pozo, otra atraparon los perros, también a sartenazos. Son admirables, si fueran de nuestra raza otro gallo cantaría.

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