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El camino continúa…

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Aún faltaba camino para llegar al lugar donde íbamos. Seguimos caminando y eran ya la 1:55 p.m. Cruzamos el río en una oroya pequeña de dos en dos, porque las tablas de la canasta estaban en mal estado. La canasta estaba al otro lado del río: cruzó un joven nativo y la trajo. Primero pasamos una señora y yo, así que sin jalar la oroya fuimos hasta el medio, pero luego había que jalar. Cuando ya había llegado al otro lado nos bajamos, y yo tenía que regresar con la oroya para que crucen los demás. Crucé y era dificultoso jalar. Al regresar pasamos tres personas, aunque era más dificultoso y no corría mucho por lo seco que estaba. En algunas partes pasamos por puentes que consistían en dos palos a lo largo. Seguimos caminando cuesta arriba. Tivoriari Llegamos a la comunidad nativa de Tivoriari a horas 3:55 p.m. Al llegar nos recibieron muy contentos, los profesores se mostraron muy entusiasmados y nos dieron algo de beber. Cuando pasaron solo cinco minutos unos niños machiguengas se me acercaron y me dijeron sabakaya, y les pregunté qué significa eso; en seguida señalaron la cancha y una pelota que tenían en la mano. Querían ir a jugar fútbol, y en seguida me fui junto a ellos para jugar: son niños muy animosos y sonrientes, todo el tiempo que jugamos se pasaron riéndose y hablando en su idioma. Después de estar un rato con los niños, fui a ver la escuela. Pero me sorprendí mucho porque las cosas eran al revés: la escuela era de madera, y estaba en construcción de concreto un "patio de honor" frente a la escuela, solo para formarse unos días en la mañana. Qué contradicción: en vez de hacer la escuela de concreto que guarda más seguridad para los niños. Este trabajo se venía haciendo por encargo de la Municipalidad en ayuda de las comunidades, pero la ayuda no era exactamente apropiada para ese lugar, pues esa losa sólo sería utilizada un par de horas. Los obreros que trabajaban no eran de la zona, sino que venían de otros lugares, y los materiales (cemento, arena y piedras) eran traídos por los machiguengas: las bolsas de cemento que traían por el camino eran para este trabajo. Pero lo que no tienen es un puesto de salud, y los

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