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Como pueden ver la labor es ardua, el trabajo abundante, pero insignificante ante tanta necesidad; al principio sentía algo de temor por las responsabilidades, pero después de observar llega el momento de actuar, y tengo el deseo de darme, de entregarme plenamente y de seguir dando pasos cortos, pero sólidos. Es curioso que en mi experiencia apostólica de años anteriores, uno solía decir que se “ iba de misión “ en épocas como la Navidad o las semanas santas, pero aquí la misión es todos los días, vivo en la misión, y la misión de Sepahua es ahora mi vida. “...Estando en la cuerda floja no consigue nada quien no se moja... Cuando elevas el vuelo, 6 el que no aletea se cae primero...” El camino hasta aquí no ha sido sencillo, y los momentos difíciles en el ámbito personal ya han aparecido, el recuerdo de personas que amo y algunas lágrimas han acompañado algunas de mis noches. Esta parte también me ha llevado a una de mis primeras conclusiones y espero no sonar atrevida al asegurar que cuando una persona decide asumir una experiencia como la del Voluntariado Internacional Dominicano, no solo lo hace guiada por un deseo apostólico (acercarse más o la radicalidad del evangelio), sino también respondiendo a una necesidad emocional que te 7 impulsa a poner distancia con tu propia realidad. Es una gracia que el deseo apostólico sea el motivo consciente que te impulsa a tomar esta decisión, pero debajo de esto, en lo profundo de tu intimidad, en la “dimensión desconocida”, a veces hasta para nosotros mismos, hay elementos dejados por la historia personal, que también coexisten en la humanidad de el o la apóstol. En estas primeras semanas me he hecho consiente de estos otros motivos; aunque me los presentía, no los había aceptado; hay cosas en mi vida emocional que necesitan ponerse en orden o cambiar de orden, hay interrogantes que responder y/u otros que abrir. Esto me recuerda una reciente reunión comunitaria en donde compartíamos un texto sobre la Mística Misionera, creo que esto se acerca a una de sus definiciones; la Mística de un o una Predicadora o Predicador es el derecho a una vida más profunda; en la medida en que el trabajo, la vida comunitaria o la realidad de mi misión me ha hecho descender a otras profundidades, me ha hecho más consciente de mi misma; sentirme, tantearme, medirme, olerme, ser consciente de mi humanidad; me hace más feliz y creo que más humana. Amigos y amigas, para terminar quiero agradecerles por el acompañamiento que me han brinda8 do, aquí la comunicación es algo limitada, motivo por el cual presento mis disculpas por no responder prontamente a tan generosas manifestaciones. Tengan la seguridad que comprender el mundo nativo es mi reto inicial, que lucho porque la entrega sea mi actitud constante y que la misión me hace feliz. Aunque sé que no son necesarias, sepan que desde la lejanía mis oraciones los y las acompañan. .... Alzar el vuelo, inténtalo de nuevo, mira la vida con el alma en cueros, siempre de frente 9 cuando hay contracorriente, que en la orilla está la suerte... Los y las ama,

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.- Rosana, trabajo discográfico, “Rosana”; canción, “De frente”

7

.- No necesariamente significa huir, a veces se está más cerca cuando se está lejos.

8

.- Ante la pregunta de algunos y algunas, cualquier correspondencia, encomienda, regalo jajaja o similares, los pueden hacer llegar a la casa Provincial de las Hnas Dominicas Misioneras del Rosario, Avenida Brasil, 2470 Pueblo Libre, Lima. Allí las hermanas muy generosamente sabrán hacerlo llegar al sitio en donde me encuentro.

9

.- Rosana, trabajo discográfico, “Rosana”; canción, “De frente”

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