162 2007

Page 12

preparada y con ella madrugué y me fui a su portal. Me trasladaron la carga al aeropuerto y al bajar me dicen que lo sienten, ha llegado personal de Lima y deben transportarlos al Apurimac. Será mañana sin falta cuando volemos. Me regresé a Koribeni y al día siguiente para las siete ya estaba de nuevo a la puerta. Resulta, según me dijeron, que los dos helicópteros que habían salido el día anterior, habían tenido que aterrizar de emergencia por avería en ambos. Así que esperara una semana y llegara de nuevo. Así lo hice y continuaban sin los helicópteros. Esperé otra semana durante la cual yo oía rugir motores por el cielo de Koribeni. Pero me dijeron que siguiera esperando. Llegó así la navidad. En uno de tantos viajes frustrados a Kiteni para el dichoso vuelo, les dije que aquello me sonaba a medida disuasiva; pues si tanto demoraban en hacer aquel sencillo servicio, cuán remisos no serían cuando les pidiera un servicio mensual para trasladar a un equipo móvil multiprofesional del que ya les había hablado. Negaron que así fuera. El hecho es que escribí un artículo, para estimularles, en que decía que los niños de las comunidades nativas, todos los días miraban al cielo, no por descubrir la estrella de Belén, sino por ver si aterrizaba el helicóptero que les traería, como el padre les había prometido, unas ropas, alimentos, medicinas y material escolar. Y cada día bajaban sus cabecitas desilusionados porque su estrella no se posaba sobre ellos. Tenían menos suerte que Jesús. Mi compa me pidió no enviara dicho artículo. Tuve que trasladarme a Lima en enero para operar mi menisco y allá me llamó el P. Macario para decirme que, al fin, habían avisado a Julio, mi compañero machiguenga, para que fuera y volara con ellos. A la semana siguiente me vuelve a llamar para decirme que han retirado toda la carga del aeropuerto y los alimentos ya estropeados. Han dicho a Julio que ellos no pueden volar allá donde no tienen impacto. Así de simple y brutal. Me acordé de la empresa y toda su tubería. La primera visita que hiciera a mi regreso de Lima sería a por ellos. Y así lo hice. Antes, pasando por Cuzco, acudí a la Dirección Regional de Salud, a reclamar por un equipo itinerante para estas CC.NN. del Alto Urubamba. Cuál no sería mi sorpresa al escuchar que ya habían leído “Las cenicientas del Urubamba” y había un equipo listo para comenzar a operar el primero de marzo. Yo les hablé del propósito que tuvieran un vuelo mensual para facilitar el difícil y largo acceso a esas comunidades. Hago un pequeño paréntesis para comentar que al mes de esta entrevista en DIRESA de Cuzco, que tenía lugar a primeros de febrero, me llamó el director para decirme que, por falta de fondos, no comenzaría a trabajar el equipo hasta primeros de julio. Otro vuelo imposible. Pero eso será otro artículo. Al fin me presenté en Kiteni con la queja por el incumplimiento de la promesa y pidiendo explicación. Se disculparon diciendo que era un malentendido. Por lo que observé, no funcionan muy coordinados entre jefes y había una queja solapada; había hablado con un directivo de rango inferior y al parecer éste no comunicó con sus mandos supremos. Luego de decirme que estaban dispuestos a solicitar a la jefatura ese servicio, dicen necesitar las coordenadas para acceder. Yo les recordé que, según queja de la comunidad más alejada, ellos, sin permiso alguno, habían aterrizado una vez junto a su escuela. Luego ya sabían las coordenadas. Me dijeron que seguro ese aparato no era de ellos. Prometí entregarles en breve esas dichosas coordenadas. Ni COMARU tenía estas coordenadas. Parece que todo se concentra en Bajo Urubamba donde hasta el Banco Mundial y las grandes multinacionales están ofertando un plan de desarrollo. El mismo COMARU ha logrado en Echarati, donde van a parar los casi 100 millones anuales de canon, una oficina que reza: “Asuntos de Bajo Urubamba”. También para ellos no existen machiguengas en Alto Urubamba. Cenicientas por siempre. Bueno, pues ya he entregado las coordenadas que me envió un paisano de Shimaa. Luego me pidieron enviara vía internet, la solicitud y los proyectos que tiene la misión para esas comunidades. Sigue la táctica disuasoria. Todo se lo envié y espero respuesta a la fecha. Por ese motivo, accedí a celebrar la semana santa en Kiteni, por ver si lograba colaboración para las cenicientas y, de paso, redimía de su egoísmo a la T.G.P.

12


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.