BLANCO MAG 19

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Rosana Ovejero pintó unos mates de algarrobo que vale la pena intentar en casa. “Primero los lijé y quité el polvillo. Son diseños a mano alzada, pero quien quiera puede calcar algún motivo y pintarlo. Utilicé el Esmalte Acrílico al Agua, un pincel redondo, un angular y un liner. Algunos los pinté en su totalidad, el del motivo de cactus, sólo una parte. Una vez pintado dejar curar la pintura 72 horas”.

L

a sola idea de organizar un viaje por el interior del país trae a la cabeza la imagen de un mate humeante que pasa de mano en mano. Esta costumbre tan simple tiene detrás una historia fascinante que comienza en el litoral argentino, entre Corrientes y Misiones, por donde se extiende la tierra colorada. La Ruta de la Yerba Mate rescata esta producción, y la enseña a sus visitantes a través de un recorrido por campos de un verde intenso, circuito comprendido a su vez por paradas en establecimientos yerbateros, sitios culturales y restaurantes. Fue creada hace 10 años por el área de Turismo Rural de la Facultad de Agronomía de la UBA. Al mismo tiempo, nació la Asociación de la Ruta de la Yerba Mate que establece las normas de calidad del camino y se ocupa de la difusión de los beneficios del producto.

legados jesuíticos, gauchos criollos y colonos inmigrantes europeos”. El consumo de la yerba mate, tal como lo conocemos, con bombilla y compartido, comenzó entre los guaraníes, quienes lo transmitieron a los Padres de la Compañía de Jesús. En lengua originaria se la conocía como Caá-Mati y se la consideraba una infusión con muchas propiedades energizantes y revitalizadoras del organismo. Según cuenta el propio Gruber, los primeros cultivos de este árbol silvestre datan del siglo XVII y eran una fuente importante de recursos para las reducciones jesuítico-guaraníes, al punto que en su época fueron el principal recurso exportable al Alto Perú. Fueron los Padres jesuitas y los Guaraníes quienes desarrollaron los primeros yerbales de cultivo ubicados en sus propias Misiones. Antes se la cosechaba en los montes, lo que implicaba la pérdida de vidas humanas por los riesgos que significaba penetrar la frondosa selva virgen. “Los jesuitas desentrañaron numerosos secretos y generaron una versátil aplicación de la yerba mate a tal punto que en la actualidad genera admiración y sorpresas: como la aplicación para tintas y productos para la salud y la higiene”, explica el referente.

Un itinerario cultural, productivo y gastronómico único en el mundo, que atraviesa campos de tierra roja y vegetación abundante, maravillas naturales y Patrimonios de la Humanidad.

Alejandro Gruber es el orgulloso presidente de esta entidad que trabaja, entre otras cosas, para alcanzar el reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Gruber explica los motivos que justificarían esta distinción: “Se trata de un itinerario cultural, productivo y gastronómico único en el mundo, que atraviesa campos de tierra roja y vegetación abundante, maravillas naturales y Patrimonios de la Humanidad como las Misiones JesuíticoGuaraníes y las famosas Cataratas del Iguazú; mitos y tradiciones de un pueblo que echa raíces sobre la base de culturas pre-hispánicas,

Mucho tiempo después, los inmigrantes europeos -la mayoría del Estecontinuaron con el legado productivo, una forma de vida que puede rastrearse en los museos y sitios históricos del camino. La Ruta de la

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UN MATE COLORIDO HECHO A MANO PARA RECORRER LA RUTA


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