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El Hermitage reitera su apuesta por el puerto de Barcelona

LA VANGUARDIA. 20/07/2020. https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20200720/482417833026/hermitage-toyo-ito-port-debarcelona.html

El edificio de Toyo Ito sería sostenible en consumo de energía y reduciría la polución

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La ubicación.La situación de la subsede del Hermitage en Barcelona es el principal escollo para el Ayuntamiento (.)

PER: SILVIA ANGULO

El equipo de arquitectos del despacho del japonés Toyo Ito lleva meses trabajando en el proyecto

del Hermitage de Barcelona. Lo hace al margen de la discusiones y negociaciones que hasta ahora

mantienen el equipo de gobierno, el puerto de Barcelona y los responsables del museo de San

Petersburgo sobre la ubicación del equipamiento cultural. Desde sus oficinas en la capital

catalana se centran ahora en redactar el proyecto básico de un edificio sostenible, que utilice la

energía del mar, que esté preparado para el cambio climático y las pandemias y que ayude a

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mitigar la polución. En definitiva, un edificio que, aseguran, está muy pensado para el lugar

escogido, junto al mar de Barcelona, pero cuyo futuro está en el aire.

Más allá de las características arquitectónicas, Shuichi Kobari, arquitecto director del despacho

de Toyo Ito en Barcelona, explica que la voluntad es diseñar un edificio cultural abierto a los

barceloneses, que esté a disposición de los ciudadanos. Para ello se ha previsto un vestíbulo

principal al que acceder desde diferentes entradas, situadas en las tres plazas públicas a distintos

niveles que lo rodean. Es una manera de conectarlas dentro del propio equipamiento para que

este se convierta en lugar de paso. Así, los usuarios podrán pasear por su interior

independientemente de si visitan o no el museo. La concepción de un inmueble sin esquinas y

con los cantos redondeados facilita este flujo constante de viandantes.

Se habilitará una parte pública con una biblioteca para acoger varios talleres y actividades para

el público

Así las cosas, se habilitaría una parte pública, de acceso libre, donde se prevé la construcción de

una biblioteca para acoger talleres y actividades para el público en general, así como un

restaurante en la parte superior del inmueble. Takayuki Ohara Martínez, arquitecto también del

despacho de Toyo Ito, asegura que el interior prevé reproducir la tres plazas públicas que están

en el entorno: una en la planta principal –la cultural–, otra en el restaurante –el mirador–y la

última en la parte superior, que sería ajardinada y serviría para exposiciones al aire libre.

Otro de los objetivos que se plantean los arquitectos es que el museo se convierta en un

dinamizador y que conecte con otros equipamientos culturales de la ciudad. Puede parecer que

la filial del museo de San Petersburgo quedaría aislada por su situación geográfica, pero Kobari

asegura que esto no supondrá ningún hándicap. Al contrario, Takayuki Ohara Martínez, dice que

se ha tenido en cuenta la proximidad de la montaña de Montjuïc y asegura que el Hermitage “no será un museo al uso”. Creen que se ha de involucrar a los barceloneses, para que el equipamiento se convierta en una ágora cultural, y también al Ayuntamiento, que podría

convertir los tinglados en servicios vinculados a la cultura para fomentar las sinergias con otros

edificios museísticos, conexiones que, afirman, pueden lograrse mediante el transporte público.

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Añaden que el 35% del inmueble estará dedicado a la actividad museística, un porcentaje

superior a otros equipamientos de la ciudad.

La superficie destinada a museo es una de las principales críticas que hacen los responsables

municipales, quienes consideran que la intención del Hermitage no es más que ubicar unas pocas

obras de arte y un restaurante en la filial del puerto. Uno de los cuatro informes en los que el

equipo de gobierno justifica su no al equipamiento cuestiona la necesidad y los beneficios de una

subsede del museo ruso. El equipo de gobierno afirma que el Hermitage de San Petersburgo no

ha informado de las obras que se expondrán en Barcelona y duda del interés de estas y de la

viabilidad económica del proyecto.

Otro de los aspectos en los que están trabajando los arquitectos es el de mejorar la movilidad de

los usuarios del museo mediante el transporte público. Takayuki Ohara Martínez considera que la

nueva marina no es un cul de sac y que se potenciarán los usos de movilidad sostenible para

llegar hasta el Hermitage. Los arquitectos recuerdan que han renunciado al aparcamiento

soterrado y que se espera que los visitantes accedan por “tierra, mar y aire”. “Estamos a favor de la política que está llevando a cabo el Ayuntamiento de reducción del tráfico”, explican.

Dentro. En el interior se habilitarán una biblioteca pública y un restaurante

Esta es una de las principales críticas de algunos vecinos y del Ayuntamiento, que consideran que

la ubicación en esta parte de la ciudad de un museo solo incrementaría la presión turística y de

circulación privada en la Barceloneta. Por eso, los promotores del Hermitage apuestan por el uso

de patinetes y bicicletas a través del paseo o, directamente, por el acceso a pie. Piensan

aprovechar también un nuevo modo de transporte que el puerto tiene previsto en su plan

especial, el bus náutico, aunque este aún no tiene calendario. Este transporte partiría del Portal

de la Pau, donde están Las Golondrinas, y podría llegar hasta la nueva Marina.

Otro de los medios que se pretenden aprovechar al máximo es el Teleférico y su unión con los

equipamientos de Montjuïc, de forma, que se pueda crear un potente eje cultural. “Esta conexión aérea está ahora infravalorada”, reflexiona Takayuki Ohara Martínez. 23 Juliol 2020

Los arquitectos defienden que el diseño del edificio no es fruto de la improvisación. “Está todo muy bien pensado –justifica Takayuki Ohara Martínez–Está proyectado para estar junto al mar y

en Barcelona. No funcionaría en ninguna otra ubicación ni ciudad”.

De hecho, se pretende aprovechar la ubicación del Hermitage para que sea un edificio con ahorro

energético superior al requerido por la normativa”. Albert Mitjà, consultor de estrategias y sostenibilidad, explica que se optimizará la climatización; se construirá una cubierta ajardinada

para reducir el efecto calor; se estudiarán las ventilaciones internas y se utilizará la hidrotermia

del mar para generar energía. “Los muros blancos del edificio tendrán un efecto catalalizador que deshace el NO 2 cuando hace sol, mientras que si llueve limpia el edificio. Además, la cubierta

fotovoltaica podría dar energía a 30 viviendas”.

En paralelo, se ha estudiado también la durabilidad del edificio. Su ubicación junto al mar y los

efectos del cambio climático preocupan, por lo que Kobari y Nils Becker otro de los arquitectos

del equipo de Toyo Ito aclaran que se está proyectando un museo con una vida útil de 100 años.

En este sentido, el arquitecto consultor de estructuras, Rodrigo Martín, señala que se ha previsto

la impermeabilización del sótano para proteger aquellas zonas que estén debajo del agua.

También se trabaja con empresas para que fabriquen un hormigón impermeable y compacto

para minimizar el mantenimiento. Considera que han aprendido del temporal Gloria sufrido a

primeros de año y ahora la pandemia también les está obligando a incorporar elementos para

evitar los contagios e incrementar la seguridad.

Según los arquitectos, el edificio tardaría un año y medio, dos años a lo sumo, en construirse, al

margen del contenido museográfico, que también requeriría un tiempo. “Estamos minimizando los recursos de construcción y priorizaremos un proceso de preconstrucción para acelerarlo”, explica Kobari. Admite que no hay calendario y que todo depende de la aprobación y la concesión

de la licencia de obras, que está en manos del Ayuntamiento. Pero ellos continúan trabajando en

el proyecto e intentan mantener al margen de la polémica.

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Y fuera. El museo pretende integrar las tres plazas que lo rodean y que están a distinto nivel

Ahora falta que el gobierno municipal llegue a un acuerdo con el puerto de Barcelona para evitar

la judicialización del proceso de aprobación, ya que los promotores piensan llegar hasta el final.

Parece que las posiciones están cada día más cercanas, a pesar de las diferencias que mantienen

comunes y socialistas, y en pocos días podría haber noticias de la decisión final.

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