El Arte, para ser, no requiere justificación ni explicación. El Arte es una emanación, una manifestación de la condición humana que ocurre en una sociedad y en un tiempo determinado. De ahí que el Arte sea expresión de una cultura. Cada cultura en su momento histórico reconoce corrientes, estadios, tendencias, gustos, conceptos del Arte. En este contexto de ideas es evidente que el muralismo es una expresión predilecta del Arte y la Cultura Mexicana. Sus raíces son mucho más hondas que el movimiento muralista del Siglo XX, encabezado por Rivera, Orozco y Siqueiros. El origen del muralismo en México es prehispánico, de gran vigor. Murales en Teotihuacán, en Cacaxtla, en Bonampak nos siguen deslumbrando por su fuerza artística y por su contundente presencia en los recintos arqueológicos. Son obras que, como frescos, se integran a las edificaciones, les dan sentido y nos permiten su comprensión como parte de un todo, de una Cultura.