DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS aGRUPACIÓN pOLITICA nACIONAL USP

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DECLARACION de PRINCIPIOS El capitalismo neoliberal destruye todo sentido de colectividad, nos empuja a la esfera de nuestros problemas particulares despojándolos de su dimensión social. Para enfrentar lo que vivimos se hace necesario realizar un esfuerzo teórico, político y de conciencia que permita darnos cuenta que los problemas individuales, son problemas sociales, causados por las grandes empresas y por los organismos internacionales, gobiernos y estados que están a su servicio. La Agrupación Política Nacional Unión Social y Popular es un movimiento Nacional que lucha por la justicia social sin explotadores ni explotados, sin opresores ni oprimidos; por una nación digna, justa y en paz, donde cada individuo pueda vivir una vida plena desarrollando su personalidad y sus capacidades; en la que los derechos humanos, civiles, sociales y de los pueblos sean ejercidos, en el marco de una sociedad verdaderamente democrática. Los seres humanos tenemos derecho a desarrollar plenamente nuestras capacidades físicas y espirituales, en condiciones de igualdad, de respeto a nuestra dignidad, a nuestros derechos humanos y culturales. Pero esto sólo será posible si la nación mexicana triunfa en la lucha centenaria por recuperar sus fuerzas productivas para asegurar que toda persona, independientemente de su origen social, sexo, religión, color de piel o preferencia sexual, acceda a los derechos de ciudadanía, a las condiciones humanas que permitan su libre desarrollo. La justicia como el fin de toda discriminación contra los individuos y las comunidades, presupone la igualdad de derechos y oportunidades. Exige que las desigualdades sociales, mentales o físicas se vean compensadas, para que nadie dependa de los propietarios de los medios de producción ni de quienes ostenten un cargo político. La igualdad es la condición para el desarrollo de la personalidad individual. Desde la pelea por la igualdad es como mejor podemos desarrollar el principio de la solidaridad; de la manifestación práctica del verdadero humanismo, del sentimiento de identificación con las víctimas de la injusticia y de la explotación. Democracia y derechos humanos Luchamos por democracia asentada en la construcción de consensos y en el respeto y reconocimiento de las diversas formas de organización popular, donde las comunidades y las personas se liberen de todas las formas de pobreza, miseria y discriminación a las que han sido sometidas. La consulta pública, el plebiscito el referéndum y la revocación de mandato deben convertirse en norma constitutiva del nuevo régimen político. El concepto de democracia no es ni puede ser abstracto, se basa en los principios de libertad e igualdad. La igualdad de derechos para hombres y mujeres, tanto en el lugar de trabajo como en el seno de la familia y en todos los aspectos de la vida social. Debe concretarse en los hechos en una democracia que haga viable la posibilidad del cambio pacífico de gobierno e incluso de sistema social, basado en la libre voluntad del pueblo, tal como lo establece el artículo 39 constitucional. En una democracia que garantice los derechos de los individuos y de las minorías, y la existencia de un sistema judicial independiente basado en la aplicación imparcial del derecho a todos los ciudadanos. En una democracia que haga real el derecho de elegir libremente a los representantes populares; el respeto al principio de que las mayorías mandan y la obligación de los gobernantes de acatar ese mandato, sin eufemismos, y el derecho de las mayorías de revocar el mandato a quienes a su juicio no las representen en ejercicio de sus cargos. En una democracia que asegure la participación directa del pueblo en el proceso de elección de representantes y en la vigilancia y el control de sus gestiones. Todo esto debe traducirse, por tanto, en la constante elevación del nivel de vida material y cultural de las


mayorías y en la distribución equitativa y justa del producto del trabajo social, sin que se concentre la riqueza en las manos de unos cuantos, que es la demostración definitiva de la existencia o no de una verdadera democracia El derecho a la resistencia y aún a la rebelión contra formas de gobierno arbitrarias o dictatoriales es algo fundamental. Constituye la condición previa para que los pueblos y las sociedades puedan crear una capaz de determinar democráticamente y en paz su destino político, social y económico. La democracia política y económica Los derechos humanos incluyen los derechos económicos y sociales, también llamados de ciudadanía: el derecho a constituir sindicatos y el derecho de huelga; el derecho a la seguridad social y al bienestar para todos, incluyendo la protección de la infancia y de la maternidad; el derecho a la educación, a la formación profesional, al ocio, a la vivienda y a la seguridad económica. Es de particular importancia el derecho a un empleo pleno y útil en un trabajo adecuadamente remunerado; el desempleo socava la dignidad humana, amenaza la estabilidad social y significa un desaprovechamiento del más valioso de los recursos. Concebimos los derechos de ciudadanía como la responsabilidad del Estado para garantizar el acceso irrestricto de toda persona, por el hecho de ser mexicano, al trabajo, educación, salud, alimentación, vivienda, tierra, información, en un ambiente de respeto a sus derechos sexuales, de género, culturales y a la soberanía popular.

La Agrupación Política Nacional Unión Social y Popular defiende la socialización y la propiedad pública en el marco de una economía social, en la que los intereses nacionales y de las mayorías sean el eje articulador de la economía, el eje en torno al cual las economías privadas y el mercado contribuyen a la realización del bienestar social. La comunidad, el sindicato, la organización social y la familia, la empresa pública y social, constituyen las bases del desarrollo nacional y el eje de nuestras políticas. El control democrático de la economía es hoy más crucial que nunca ante el incremento de políticas de carácter colonial ensayadas por las trasnacionales y las grandes potencias amparadas en la internacionalización del sistema económico y la revolución tecnológica mundial.

En una sociedad así estructurada, y cuyo fin último es la igualdad de derechos económicos y sociales, la concentración del poder económico en pocas manos debe sustituirse por otro orden en el cual toda persona tenga derecho, en su calidad de ciudadano, trabajador y consumidor, a intervenir en la dirección y en la distribución de la producción, en la organización del proceso y las condiciones de trabajo. Esto implica que los ciudadanos participen en las políticas económicas, que los trabajadores intervengan en la gestión de sus lugares de trabajo. El Estado no puede ser tan sólo el taller de reparaciones de los daños causados por los defectos de mercado o por la aplicación incontrolada de las nuevas tecnologías. Más bien debe regular el mercado en función de los intereses sociales, y tratar de que los beneficios de la tecnología alcancen a todos los trabajadores, tanto en su experiencia laboral, como en el crecimiento de su tiempo de ocio y de sus posibilidades de un desarrollo individual con sentido.


Naturaleza de nuestro movimiento y la lucha por la paz Asumimos que México es parte de la tradición cultural mesoamericana, que somos un estado multinacional y pluricultural, en el que habrá de prevalecer la convivencia y el respeto en un ambiente de paz y justicia. De igualdad de oportunidades para las diferentes culturas que existen en nuestro país, y acceso equitativo de todos los habitantes al patrimonio cultural nacional. Hacemos propias las filosofías milenarias de nuestros pueblos originarios, de su sentido dialéctico, de su visión integral, que se empalman con las filosofías de la praxis, verdaderamente humanistas, que buscan la liberación de los seres humanos, ajenas a toda superstición, a prejuicios raciales y a la supremacía de una nación sobre otra. Nos inspiramos en el pensamiento y la acción de las masas que junto a nuestros próceres lucharon contra los colonialistas, por la defensa de los pueblos originarios, por la independencia nacional y por la liberación social. En la ruta de la emancipación y la igualdad de los seres humanos y de sus pueblos, impulsamos la construcción de la gran patria latinoamericana y caribeña, como vía de nuestra segunda independencia, para sacudirnos el control colonial de las empresas transnacionales y de las grandes potencias capitalistas. Rechazamos toda forma de penetración o de dominación imperialista que pretenda limitar el libre ejercicio de nuestra soberanía nacional y dignidad popular. Condenamos toda actitud de servilismo y de entrega de quienes han pactado convenios lesivos a los intereses nacionales Refrendamos el derecho a la autodeterminación económica, política y cultural de los pueblos, en particular del Tercer Mundo. Condenamos la carrera armamentista y las guerras de agresión de las potencias hegemónicas. Perseguimos la instauración de la paz basada en la justicia y la dignidad. Y apoyamos a países, fuerzas y movimientos que luchan por la libertad, la justicia, la democracia y la soberanía de sus naciones. Es necesaria la paz. El recurso a la violencia y a métodos antidemocráticos y gansteriles de gobernar conduce a la conculcación de los derechos humanos y al bloqueo del desarrollo democrático. Debe intensificarse la educación para la paz, la desmilitarización de la sociedad, el retiro del ejército de las calles y el fin de todo estado policiaco; condición básica para erradicar la tortura, la cárcel, los asesinatos y las desapariciones por motivos políticos.

Federalismo y municipio libre El interés por un desarrollo equitativo y por el combate a las desigualdades profundas que existen entre regiones pobres y marginadas y regiones ricas con mejores posiciones estratégicas, debe ocupar un lugar prioritario en la política nacional. El mayor énfasis en el fortalecimiento del federalismo debe dirigirse hacia los municipios. En el ámbito municipal sigue imperando una subordinación casi total a los poderes centrales. Debemos impulsar la democratización municipal buscando que las figuras de consulta pública, plebiscito y referéndum se integren en las leyes orgánicas municipales que aún no las consideran. Los pueblos indígenas han reivindicado la autonomía municipal creando municipios autónomos en algunas regiones del país, y, en Chiapas, con el impulso del EZLN, se han formado las Juntas de buen Gobierno, estructuras de gestión, de gobierno y de poder que buscan dar respuesta a las necesidades y exigencias de las comunidades. Se trata de una forma de gobierno democrática


peculiar que cabe en el marco constitucional vigente. Los gobiernos federales y estatales deben respetar estas formas nuevas de organización que los pueblos indígenas están desarrollando y aceptar las propuestas que sobre derechos y cultura indígena han elaborado comunidades y pueblos, en particular la Ley presentada por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. La nación que concebimos, y por la que luchamos, tendrá una base sólida en sus municipios libres y democráticos, con capacidad legal y económica para participar activamente en el desarrollo nacional.

La paz

El neoliberalis mo El capitalismo neoliberal es algo más que un modelo o una opción política de gobierno, que un simple paquete de recomendaciones producto del llamado “Consenso de Washington” que se pueden dejar o tomar según el criterio y la voluntad de cierto partido, caudillo o burgués. En realidad el neoliberalismo se ha convertido al paso de los años en una fase o una forma del capitalismo monopolista u oligopólico; en un conjunto de estructuras y superestructuras a las que se les ha denominado salvajes, por su capacidad de usar formas de explotación y control dictatorial que se consideraban superadas. No se puede trascender el neoliberalismo sin transformaciones de estructura, sin grandes reformas que afectarán a sectores importantes de la oligarquía y las elites yanquis. La crisis socioambiental El cambio climático es una de las tantas caras de la crisis social y ambiental que padecemos los mexicanos y la mayoría de la humanidad. La solución al fenómeno del calentamiento global pasa necesariamente por la solución de la crisis social. No habrá justicia ambiental sin justicia social. No tenemos duda de que este colapso civilizatorio responde a la manera en que la producción y el consumo ha sido organizando por el capitalismo mundial desde una manera científico-técnica y administrativa que toma a los trabajadores y a la naturaleza como recursos explotables, gratuitos, ilimitados y prescindibles, que sólo están ahí para que las empresas privadas realicen ganancias infinitas. México no es ya sólo uno de los países que más esta destruyendo sus propios recursos naturales para facilitar el libre comercio, sino que adicionalmente también se ha convertido en uno de los países que más usa los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) para sacar subsidios de su propia devastación. Los mecanismos de mercados verdes y de agua, han sido diseñados para que las transnacionales y los países industrializados que más han provocado la crisis climática y ambiental sigan ganando dinero y realizando especulaciones financieras en medio del caos y la destrucción, de ahí la perversa necesidad que tienen de mantener en pie e incluso incrementar los peligrosos niveles de contaminación actuales. Una de las peores iniciativas que se pretenden imponer por las empresas trasnacionales y sus gobiernos es la condonación internacional de los programas REDD+ (Reducción de emisiones por deforestación y degradación de bosques), para incluirlo en el MDL y en los mercados de carbono globales.


REDD significa en realidad una nueva forma de privatizar los bosques, que en todo el mundo están habitados por comunidades indígenas y forestales. Aunque este programa nos deja a la s comunidades con los títulos de propiedad de los bosques, los contratos firmados sacan fuera de las comunidades el manejo de los mismos y los entregan a las empresas transnacionales, que pueden adicionalmente revender y especular con estos contratos. Gracias a ello, estas empresas sucias y criminales podrán seguir contaminando, pero diciendo que conservan bosques y que además apoyan a comunidades forestales pobres. Pero los programas REDD no sólo llevan a enajenar nuestros territorios. Instalan una nueva ola de derechos de la propiedad privada que conduce al monopolio de ese aire que limpian los bosques. El "Entendimiento de Copenhague" sigue siendo un documento espurio, que es usado por los países del Norte para presionar y condicionar a los países del Sur. Este documento que firmaron un grupo de países muestra a las claras la estrategia intencional y consciente de los yanquis para seguir elevando la temperatura y llevar a muchos países a la catástrofe. Por todo lo antes expuesto Apoyamos el Acuerdo de los Pueblos surgido de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra que se tomó en Cochabamba en abril de 2010 y exigimos que sea base de las negociaciones y acuerdos para enfrentar el cambio climático. Proponemos, entre otras cosas, la defensa y la reconstrucción soberanía alimentaria de las naciones; la defensa del carácter público y comunitario del agua y la energía que asegure el acceso y el derecho de todos a estos recursos básicos; la reducción en 50% de las emisiones de los países industrializados del norte; la creación de un tribunal de justicia Climática; la asignación del 6% del PIB de todos los países ricos destinado para la solución de todos los problemas ocasionados por el calentamiento global; la aplicación en todas las ciudades de verdaderos programas de basura cero; así como el desarrollo real de servicios urbanos de carácter público que impliquen una reducción progresiva y drástica de los parques vehiculares en todo el mundo. El control social del desarrollo tecnológico La tecnología no es una simple cuestión de objetividad científica o de maquinaria inanimada. Está guiada siempre por intereses particulares y por valores humanos, explícitos o no. Por ello debe ser controlada socialmente para aprovechar las oportunidades positivas que las nuevas tecnologías ofrecen a la humanidad, para minimizar los riesgos y los peligros de su desarrollo sin control y para evitar tecnologías socialmente inaceptables. El progreso social requiere el progreso de la tecnología a la vez que lo propicia. Lo que se necesita es una tecnología que se ajuste a las diferentes condiciones, experiencias y niveles de crecimiento. Se debe realizar una transferencia de tecnología y de conocimientos fundamentales para el desarrollo Nacional. El diálogo social y el control político democrático del marco en que se desarrollen estas tecnologías deberán garantizar que su disponibilidad: - contribuya al desarrollo autónomo de la Nación, movilizando positivamente sus recursos en lugar de derrocharlos, y creando nuevos puestos de trabajo en vez de destruirlos; - humanice el trabajo, proteja la salud humana y aumente la seguridad en el lugar de trabajo; - favorezca los derechos económicos y extienda el ámbito de participación popular en la toma de decisiones.


Para garantizar la realización de estos objetivos en todo el país es necesario crear organismos y procedimientos para evaluar la tecnología. Las innovaciones deben introducirse de acuerdo con las necesidades y prioridades sociales, expresadas en el debate y la toma democrática de decisiones. Hay que evitar la manipulación arbitraria del material genético humano y la explotación de la mujer mediante las nuevas tecnologías reproductivas, y buscar medios para proteger a la humanidad de riesgos nucleares y químicos. Un nuevo modelo de crecimiento Es indispensable una reforma radical de las relaciones financieras y económicas internacionales para crear las condiciones de una verdadera cooperación económica internacional. Un nuevo orden económico internacional más equitativo es necesario para resolver y cancelar el problema de la deuda publica y la superar la dependencia, el colonialismo y la pobreza de los países hoy subordinados. A medida que la productividad aumenta deben mejorar las condiciones laborales, disminuir la jornada de trabajo, estableciendo desde ahora la distribución justa del trabajo remunerado y del trabajo doméstico entre hombres y mujeres, con lo cual aumentaría el tiempo libre de obreros, empleados y campesinos, abriéndoles la oportunidad de desarrollar otras actividades.

Cultura y sociedad -La educación y el acceso irrestricto a los bienes culturales es fundamental para el desarrollo de una sociedad democrática y justa. La educación y la cultura que promovemos debe: -Impulsar la descolonización y contribuir a la liberación nacional y social de mexicanos y mexicanas a partir de la afirmación y el desarrollo intracultural e intercultural de nuestras comunidades y pueblos. -Defender las relaciones de respeto, reciprocidad y justicia entre las comunidades culturales que dan cuerpo al estado nación, para tal efecto habrán de compensarse las disparidades de recursos materiales y de situaciones de poder que hoy guarda la ciudad en relación con el mundo rural e indígena y las enormes desigualdades entre ricos y pobres. La uniformidad cultural es una amenaza para la libertad y la democracia. - Crear condiciones para el acceso universal a la información, el aprendizaje y el conocimiento; El proceso educativo debe transmitir, ante todo, los valores de libertad, justicia social, solidaridad y justicia. - ayudar a cada individuo a desarrollar plenamente sus posibilidades personales. La mujer en la sociedad Estamos por una ética emancipadora contraria a la herencia colonialista, a los racismos y discriminaciones de género. Aspiramos a nuestra plena humanización, entendida como la reconciliación entre humanidad, naturaleza, hombre-mujer, e individuo y colectividad. La desigualdad entre los sexos es la forma de opresión más generalizada en la historia humana. Se remonta al origen de la especie y ha perdurado hasta hoy bajo casi todos los regímenes socioeconómicos.


La conciencia de género por parte de las mujeres ha resurgido con vigor en años recientes, dando lugar a uno de los movimientos sociales más importantes de nuestro tiempo. Por su condición las mujeres han resentido con más crudeza los de la crisis económica: pobreza, desempleo, falta de vivienda y explotación. La superación de las estructuras patriarcales es una condición necesaria para lograr que las mujeres alcancen la igualdad de derechos71. La Agrupación Política Nacional Unión Social y Popular apoya la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos y oportunidades en toda la Nación, por la puesta en marcha de las siguientes medidas: - legislación y programas de acción positiva para garantizar la igualdad plena de hombres y mujeres; - programas para impulsar la educación, la formación y la integración profesional de las mujeres y las jóvenes; - legislación que garantice una remuneración igual por trabajo de igual valor; - servicios de salud y de educación adecuados para que ellas definan sobre sus derechos reproductivos y sus relaciones personales. - servicios dignos de cuidado y atención infantil; - respaldo para una participación plena y en términos de igualdad de la mujer en las actividades sociales y políticas de cada estado y municipio, mediante la adopción de medidas positivas para garantizar la representación de la mujer en todos los ámbitos de toma de decisiones. Las mujeres son algo más de la mitad de la población de nuestro país. La justicia y la igualdad para ellas son condiciones necesarias para que exista justicia e igualdad a nivel Nacional. Ética y Militancia Para nosotros no existen pequeñas y grandes tareas a la hora de pelear por la emancipación del pueblo, todas son necesarias y revolucionarias. Por lo mismo, luchamos por erradicar las desconfianzas, las rivalidades, las alianzas sin principios, las ambiciones y las intrigas. Estas deben ser reemplazadas por la camaradería, la vigilancia revolucionaria, la ejemplaridad de la conducta individual y colectiva. Nos comprometemos con los principios éticos de no robar, no mentir, no ser flojos y servir y respetar al pueblo. Nuestro socialismo no es calco y copia, es la creación heroica de nuestros pueblos. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro lenguaje, al socialismo indoamericano para enriquecer el socialismo de los pueblos del mundo. Confiamos en que la solidez de nuestros principios, la fuerza de nuestros argumentos y la nobleza de quienes los comparten, contribuirán a configurar un futuro democrático. Invitamos a todos los hombres y mujeres a unirse a nosotros en esta tarea.


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