Nuevos tiempos en la lucha politica en Mexico

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Nuevos tiempos en la lucha política en México

Andrés Lund Médina Enlace Socialista 15-feb-2011

Después de la prolongada y oscura noche del neoliberalismo, se viven tiempos crepusculares en México en los que la negrura es desgarrada por destellos de luz, como los que se vislumbraron en el recientemente pasado Congreso Social y en las ponencias que el SME llevó a dicho evento.

De hecho, todo indica que los tiempos mexicanos se aceleran: mientras lo viejo (el capitalismo senil) declina fatalmente y sólo genera destrucción y barbarie, lo nuevo por fin empieza a despuntar y a tomar forma: los trabajadores y participantes de movimientos sociales diversos han decidido unirse y organizarse para discutir el necesario paso de las luchas de resistencia a las políticas estratégicas de su emancipación.

Después de años de derrotas y resistencias rotas, de la aceptación fatalista de la carencia de alternativas que fueran más allá del capitalismo realmente existente, los núcleos de trabajadores mexicanos más experimentados y lúcidos se han propuesto disputarle el poder al bloque histórico dominante para empezar a construir un nuevo mundo social que no sólo rompa con el neoliberalismo sino con el propio capitalismo.

En esta aceleración de los tiempos se corre el riesgo de quedarse al margen de los cambios. Ayer ciertos grupos socialistas tachaban al SME y a su dirección de tibios e ilusos, criticando sus ilusiones; hoy el SME propone construir un partido de los trabajadores, anticapitalista y con una perspectiva socialista desde el seno de las mismas organizaciones sindicales y movimientos sociales.

Dejando atrás las necesarias pero limitadas políticas de resistencia, el amplio horizonte socialista ha traído de regreso, entre los trabajadores y los movimientos sociales, la discusión estratégica: el debate sobre la articulación entre los objetivos finales (socialistas y anti-capitalistas) y los inmediatos (anti-neoliberales), la cuestión de la formación de un Frente Único para construir una nueva hegemonía político y la discusión sobre la necesidad de construir un instrumento político de los trabajadores y del pueblo que dispute el poder al grupo dominante.


Definitivamente, algo nuevo empieza a brotar del lado de la clase trabajadora y un nuevo tiempo histórico parece abrirse: el de la política revolucionaria de los trabajadores, el del recomienzo de la revolución permanente. ¡Qué mejor festejo y conmemoración de los trabajadores a este año que simboliza el comienzo y recomienzo de la aspiración por una patria libre, justa e igualitaria!

TIEMPOS DE UNIDAD Y TIEMPOS DE POLÍTICA

Así pues, en este simbólico 2010, que festeja y rememora el inicio de los dos estallidos revolucionarios que le dieron forma al México moderno, se celebró un promisorio Congreso Social de los trabajadores. Durante los días 19, 20 y 21 de noviembre se reunieron 777 delegados de casi 300 organizaciones sindicales, campesinas, ecológicas y sociales para discutir y acordar la estrategia y la organización política de los trabajadores y del pueblo con la finalidad de transformar radicalmente a nuestro país.

Además de la decisiva participación del Sindicato Mexicano de los Electricistas (SME), asistieron representantes de importantes sindicatos como el de Telefonistas, de Trabajadores de la UNAM, de Tranviarios, de Mineros así como distintas secciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). También hicieron acto de presencia representantes del Movimiento por la Transformación de México (de López Obrador) así como del Movimiento de Liberación Nacional, del Movimiento Nacional para la Unidad de las Izquierdas, etc. Asistieron asimismo representantes de organizaciones opositores a la presa de La Parota, de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas, de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), así como organizaciones de la izquierda socialista, como el PRT, entre muchas otras fuerzas sociales y políticas.

Lo más relevante de este Congreso Social de los trabajadores fue la voluntad de definir un proyecto político estratégico (un proyecto de nación desde la perspectiva de los trabajadores) para organizar y consolidar un Frente amplio y popular que agrupe a los trabajadores organizados y al pueblo. Se enfatizó la idea de constituir una fuerza colectiva, popular, democrática y política que intervenga en la disputa por el poder político en México. Se discutió no sólo sobre la necesidad de unificar la resistencia contra las políticas neoliberales del gobierno panista sino de la urgencia de


trazar una estrategia para hacer política y constituir un nuevo gobierno popular y de los trabajadores.

Muchas ponencias e intervenciones, sobre todo en la Mesa 1, “Proyecto de Nación”, plantearon la necesidad de unificar las propuestas estratégicas de nación, unir fuerzas con el movimiento cívico de López Obrador e intervenir como una fuerza política de los trabajadores en la coyuntura electoral del 2012.

Este hecho es de trascendental importancia. Después de años de plantearse políticas de resistencia y pliegos de demandas a gobiernos neoliberales para nada dispuestos a tomarlos en cuenta, las organizaciones sindicales y sociales más organizadas y combativas de México abrieron la discusión sobre cuestiones estratégicas (proyecto de nación) y tácticas (frente único y aprovechar la coyuntura electoral) para disputar el poder y frenar las políticas neoliberales desde la perspectiva de los trabajadores.

EL SME ABRE UN NUEVO TIEMPO: DE LAS POLÍTICAS DE RESISTENCIA SINDICAL A LA POLÍTICA ESTRATÉGICA EMANCIPATORIA

En este mismo sentido, las ponencias del SME a este Congreso Social marcan un hito en la lucha social en México porque en ellas plantean de manera clara y contundente que el proyecto estratégico de nación requiere el instrumento político para luchar por él: una fuerza organizada y política de los trabajadores que dispute el poder de la derecha neoliberal, un partido revolucionario.

Las importantísimas ponencias del SME a este Congreso Social explican, argumentan y proponen nada menos que un camino estratégico y táctico para la emancipación de la clase trabajadora mexicana.

En una de ellas refieren la relevancia de la Asamblea General Extraordinaria del 8 de julio de 2010, en la que decidieron “desobedecer a la ‘máxima instancia judicial’ mexicana, y por tanto, pasar de la etapa de la Resistencia Civil Pacífica a la Insurrección popular y Política.” En ese momento clave les quedó perfectamente claro a los electricistas -como les debiera quedar claro a todos los trabajadores y sindicalistas- que pese a la importancia de las luchas sindicales y gremiales, éstas “son absolutamente insuficientes y por demás limitadas.”


Para ellos “ahora es un imperativo acceder a la lucha política y social, pues ya no se trata solo de defender nuestros empleos, nuestro Contrato y a nuestro Sindicato, sino al conjunto del pueblo y de la Patria. Que ésta, se encuentra sometida a gravísimo acoso por parte de los oligarcas y su gobierno, por lo que se requiere de una respuesta de esa misma envergadura.” Para rescatar y defender sus empleos, la industria eléctrica, los bienes y servicios públicos, los derechos sociales y laborales, etc., “se requieren con urgencia nuevos instrumentos políticos y organizativos que la hagan realizable, y por lo tanto, debemos comprometernos a construirlos con la mayor rapidez posible.”

En varios documentos insisten en “la necesidad de irrumpir en el escenario de lo político para definir el rumbo de la historia de nuestro país”, en la urgencia por elevar “nuestra presencia pública en disposición de disputar a los enemigos del pueblo, la conducción de las instituciones del Estado.” Se trata de organizarse políticamente para conquistar el poder explícito del Estado; sólo desde esa importante palanca social que es el Estado podrá ser posible empezar a realizar las transformaciones radicales que implica el proyecto estratégico de nación definido por los trabajadores.

La larga historia de lucha social y democratizadora del SME se propone como “la plataforma programática y la práctica política, desde la cual nos planteamos arribar a procesos organizativos unitarios que permitan crear espacios de poder desde los cuales, se concreten cambios sustantivos en el régimen político autoritario y el modelo económico neoliberal. Transformaciones que recuperen el régimen democrático para la República y trastoquen las bases seculares de la injusta distribución de la riqueza en nuestro país.” La consigna smeíta de “o son ellos o somos nosotros” se ha concretado, por fin, en una estrategia política revolucionaria.

Conscientes de las posibilidades de estallidos sociales, el SME llama a la “formación de un instrumento político en la perspectiva de dotar a la rebelión del pueblo, de una estructura organizada que viabilice el tránsito político a un gobierno con legitimidad democrática, que genere los consensos pertinentes para arribar a un nuevo constituyente.”

Para el SME el asunto está claro: sólo desde un nuevo gobierno “con legitimidad democrática” se podrá llegar a un verdadero “nuevo constituyente.”

Pero ello requiere la unidad de los “distintos destacamentos de la lucha social”, pero unidad no para resistir sino para “disputar el poder en todos los ámbitos en que la política se exprese.” Para


ello es imprescindible, dicen los smeítas, “un instrumento político que construya la nueva identidad y la auténtica soberanía del pueblo, afirmando su voluntad en un gobierno que se instituya para su beneficio.” Esto es: un partido revolucionario de los trabajadores.

Para el SME “ya no se trata de crear un frente más, de seguir reordenando las fuerzas de las mismas organizaciones, de seguir intentando hacer más con los mismos, de actuar sólo frente a una coyuntura electoral bajo las reglas de los de arriba, de depender del corrupto sistema de partidos y de su “representación” pervertida.” Los nuevos tiempos son de unificación, organización y lucha política. En ese sentido, proponen “tres grandes instrumentos sindicales y políticos”, a saber:

1.- Construir una nueva Central Nacional de los Trabajadores de la ciudad y el campo. 2.- Realizar un Gran Congreso Social que pueda avanzar hacia un Nuevo Constituyente. 3.- Avanzaren la construcción de un Instrumento Político de los Trabajadores y el Pueblo.

En otra ponencia abandonan las ilusiones en la capacidad del capitalismo para resolver los problemas sociales y se plantean como meta estratégica el socialismo:

“En México existe un claro vacío de una alternativa política basada en la clase trabajadora del campo y la ciudad, en clara ruptura con el sistema capitalista y que aspire a un gobierno democrático de obreros y campesinos. Esta pretensión no es fruto de un radicalismo trasnochado. El capitalismo ha entrado en una fase muy destructiva y debe ser reemplazado por un sistema más racional y civilizado. De motor del desarrollo de las fuerzas productivas el capitalismo se ha convertido en su propia traba, intenta aniquilar conquistas que a la clase trabajadora le llevó más de un siglo de luchas y está amenazando la existencia misma de la vida en el planeta con la catástrofe ambiental que ha provocado. La alternativa “Socialismo o Barbarie”, se plantea hoy con más crudeza que nunca.”

Coincidentes con nuestra postura como PRT, los documentos reconocen los méritos de la lucha del movimiento de López Obrador, y su orientación democratizadora y anti-neoliberal, pero señalan sus límites: que “no ha roto con el capitalismo” y no “busca apoyarse en la movilización y la autorganización de la clase trabajadora.”


Para el PRT, las propuestas políticas del SME no sólo son correctas, desde una perspectiva estratégica, y viables en la definición de las tareas políticas mediatas e inmediatas. De hecho, sus propuestas trazan el camino para la emancipación de los trabajadores que, como Marx insistía, sólo podrá ser obra de ellos mismos.

Desde ya hacemos nuestras estas trascendentales iniciativas y nos comprometemos con sumarnos a ellas e impulsarlas, sin dejar de lado nuestras banderas ecosocialistas y feministas, antiburocráticas y democratizadoras, internacionalistas y anticapitalistas que sin duda pueden enriquecer el proyecto político que propone el SME para la emancipación de los trabajadores y la construcción de un verdadero socialismo, humanista y liberador.

TIEMPOS DE ESTRATEGIA REVOLUCIONARIA

Todo indica que estamos transitando hacia nuevos tiempos, a nuevos niveles de conciencia entre los trabajadores y movimientos sociales: pasamos de la discusión sobre las luchas de resistencias a cuestiones estratégicas. Hoy se discute un Programa estratégico que articule el antineoliberalismo con el anti-capitalismo, la constitución de un Frente Único, la necesidad de un Partido revolucionario, la coyuntura política…

Considerando la coyuntura del 2012, la de una posible y dura disputa por la nación que se exprese en las próximas elecciones presidenciales, el PRT presentó al Congreso Social las siguientes propuestas, todas ellas en sintonía con los avanzados planteamientos del SME:

“Para el PRT, un proyecto de nación y de mundo ecosocialista debe partir de las luchas y demandas más relevantes del presente, pero articuladas al objetivo estratégico de los trabajadores: al socialismo, entendido éste como una sociedad radicalmente democrática que se propone terminar con todo tipo de desigualdades, con la explotación y la enajenación características del capitalismo, con las diversas formas de injusticias y opresiones que la propia dinámica del capital promueve (colonialismo, patriarcalismo, esclavitud), así como con el ecocidio planetario. Porque nuestro objetivo estratégico “no consiste en reformar el capitalismo, sino en derribarlo.” Nuestra política es la de impulsar la conquista del poder por parte del conjunto de trabajadores “para realizar la expropiación de la burguesía.” Ello no significa, por supuesto, que se desprecien las reformas y demandas inmediatas y parciales, así como las propuestas hacia una nueva Asamblea Constituyente nacional. Para la izquierda socialista se trata de articular las demandas inmediatas, anti-neoliberales y democráticas, que “entren en conflicto con las


tendencias destructivas y degradantes del capitalismo decadente” con el objetivo estratégico emancipador para avanzar con “un sistema de reivindicaciones transitorias” de manera “cada vez más abierta y resueltamente contra las bases del régimen burgués.” (León Trotsky, Programa de Transición)…”

Pensamos que algunas de estas demandas se articulan alrededor de reivindicaciones políticas (que aquí no desarrollamos) como las siguientes:

-Defensa de la Constitución y restitución de la Soberanía Nacional -Defensa y extensión de los servicios públicos y del bien común -Defensa de Derechos sociales e individuales -Defensa de la Naturaleza y del Medio Ambiente -Por un Nuevo Congreso Constituyente

“Sin embargo, sabemos que las propuestas presentadas sólo son indicativas y cobrarán sentido verdadero si pueden ser discutidas, evaluadas y asumidas por movimientos de masas en un proceso de confrontación política, en una verdadera disputa por la nación como la que se anuncia en el 2012. Por eso nos parece que este Congreso Social debe ser el punto de partida para prepararnos para esa importante confrontación política, por lo que proponemos:

1º Apoyar la iniciativa del Movimiento Político de los Trabajadores que impulsa el SME. Como lo decimos en un documento que saluda esta propuesta, plantearse la perspectiva de construir un partido político que viene de los trabajadores y que se propone defender los derechos del pueblo y los trabajadores, abre la posibilidad “de avanzar en un proyecto que hoy es más urgente y necesario que nunca para defender los intereses históricos de la clase obrera en nuestro país. Para nuestro partido, el PRT, esta iniciativa es un paso muy importante en la dirección de un instrumento para lograr la independencia política de los trabajadores mexicanos.” Para nosotros significa un innegable avance en la conciencia de los trabajadores el proponerse organizarse ya no sindical o localmente sino políticamente, con una expresión partidaria que se compromete con la defensa de los intereses de clase de los trabajadores.

“Si la lucha social no tiene instrumentos políticos propios –decíamos en el saludo a la iniciativa política del SME-, dependerá básicamente de alianzas con organizaciones y fuerzas políticas que


no tienen una perspectiva clasista de largo plazo ni mucho menos un programa anticapitalista o socialista, como ha ocurrido durante años en que no se ha logrado producir la ruptura orgánica de la mayoría de las y los trabajadores con los partidos de la burguesía y corrientes reformistas. Por eso es importante un proyecto político de lucha por el poder, no solamente contestatario o defensivo.”

Un partido de los trabajadores debe enfrentar al capitalismo, disputar el poder y, eventualmente, sumarse a la construcción colectiva de una nueva sociedad y un mundo justo e igualitario, democrático, sin explotación o enajenación, comprometido también con el cuidado de la naturaleza. A ese mundo posible y necesario nosotros le llamamos Ecosocialismo.

2º Sumar las fuerzas y las reivindicaciones de las diversas organizaciones sindicales y los múltiples movimientos sociales que hoy se levantan contra el neoliberalismo al movimiento cívico del Movimiento por la Transformación de México. Aunque nuestra organización ha examinado críticamente el “Proyecto Alternativo de Nación”, señalando sus límites (el ser un proyecto alternativo al neoliberalismo pero no al capitalismo, su continuidad con los programas del nacionalismo revolucionario) y sus silencios (sobre el imperialismo, el capitalismo, el patriarcalismo, etc.), estamos convencidos de que éste, como programa y como expresión de un amplio movimiento social, sí choca frontalmente con las políticas neoliberales y el régimen oligárquico actual, cuestionando el poder del bloque histórico dominante (a cuyo servicio se encuentran las cúpulas del PRI y del PAN), anunciado una fuerte confrontación política (como en el 2006), una verdadera disputa de la nación, que puede abrir un proceso revolucionario en nuestro país. 3º Convertir a la Asamblea Nacional de Resistencia Popular y la Asamblea Nacional Constituyente en el principio de un poder colectivo y democrático, unitario, que desde abajo sea capaz de agrupar a la enorme coalición de descontentos que luchan contra el neoliberalismo en México para constituir una fuerza social autónoma que no sólo confluya y sea decisiva en la lucha política electoral del 2012 sino que sea la garantía de las resistencias y de la ofensiva por una mundo y una sociedad ecosocialista.

4º Empezar la lucha hoy, los próximos días, contra la tentativa de Reformar la Ley Federal del Trabajo. Por supuesto que el PRT no niega la importancia del debate sobre una nueva Constitución, sin embargo hoy es urgente luchar juntos porque se respete la Constitución que todavía está vigente, particularmente el Artículo 123, y se frene la tentativa de reformar, a favor de los intereses de los empresarios, la Ley Federal del Trabajo. En un análisis realizado sobre los proyectos laborales, nuestra organización plantea los riesgos de permitir que avance la discusión de la reforma laboral en un Congreso en el que predominan los intereses de las oligarquías


empresariales. Para nosotros, lo que está en juego es una agresión definitiva a todos los trabajadores del país y sus organizaciones sindicales pues las iniciativas se dirigen contra la estabilidad laboral, la contratación colectiva, la bilateralidad, las condiciones de trabajo, el derecho de huelga, etc. Por eso planteamos que se requieren nuevas movilizaciones unitarias y contundentes centradas en el rechazo a toda reforma laboral en las condiciones actuales.”

NUEVOS TIEMPOS PARA LA IZQUIERDA SOCIALISTA

La izquierda de la izquierda, anticapitalista y ecosocialista, sabe que sus tiempos son los de la política: los del cuestionamiento del Poder establecido y de la Dictadura del Capital, los de las tentativas por llevar las luchas sociales inmediatas a la necesidad de terminar con la explotación y las injusticias, los de organizarse y tomar partido, los de la exigencia permanente de una democracia verdadera y radical: como gobierno del pueblo por el pueblo, los de la disputa por el poder desde el poder de los trabajadores.

-Y para “hacer política” se requiere una organización política, pues -insistía Bensaïd- “una política sin partido es... una política sin política.” Las luchas de resistencias son importantes, pero lo son menos si rechazan a la política. Se trata de resistir, sí, pero con un horizonte estratégico: con demandas y un proyecto político, desde esta coyuntura, desde este presente.

El presente es, entonces, político, estratégico; es un conjunto de circunstancias dadas a partir de las cuales es posible actuar políticamente, es decir: hacer historia. Y, lo recuerda Bensaïd, “la política es el modo de ese hacer.” Se trata, entonces, de apostar activamente con una fuerza política real, desde la coyuntura presente, por la realización de una posibilidad histórica que logre dar un viraje a la Historia, que rompa los ciclos infernales del Capital y permita la emergencia del acontecimiento revolucionario que rompería con el pasado y abriría una nueva temporalidad humanizadora, el Otro Tiempo por el que luchamos.

“Cambiar la vida, transformar el mundo, cuidar a la naturaleza”

José Luis Hernández Ayala Celular 55 9191 7210 Casa 5578 1171


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