Soy una judía, no pretendo ocultarlo, y me han perseguido por ello. Y aunque soy igual que las demás he sido denostada, humillada, apartada del resto, como si fuera diferente, de otra categoría, de una raza inferior. Pero es necesario que sepáis que soy semejante a vosotras aunque sea la última judía del plato, la que nadie quiere, la que nunca acaba en un estómago agradecido, la que se tira a la basura o peor aún termina en la taza del váter. judia