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Cristina Rodríguez
Freaks AND GEEKS Una serie bastante desconocida, y que para bien o para mal contó con una única temporada, llegó de la mano del productor Judd Apatow (Supersalidos, La boda de mi mejor amiga, Superfumados, Virgen a los 40, Funny People...) a la NBC en 1999. Además de contar con Judd Apatow fue el lugar de lanzamiento de actores como Jason Segel (HIMYM), James Franco (sí, el valiente que se cortaba el brazo en 127 horas, o el guapísimo que hizo de James Dean con el que ganó un Globo de Oro), John Francis Daley (quién iba a decir que el niño que es en la serie se convertiría en el psicólogo de Bones), Seth Rogen (vale, este es un actor, escritor y productor más desconocido) o Busy Phillips (Dawson crece, Cougar Town...). La serie comienza con una jovencísima Linda Cardellini (Urgencias) en el papel de Lindsey Weir, una brillante estudiante de instituto que poco a poco empieza a relacionarse con los freaks, un grupo más bien problemático a los que los estudios poco les importan. Pero por otro lado, están su hermano menor Sam y su grupo de amigos geek que tratan de encajar en la vida de instituto a la vez que siguen siendo unos niños amantes de los videojuegos. Parte de la gracia de esta serie reside en la naturalidad de los personajes, que no son ni la capitana de las animadoras ni el quarterback de turno. Y que además cuenta con la ventaja de que por ejemplo pocas veces puedes ver a actores interpretando la edad que realmente tienen. Y eso, sin hablar del tono humorístico que nada desentona con el realismo y humanidad de los personajes y los líos en los que se meten. Sin embargo, y pese a que la serie contó con una crítica bastante buena, se canceló a los dieciocho episodios debido al horario en que se emitía; pero logró convertirse en una serie de culto tanto por su banda sonora (Van Halen, Deep Purple, Santana, Kiss, The Who...) como por el brillante elenco de actores que todavía aprovechan cada oportunidad que tienen para reunirse haciendo cameos en otras películas o series, como por ejemplo en Undeclared.
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Undeclared es algo así como una especie de spin-off de la serie de la que os acabo de hablar, Freaks and Geeks, pero tampoco. Contaba con el mismo productor, Judd Apatow y con algunos de los protagonistas de la anterior, como Seth Rogen o Jason Segel. Y aunque realmente no es un spin-off ni una versión universitaria de Freaks and Geeks, algunos paralelismos con ella, hacen que quienes hemos visto la primera y nos hemos quedado con ganas de más, cojamos ésta con muchas ganas y cariño. Y para completar todo este mix y tratar de compensar los bajos niveles de audiencia que tenía pese a la calidad y frescura de los episodios, se incorporaron cameos y estrellas invitadas como Ben Stiller, Adam Sandler o Will Ferrell. Pero en defensa de Apatow hay que decir también que, según él, todos los personajes y actores que aparecerían (me imagino que los principales) ya habían sido reclutados antes de que el capítulo piloto se hubiera escrito, con lo que a la hora de verla, también hay que contar con que los personajes están escritos exclusivamente para los actores. Con tanto rollo sentimental, todavía no os he hablado de qué va realmente la serie, que se centra en un inicio en la indecisión de Steve Karp (Jay Baruchel) para elegir en qué se quiere especializar en su llegada como novato a la universidad. Pero sin embargo no estará solo. Además de sus locos compañeros de cuarto en el colegio mayor, y enamorarse en su primera noche de una chica con un pasado un tanto especial, contará con el apoyo de su padre, que recién divorciado, se hará también amigo (quizás demasiado rápido) de sus nuevos compañeros. Y siguiendo la tónica de Freaks and Geeks, todo esto será narrado desde el cliché del punto de vista del nerd recién llegado a la universidad que busca socializar y encajar mejor en la nueva sociedad en la que se verá inmerso; a la vez que intenta madurar y para ello comienza por quitar sus posters de Expediente X de la habitación. En definitiva, otra comedia más sobre universitarios que, sin embargo, no termina de pasar del todo desapercibida.
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Octava l a n t a