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David Arroyo
La incertidumbre en las series españolas Nadie sabe muy bien lo que impide despegar a las series televisivas españolas. Es indudable que las series de aquí son distintas. El producto nacional no encuentra su lugar para llegar a convertirse en uno de esos fenómenos capaces de maravillar a la crítica y al público o sencillamente llegar a desarrollar una historia relativamente articulada. La enorme duración de estas series tampoco acompaña para su visionado. Y no utilizan minutos adicionales para contar más porque los necesiten, sino para redundar en las historias y mezclar todo tipo de géneros juntos colapsando. El éxito de algunas ficciones como Perdidos y el correcto funcionamiento generado por las series norteamericanas obligan a que España reaccione creando series como El barco. Se trata de un thriller o algo parecido porque resulta bastante desconcertante.
Por activa o por pasiva todas las series españolas terminan siendo una mezcla de ideas explotadas con anterioridad en otras series o películas de mucha más calidad. De la misma manera actúa El internado, parece que solo se centran en el reparto juvenil exhibiendo músculo y recitando frases básicas como si tuvieran serrín por cerebro. Las interpretaciones por parte de los actores, en la mayoría de los casos son demasiado forzada lo que subraya las limitaciones de producción.
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Sin embargo, no todo iba a ser malo. Dentro del ámbito español podemos encontrar joyas con cierta vocación histórica como Cuéntame. Una manera excepcional de relatar la vida de una familia española a lo largo del tiempo. Otro tipo de ejemplos puede ser Águila Roja, que pese a realizar un relato aventurero no ha terminado de cuajar. Una serie de gran éxito puede ser Motivos Personales que con una trama enigmática y bien desarrollada consiguió captar la atención del público. Algunos la recordarán como la mejor serie española que hayan visualizado sus retinas. Centrémonos ahora en los efectos especiales. Una de las empresas más importantes en el sector audiovisual español es Globomedia. La mayoría de las series creadas por esta empresa, como El Barco o El Internado, están llenas de detalles sumamente cutres. No obstante se trata de series de gran éxito y audiencia. Algo no encaja. Tendremos que suponer que el cine español no evoluciona porque nosotros no evolucionamos y nos conformamos con cualquier cosa que nos echen, como animales hambrientos que llevan semanas sin comer. Otra posibilidad puede ser que la ficción seriada española se pierde muchas batallas por un tremendo miedo al fracaso. Yo también me incluyo dentro del grupo de personas que ve las series españolas a pesar de no estar completamente satisfecho con el resultado. Siempre nos quedará el consuelo de que en algún lugar existirá algo peor o eso esperamos. No podría despedir este artículo sin hacer referencia a Los Serrano. Su escandaloso desenlace que consistía en convertir los cinco años de exitoso serial en un sueño del protagonista denota la incompetencia de guionistas y productores. Esto provocó que una comedia con buenas expectativas acabase hundida y humillada. En definitiva, pienso que al ámbito español le queda mucho que aprender y necesita un empujón para que empiece a despegar en este mundillo. Es verdad que para gustos los colores, y que en algunos momentos puede que hasta prefieras ver una serie española para echarte unas risas fáciles, pero seamos honestos, que tire la primera piedra quien no siga ninguna serie norteamericana.
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Octava l a n t a