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| EVENTOS > acto de las becas
Isabel Santidrián
28 de abril, sábado, desde las cuatro de la tarde se respiraba nerviosismo en el ambiente. Todos teníamos que estar perfectos, sobre todo aquellos a los que este año se nos hacía entrega de la beca. Personalmente, llevaba pensando en este día desde hacía tiempo, puesto que marcaría el cierre de una etapa en mi vida, mi etapa en la Residencia Alfonso VIII, mi casa durante tres años. El acto se había programado en un principio a las 8, pero finalmente se decidió comenzar una hora antes, así que tocó empezar a prepararse pronto. Desfiles a medio vestir de habitación en habitación buscando ser peinados, maquillados, o simplemente buscando consejo. Por fin nos encaminamos hacia el Palacio de Congresos Conde Ansúrez. Con unos escasos minutos de retraso, que a los que esperábamos subir al escenario se nos hicieron eternos, empezó el acto. Fue el propio Director el que dio paso a nuestro Subdirector para que nos dedicara unas palabras, gesto que a todos nos pareció muy adecuado, dado el esfuerzo que el segundo ha realizado junto a nuestros queridos tutores, para que esta Residencia haya podido seguir adelante. El tema principal fue la crisis, y es que a todos nos ha quedado muy claro que “no hay dinero”. Pero no voy a abrir debate sobre el tema, porque fueron mis becas y lo que quiero recordar es aquello que me hizo emocionarme. Tras la intervención de Víctor, fue nuestro Residente de Honor el que nos dedicó unas palabras. Jesús María Sanz Serna se mostró muy agradecido e ilusionado con la invitación a tal evento. Después de unos años consecutivos de ausencias de los residentes de honor en el mismo día de las becas, agradezco desde aquí doblemente su presencia. A continuación llegó el esperado momento de aquellos que con muchos nervios nos sentábamos en las primeras filas. Los
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comentarios eran frecuentes y a cada cual más curioso: “¿Hay que darles la mano a todos?”, “¿Resbalan las escaleras?”, “A ver qué tal bajo con estos tacones…” Uno a uno los tutores nos fueron llamando para que los becados subiéramos al escenario. Primero el pin, luego la beca, besos a todos, la foto antes de bajar y…, por fin a salvo. De nuevo los tutores, uno a uno, fueron llamándonos para recibir las medallas que en los diferentes torneos, Rector e Interno, habíamos conseguido. Aprovecho para felicitar al equipo de fútbol 11 y al de baloncesto femenino, que con mucho esfuerzo y gran ilusión, hemos conseguido alzarnos con el Trofeo Rector de residencias. Parchís, mus, póker, trivial, fútbol, voleibol… Sin olvidar también los concursos de fotografía y de logos de la Residencia. Mismo procedimiento: subir, medalla, besos, foto y abajo. Algunos subían cada vez más encorvados, dado que el número de medallas que colgaban de su cuello aumentaba considerablemente. Tras la llegada de la Vicerrectora, los tutores decidieron que era el momento de su habitual discurso. En esta ocasión fueron
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