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¿qué fue de...? < INTRO |
Laura Mediavilla & Clara Martín
Nacho Rodríguez Nacho entró en esta residencia, siendo ya todo un ingeniero, hace 5 años, y hace dos nos abandonó tras finalizar su segundo ciclo en Ingeniería de Telecomunicaciones. Así que, pasado este tiempo, hemos decidido entrevistarle para saber lo que la vida les depara a los alfonsinos tras abandonar este edificio. 1. Hola Nacho, cuéntanos, ¿a qué te estás dedicando actualmente? ¡Hola chicas! Estoy trabajando como ingeniero de telecomunicaciones en el departamento de Comunicaciones Ópticas en la ETSIT de la UVa. 2. En vista de que muchos de nuestros amigos están tristes porque este año dejan la residencia, dinos, ¿realmente es tan malo y tan difícil adaptarse a la nueva vida post-Alfonsina? Pienso que cada etapa tiene su momento y si te da pena o miedo abandonar ésta es, en definitiva, porque te ha merecido la pena y te ha hecho feliz. Pero lo que hay después de la resi también tiene sus cosas positivas, por supuesto. 3. Y volviendo a los inicios de tu llegada a la resi, ¿cómo viviste las jornadas de integración siendo mayor que muchos de tus veteranos? Era curioso que gente más pequeña me hiciera novatadas.. yo ya había pasado por unas, así que... a veces me escabullía (risas). Pero por norma general no me quejaba, creo que son lo mejor a la hora de conocer gente y formar tu grupo de amigos en la resi. 4. ¿Cuáles son tus mejores recuerdos como residente? Canciones, bares, fiestas, actividades, eventos… Hay muchos recuerdos fantásticos, no puedo quedarme con unos cuantos en concreto. Pero todos son geniales gracias a que los viví con gente de la resi que merece mucho la pena. Desde ver las representaciones navideñas (para decorar era un poco vago..(risas) y su correspondiente cena y fiesta de navidad, novatadas, obras de teatro, becas... hasta ver los partidos de fútbol en la sala del cuarto, de la Champions, Eurocopa o Mundial que ganamos, todos viviéndolo a tope. 5. ¿Qué es lo que más añoras de la resi respecto a la forma de vida que llevas actualmente? Lo que más se añora es el hecho de no tener un contacto tan frecuente, cercano y fácil con la gente con la que has estado varios años compartiendo tu vida. El hecho de poder ver a cualquiera en cuestión de segundos porque vive a diez ó treinta metros de tí, ya sea porque quieres hablar, hacer deporte, salir de fiesta, resolver dudas de clase, etc... es increíble.
Octava l a n t a
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6. Siempre eres bienvenido entre nosotros y tus visitas son bastante frecuentes, ¿notas mucha diferencia en cómo está la residencia actualmente y cómo la dejaste? Sé que ha habido problemas con estudiantes de otras carreras, nuevas prohibiciones y demás, aunque también ha habido mejoras en las instalaciones como en la sala de TV, sala Miguel Delibes o en la puerta de entrada. En general, yo la encuentro bastante parecida a como la dejé. 7. El pasado año te enfrentaste por primera vez a la cruda realidad de la vida laboral. Cuéntanos cómo viviste esta experiencia ni más ni menos que en la capital. Pues este tipo de cambios se afrontan con mucha ilusión pero reconozco que es duro. Me siento muy afortunado de haber encontrado trabajo incluso antes de haber acabado la carrera pero el hecho de aguantar diez u once horas de jornada laboral, el tener unas responsabilidades que afectan a un grupo de personas o un jefe son temas a los que te tienes que ir acostumbrando poco a poco. 8. Como nos has comentado antes, estás trabajando de nuevo en Valladolid. ¿Cuál fue la razón de tu vuelta? ¿Consideras que fue una decisión acertada? Mi razón de volver fue laboral. El trabajo que tenía en Madrid no me motivaba lo suficiente y una de las cosas que he aprendido es que hacer cada día algo que no te llena, acaba por desmoralizarte. Por suerte, encontré una nueva oportunidad aquí y estoy mucho más contento en el día a día. 9. Y para terminar, ¿hay alguna aventura vivida durante tus años de residente que sea especialmente digna de contar? Pues una tontería puede ser la siguiente. Demuestra lo compañeros y lo graciosos que pueden ser a veces tus vecinos. Un día que salí de fiesta con gente de Cáceres que había venido a verme, el residente D.G.A. decidió poner mi despertador a todo volumen a las 7 AM, contando con darme un buen susto por la mañana y despertarme. El tema fue que yo llegué a la resi a las 7,30 u 8 AM, con lo cual... no le salió bien la jugada. Cuando pedí las llaves al conserje me dijo que acababa de bajar de mi habitación de apagarme la música que me la había dejado puesta a todo trapo...(yo pensé, ¿hacía 8 horas?) y la gente había llamado quejándose... fue un poco vergonzoso.. Cuando subí a la habitación comprobé a qué volumen había sonado y el altavoz casi me tumba de lo alto que estaba. Otros residentes, como A.P.R. que vivía pared con pared (de ahí compañerismo) estuvo oyendo mi música más de media hora sin decir nada... porque no quería molestarme por si seguía de fiesta... (risas)... Ante todo, buen rollo en el Alfonso VIII.
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