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Breve guía para la rápida identificación del estudiante de derecho Mario Alija La UVa tiene la suerte de contar con una de las facultades de Derecho más prestigiosas de España, lo que unido a la fama de “Fachadolid” de la ciudad, hace que los rasgos del especimen que me propongo describir se vean acentuados. En primer lugar, lo que le hace reconocible aun fuera de su hábitat es su característico atuendo. Los machos son fácilmente identificables. Así, como se reconoce a un ave por sus alas, a un reptil por su sangre fría o a uno de la Menéndez cuando te pregunta impresionado sí es cierto que hay mujeres en tu residencia, el estudiante de derecho nunca sale de su mansión sin sus náuticos. Este tipo de calzado es mucho más que una prenda de vestir, es un símbolo de dominio social, que permite excluir de la manada a los que no sigan la pauta establecida. No faltan tampoco los pantalones beige, camisas abiertas sensualmente hasta el tercer botón y un peinado que admite dos modalidades: o bien flequillo de dimensiones desproporcionadas o raya a un lado estilo Cuéntame cómo pasó. A partir de esta base, para tratar de impresionar a las hembras, los machos decoran su cuerpo con complementos con un denominador común: la bandera nacional, que aparece en cinturones, carteras, pulseras, etc. Pero por todos es conocida la estrechez de las mujeres vallisoletanas, por lo que para asegurarse su presa, el varón suele afiliarse al PP, para que quede claro que su amor a la patria no es solo fachada. Mayores dificultades supone el reconocimiento de las hembras. Si bien en otra ciudad no sería un gran problema, las mujeres de derecho se integran perfectamente en el colectivo femenino pucelano. Pero como he dicho antes, la estudiante de derecho lleva al clímax los rasgos característicos de su especie. Cabe destacar por encima de todo su profunda capa de nocilla maquillaje, que permite homogeneizar sus rasgos, de tal modo que es difícil diferenciarlas entre ellas. Es frecuente, sobre todo entre novatos, confundirse de clase al creer que conoces a las chicas de la primera fila cuando abres la puerta. Respecto a su indumentaria, los tacones no pueden faltar, ya que son imprescindibles para anunciar su entrada en la biblioteca, aumentando así las posibilidades de obtener la atención de sus compañeros. Dios los cría y ellos se juntan. ¿Por qué? Parece ser que el principal motivo es la facilidad para encontrar ocupación laboral en la empresa/buffet de papá, estimulado por la baja nota de corte. Pero esto no desanima a los estudiantes de derecho “sangre sucia”, que viendo más oscuro su futuro, no dudan a la hora de enrolarse en un partido político (lo que además conlleva el mencionado crecimiento exponencial de su sex-appeal), ascendiendo gradualmente en la organización interna gracias a la noble técnica de tragar mierda y hacer de felpudo como si no hubiera mañana. Es como una especie de novatadas, pero en vez de 3 semanas, duran 25 años, no haces amigos y las únicas fichas que vas a ver son las que da la máquina de los cafés que vas a llevar. Así que querido lector, espero que esta información le haya sido útil y la próxima vez que se encuentre con un estudiante de derecho sea capaz de identificarlo antes de que sea demasiado tarde, y si te gusta ir a estudiar en chándal mejor vete a las bibliotecas de ciencias o industriales, de lo contrario te sentirás más observado que una mujer en la Menéndez (la Menéndez es como Milhouse, si no la utilizas es muy difícil encontrar un símil). Eso es todo, marquistas.
Octava l a n t a
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Conflicto nuclear Miguel Ángel Bermúdez Se podría definir una central nuclear como una instalación industrial que se usa para generar energía eléctrica a partir de la energía nuclear. Este tipo de instalaciones se empezaron a construir hace aproximadamente unos 60 años. El primer país que empleó este tipo de energía fue la URSS en 1954, y posteriormente Reino Unido con otras dos centrales. El resto de países que implantaron esta nueva industria lo hicieron a partir de la llamada crisis del petróleo. Con el fin de conseguir energía barata, se introdujeron en este nuevo mundo. En esta época se pasó de tener unas 16 centrales en todo el mundo a unas 415 en el año 1988. A partir del incidente de Chernóbil en 1986, que supuso un duro golpe para este tipo de industria, se implantó el miedo en la sociedad acerca del uso de este tipo de energía, por lo que desde este incidente hasta nuestros días solo se han construido unas 27 centrales nucleares. Hoy en día, la energía nuclear presenta diversos peligros para la sociedad que no tienen una solución rápida, estos pueden afectar directamente a la población o, indirectamente a los diferentes seres vivos de la naturaleza. Los principales peligros que presentan son: desde la radiación hasta una explosión nuclear. Las probabilidades de que pueda suceder algo son muy variopintas, aunque mínimas, dependiendo del tipo de central nuclear que sea. Ahora mismo las centrales nucleares generan aproximadamente un tercera parte de la energía eléctrica que se consume en España. Una de las principales ventajas de este tipo de energía es la no emisión de CO2 a la atmosfera, pero no solo no genera CO2 sino que millones de contaminantes provenientes de los recursos fósiles también se evitan con el uso de este tipo de energía. Otra de las ventajas dignas de mencionar son los mínimos vertidos expulsados de las centrales nucleares, los cuales son expulsados por las chimeneas y canales de descarga. Por último, cabe destacar que con muy poco combustible utilizado (Uranio) se obtienen cantidades inmensas de energía. Actualmente en España tenemos seis centrales nucleares operativas con ocho reactores activos: Santa María de Garoña (Burgos), Almaraz (Cáceres), Ascó (Tarragona), Cofrentes (Valencia), Vandellós (Tarragona) y Trillo (Guadalajara). Después de todo esto mi pregunta es: ¿Podemos prescindir de las centrales nucleares? Desde mi punto de vista, ahora mismo no estamos capacitados para poder prescindir de una cantidad de energía tan voluminosa así a la ligera. Aunque también es necesario invertir mucho dinero y tiempo en este tipo de industria para garantizar su viabilidad y hacerlas totalmente seguras.
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