Octava Planta numero 32

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Sección ves que si te quedaras unos meses más, tu inglés sería mejor, y amplías tu estancia aquí y decides quedarte un tiempo más, y luego vuelves a ampliar: hasta navidad, luego Semana Santa y luego verano… ¿hasta cuándo estaremos aquí? Un punto importante para mi aprendizaje de inglés (aparte de vivir en un entorno inglés con el mínimo contacto con españoles) es ir a clase todos los días. Mucha gente de España me pregunta “y tus clases, ¿son en inglés?”. Pues sí, por supuesto, y mis compañeros son de todas las partes del mundo: Rusia, Polonia, Corea, China, Tailandia, Francia, Méjico, Albania… y el profesor no puede estar traduciendo todo aquello que no entiendes. Ah, y no está permitido usar diccionarios de inglés-español. Pero no todo en esta vida es aprender inglés. ¡Londres me encanta! Aparte de todos los monumentos que nadie debe perderse está todo aquello que constituye el Londres que no se visita. La ciudad tiene una oferta cultural extraordinaria, como museos, teatros, cines, espectáculos, musicales… Fui cuatro veces a una exhibición del famoso pintor ruso Kandinsky, he visto en uno de los mejores teatros de Londres La Traviata, Jenufa, El lago de los cines, Coppelia, Giselle… y he ido a ver el Cirque du Soleil. Y aprovechando que estamos en Inglaterra, he viajado a conocer otras ciudades: Coventry, Warwick, Cambridge, Oxford… Como cosas negativas, puedo decir que Londres es una de las ciudades más caras del mundo y eso se nota en el transporte, el alojamiento…El dinero se te va volando, y cuando ves los precios parece que no notas la diferencia porque es la misma cifra, pero no es la misma moneda.

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Respecto a la vida diaria, me ha costado acostumbrarme un poco a comer sándwiches o cosas ligeras al mediodía, cenar a las 6p.m. y ver todo cerrado a partir de las 5p.m. De la comida… ¿qué os puedo contar? Donde esté la comida española que se quite el fish and chips y la mantequilla. No os podéis imaginar cómo me acuerdo de esos almuerzos en las cafeterías de las facultades (de las bravas de Industriales o del café de Económicas por ejemplo). Como bien decía mi nick del Messenger durante varios meses “Ole la comida española, la tortilla de patata, el aceite de oliva!”. Una ventaja de estar en una ciudad tan cosmopolita es que puedes comer en restaurantes de todas las partes del mundo: tailandeses, chinos, rusos, mejicanos, españoles, griegos, italianos… pero es cierto aquel anuncio de hace algún tiempo “tengo unas ganas de llegar a casa y comerme un bocadillo de…”. Pero aún así, con sus más y sus menos, la experiencia merece mucho la pena. Y creo que nadie, bien de Erasmus o no, debería perdersela.

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