Revista Octava Planta Nº 45

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| EN PORTADA > 20 años de residencia

Willy & Víctor

Entrevista a Diego R. Llanos Ferraris

Diego es, probablemente una de las personas que más se ha involucrado en la Residencia a lo largo de estos años. Residente, tutor, fundador de la Revista y director en su última etapa. No hace falta decir mucho más. Acudimos a su despacho en la Escuela Superior de Ingenieros de Telecomunicación, donde nos contó algunas de sus vivencias. 1. Han pasado ya veinte años desde la apertura de la Residencia. ¿Cómo era esta en sus comienzos? La Residencia se abrió en septiembre de 1991. El director en los primeros años fue Enrique Romero, y por entonces la Residencia carecía de un reglamento. No había comisiones ni actividades culturales: era un lugar de estudio y diversión. Sí había tutores, uno por cada pasillo, y todas las habitaciones eran dobles. El segundo director, Félix Martínez, fue el gran impulsor de la Residencia: creó el reglamento de régimen interno, organizó las actividades en comisiones. La verdad es que con la llegada de Félix estábamos un poco asustados, porque hasta entonces la Residencia se había caracterizado por su libertad (no se cerraba por la noche) y parecía que Félix nos iba a poner a todos firmes. En principio lo hizo, pero no supuso algo traumático: simplemente reglamentó las normas de una forma clara. Casi todas las cosas que siguen en marcha en la Residencia se crearon con él y se continuaron en años posteriores bajo la dirección de Magdalena, Alipio y Eugenio. Y después me tocó a mí. 2. ¿Cómo afectaba el hecho de que todas las habitaciones fuesen dobles y no hubiese habitaciones individuales? El hecho de que las habitaciones fuesen dobles hacía que la Residencia fuera muy diferente: éramos más de 400 residentes. Poco a poco empezó a haber más demanda de habitaciones individuales y al final las dobles fueron minoría. Se ganó en intimidad, pero yo creo que se perdió en convivencia, pues vivir en una habitación doble con alguien que no conoces de nada te forma como ser humano, aprendes a ser más tolerante y también había más vida social: no podías limitarte a encerrarte en la habitación y no ver a nadie. Durante mi dirección con Pablo intentamos fomentar el uso de habitaciones dobles, pero no cuajó. 3. ¿Cuál era la función que tenían los tutores durante tu período de Residencia? Lo primero que hizo Félix al llegar a la Residencia fue convocar un concurso público para elegir tutores y creó diversas comisiones que permitiesen organizar actividades culturales u ofrecer servicios. La aparición de tutores y comisiones fue prácticamente a la par, pero inicialmente no había asignado un tutor para cada comisión. La elección de tutores no se basaba en criterios personales, sino de capacidad y mérito (fundamentalmen-

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te el expediente del residente en el momento de presentarse), y este criterio se mantuvo durante toda la dirección de Félix. Al llegar a la dirección me encontré que se valoraba el trabajo realizado durante el año anterior y la votación de los residentes. Todo ello me pareció muy buena idea, pues premiaba el trabajo realizado el año anterior (además del año de la convocatoria) y el “don de gentes” que los candidatos tenían. 4. Nos parece sorprendente que se llegase a crear una Comisión de Papel Reciclado. ¿Cómo funcionaba? Antes no había la conciencia ambiental que hay ahora y no había contenedores de papel reciclado en la calle, así que un grupo de la Residencia se encargaba de almacenarlo y una vez al mes un camión venía a recogerlo, ya que el servicio de limpieza no incluía esta tarea en su contrato. Posteriormente pasó a llamarse Comisión de Calidad Ambiental y se encargaron también de controlar el funcionamiento de las contratas de la cafetería y el comedor. La verdad es que nunca tuvo mucho trabajo. Y cuando finalmente aparecieron los contenedores en la calle, la Comisión dejó de tener sentido. 5. La Comisión de Informática está actualmente en desuso. ¿Crees que tiene sentido continuar manteniéndola? Cuando apareció la comisión, hacia 1993, no había Internet en las habitaciones, y la labor de la Comisión consistió en mantener una sala de ordenadores con conexión a Internet. Más tarde se cableó la Residencia para ofrecer Internet en las habitaciones, con lo que la sala de ordenadores empezó a perder utilidad. Al pasar los años, su uso fue decayendo porque prácticamente todos los residentes contaban con un PC en sus habitaciones. ¿Tiene sentido a estas alturas una Comisión de Informática? Pues posiblemente no. Esta comisión, al igual que otras, no tenía un carácter solo cultural, sino que se encargaba de proporcionar un servicio que en la actualidad la gente ya no usa. 6. ¿Cómo apareció la Revista en la Residencia? La Comisión de Revista se creó varios años después de la apertura de la Residencia. Durante la dirección de Félix yo fui tutor de Actividades Culturales y pensé que sería buena idea crear una revista que hablase de la vida de la Residencia. Lo cierto es que no esperábamos que durase tanto; de hecho, el número 0 no llegó a las 20 páginas, era experimental y me tocó maquetarlo entero. Félix apoyó esta iniciativa y se comprometió a pagar parte de la impresión siempre y cuando se financiase todo lo posible mediante publicidad. Poco a poco la participación aumentó y cada vez tuvo más páginas. El Director estaba muy contento con esta iniciativa, pues tenía algo que mostrar de la Residencia, que hasta entonces no tenía ninguna fama. Por eso p

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