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8. ¿Qué destacarías de tus años como tutor? La satisfacción de hacer algo que salga bien y que la gente te lo agradezca: la primera capea, la primera barra libre (no fue Guti). Recuerdo que fuimos Marina, Phoebe y yo pidiendo los cinco euros. En la cena de Navidad propuse Campus y al final no salió, aunque yo no me tenía que encargar de eso (era tutor de deportes), busqué otro bar: el Little Bottle. Por otro lado, me jodió que ciertos tutores llevaran problemas de la Residencia a lo personal cuando tienen que ser objetivos y pensar en el bien de la resi: un tutor, por el mero hecho de ser tutor, no es más que cualquier otro residente. 9. Durante tu estancia aquí has convivido con cuatro directores, dinos: ¿qué opinión te merece cada mandato? Magdalena fue la primera y no sé decirte, era mi primer año y no me preocupaban las cosas de la resi. Eugenio era un buenazo, demasiado (en su año bajé mil veces y me decía: “¿tú otra vez aquí?”); pero por lo menos se hicieron todas las cosas. Llanos en mi opinión ha sido el mejor director: un poco cabroncete, pero noble. Cambió Internet, la instalación eléctrica, puso máquinas en el gimnasio, retomó los viajes largos y la excursión de un día... Al último no lo conozco lo suficiente; pero por ir de guay se le está yendo de las manos: tenemos la Semana Cultural más triste de la historia, no hay nada. Antes se hacían trípticos (damos fe, nos mostró uno y no tenía nada que ver con la Semana Cultural de este año, tenía dos semanas llenas de actividades), ¿y ahora qué? Mucho prometer y poco hacer. 10. ¿Cómo has vivido las marchas e incorporaciones de los miembros de los tontines? Cuando se fueron Anto y Oli, sobre todo al principio, lo noté mucho porque era con los que más estaba; pero es que esta resi es la polla, ese año con Raúl se nos hacían más de las nueve de la mañana casi todos los días. Luego entraron Pe y todos estos… justo el año en que decía que me iba a sacar la carrera y resultó ser el peor año. Te acuerdas de muchísimas situaciones de todos ellos, pero con los que estoy ahora también estoy muy bien. 11. Cuéntanos algunas batallitas, que seguro que tienes muchas guardadas en la recámara, no te cortes. ¿Sexuales o alcohólicas? Esto es muy triste: en mi primer año, en Halloween, subí con tal borrachera que de lo que más me alegré era de vivir solo para poder vomitar a gusto. Otro día bajé con Raúl y con Peque (Víctor) y salí a gatas (literal) de la Delibes, me desperté en bolas con la palangana al lado de la cama. Graciosas hay un montón, pero no se pueden contar (damos fe de que no se pueden narrar especialmente una historia con bote de nata de por medio; Jose es todo un Don Juan). 12. Sabemos que es difícil, pero quédate con tus tres mejores momentos vividos en la resi, y con los tres peores. Imposible tíos, (momento de reflexión). Lo mejor, ganar el Trofeo Rector: no sabéis lo que es estar de novato con Álvar y Dieguito, ¡cómo vivían el fútbol!, y eso que éramos malísimos; pero esa energía se te pega… Mi segundo y tercer año en su globalidad (el primero también porque es la novedad) me lo pasé como un enano, y encima fueron los dos en que más aprobé. Y la llegada de las “Raqueles” y de estos cuando se fueron los demás tontines. Lo peor, en mi primer año de tutor: la semana de decoración fue horrorosa, lo pasé fatal (y eso que era de lo que más me gustaba: hablas con gente que normalmente no te relacionas… Este año también me ha gustado mucho). Pero lo que pasó ese año ensució mucho la decoración. Mi segundo año de presidente de ACUA, cuando dieron un cuarto del dinero que dieron el año anterior, fue un palo, y lógicamente, como presidente y responsable, pesa. Malos momentos siempre se viven, pero malos de marcar… esos dos (Rodri hace memoria y Jose se acuerda de cuando le pusieron en la puerta un cartel anónimo firmado supuestamente por toda la Residencia, pidiendo su dimisión, diciendo que era un mal tutor). 13. ¿Hay algo que te hubiera gustado hacer y no has hecho en la Residencia? Follar en un ascensor, en la sala de tutores, ahora que hay billar en el billar… porque creo que lo demás (al margen de lo sexual) lo he hecho todo. Bueno, aprobar más asignaturas. 14. Cuéntanos tus planes de futuro, ¿qué te planteas para los próximos años? ¿dónde te ves dentro de quince años? Pienso en presente, el próximo año acabar ya sí por fin la carrera. Tengo un poco de ganas de empezar el mundo laboral, en un futuro en Barcelona; la ciudad me encanta, la pega es el catalán y que hay que ser muy bueno. También me gustaría vivir un par de años en el extranjero. Pero lo que me planteo ahora es tener un buen cuatrimestre y, el próximo año, tranquilidad. Dentro de quince años, con 40 ¡dios mío!, espero estar soltero, tener muchos amigos, ser muy feliz, mantenerme atractivo y ligar mucho. Yo me quiero casar y comprometer con 45 tacos, me hace ilusión tener criajos, pero hay que darle tiempo a la vida. Como dice mi madre, en el momento que tienes un hijo dejas de vivir por ti, así que lo de comprometerme lo veo muy lejos (eso sí, siempre he sido fiel a las novias, que no a los rollos). 15. Para finalizar, un consejo a las nuevas generaciones. Que estudien (risas). En verdad hay tiempo para todo, con perspectiva ves tus propios fallos. Les digo que disfruten de esto, pero para poder disfrutar de la resi hay que mojarse, implicarse, participar en todo lo posible… Por motivos de espacio y de censura dejamos en el tintero muchas cosas. Pero viendo la ilusión que le ha hecho recordar sus tiempos mozos, María y Rodrigo queremos recomendaros que en cuanto tengáis la ocasión (mejor si hay alcohol de por medio, como en esta entrevista) os animéis a preguntarle por sus mejores batallitas. Las risas están aseguradas.
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