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Miembros y miembras o lo modernos que somos
Física o Química
María Abad
Señor C
Hace ya algún tiempo del mítico “miembros y miembras” de nuestra competente ministra Bibiana Aído pero he aquí mi sorpresa cuando leo una noticia de febrero en la que una empresa de Sevilla se enfrenta a una inspección y una multa de hasta 6.250 euros por no incluir en un anuncio la oferta a las mujeres. Claro, una informática que busca trabajo jamás se daría por aludida si ve que se buscan programadores y no programadoras. Aclaración para principiantes, el género en español es gramatical, es decir, no se basa en el sexo del nombre (si bien es cierto que en la mayoría de los nombres de seres humanos el género está motivado por el sexo, motivado que no obligado) y es el género masculino (recordemos, masculino gramatical) el no marcado, lo que significa que hace referencia a ambos sexos. ¿Por qué es absurda la propuesta de la ministra y de otros políticos que tratan de congeniar con sus votantes femeninas? Todas las lenguas del mundo están basadas en la economía del lenguaje, que se trata de expresar la máxima cantidad de información en la mínima expresión posible. De ahí que digamos cine, zoo, tele, móvil… Si lo pensamos detenidamente es imposible que en una conversación normal una persona deje de utilizar el género no marcado para hablar con los dos géneros: “Me he enterado de que Pepita quiere tener un niño o una niña, pero no está muy convencida con el trato de los médicos y médicas ni tampoco con el de los enfermeros y enfermeras porque son un poco soberbios, soberbias”, algo imposible. (No se me enfaden los médicos, era un ejemplo cualquiera). ¿Por qué la señora Aído, ministra del extinguido y tan necesario Ministerio de ¿Igualdad? se empeña en sacar adelante algo contra natura? Porque es una moderna, una más del pueblo, ese pueblo en el que no se termina de erradicar la violencia de género, seguro que derivada del uso del masculino en nuestro día a día. Sudán (donde el género no marcado es el femenino) es un ejemplo de país desarrollado donde triunfa la igualdad entre hombres y mujeres, ¡¿qué mujer en su sano juicio no querría vivir en Sudán, donde puede decir con libertad mujeres en vez de hombres, niñas en vez de niños, tenistas en vez de…?! Es más fácil ser una abanderada de la ignorancia (si el pueblo es ignorante, yo, como representante del pueblo, lo debería ser también ¿no? O igual es al revés, volvamos al pueblo estúpido y manejable) y hacer que las futuras generaciones aprendan que se debe nombrar a hermanos y hermanas, padre y madre… Mucho mejor que enseñar en las escuelas que las mujeres no son inferiores a los hombres, que pueden hacer los mismos trabajos que ellos, que un hombre no tiene ningún derecho a maltratar a su compañera por el simple hecho de ser eso, su compañera, que nunca un hombre estará por encima de una mujer. Lo que están haciendo es crear un grupo de ignorantes incapaces de distinguir el machismo del uso de un género no marcado. No pasa nada, ¡¿qué importa la educación?! Somos progres, vamos a la cabeza en modernidad, decimos vascos y vascas, programadores y programadoras porque, si no, las informáticas de nuestro país se sentirán discriminadas, no se presentarán a la entrevista de trabajo, no conseguirán un puesto digno, no podrán mantener a su familia, serán una más en la cola del paro, se atiborrarán a antidepresivos, bajarán la media de felicidad de España (¡eso sí que sería una tragedia!) y todo por no poner en un anuncio “programadores y programadoras”, ¡qué malvados! Qué malvado este castellano, esta lengua retrógrada. Si al final será el culpable de la crisis, de la violencia de género y de las desigualdades sociales entre hombres y mujeres. Pero no importa porque somos muy modernos y lo podemos cambiar a nuestro antojo. Todo solucionado.
Octava l a n t a
p
Una revista más aquí llega mi sección, si se puede seguir llamándola así dado que los tutores de esta Revista han decidido suprimirla y ahora tengo que colarme donde bien puedo, con los textos más criticados y a la vez más buscados de todo este montón de papel. Con los cierres tan breves a los que nos tienen acostumbrados esos dos entes que ya hemos mencionado, el periodo desde la anterior revista se ha hecho un poco más largo, pero esta no suele ser una época muy prolífica amorosamente por culpa de los exámenes y quizá este año de la asistencia obligatoria a las clases en los nuevos planes de estudio. Sin embargo, con la llegada de la primavera, la Residencia va a estar más caliente que nunca y no porque a pesar de la ola de calor la calefacción siga encendida, sino porque nuestros alfonsinos colaborarán a ello. Además, como sabiamente dicen las madres, organizándose bien da tiempo para hacer todo. Ya he mencionado la inexistencia de una sección propia y me hace pensar que el motivo de ello es que alguno de esos dos personajes no quiere que desvele los rumores que corren acerca de él y que en la anterior revista quedaron en el tintero; no quiero mencionar cuál de los dos es, pero sólo especifico que estudia Física y parece que ha ayudado a ampliar los conocimientos sobre esta materia a una novata del quinto piso que estudia la misma carrera. Siguiendo hablando de tutores, parece ser que este cuatrimestre la discreción ha sido lo que se llevaba, pues de la noche a la mañana nos encontramos con una más que seria relación entre la tutora de Teatro y el seminuevo médico de su ámbito pandémico. Pero, por otra parte, no puedo dejar de mencionar que para algunos la discreción es lo de menos y que cuando las ganas llaman, cualquier habitación es buena, así que aconsejamos que si tienes nombre de alfombra japonesa tengas cuidado con tus amigas con pecas que pueden colarse en tu habitación y llenarla de polvo sobre todo durante las fiestas de disfraces. También están los que opinan que en la variedad está la diversión y con ello me refiero a dos seminuevos que en el día del campo no tuvieron ninguna moderación en mostrarnos su nueva relación. Con ello me estoy refiriendo a uno apodado como una chica que iba con un caballo y un mono y a un arquitecto del primero. Haciendo memoria de la anterior revista, si entonces contaba que medio pueblo se mudaba de habitación a otras más cercanas a sus romeos, ahora parece que entre tanto viaje prefiere mudarse a vivir a Granada, haya o no subvención por parte de la Residencia. Eso sin embargo, no le parece nada bien a quien se ha ganado el limón este año. Por otra parte, si en la primera revista casi no dejé renglón sin mencionar a un novato, una de ellas se ha ganado el premio a más fichera, aunque a veces gastarse mucho en casinos puede no dar sus frutos, como con los ingenieros rubios. Con tanta celeridad en el cierre de esta revista nos ha pillado la fiesta de las Becas de este año, por lo que puedo hacer memoria sobre lo que sucedió esa noche, seguramente al contrario que muchos que se acabaron todo el alcohol disponible. Puedo por ello comentar que un novato médico que aseguraba pasar speed por el bosque acabó, creo recordar claramente, junto a una arquitecta de tercer año del sexto par. También esa misma noche pudimos ver cómo la enfermera de tercer año del séptimo terminó con un chico del cuarto del que puedo decir que su nombre acaba en acho y empieza por ene. Me despido brevemente hasta la próxima revista.
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