Octava Planta numero 46

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Rodrigo Núñez

Rebelión en la Granja A lo largo de mi vida me he encontrado con mucha gente que renegaba del valor de la lectura, o de la necesidad de estudiar filosofía, historia o literatura en bachilleratos técnicos. Y es precisamente en estos momentos de crisis y de revolución social cuando más se notan las carencias en estas materias de gran parte de la sociedad. Leer la prensa habitualmente es algo útil. Pero en estos tiempos de manipulación mediática por parte de unos medios, que en su mayor parte pertenecen a los lobbys económicos, los clásicos, escritos fuera de todo contexto actual, nos pueden permitir tener una visión mas objetiva de lo que nos acontece. Hace poco releí un libro que para muchos será conocido: Rebelión en la granja, en el que se narra cómo unos animales se rebelan contra el ser humano opresor y la posterior degradación del ideal a costa de una clase selecta que se acaba aprovechando del resto. George Orwell escribió este libro hace alrededor de 70 años y aunque es una crítica mordaz de los regímenes totalitarios, y más en concreto del Stalinismo, su actualidad en muchos aspectos es abrumadora. En el libro, tras derrocar al hombre, se establece un régimen democrático y se marcan una series de directrices como el reparto de comida o la edad de retiro; al igual que una serie de preceptos bajo los cuales se han de guiar, que quedan reflejados en siete mandamientos (como una constitución). Pero poco a poco, la clase dirigente, representada por los cerdos, cuyos mandatarios serán Napoleón y Snowball, de visiones completamente opuestas, se va asignando privilegios. Por ejemplo: “… las manzanas caídas de los árboles serían llevadas al guardarnés para el consumo de los cerdos. ... algunos animales comenzaron a murmurar, pero en vano. Todos los cerdos estaban de acuerdo en este punto, hasta Snowball y Napoleón.” Es realmente curiosa la similitud con la facilidad que tienen PP y PSOE para ponerse de acuerdo a la hora de subirse el sueldo o aumentar los privilegios de la clase política, aunque no lo estén en el resto de asuntos. Y para defender esta postura no usan argumentos muy distintos a los que se utilizan actualmente, el miedo. Miedo a que vuelva el hombre “si no lo hacéis así Jones volverá”, o actualmente “si no hacéis todo lo que decimos nos arruinaremos todos”. Pero todo esto no se consigue sin la ayuda de tres fuerzas fundamentales: un brazo opresor, representado por perros de presa (fuerzas de seguridad del estado); el manipulador mediático, representado por un cerdo perteneciente a la clase privilegiada, Squealer (mucha de la prensa de este país) y las ovejas, que representan a la masa estúpida que corea sin saber el qué, dando la poca legitimidad que necesita al dictador (cualquiera de los que estaban dando votes hace unos días en Génova o hace cuatro años en Ferraz). Pero también están representadas otras muchas facciones de la sociedad como la iglesia, los intelectuales y el proletariado, representado por un caballo, Boxer, que acaba convirtiendo en sus dos lemas “Napoleón siempre tiene razón”, muestra de lo peligroso que es no tener pensamiento propio, y “trabajaré más fuerte”. Y sirviéndose de todo esto los cerdos van otorgándose más privilegios: “Los cerdos en verdad no trabajaban, pero dirigían y supervisaban a los demás, a causa de sus conocimientos superiores era normal que ellos asumieran el mando.” Y, aprovechándose del deseado analfabetismo del resto (no seré yo el que diga que recortar dinero en educación es un intento por crear una masa estúpida fácilmente adoctrinable y no un mal necesario consecuencia de la crisis), varían sus mandamientos a su antojo para beneficiarse. Es curioso cómo en el libro se habla de crear una nueva escuela para los hijos de los cerdos,

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olvidándose de los del resto de la granja. Los que han nacido para tirar del arado, que se dediquen a tirar del arado. También para afianzarse en el poder usan dos métodos bastante actuales, el echar la culpa de todo a un enemigo, creado mediante la manipulación (tampoco seré yo el que diga que en este país se ha utilizado la inmigración como la causa de todos nuestros problemas) y la creación de rencillas internas que impidan la unión contra el verdadero enemigo y causa de sus males, la clase dirigente. Por no hablar de la manipulación histórica, en la que varían lo hechos a su antojo valiéndose del desconocimiento del resto. “No era que estos animales no trabajaran a su manera. Existía, como Squealer nunca se cansaba de explicarles, un sinfín de labores en la supervisión y organización de la granja. Gran parte de este trabajo tenía características tales que los demás animales eran demasiado ignorantes para comprenderlo.” ¿Acaso no ocurre lo mismo actualmente? ¿No se escudan en el desconocimiento general de cómo funciona el sistema financiero mundial?: primas de riesgo, deuda pública, agencias de rating… para decirnos que al final los de siempre van a tener que trabajar más y tener menos? Rajoy en el balcón de Génova dijo “esfuerzo compartido y equitativamente repartido” y, similar a como lo hace Napoleón en el libro, arengó a un espíritu patriótico para trabajar más y no quejarnos con lo que nos viene. No se equivoca, no hay más que conocer un poco de historia para saber de la entrega y sacrificio de los españoles, y también de su estupidez para hacerlo siempre en beneficio de una clase dirigente inepta. Esto era así con los Austrias, lo fue con los Borbones y lo sigue siendo con la partitocracia PPSOE. Ya se oye a los mercados, de voz de sus mas fieles servidores como S&P, exigiéndole medidas sorprendentes. Dudo que una de ellas sea la tasa a las transacciones financieras, porque en este mundo globalizado que nos han vendido ningún país tiene cojones agallas de ponerlas por su cuenta. Pero bueno, al igual que ocurre en el libro, veremos como gradualmente reducirán nuestro estado del bienestar y cada vez trabajaremos más para que unos pocos sigan viviendo igual de bien. Y, al igual que ocurre con el pobre Boxer, veremos como después de una vida de entrega y trabajo al final lo único que nos quede será una carreta hasta el matadero. Y todo por un supuesto bien común y la defensa de un ideal mancillado. Pero no solo existe Rebelión en la Granja, hay otros muchos libros y autores. En el contexto actual me gustaría destacar Ensayo sobre la lucidez de Saramago (en el que la mayoría de una ciudad vota en blanco). Lo leí hace ya varios años por primera vez y me pareció que era exagerada la burla que hacía de los políticos en sus intervenciones dotándoles de un lenguaje rimbombante y vacuo. Pero cuando surgió el 15M me pareció que había reflejado la clase política muy fielmente. Era vomitivo ver cómo se les llenaba la boca de la palabra democracia y de “confianza en la responsabilidad democrática del pueblo español”. Como si los primeros acampados en Sol no fueran lo más demócrata que haya visto este país en mucho tiempo. Al igual que Rebelión en la Granja podéis ver como procede el estado de “derecho” en cuanto se ve amenazado. Lo que he intentado con este artículo es animaros a leer, pensar y sacar vuestras propias conclusiones sobre las circunstancias que nos acontecen. Porque cuanto menos iletrados seamos, más difícil les será controlarnos y manipularnos. “La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas.” Albert Camus

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