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31/03/2010
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Mpt!Hpzb Aida El 14 de febrero los enamorados del cine español tuvimos la cita más importante del año con él, Los Goya. Los premios que reunieron a todo el panorama cinematográfico español en una gala, como nos vienen teniendo acostumbrados, fuera de lo habitual, con Buenafuente a la cabeza como maestro de ceremonias. Se podría decir que el año 2009 ha sido un gran año para el cine español y también para la gala de los Goya, esto se ha debido a varios aciertos en las elecciones que han hecho. Respecto a la gala se enfrentaban al gran problema de todos los años, hacerla amena, y el primer acierto de la noche, aunque en principio parecía arriesgado, fue elegir a Buenafuente como presentador. Su humor y las bromas hacia el gremio y los invitados lograron que todo el mundo lo pasara bien. Casi llegó a recordar al nivel que tuvo Rosa María Sardá cuando presentó esta gala. Buenafuente no dejó títere con cabeza, desde la calva de Resines hasta bromas sobre la piratería, que no sabemos si a la Ministra le hicieron o no gracia, pasando por su “intento de hacer una película”, para acabar muriendo debido a un disparo de alguno de los presentes con la frase “vaya gremio... Penélope, cásate con un hombre bueno”.Contó en su trabajo como presentador con grandes apariciones estelares, como la de Pocoyó, que le ayudó a presentar una parte de la ceremonia, ya que los internautas le habían elegido como mejor opción para que presentara la gala en un sondeo realizado por TVE. El segundo gran acierto del año del cine español ha sido Álex de la Iglesia, el nuevo presidente de la Academia, que además de continuar con su vida como director, demostró ser un gran presidente, a millas de lo anteriormente visto. Logró que en la gala se respirara ambiente de buen rollo, y en ella también demostró una modestia que ya iba haciendo falta en el gremio, “hay que ser humildes, no somos tan importantes”, afirmó ante todos los presentes. La gran triunfadora de la noche fue Celda 211, de Daniel Monzón, que partía como una de las favoritas y de los dieciséis Goyas a los que optaba se llevó ocho. Podríamos decir que se llevó todos los grandes, entre ellos Mejor Película, Dirección y Guión Adaptado. Las grandes promesas de la noche eran, junto con Celda, Ágora de Amenábar, con trece nominaciones; seguida por El Secreto de Sus Ojos de Juan José Campanella, con nueve; las mismas que El Baile de la Victoria de Trueba. Los abrazos rotos de Almodóvar pasó sin pena ni gloria, tanto en las nominaciones con cinco como en premios con uno. En el caso de Ágora no podemos hablar de la perdedora de la noche, ya que se llevó siete Goyas, pero, a excepción del premio a Mejor Guión Original, el resto no eran de
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gran importancia, parecía casi como si le estuvieran dando a esta película “Goyas de consolación”, dejándola así, aunque sólo con un galardón menos, en un claro segundo plano frente a Celda 211. La gran decepción de la noche fue sin duda para Trueba, ya que su Baile de la victoria tuvo poco de esto último y no se llevó ninguna estatuilla. De forma individual hay que destacar al gran Luis Tosar (mejor actor protagonista) por su personaje Mala madre, una interpretación brillante que aporta 100 de los 211 que componen Celda. También a su compañero de reparto Alberto Ammann (actor revelación) del que nadie diría ni de lejos que esta era su primera actuación. Lola Dueñas logró el galardón a Mejor Actriz Protagonista con una película diferente, Yo también, que defiende la integración de las personas con síndrome de Down, mostrándonos la relación de amistad y sentimental entre el personaje de la actriz y una de estas personas. El momento más emotivo de la gala tuvo lugar con la entrega del Goya de Honor a Antonio Mercero, que aunque no pudo asistir a recogerlo en persona a la gala debido al avanzado estado de su Alzheimer, pudimos ver el vídeo en el que Álex de la Iglesia se lo entregó en mano en la casa del premiado, logrando no perdernos así ese momento de emoción de Mercero y toda su familia. A la gala acudieron sus hijos para agradecer el galardón y acercarnos a la figura más cercana de su padre. El final de la gala nos deparaba uno de los momentos más emocionantes y esperados desde hace años: la reconciliación de Almodóvar (y de su ego) con la Academia. Éste apareció por sorpresa para dar el último Goya ante la expectación y los aplausos de todos. Para terminar este artículo una pequeña reseña sobre la alfombra verde por la que desfilaron nuestras celebridades de la gran pantalla. Aunque al igual que el año pasado, el negro fue el color por excelencia, ésta fue de lo más variopinta. Desde el elegante vestido beige de Lola Dueñas, hasta el “nido” que llevaba Paz Vega como peinado o el excéntrico traje amarillo canario de Bimba Bosé, pasando por el look de Johnny Depp español de Oscar Jaenada, todos lucieron sus mejores galas.
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