Octava Planta número 41

Page 18

final_3:principio sumario(1).qxd

31/03/2010

2:55

PÆgina 18

Qué fue de... Diego y Miguel Diego Fernández García, natural de Coruño (Asturias). Estudiante de Arquitectura Técnica. Su estancia en la Residencia duró tres años y medio. Un tiempo después de su marcha, vuelve con nosotros para contarnos cómo le va actualmente. Debido a la gran cantidad de motes y apodos varios que te pusieron durante tu estancia aquí, nos vemos obligados a preguntarte ¿cómo te llamas? (Ríe) Parece mentira pero estoy seguro de que en la Resi todavía hay gente que, aún conociéndome, todavía no tiene ni idea de cómo me llamo en realidad. Pues lo dicho, me llamo Diego, aunque casi nadie me llama por el nombre, más bien por Melendi, Mangote o Huevo. En la Residencia, según entré me pusieron el mote de Melendi, más que nada por el hecho de ser asturiano y porque tenía el pelo largo, y vale, al final te acostumbras y como si nada, pero al principio no me gustaba nada: me hacían cantar y bailar canciones de Melendi sin parar, a todas horas, y a mi Melendi… ¡no me gustaba nada! Y claro, desde entonces, el afecto que tengo por él ha disminuido hasta límites insospechables. Los de Mangote y Huevo ya me venían de serie, antes de llegar aquí. Lo de Mangote la verdad es que nunca tuvo ningún sentido, a un amigo un buen día le dio por decir chorradas sin parar y entre ellas dijo Diegote Mangote, a la gente le hizo gracia y sin más, así me quedó. Y lo de Huevo pues bueno, hay gente que dice que se me puso porque siempre andaba ahuevado por la vida, pero la verdad es que fue porque hace tiempo salía con una chica que se llamaba Clara, y ya os lo podéis imaginar… ¿Qué es lo mejor y lo peor que recuerdas de tu estancia aquí? Lo mejor… esto sí que es complicado… Hay un montón de cosas, pero me quedo con los amigos que hice, y prácticamente, todo el tiempo que pasé allí, en el que no había un momento para aburrirte, siempre había algún amigo al que ir a tocar las narices y con el que pasar un buen rato. Lo peor, las formas en que salí de la Residencia. ¿A qué te dedicas exactamente ahora? A lo mismo de siempre: a salir, beber, el rollo de siempre,… a estudiar a estudiar (ríe). Pues eso, sigo aquí, en Pucela, ahora en un piso, intentando acabar ya de una vez los estudios, aunque realmente, para lo que me espera luego… no sé si realmente quiero acabar, yo creo que no… ¿Cambiarías algo de todo lo que hiciste en el Alfonso VIII o no te arrepientes de nada? Si de algo me arrepiento es de haberme marchado, aunque no tuve alternativa. Cuando llegué allí como novato, no me imaginaba para nada como iban a ser esos tres años y medio que pasé allí, y la verdad es que fueron de los mejores años de mi vida, me lo pasé en grande e hice de todo. Y claro, marcharte de esas maneras… como que no gusta a nadie. Es de lo único de lo que puedo quejarme la verdad, porque todo lo demás que recuerdo de la resi, son buenos recuerdos. Mientras tú estabas aquí de residente, todo el mundo

Página 18

pertenecía a grupos muy definidos… sin embargo ahora todo es más abierto y no existen tales grupos, la gente va más por libre… ¿qué te parece todo esto? ¿ves que haya cambiado mucho la vida en la residencia desde tu marcha? Pues me parece muy panchu como diría yo. Antes la gente, pertenecía a un grupo muy definido, y se cerraba mucho a hablar o relacionarse con otra gente que no fuera de ese grupo, y al final es como si hubiera cincuenta “residencias” dentro de la Residencia, cada una por su lado. Así que sí, lo veo muy bien, tengo que pasarme a ver si es cierto. ¿Qué planes de futuro tienes? Ninguno en especial. Acabar la carrera y seguir estudiando algo más, algún máster o algo por el estilo, que “ta la cosa mu mal” pa ponerse a trabajar ahora del tirón. Y más allá, ¿quién sabe? Todo irá llegando. ¿Volverías a repetir la experiencia de vivir en esta Residencia? Sí, por supuesto, y volvería a ser novato encantado. ¿Cómo te sentiste al tener que abandonar la Residencia de una manera un tanto “forzada”? Muy mal y muy bien a la vez. Fue una sensación extraña. Me “derrumbé” cuando me dijeron que tenía que abandonar la residencia sí o sí, lo veía una injusticia y me cabreé muchísimo. Luego llegó el día de marcharme, en la cena de navidad y antes de bajar al comedor lo estaba pasando bastante mal, bastante bajo de moral, pero fue bajar al comedor y ver que toda la Residencia estaba de mi lado, todos estaban cantando, gritando, coreando mi nombre y pidiendo que me quedara, que de ahí no me iba, y fue espectacular, casi se me iban las lágrimas y todo. Y esa experiencia, es para vivirla, me sentí genial. ¿Sigues en contacto con los amigos que tenías en la Residencia? Sí, más con algunos, menos con otros, pero sigo en contacto con casi todos, lo más que puedo. Desde aquí un saludo a los que hace mucho que no veo. ¿Había algo en la Residencia que echas en falta ahora? Y viceversa… ¿alguna de las comodidades que tenemos actualmente te provoca un poco de envidia? La gente, estar rodeado veinticuatro horas de gente con la que pasar un buen rato: ¡es que era imposible aburrirse! ¡Hombre! Esos microondas que tenéis en todos los pisos, que podéis cocinar “legalmente”, que antes estaba un poco más complicada la cosa (aunque deben estar un poco cerdos por lo que me han contado, ¿no?). Para terminar… ¿vino o cerveza? Cerveza, ¡siempre!

Octava l a n t

p

a


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.