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Fiesta A.C.U.A. David y Raquel Todos esperábamos con ilusión la tan estimada fiesta de ACUA (Asociación Cultural Universitaria Alfonso VIII) realizada el cinco de noviembre en la sala Miguel Delibes de la Residencia. Tras observar el colorido y elaborado cartel (aquel que se realizó junto con el de Halloween en una reunión en la Sala de Tutores) que decoraba el tablón de la entrada de la Residencia anunciando la inminente fiesta, éramos muchos los que necesitábamos un merecido descanso tras una larga semana y qué mejor manera que rompiendo la rutina con un cóctel de juegos y alcohol donde las risas estaban aseguradas. A pesar de la intención de ACUA por recaudar dinero, nuestros chicos de la comisión de Actividades Culturales hicieron todo lo que estaba en su mano para que la fiesta fuera lo más divertida posible ofreciendo unos precios muy asequibles hasta para los bolsillos más agarrados. Aunque hubo algún impedimento, desde el inicio de la tarde las puertas estuvieron abiertas al público. Un incesante gentío empezaba a llenar aquella sala repleta de bebida mientras los juegos se ponían en marcha. La enorme aceptación entre los residentes propició un ambiente muy sociable, en el que todos, habíamos trabajado codo con codo junto con los organizadores para que dicha estancia resultase de buen agrado. Tampoco faltaron voluntarios para entrelazar brazos y piernas en el Twister, que fue uno de los juegos estrella de la noche. Los fuertes golpes de balón, que más de uno recibió en el futbolín humano, propinados bajo los efectos del alcohol (quizás influyó la visión borrosa…), no pasaron desapercibidos, aunque siempre quedó gente aferrada al futbolín tradicional. Todo esto unido a la destreza a la hora de lanzar los dardos configuró el núcleo de los pasatiempos.
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De esta manera ACUA iba recaudando dinero mientras que los demás nos íbamos tajando. Sí, eso que hacemos todos los días, pero en esta ocasión por una buena causa. Así nos sentimos menos culpables. Y finalmente llegó la hora del esperado bingo en el que cierta persona hizo una inmejorable demostración de estilo a la hora de cantar los números. Se hizo el silencio en el ambiente hasta que los afortunados recibieron su premio mientras eran rociados con una lluvia de gritos entre los que destacaba el tan sugerente “tongo”. La guinda del pastel se produjo al final de la noche, cuando la bebida prácticamente había desaparecido, algunos se pusieron tan nerviosos que parecía que se iban a beber hasta el agua de los cubos de las fregonas. La gente se empezó a picar y futbolín tras futbolín iban pasando las horas. También hubo quien intentó distraer al contrario a grito de “En propia no” y “Uy que gol te van a meter”… Los pocos que aún conservaban alguna bebida, en un alarde de buena coordinación afectada por los grados de calimocho o cerveza, tiraron sus respectivos cachis al suelo. Y así, entre risas y alegría, llegó la hora del cierre. Pero lo cierto es que nadie se despegaba del futbolín: “otra más”, “la última”… Al final una tutora nos hizo reaccionar pronunciando las pala-bras mágicas: “Al que no se vaya le doy una fregona para que friegue el suelo”. La fiesta de ACUA 2009 había terminado como no podía ser de otra forma: dinero recaudado, la Delibes sucia y un montón de gente la cual explotaría el alcoholímetro nada más acercarse. Sin embargo, un pensamiento rondaba por la cabeza de todos: Ahora, ¿dónde seguimos bebiendo?. Una cosa queda clara: la fiesta en el Alfonso VIII nunca acaba…
Octava l a n t a
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