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Halloween Alejandro y Cristina El pasado veintinueve de octubre nuestra residencia celebró anticipadamente Halloween, una fiesta traída desde Estados Unidos que se celebra, en realidad, el día previo al de difuntos, donde los niños se disfrazan y van llamando por las puertas dando la elección de Trick or Treat, que al traducirlo al español sería “Truco o trato”, y que para los niños significa que si no hay golosinas pueden hacer una broma al dueño de la casa, y que en el Alfonso se traduciría como que hay que beber y pasárselo genial una vez más haciendo el tonto con los colegas.
Entre los disfraces más curiosos estaban los de enfermas de gripe A aunque también estaban quienes no se disfrazaron. También pudimos ver a la novia cadáver con su respectivo novio, al payaso de SAW, las fantasmas de la ópera, unos cuantos personajes de películas de Tim Burton, la pajarería de Transilvania al completo, las galletas oreo con sus mensajes subliminales (cómemela) y por supuesto tampoco faltaron las tradicionales momias, cadáveres, zombies... A pesar de que en teoría la fiesta era un concurso de disfraces, al final no hubo premiados y eso que algunas como las quintillizas de Exorsisters y Horrífido merecían haber sido premiados por llevar desde el día anterior preparando el disfraz. En cuanto a ligues o rumorologías varias, hubo pocos a pesar de que uno tuviera la mano demasiado larga... ¡y con pinchos! Así que ya sabemos que a nuestras residentes, eso del sado, de momento no les debe gustar mucho.
Desde primera hora de la tarde los chicos de culturales estuvieron decorando la Delibes para darle un aspecto más tétrico y convertirla en sala de fiestas, con calabazas hinchables y telas de araña y protegiendo las paredes para evitar destrozos innecesarios; además de hacer una correcta selección de la música que escucharíamos por la noche. A la hora de la fiesta, la Delibes parecía otra y todos los alfonsines bajaron con sus bebidas y los disfraces que habían preparado las horas anteriores o, en algunos casos, minutos. Aunque Yolanda dificultó el comienzo de la fiesta cerrándonos la Delibes hasta no conseguir la firma de tres tutores para evitar que nos escaqueásemos de recoger la sala. Todo marchaba a las mil maravillas, la música estaba bien, el ambiente genial de siempre... hasta que de repente aparecieron dos palestinos suicidas a intentar sembrar el pánico, pero, por suerte, sus bombas estaban más rellenas de alcohol que de nitroglicerina. Después nos pusimos a gritar ¡¡¡¡¡¡¡JUMANJIIII!!!!!! para hacernos fotos en las que salían más de cincuenta personas. No sin que alguna de ellas tirase la bebida de los demás por encima de éstos al apresurarse para salir en las fotos, o en que unos cuantos terminaran por los suelos (nosotros incluídos).
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Más avanzada la noche, la gente fue evacuando la sala y se fue a otros lugares como Asklepios, donde había una selección de alcohol más variada que la que teníamos en la fiesta (nuestro ya tradicional Don Rodrigo), aunque también algunos rezagados se quedaron en la Delibes y por la residencia toda la noche continuando la fiesta. En definitiva, Halloween es una fiesta más de la Resi que, con la colaboración de todos, sale adelante para bailar, echar unas risas, y, como no, emborr a c h a r s e . Esperamos verte en la fiesta del año que viene, no faltes o te arrepentirás y seguramente los zombis y demás horda de monstruos no te dejarán dormir...
Octava l a n t a
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