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Ficciones, de Jorge Luis Borges Hay cosas que uno tiene que hacer antes de morirse: follar en un lugar público, hacer un simpa en la cafetería del Alfonso o dar un pico al veteranísimo en la cena de la Revista. Bueno, pues leer Ficciones también es una de ellas. Se trata de un conjunto de relatos borgianos (no de hazañas borjianas, eso es en la 305) en los que se desarrollan historias increíbles, fantásticas y de una gran profundidad y altura literaria. Algunas versan sobre literatura, como el inolvidable Pierre Menard, autor del Quijote o La Biblioteca de Babel. Otros, como El Sur, logran hacernos confundir realidad y sueño, verdad y literatura. Borges es siempre un poderoso estímulo para el lector y su imaginación. Otro muy recomendable.
La Metamorfosis,
de Kafka y éstá todo -Y por último, cedo la pluma al novato, que se ha leído filosófico el hombre. -Lo primero, no me cedas la pluma, que parece que me estás cambiando de acera. -Te cederé el plumero, so guarro, que esta habitación es una pocilga. -Fue a hablar la de la leonera, hay que joderse. Además pienso cobrar el transporte a tus corruptas señoras bragas, que ya está bien, encima que te hago todo tipo de favores, te quejarás. Encima quiere que yo sea filosófico, se cree que así voy a follar mejor, cosa difícil. Bueno, vamos a opinar sobre Kafka y su historieta, que nos estamos yendo por las ramas: La verdad, es una gran historia que os recomiendo a todos, y no me vengáis con que es muy largo, o no me apetece… - A mí me gustan largas… -Joder, qué viciosa. Bueno, que este libro se lee en un par de horas y está muy bien. La historia más o menos ya la conocéis de las clases de Lengua de cuarto de la E.S.O. : Bien, esto es un jambo, un tal Gregorio Samsa, que amanece un día convertido en cucaracha. El hombre era un viajante, hombre de negocios, que mantenía a su familia. A raíz de su transformación, surgirá un oscuro futuro para nuestro colega el Gregor. Veréis que Kafka muestra en esta historia la crueldad del ser humano, una gran verdad, de hecho (siempre hay excepciones, pero hablamos en general). Bueno, queremos pedir un par de disculpas a Víctor (bueno, no yo, sino mi mujer), y espero que se le quite el miedo a Alaska, que no muerde, Víctor, que la conozco mejor que tú.
Octava l a n t a
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