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Contestación a “Derrapando con el parking” por Diego Llanos y Pablo Sánchez Desde la Dirección nos gustaría responder al artículo "Derrapando con el parking" del número de Octava Planta de diciembre del año pasado. Gracias. En el número del pasado diciembre, Diego Blanco formulaba algunas quejas con respecto a la gestión del parking. Agradeciéndole su interés, desde la Dirección nos gustaría hacer algunas aclaraciones. En primer lugar, el parking de la Residencia... no es de la Residencia. En rigor, la Residencia comienza detrás de las puertas con tarjeta magnética, incluyendo la conserjería y los despachos adyacentes. El resto de dependencias del edificio Alfonso VIII tienen otros titulares. En particular, el parking es responsabilidad del Vicerrectorado de Infraestructuras, así como su gestión a través del sistema de tarjetas magnéticas. Por lo tanto, la capacidad de actuación de la Dirección de la Residencia está limitada a sugerencias y recomendaciones al Vicerrectorado. Respecto de los botellones, los vigilantes de la Universidad procuran evitar su celebración en jardines de la Universidad, independientemente de sus protagonistas. Desde la Dirección recomendamos a los residentes que no los celebren, por la pésima imagen
que se da del colectivo y de la institución. En su artículo, Diego hablaba de la necesidad de plazas reservadas para residentes, un problema que también se debe a que el parking no es de la Residencia. El Vicerrectorado de Infraestructuras gestiona todos los parkings de la Universidad de Valladolid que cuentan con tarjeta magnética, y no efectúa reserva alguna de plazas. De hecho, con la tarjeta magnética convenientemente actualizada se puede acceder a cualquiera de estos parkings, por ejemplo al de la Facultad de Ciencias, aunque el alumno no esté matriculado en ella. Finalmente, respecto a la visibilidad a la salida del parking , transmitiremos la sugerencia al Vicerrectorado para buscar una solución al problema. Agradecemos el interés de Diego por este tema y trabajaremos con el Vicerrectorado para intentar mejorar el servicio. Como siempre, estamos abiertos a cualquier sugerencia adicional.
Bolonia para tontos por Diego Blanco González Como es de todos conocido, a partir del próximo curso, dará comienzo la aplicación efectiva del denominado Plan Bolonia en las universidades españolas, pero… ¿sabemos realmente qué es lo que cambiará en nuestras carreras? ¿Cómo nos afectará su aplicación en el futuro? En este artículo se pretenden dar unas pocas claves para entender realmente lo que está por venir. Aunque parezca mentira, este plan para la convergencia de los estudios superiores europeos, fue firmado en 1999 y en él participaron nada menos que veintinueve países, aunque en la actualidad sean ya más de cuarenta. Hace diez años que nuestros mandatarios decidieron como sería el futuro universitario; pero no ha sido hasta ahora, ante la inminente llegada de una serie de importantes cam-
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bios, cuando la población estudiantil ha tomado conciencia de ello. Lo primero que hay que advertir es que Bolonia no es una remodelación de los planes de estudio, sino una remodelación de las titulaciones universitarias. El principal eje sobre el que gira el plan es la división de los estudios superiores en tres ciclos formativos (Grado, Máster y Doctorado). Dichos títulos serán equiparables y comparables en toda Europa, permitiendo así la movilidad de profesores y alumnos. Además, el nuevo EEES (Espacio Europeo de Educación Superior) estará centrado en el aprendizaje y más orientado hacia la práctica profesional, a diferencia del sistema actual que se centra más en la enseñanza (estamos acostumbrados a las típicas clases
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