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15/03/2009
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Desde el armario de ellos hacia el armario de ellas Beatriz Buitrón Las mujeres se han hecho con el armario masculino. La ropa de ellos ha sido desplazada al armario de ellas, reinventándose, adoptando nuevas interpretaciones, mutando hasta camuflarse con el resto de prendas femeninas. Son numerosísimas las prendas que las mujeres han tomado prestadas del armario de sus novios, hermanos o amigos. Una de las tradicionalmente masculinas que ha estado presente en ambos armarios desde hace décadas es la chaqueta americana. Esta temporada, adopta una nueva forma, la chaqueta blazer, que todos conocemos por ser la que visten los universitarios en la películas americanas. Con una minifalda o pitillos y camisa blanca, con un minivestido y unos zapatos con mucho tacón lucirá totalmente femenina. La cazadora “perfecto” es otra de las prendas de abrigo que se ha impuesto para la primavera. Creada a petición de un motero en 1928 en los Estados Unidos, su popularidad se acrecentó a través de películas como Rebelde sin causa, con James Dean, Grease, donde la vestía John Travolta o Kill Bill, en la que ya la lucía una mujer, la espectacular Uma Thurman. Esta primavera, se impone el modelo superajustado, cortado a la cintura y con mangas tres cuartos y se combina con pitillos y stilettos, vestidos entallados y leggins, bailarinas y fular, con faldas de tubo o con camisetas serigrafiadas y faldas de tul, en su versión más rockera. Otra prenda que persiste tras la temporada invernal es la camisa de cuadros tipo leñador. Las celebrities, como Kate Moss o las gemelas Olsen, la han puesto de moda, pero las mujeres de todo el mundo la han convertido en algo imprescindible en su armario. Se lleva desabrochada sobre vestidos, o camisetas con dibujos, o con leggins y pitillos únicamente. Para darle un aire más femenino, se ciñe con cinturones y se combinan con fulares. La apropiación de la mujer de la ropa masculina es tal que se ha bautizado como boyfriend jeans a los vaqueros extragrandes con los que ya se pasean algunas mujeres.
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Se deben doblar para que se vea solamente el tobillo, si optas por la versión larga; aunque una buena idea para esta primavera es lucirlos en forma de bermudas. Combínalos con sandalias y bailarinas para darles un aspecto más femenino. Pero, sin duda alguna, la prenda masculina por excelencia que la mujer ha hecho suya, en un abrir y cerrar de ojos, como si la llevase usando desde su creación, es el esmoquin. Gracias a iconos como Marlene Dietrich y Greta Garbo, el esmoquin pasó a formar parte del ves-tuario femenino. Luego, otras mujeres famosas han seguido promocionando su uso, como Madonna, Kim Bassinger, Diane Keaton, Angelina Jolie y Nicole Kidman, entre las más conocidas. En la actualidad, se luce con camisas blancas de satén, el pantalón muy ceñido y unos zapatos ultrafemeninos como grandes protagonistas del look. Se puede sustituir el pantalón por faldas de tubo o de tul. Los chalecos de corte clásico, que los hombres lucen con traje, las mujeres combinan con camisetas blancas, restándoles la seriedad que aportan al género masculino. El sombrero borsalino es otro de los complementos de los varones que se vuelve versátil en cabezas femeninas. Se lleva con pitillos y blazer. Las botas Hunter, que utiliza en Gran Bretaña la gente del campo desde 1856 y que calzaron los pies de los soldados en la Primera Guerra Mundial, se convierten ahora en un calzado imprescindible para los días de lluvia. La mujer avanza en el campo de la moda, como en tantos otros, utilizando lo “tradicionalmente masculino”, sin usurparlo, pero aportándole una visión renovada.
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