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Conferencia de Julio Lázaro Curro El pasado día veinticinco de febrero vino a visitarnos Julio Lázaro, actor que forma parte de Teatro Corsario, una de las compañías teatrales más importantes de Valladolid. Fundado en 1982, el grupo teatral Teatro Corsario se ha especializado en interpretar los grandes clásicos en verso de la lengua castellana, contando con un amplio repertorio que va desde grandes obras de Calderón de la Barca, como El Gran Teatro del Mundo y La Vida es Sueño, hasta tragedias clásicas como Edipo Rey, de Sófocles, o Titus Andrónicus, de William Shakespeare. Su último estreno, con enorme éxito, fue Los Locos de Valencia, de Lope de Vega; su próxima obra en cartel será El Caballero de Olmedo, también de Lope de Vega. Asimismo, Teatro Corsario ha realizado obras con títeres, como Vampyria o Aullidos, siendo esta última muy aclamada por el público internacional. Julio Lázaro, perteneciente a este grupo desde hace ya ocho años, vino a exponer su visión del teatro a la Residencia, mediante una charla-coloquio denominada “La Locura del Teatro. Reflexiones de un actor sobre la interpretación”. Cuando, al comienzo de la charla, Julio recibía una inesperada llamada, intuimos que iba a ser una conferencia un tanto particular. Empezó con un ejemplo de interpretación a cargo de Manu, quien iba a caracterizar los movimientos de nuestro protagonista al entrar en la sala. Con este ejercicio Julio nos recalcó la importancia de meterse dentro de un papel, tarea diferente a la de imitar.
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Una vez dispuestos los sillones en círculo Julio nos dio unas sencillas pautas de actuación, poniendo como ejemplo un pequeño fragmento de Hamlet (de Shakespeare), que sería interpretado por Seco y Bea en los papeles de Hamlet y Ofelia, respectivamente. Posteriormente vimos la misma escena de la obra, en la película Hamlet, dirigida y protagonizada por Kenneth Branagh. Entonces nos dimos cuenta de la importancia del contexto y el espacio dentro de la escena, observando también el interesante juego de luces y espejos de este prodigio del teatro y del cine. Julio nos quiso transmitir la transcendencia del lenguaje no verbal, lo importante de saber plasmar las emociones y las pasiones mediante una mirada, un silencio… Esta difícil tarea se logrará con una pequeña dosis de talento y una gran dosis de entrenamiento personal, preparación que, en algunos países (por ejemplo Rusia), se imparte por profesionales en una carrera universitaria dedicada exclusivamente al teatro. Una de las características que cabe destacar de la charla fue la constante interacción entre el protagonista y los que atendíamos, además de un ambiente distendido. Incluso un ejercicio de despedida nos hizo terminar la conferencia de forma divertida y bastante peculiar.
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