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Aida Peláez
25/11/2008
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Halloween
Este año se ha organizado un nuevo evento en esta nuestra Residencia, un Concurso de Disfraces con la excusa de hacer una fiesta de Halloween. Aunque la noche no fuera la del 31 de octubre, sino la del 30, todos estábamos muertos al día siguiente, así que para la verdadera noche de Halloween ninguno necesitamos disfraz ni ningún tipo de maquillaje. Las ojeras, malas caras y la resaca las llevábamos bien metidas en el cuerpo. Llega otra de esas fiestas de la resi. ¿Qué me pongo? ¿Cómo me peino? Pues nada, los cuatro harapos más sucios y rastreros que tengas por casa y te cardas el pelo porque ya está aquí la fiesta de Halloween. Todas las sábanas, telas rotas, falsa sangre y pintura roja que nos pudiéramos imaginar estaban allí, teníamos lo que necesitábamos: imaginación, ganas y un motivo. Todos sabemos que Halloween es una fiesta anglosajona que no tiene demasiada tradición en nuestro país (aún), pero así somos los alfonsinos, si nos propones montar una juerga y que todos nos lo pasemos bien no lo dudamos ni un momento, así que nos pusimos manos a la obra. La comisión de Culturales se encargó de casi todo. Pusieron todos los avisos e hicieron todos los elementos necesarios para decorar nuestra querida sala polivalente (la Delibes, donde igual donas sangre que haces fiesta). Todos los murciélagos, criaturas de las tinieblas y el DJ Manuel estaban preparados, pero el plato fuerte vino gracias a la participación de los residentes. Cada uno sacó el tiempo de donde pudo y se fabricó un disfraz para esa noche, había casi de todo, aunque la mayoría dábamos más risa que miedo y otros se dieron más amor que sustos. Pero bueno, hubo mucha variedad de atuendos.
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Estaban los zombis, esos que harían lo que fuera por llevarse a la boca un cacho de carne. Asesinos sanguinarios que no matarían ni a una mosca. Los cadáveres que se han muerto de esperar a que alguien les hiciera caso. Las momias, un disfraz muy usado ya que el papel higiénico aquí es gratuito. Todo tipo de ángeles negros, que de ángeles solo tenían el disfraz. Los vampiros, parecidos a los zombis, en cuanto te das la vuelta intentan morderte el cuello (lo de chupar la sangre es opcional). A lo largo de la noche se realizó un concurso de disfraces, todos estábamos muy orgullosos de nuestras creaciones y no dudamos en lucirlas en un pequeño desfile que se improvisó en el momento. Pero la gloria solo fue para unos pocos, la ganadora del premio al mejor disfraz individual fue María por su disfraz de Saw y el premio grupal fue para “Las Novias Cadáveres”. ¿Qué más contar? Pues que bailamos, bebimos, nos reímos y nos lo pasamos bien juntos, pero eso nadie dudaba que fuera a ser así incluso antes de que la fiesta empezara. Y poco más, animar a todos los alfonsinos a que sigan poniendo las mismas ganas para que todas las fiestas y actividades que se proponen salgan adelante.
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