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10/03/2008
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pensadas como organizadores personales (Personal Digital Assistant) ahora permiten hablar por teléfono, escuchar música y muchas otras funciones. Como parece ser tendencia, están destinados a sobrevivir los más adaptados, esto es, cuanto más pequeños y más funcionales, mejor. Precisamente son estas características, que fusionan una gran serie de aplicaciones en un dispositivo muy reducido, las que posiblemente condenen a los dispositivos de mayor tamaño como los portátiles. Aquéllos que encontraban en su tamaño su mejor baza para ganar la partida, se topan con que este aspecto es ahora el que los perjudica. Para ilustrar esto pensemos por ejemplo en un empresario o un profesor que debe apoyarse en un archivo de diapositivas para realizar una presentación en su trabajo. Anteriormente, su herramienta fundamental era el ordenador portátil, utensilio potente que le permitía trasladarse a cualquier sitio y conectar el aparato a un cañón y realizar la exposición. ¿Por qué había elegido esta herramienta y no viajaba con su ordenador de sobremesa? La respuesta parece evidente: ¡qué cruz sería tener que cargar con semejante armatroste! Bueno pues esto mismo podríamos aplicar hoy en día. Pudiendo trasladar un simple aparatito, que usualmente no supera unos pocos cientos de gramos y nos permite realizar la misma función y seguramente otras añadidas, ¿vamos a andar viajando con nuestro pesado portátil de varios kilogramos? De ninguna manera.
to, pero que a la hora de realizar la presentación u otra serie de actividades es mucho más cómodo trabajar con una máquina de mayores dimensiones aunque tenga una ubicación fija. En este aspecto y en los días actuales esto puede ser cierto. En cualquier caso, pido precaución y paciencia. Al ritmo que avanza la industria pronto las costumbres de los usuarios cambiarán. Las nuevas pantallas basadas en lápiz sensible son cada vez más grandes, con más resolución y sobre todo, más comunes. En Japón los usuarios navegan por Internet de forma natural con sus dispositivos de tipo handheld y los aprovechan para realizar sus obligaciones ofimáticas. Esto constituye un referente muy importante pues mirar la tecnología que se emplea en Japón ahora es como ver la que nosotros emplearemos dentro de una década. En este país es muy común ver dispositivos que ofrecen poco más que una conexión a Internet que se transporta a través de la red telefónica móvil con el estándar HSDPA a 7.2 Mbps (algo así como el doble que podría ofrecer el ADSL español). ¿Es éste el fin de los ordenadores portátiles? Digamos que el mercado estará reñido y su futuro es incierto. De momento los procesadores que incorporan los dispositivos móviles no son tan potentes como los de los ordenadores de mayor tamaño, por motivos de consumo y requerimientos de procesamiento. No obstante, cada vez se irán haciendo baterías mejores, más duraderas y a menor precio. Los procesadores que irán incorporando los dispositivos de pequeño tamaño irán aumentando acorde a las aplicaciones demandadas por los usuarios. Es decir, su evolución dista mucho de ser lineal en los próximos años, pudiendo alcanzar las propiedades de dispositivos de mayor tamaño en mayor o menor grado y en no demasiado tiempo. En cualquier caso, y como en muchos otros entornos económicos y tecnológicos, nadie puede asegurar o ratificar ninguna verdad absoluta, sólo ofrecer intuiciones o predicciones relativas que informan de lo que se espera a partir de los datos actuales y anteriores.
El lector puede pensar que esto es cier-
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