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Alfonsita la lo v ita ¡Hola Alfonsita! Soy una estudiante de medicina totalmente desesperada. Durante este año me ha tocado tres veces el bingo del Molonio, he arrancado la flor de cuatro novatos y me he descoyuntado las caderas noche sí, noche también en Asklepios. Ahora, con los exámenes a la vuelta de la esquina, me doy cuenta de que la Anatomía que me preguntan no es la que tan bien conozco, y que con tanto botellón se me han ahogado las neuronas. ¿Qué puedo hacer para remontar la situación y no dar un disgusto a mis papis? Grey Querida amiga: ¡Ay, ay, ay!. Año tras año la historia se repite. Alumnos desesperados que, a dos días del examen, se tiran al Pisuerga para fingir un accidente (algunos lo intentan en el Esgueva pero los patos amortiguan la caída) o sufren gastroenteritis por abusar del “Apiserum vitaminado”. Lo siento, pero lo tuyo ya no tiene remedio. De todas formas, no te desanimes, pues si te llevas los apuntes de Anatomía a la piscina podrás combinar teoría y práctica y ve acostumbrándote a estudiar con 35º, pues será la constante de tus años (quizá décadas) de vida universitaria. En casos desesperados, y si tragas con todo, puedes hacerte con unas rodilleras y visitar a ese profesor que tiene fama de viejo verde.
Estimada Lovita: En la pasada fiesta de la Primavera amanecí en una habitación de cuyo número no quiero acordarme. ¡Dios mío!, ¿cómo pude? La culpa fue de los cubatas de Red Bull, que me pusieron cual toro alado con ganas de empitonar a cualquier moza que se cruzase en mi camino. El problema es que ahora la receptora de la cornada, callo malayo donde los haya, parece querer más, pues me lanza lascivas miradas e insinuantes indirectas cuando coincidimos en el ascensor; todo ello acompañado del cachondeo de mis amigos. ¿Podré volver a tener una vida sexual normal o quedaré eternamente traumatizado por el maldito polvo? Osborne Querido torito: Sufres una variedad del síndrome “la discoteca estaba muy oscura”. Lo que bajo los efectos de la Taurina te pareció una seductora Lolita, resultó ser la versión alfonsina de la bruja Lola. Mi consejo es que aparentes indiferencia y niegues lo ocurrido a todo aquél que no tenga evidencias del hecho. Recuerda esa frase que dicen tanto los polis en las series: “cualquier cosa que digas puede ser utilizada en tu contra...”. Cuando vuelvas a coincidir con tu esperpento suénate los mocos con las manos, eso la dejará tan asqueada que no volverá a insinuarse más. Un último consejo: para controlar si estas demasiado borracho como para decidir si enrollarte con una tía, lleva en el bolsillo una foto de Rosi de Palma y cuando la mires y tengas ganas de tirártela es que debes dejar las copas y pasarte a los zumos.
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