casilleros < INTRO | Airbus A380
Afrontando lo desconocido Lucía Ramos
Airbus A380 Miguel Paz Aeropuerto de Toulouse, es 27 de abril de 2005. Al final de la pista se divisa un mastodonte, el cual parece imposible que pueda alzar el vuelo. Se trata del Airbus A380, que nació como resultado del intento del consorcio europeo Airbus, subsidiaria del grupo EADS, de plantar cara al todopoderoso Boeing 747400 de fabricación estadounidense. Este avión se ensambla en Toulouse, pero llegan elementos y piezas de 16 fábricas de Airbus en Alemania, Francia, Reino Unido y España. En lo referente a sus dimensiones, el A380 mide 15 metros más de ancho (envergadura), cuatro más de alto y dos más de largo que el Jumbo 747 de Boeing (73 metros el A380), que fue el mayor avión durante cuatro décadas. Además, el A380 pesa 11 toneladas más. Se trata de un avión propulsado por cuatro turborreactores Rolls-Royce Trent 900 (generan más potencia que 3500 coches); estos son capaces de elevar las 560 toneladas que pesa esta inmensa obra de ingeniería en orden de despegue. Tiene la misma longitud que ocho autobuses londinenses de dos pisos y en sus alas hay suficiente espacio como para aparcar 70 coches. Si hablamos de la capacidad de transportar pasajeros, en combinación normal podría transportar a 555 pasajeros en primera clase, business y turista. Un 747 puede llevar 416 asientos, pero si adaptamos el Airbus A380 para configurarlo en clase económica, podría transportar 853 pasajeros en lugar de los 568 de un 747. 17 aerolíneas han anunciado que han realizado peticiones de Airbus A380, incluidas las órdenes de la compañía de alquiler de aeronaves ILFC. El total de anuncios para el A380 es de 203, de los que 165 han sido firmados a 30 de septiembre de 2007. Actualmente no hay pedidos para la variante del 380 destinada a carguero, pero en su momento se realizaron 27 que se perdieron por los retrasos. La línea aérea de Emiratos con sede en Dubai tendrá la mayor flota de A380 con 45 unidades. En resumen, se puede decir que este proyecto aeronaútico europeo es más grande, tiene más autonomía y más capacidad de carga que su rival directo (Boeing 747). Los clientes esperan al menos una mejora del 15% en los costes por asiento en comparación con el 747-400. Pero no son todo ventajas, ya que el precio aproximado de cada A380 es de unos 240 millones de euros, todo depende de las configuraciones que elija el comprador.
Octava l a n t a
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Hablando con unos amigos en Halloween, surgió un tema de conversación interesante a raíz de esta fiesta: el miedo. Pero, ¿qué es el miedo realmente? Algunos de ellos decían que, aparte del dinero o la ambición de poder, el miedo es uno de los motores que se encarga de mover el mundo, y a qué velocidad... Todos nosotros hemos experimentado alguna vez la sensación en la que los ojos se abren al máximo, el corazón late a un ritmo desorbitado y la frecuencia respiratoria se dispara. La piel se eriza y el cuerpo se queda inmovilizado cual estatua de mármol. Y sí, todos la hemos sentido por mucho que intenten vendernos el cuento de Juan sin miedo; el miedo es una respuesta innata ante el peligro que posibilita nuestra supervivencia (si un hombre se topa inesperadamente con un león no se queda parado: sale echando viruta para proteger su vida). Por otro lado, este temor se considera una de las emociones más negativas junto con la ansiedad, la angustia y el pánico. También tenemos las fobias: miedos intensos a objetos, personas, animales y situaciones de carácter muy diverso. Algunas utilizan nombres complejos como la amaxofobia (del griego amaxos: carro), es decir, el miedo a conducir un automóvil. Y otras se dan con mayor o menor frecuencia como la agorafobia y la claustrofobia, que son muy comunes en las personas que viven en las grandes urbes. Pero hay algo peor que el miedo, y es el miedo al propio miedo (como cuando una persona decide no hacer algo debido al miedo que puede ocasionarle realizar dicha acción). En muchos de estos casos, su origen puede ser debido a la falta (o al exceso) de información del sujeto o a la falta de razonamiento, ya que nos dejamos llevar por nuestras percepciones. Los seres humanos, principalmente, tememos lo desconocido, tememos aquello que se escapa a nuestro control, aquello que no podemos comprender. El enigma de lo desconocido se plantea en nuestro día a día en cada rincón que nos rodea: en los niños es muy común el miedo a la oscuridad (al no ver lo que les rodea su imaginación les lleva a creer en cosas que ni siquiera existen); en los adultos es muy frecuente el miedo tras una experiencia traumática, como coger el volante tras un accidente o como empezar una nueva relación tras un fracaso interpersonal. Ante estos retos todos diríamos lo mismo: hay que superarlo y seguir adelante, no cerrarse puertas a nuevas oportunidades. Pero, ¿cuántos hacemos eso? Por otra parte, hay que destacar que el miedo no es cosa de uno solo. Es un arma muy poderosa en nuestra sociedad y podemos poner gran cantidad de ejemplos que lo fundamentan: la gripe aviar, la gripe A, el tema de la crisis económica actual, amenazas terroristas… Todo ello conlleva a que no solo una, ni dos, ni cien, ni mil personas se alarmen y dejen de comer cualquier carne procedente de las aves, que acudan en masa a los hospitales a vacunarse contra la gripe con la mayor brevedad o que dejen de hacer viajes debido a una amenaza terrorista que se ha producido en esa misma ciudad. Es más, ¿cuándo se empezó a hablar de crisis?, ¿al inicio de la misma?, ¿o ya había comenzado y nadie hablaba de ello porque había interesados detrás que no querían disparar una alarma generalizada? El miedo mueve masas, como nos explica Erich Fromn en su libro El miedo a la libertad. Por último, querría señalar que lo importante de todo esto es saber cuál es la forma para tratarlo, y la única que hay es afrontarlo. La mayor parte de las veces el miedo lo creamos nosotros mismos, así que nadie mejor que nosotros para plantarle cara y tirar p’alante, por mucho que cueste al principio, pues la recompensa será mayor. Recuerda que tú eres el dueño de tu vida, no dejes que nada ni nadie la controle por ti.
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