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Tengamos más corazón

Andrea Julián

TENGAMOS MÁS CORAZÓN

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El amor, esa sensación realmente bonita, esa que te hace sentir un cosquilleo en el estómago o sonrojarte al pensar en esa persona. El sentimiento que te hace ser consciente de la capacidad que tiene el ser humano para querer, cuidar, admirar y respetar a alguien, algo que lleva presente en nuestro planeta desde siempre, pero que cada vez es más juzgado en nuestra sociedad.

Si buscamos la definición de “amor libre”, la mayoría de las definiciones que podemos encontrar coinciden en que se trata de un término que describe un movimiento social que rechaza el matrimonio, entendiendo este como una forma de esclavitud social, cuyo objetivo principal fue separar el Estado de los asuntos sexuales como el matrimonio, el control de la natalidad, y el adulterio. Pero a pie de calle, entendemos “amor libre” como el amor que se tiene hacia otra persona sin importar sexo, nacionalidad, orientación sexual o estado civil siempre desde una situación de igualdad y una dosis de comunicación activa para llegar a acuerdos y respetar consentimientos en el inicio, la duración y el fin de la relación.

Hoy en día, a pesar de estar en pleno siglo XXI y de haber “superado” algunas de las discriminaciones por alguna de las razones anteriormente nombradas como puede ser la orientación sexual y haber hecho denuncia de ello públicamente y también educando en ello desde los más pequeños, hasta los más mayores, siguen siendo visibles algunas agresiones, muchas de ellas dejan reflejado realmente la discriminación hacia algunos colectivos y el poco respeto que tienen algunas personas, que ni entienden ni respetan los sentimientos de otras, es oportuno señalar el carácter conservador e incluso anti-ético de algunas de esas personas.

Debemos de ser conscientes del daño que esto hace, tanto a la persona que sufre estas agresiones, como a la propia sociedad, ya que no nos permite ser una sociedad abierta de mente, ni avanzar como sociedad si somos cegados por el simple hecho de que otras personas tengan sentimientos fuera de los estereotipos de la antigua sociedad, que trataban de establecer un matrimonio entre mujer y hombre y crear una familia, normalmente numerosa.

A pesar de estas malas situaciones que se dan a conocer en los medios, para aumentar la tolerancia social hacia este tipo de relaciones hay muchos personajes públicos, como influencers, cantantes, youtubers o actores que las denuncian o que dan a conocer públicamente su amor libre, de forma que otras personas que lo puedan estar viendo o leyendo y que se sientan identificados pero estén cohibidas por ser agredidos o marginados, se sientan apoyados y puedan ser libres y expresar su amor sin temor a ello.

Pero superar estas cuestiones de agresión y marginación no es algo que se solucione de la noche a la mañana y no solo requiere acceso a la información sino que en algunos casos también hace falta un acompañamiento en la transición y terapia.

Respecto a la definición que se da sobre el término “amor libre” en los diccionarios se puede decir que hoy en día tanto el Estado como la iglesia no tienen tanto que ver con los asuntos de pareja, como el matrimonio, ya que a la vista de la sociedad no es tan necesario casarse por la iglesia o directamente casarse.

El amor libre ha sido un tema muy controvertido a lo largo de la historia, bien sea por el ya nombrado amor hacia otra persona del mismo sexo, debido a que la mayoría de las religiones se han ido abriendo ligeramente con el paso de los años respecto a este tema, o bien amores no correspondidos entre individuos de diferentes religiones, estatus social, etc.

Otro tema para tener en cuenta son los matrimonios por conveniencia, los cuales están forzados en la mayoría de los casos, en los que normalmente la mujer es obligada por una tercera persona a casarse por temas de estatus social o poder económico con un hombre al cual no quiere, lo cual es todo lo contrario a libertad y va en contra de los derechos humanos.

Por todo esto se puede llegar a la conclusión de que a nuestra sociedad todavía le queda por avanzar, abrirse y aprender a convivir los unos con los otros independientemente de a qué persona quieras.

Seamos más humanos y y tengamos más corazón.