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LA REPÚBLICA POPULAR CHINA: DESAFÍOS EN LA POLÍTICA EXTERIOR PARA EL SIGLO XXI

Por Miguel Ángel Cruz Mancillas

Fuente: https://bit.ly/3sN1nX0

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韬光养晦 (en pinyin: tāo guāng yǎng huì), en español se puede entender como: “mantener un perfil bajo y ganar tiempo”, que resume la política exterior perseguida por la República Popular China.

Introducción

Las últimas décadas del siglo XX representan un encadenamiento de acontecimientos históricos que explican el fin de una época. Algunos de estos sucesos internacionales son: el fin del bloque socialista dirigido por la URSS; el inicio de la política neoliberal en el contexto de la globalización; el debilitamiento económico de Estados Unidos (EE. UU.); diferentes crisis de endeudamiento en países subdesarrollados e improvistamente, el ascenso de la República Popular China (RPC) como potencia económica.

La idea central de este texto consiste en describir a la política exterior que configuró a la RPC como un país con liderazgo internacional, con un proceso de introspección histórica. El objetivo, entonces, es analizar las condiciones de su política que dieron lugar a la emergencia geoestratégica de su ascenso, sobre todo económico, desde la conformación de su República, pero también en su andamiaje dinástico.

Con base en las lecturas de algunos planes quinquenales o libros blancos creados por sus presidentes de la administración pública de la RPC, haremos una inspección de los instrumentos, objetivos y fines que dan explicación a la concreción de la política exterior de cada periodo presidencial. El supuesto de análisis se basa en aceptar que habida cuenta de desequilibrios internacionales en los albores del siglo XXI, China logró entrar a una vía de desarrollo y crecimiento sin interrupciones internacionales como país con un sistema socialista de mercado.

Antecedentes históricos de una política exterior en China

La civilización china es una de las dos grandes civilizaciones vivientes y que han tenido una historia de más de 5,000 años. Su actual transformación responde a la impronta disolución del periodo dinástico que exacerbó al esclavismo y feudalismo como modos de producción vigentes hasta la última dinastía en 1911 y que dio como resultado a la China Republicana o Nacionalista vigente hasta 1949.

El esclavismo y el feudalismo fueron modos de reproducción social mercantiles donde el objetivo general de estos sistemas económicos era la reproducción de los individuos. En estas etapas, los principales territorios especializados en la producción de arroz y mijo, la cría de cerdos y búfalos se concentraban en el Río Yangtsé (1) y el valle del Río Amarillo (2). El gran despliegue de esta revolución agrícola surgió en el periodo neolítico (12,000/10,000 – 2,000 a.C.) y dio como resultado el asentamiento de las primeras dinastías en la edad de bronce: la dinastía Xia, Shang y Zhou (Botton, 2010).

Vasija Fangyi con protecciones. Hecha de bronce fundido Finales del siglo XI o inicios del siglo X Museo Arthur M Sackler Fuente: https://bit ly/3yX0aQJ

El primer periodo de China (3) se atribuye a las dinastías Xia (del tercer al segundo milenio), Shang (1766-1123 a.C.) y Zhou (1112-221 a.C.) que formaron parte de la China antigua, en donde predominaba el modo de reproducción social esclavista. Su principal característica fue la fabricación de metales y cerámicas con relación a la fundición del bronce, crisoles y restos de escoria de metal. Con el paso del tiempo, se crearon diversas herramientas, recipientes, instrumentos musicales y objetos de caza.

Aunque en la dinastía Shang se ejerció un autoritarismo y dominio de poder, fue con los Zhou en donde la jerarquización del poder, la conquista de vastos territorios y el uso de la tecnología del hierro daría como resultado el feudalismo. En este momento, la civilización china pasó al segundo periodo conocido como la China imperial que estuvo caracterizado por la asignación de tierras a las personas que vivían en ellas para que los vasallos le entregaran los productos agrícolas como impuestos de ser trabajadas.

Ming (1368-1644) y la última dinastía fueron los Qing (1644-1911). Cada una de estas familias imperiales tuvieron particularidades en su gobernatura y el propio desarrollo económico, sin embargo, el común denominador fueron las relaciones entre feudo y vasallo que generaron opulentos palacios que concentraban objetos de ornato.

Primer emperador

Qin Shi Huang

Fuente: https://bit.ly/3wILJyg

Hasta la penúltima dinastía, de los Ming, China no había comprendido una dinámica de relaciones con el mundo. Fue con la llegada de misioneros jesuitas, encomendados por el italiano Mateo Ricci, en los primeros años del siglo XVII, en donde creció el conocimiento del mundo exterior por parte de la civilización China. Sin embargo, esto no se extendería sino hasta 1773 cuando los Qing erradicaron las ordenanzas religiosas que desde Roma se pretendían imponer sobre las riquezas y religiones chinas (Botton, 2010).

"Matteo ricci y Xu Guangqi" China Illustrata, 1667.

Fuente: https://bit ly/3wU6xlw

Este periodo fue siguientes dinastías: Qin (221-207 a.C.), Han (206-220 a.C.) siendo la más preponderante hasta la China actual, Sui (581-617), Tang (618-907), las cinco dinastías (907-960), Song (960-1279), Yuan (1260-1367),

Es en esta última dinastía donde propiamente podemos hablar de una relación de China con el mundo, pues según Eugenio Anguiano Roch, “los comerciantes de Gran Bretaña, Países Bajos, Francia, Portugal, Dinamarca, Suecia y Estados Unidos (…) navegaban aguas arriba, desde el extenso delta del río Perla hasta el islote aledaño a la ciudad de Guangzhou” (Botton, 2010)

En este momento es cuando podemos hablar de una política exterior por parte de China, por cuanto que la ocupación extranjera en esta civilización era resultado del gran superávit que tenía en términos de productos textiles y agrícolas. La dinastía Qing institucionalizó la llegada de la corona británica al haber abierto el comercio exterior a través de los puertos de Guangzhou, Fuzhou, Xiamen, Ningbo y Shanghái. De hecho, la firma del tratado de Nankín fue la resolución a tal hecho pues “marcaría el final del aislacionismo chino y la pretensión de singularidad y superioridad del Reino del Centro sobre los países y reinos extranjeros” (Botton, 2010).

El fin de la dinastía Qing, en los albores del siglo XX, estaría caracterizado por la rápida salida que buscaba dar a las potencias extranjeras tras haberle dado puertas abiertas al saqueo y despojo de diversas riquezas chinas. Sin embargo, “la decadencia administrativa, la corrupción burocrática y el régimen gobernante frente al resto del mundo (…) dieron como resultado a movimientos nacionalistas y la resistencia en contra del imperialismo occidental” (Botton, 2010). Con ello se daría entrada al tercer periodo conocido como la China Republicana.

Entre 1912 y 1949, la República China o Nacionalista fue un periodo caracterizado por la proclamación de la República y fundación del Guomindang por parte de Sun Yat-sen. Este hecho cambió el paradigma dinástico en el que la civilización china transcurrió por más de 5,000 años y “la reconstrucción de China mediante su occidentalización (…) se encontraba en función del republicanismo y la democracia que Sun Yat-sen (…) para la nueva política” (North, 1965).

Los propósitos de Sun eran estrictamente antidinásticos y anti-manchúes y se reconoce una política exterior vacía, en tanto que “ en la nueva era que empezaba (…) las naciones menos poderosas como China podrían desarrollar sus industrias, su cultura, el bienestar de sus pueblos y ocupar su puesto en el mundo junto a las grandes potencias” (North, 1965), es decir, un cierre de fronteras para reacondicionar las potencialidades productivas del país y después, involucrarse a la dinámica del exterior.

No obstante, el cierre de las fronteras chinas no supuso el término de la relacionalidad con el exterior. En 1931, Japón invadió su territorio del norte, por la región de Manchuria con el fin de anexarse a las demarcaciones chinas hasta llegar a la guerra ino-Japonesa entre 1937 y 1945. En medio de dichas tensiones, en 1942 se creó la alianza de las Naciones Unidas, en donde China intervino y sería “la cuarta potencia que participaría en la creación del orden internacional de la posguerra”(Botton, 2010).

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Las nuevas decisiones al exterior en torno a la China Popular

En la primera mitad del siglo XX, la recién constituida República China transcurría en una etapa de correlación de fuerzas nacionalistas y comunistas. El legado de Sun Yat-sen, por parte del nacionalismo chino, fue continuado por Chiang Kai-shek en contra de las rebeliones suscitadas en el contexto comunista de la Gran Marcha (Anguiano, 2011) (4) liderada por Mao Zedong.

El recorrido de Mao supuso el control de vastos territorios al interior, hasta llegar a la plaza de Tiananmen en donde, el 1° de octubre de 1949, se proclamó la República Popular de China. En medio de la dictadura, su revolucionamiento y los cambios en la jerarquía de poder, Mao buscaba que “la sociedad [fuese] impulsada hacia nuevas formas de propiedad de la tierra, industria y comercio (…) [para que] China sobrepasara en unos pocos años a la Unión Soviética y a Estados Unidos” (Anguiano, 2011).

El objetivo de la política maoísta radicaba en la preocupación por desarrollar el interior del país y desentrañar el pasado imperial que socavó los intereses del pueblo chino. Robert North arguye que “los objetivos primordiales de los dirigentes comunistas chinos fueron: reconstruir el poder y el prestigio del régimen, restableciendo a China como una gran potencia entre todas las naciones” (North, 1965).

La transformación de una nueva China, por Mao, no buscaba una vinculación de China con otros países, sobre todo por la idea en la que este país no volviera a reducirse una vez más al carácter semicolonial por parte de alguna potencia imperial (Mao, 1995). De esta manera, podemos hablar de que la política exterior maoísta radicó en “la defensa a ultranza de la independencia de China y la salvaguarda de su integridad territorial (…) dejando una tolerancia cero [a] cualquier forma de ataque o injerencia en su soberanía”(Durruti, 2011).

La esencia del comunismo como hecho fundamental económico tiene la consecución de un programa de acción o planificación del sistema (Marx, 1979) y la política maoísta al interior del país se guió por el principio del 中华⺠族的伟⼤复兴 (en pinyin: zhōng huá mínzú de wěidà fùxīng) o el gran renacimiento de la nación china. Dicho esto, su estrategia por planes quinquenales se basó en “la planificación total y de disposiciones apropiadas (…) ya sea que se tratara de cereales, calamidades de la naturaleza del empleo (…) o de otros problemas” (Mao, 1995).

El periodo presidencial maoísta fue complejo debido a que tanto la economía como la política estu disueltas en las diferentes problem sociales causadas por la di comunista. Para Alexander Pantsov, dicotómico pues, así como llevó a Chi posicionamiento fuera de las ideolo occidente y hacer crecer su propia cosmovisión, también generó una dictadura que dio la muerte de 40 millones de personas (Levine & Pantsov, 2013) después del Gran Salto Adelante (GSA) y la Revolución Cultural.

El mal funcionamiento del GSA para volver a China de un país atrasado y agrícola a uno industrial, provocó que un nuevo dirigente se cuestionara sobre el funcionamiento económico del país de acuerdo con las condiciones reales del sistema mundial. Una serie de investigadores de la sinología, como Eugenio Anguiano o Osvaldo Rosales sostienen que Deng Xiaoping fue quien

“ se dio cuenta de que China no podía continuar por el camino fijado por Mao Zedong y reformó radicalmente la política del país (…) desde la introducción de las reformas económicas y de la inserción de China en la globalidad comercial y financiera [y] reiteró sus inquietudes de (…) alcanzar a las economías occidentales más avanzadas, sobre la base de adelantos en ciencia, tecnología y educación." (Anguiano, 2011).

ONU, 1971

Aprovechando las condiciones de su momento (5), Deng cambió la direccionalidad de la política nacional en términos de “ una amplia apertura política de este país [con la] diplomacia en las relaciones de Estado a Estado (…) para que, entre octubre de 1971 y octubre de 1976, China popular estableciera relaciones diplomáticas con la mayoría de los países miembros de la ONU” (Anguiano, 2011). Este hecho generó que la política exterior china tuviera un impulso hacia una nueva era.

La política exterior de China en el marco de la globalización

En 1978, Deng Xiaoping llegó al poder nacional criticando la planificación hacia adentro y el aislacionismo al exterior y, a diferencia de su antecesor, promovió una política de Reforma y Apertura basada en las cuatro, supuestas (6), modernizaciones para llevar a China a las estructuras de mercado prevalecientes en el sistema capitalista.

La enseñanza de Mao trascendió a la propuesta de Deng, pues fundamentó una diplomacia independiente que no alinearía intereses extranjeros a la nación, y bajo la frase: “observando con calma, mantener la calma, fijar un bajo perfil” o 冷静 观察, 稳住 阵 脚 , 韬 光 养 晦 , 善 于 守 拙 (en pinyin: lengjìng guānchá, wen zhù zhènjiǎo, tāoguāngyǎnghuì) se propuso lograr los diferentes cambios estructurales para la economía.

Hacia la década de 1980, China comenzó a trascender del atraso y su crecimiento económico permaneció al alza (Gráfica 1) debido a la aparición de las Zonas Económicas Especiales (ZEE) en el mundo globalizado Estas últimas dieron lugar al elemento clave que articuló su política exterior: la atracción de inversión extranjera directa (McKenney, 1999).

En 1980, las provincias que iniciaron este proyecto fueron Shenzhen, Guangdong y Fujian. Hacia 1984 se construyeron Jiangsu y Hainán, y para el año siguiente ya abarcaban 15 ciudades costeras (Cornejo, 2011) (Bregolat, 2011) (7).

Para Loreta Napoleoni, las ZEE fueron “laboratorios capitalistas” (Napoleoni, 2011) (8) dentro de una economía socialista, dando lugar a un modelo con características chinas en una economía de mercado (9). Estos laboratorios tuvieron como objetivo aumentar la capacidad productiva de China para crear una gran producción de bienes manufacturados que se llevaran a las filas del comercio mundial que exige el sistema económico prevaleciente. Además, podemos mencionar que los laboratorios tuvieron un papel fundamental para que China tuviera un papel cada vez más protagónico en el exterior.

Crecimiento económico real de China, Estados Unidos y el mundo, 1960-2018

El ascenso económico chino en la estructura económica mundial fue un hecho que generó tensiones para las potencias mundiales del sistema capitalista. En este contexto, Jiang Zemin llega al poder presidencial, en 1992, con la perspectiva de fortalecer la visión tecnocrática del gobierno impulsado por Deng y profundizar cada una de sus propuestas estructurales (Anguiano, 2011). Su propuesta en términos de la política exterior reside en generar una disminución de la desconfianza de la economía internacional por medio de determinada diplomacia.

Para Mariola Moncada,

Jiang Zemin llevará a cabo una diplomacia esencialmente práctica, con especial énfasis sobre los temas técnicas y de seguridad, orientada a conseguir la integración de China en la comunidad internacional [para] (…) negociar su entrada en la Organización Mundial del Comercio (OMC), asunto vital para impulsar el desarrollo económico. (….) La política exterior china seguirá estando inspirada en el mismo principio que ya anunció Deng en los años ochenta, de crear un ambiente de paz y estabilidad propicios en el exterior (10)

El Sr Shi Guangshen, Ministro de Comercio Exterior y Cooperación Económica de China, firma, a reserva de ratificación, el Protocolo de Adhesión de China a la OMC en la Cuarta Conferencia Ministerial de la OMC, celebrada en Doha en noviembre de 2001.

Fuente: https://bit.ly/3sX9MY5

El objetivo del periodo de Jiang Zemin fue convencer a la sociedad internacional que el ascenso económico logrado de las reformas estructurales de Deng, no son amenaza para otros países. Su discurso quedó resumido en la expresión 增 加 信 任、减少⿇烦、发展合作、不搞对抗, (en pinyin: zēngjiā xìnrèn, jiǎnshǎo máfan, fāzhǎn hézuò, bù gǎo duìkàng) (Xi, 2013) y que en español significa: aumentar la confianza, reducir los problemas, promover la cooperación y evitar la confrontación.

Las diferentes negociaciones llevadas a cabo para entrar a la OMC rindieron fruto a inicios del siglo XXI. En este momento, el carácter de la política exterior china de Jiang tuvo como relevancia la búsqueda de mercados para liberar la alta capacidad productiva, producto del aumento de la IED en las ZEE durante la década de 1980 (Rivera, 2016) . En estos años, el crecido volumen de producción resultó en tasas de crecimiento económico de entre 8 y 10 por ciento (Banco Mundial, 2022) (véase gráfica 2) por medio del apoyo a empresas privadas y transnacionales que se consolidaron con el aumento de las ZEE.

Gráfica 2. Tasa de crecimiento económico de la RPC 1994-Q1 / 2018-Q1.

Fuente: elaboración propia con datos de la FRED (2021).

Claus Knoth realiza un estudio de las ZEE entre 1979 y 1997, pues el Producto Interno Bruto y el IED en las provincias siguieron los derroteros del incremento de ganancias (Knoth, 2013) por vía de las exportaciones. Esta dinámica de la última década de 1990 estuvo a cargo de las 68,635 empresas instaladas en el sector manufacturero y 6,905 empresas en el sector de infraestructura (State Comercial Bureau, 2021) , como se observa en el cuadro 1.

Cuadro 1. Composición de exportaciones en la RPC (% respecto del total)

Fuente: Banco Mundial (2020).

De esta manera, tanto los laboratorios capitalistas chinos como las ZEE dieron como resultado la emergencia económica del país (Rivera, 2016) (11). A nivel internacional, el fortalecimiento del interior de China hacia el exterior supuso la coexistencia entre grandes poderes económicos (Yan, 2019) , afectando la competitividad de sectores claves para EE. UU., como el manufacturero. Así, las tensiones emanadas desde la instrumentación de la política exterior china continuaron escalando internacionalmente en los albores del siglo XXI.

En 2003, Hu Jintao llega al poder y su direccionalidad propone continuar la política exterior, de Jiang Zemin, en función de la cultura de armonía internacional y desarrollo pacífico. Su propuesta tampoco dejaría a un lado la consecución de las reformas estructurales de Deng y no olvidar el énfasis requerido en el ámbito económico y no social (Zhou, 2009) (12) .

Yiwei Wang menciona que tanto Jiang como Hu comenzaron a realizar propuestas de política exterior al estilo de un nuevo tipo de gobernabilidad global (Wang, 2007) respecto al americanismo u occidentalismo del actual sistema económico.

Mariola Moncada menciona que la política exterior de Hu Jintao se basó en “ una sociedad armoniosa (…) como respuesta al -choque de civilizaciones-“ (Moncada, 2011) .

Esencialmente, en este periodo presidencial

China buscó reforzar la huida que el mundo internacional le presentaría a sus intenciones por continuar en la senda de su resurgimiento económico y recuperar su estatus mundial como el Reino del Centro, en chino: 中国 o en pinyin: Zhongguó.

En el año 2013, Hu Jintao salió de la dirigencia del PCC y las intenciones por por posicionar a China en el liderazgo mundial comenzaron a ser evidentes. La dinámica de la sociedad armoniosa de Hu o Jiang son parte de la síntesis de preceptos políticos que el nuevo dirigente propuso para su administración. En ese mismo año, el Congreso Nacional Popular dejó asumir el cargo como presidente a Xi Jinping y su iniciativa es llevar a cabo su revitalización de la civilización china y cumplir el sueño chino (Xi, 2013) .

Xi Jinping sabe que China, a lo largo de cuatro generaciones de políticos, ha fortalecido diferentes principios de su política exterior. Según Mariola Moncada, dichos principios se encuentran en función de la dinámica de las grandes potencias; sus vecinos en la región asiática; su condicionamiento como preponderante con los países subdesarrollados y su posición con las organizaciones multilaterales (Moncada, 2011) . La llegada de Xi al contexto globalizado del sistema mundial le brindó diferentes posibilidades en torno a un modelo alternativo de desarrollo, un entendimiento histórico de la política y sus intenciones económicas por direccionar multidimensionalmente sus intereses con el mundo. Es por ello por lo que debemos entender sus nuevas propuestas en materia de política exterior.

La nueva plataforma de la política exterior de la actual China

Como mencionamos anteriormente, Xi Jinping es la síntesis de los elementos histórico-políticos que consolidaron su iniciativa gubernamental. La importancia de este presidente radica en que existe el regreso de la preocupación de una política interna, respecto a Deng, Jiang o Hu quienes se dedicaron a los asuntos exteriores de China. Xi preserva la estructura del PCC, conformada por los ideales del marxismo-leninismo de Mao (Xi, 2013) , para comprometerse al mejoramiento de las condiciones de la población.

No obstante, su intención también se ha dedicado a continuar con el proceso de reformas estructurales, pero con una visión que se dirija al establecimiento de relaciones de cooperación o de buena vecindad (Xi, 2013) para aprovechar las materias primas del exterior y beneficiar el interior de su país. Desde la llegada de Xi al poder nacional, en 2013, su gobierno ha encaminado su política exterior a la realización del “sueño chino” (Xi, 2013) (13) .

El mandatario prosiguió con el modelo socialista de mercado con características chinas, pues hasta ese momento se había entendido que esa forma de desarrollo trajo la alta capacidad generadora de bienes y servicios desde la década de 1990 (Rivera, 2016) . En el mismo año de su toma de posesión, lanzó una contundente propuesta internacional intitulada: la Nueva Ruta de la Seda (NRS) o 带 路 (en pinyin: Yi Dai, Yi Lu).

Según Yi Weiwei, la NRS es un megaproyecto geoestratégico por mar y por tierra que cambiaría la logística del comercio, las finanzas, la economía, la política y diversos ámbitos más de la sociedad internacional (Wang, 2018) . Este proyecto se contextualiza en los “libros blancos” de los discursos políticos de Xi Jinping, y si los analizamos, su política exterior se dirige a consolidar una forma global de orientar su dominio de ideas supuestamente alineadas a los preceptos internacionales de Naciones Unidas: paz mundial, promoción del desarrollo común y cooperación internacional (Xi, 2017).

La NRS es el proyecto que sustenta la política exterior de Xi y tiene como fin último la revitalización civilizatoria de su país, y como objetivos prioritarios se consideran los siguientes elementos (Xi, 2017) :

Compartir esfuerzos con la comunidad internacional

Fomentar la multipolarización en el mundo

Promover la coexistencia y armonía pacífica de intereses en la sociedad

Establecimiento de un orden económico y político internacional alternativo

Salvaguardar la diversidad de los pueblos y abogar por las relaciones internacionales

Fomentar la cooperación y la unidad de países congéneres del tercer mundo

La intención de Xi con la unión de la NRS a su política exterior es crear relaciones de beneficio mutuo y desarrollo compartido, para el largo plazo, con los poco más de 130 países socios del proyecto. Ambos elementos se dirigen a cumplir tres metas fundamentales para su gobierno: la primera es el aseguramiento de una sociedad con un ingreso por encima del ngreso de economías de mediano ingreso para 2025; la segunda va en torno al afianzamiento de su economía como país de alto desarrollo para 2035 y, en tercer lugar, autoproclamarse un país comandante de las relaciones internacionales para 2050 (Xi, 2017) .

Cuando mencionamos que Xi Jinping es la síntesis intergeneracional de los programas políticos anteriores, nos referimos a que elementos tanto internos como externos han promovido la actual posición de China en el mundo, pero sobre todo con EE. UU. En el cuadro 2, observamos elementos internos que se dirigen a cobrar esfuerzos para aumentar las capacidades productivas y consuntivas del capital chino (PwC, 2018) (14) ; en tanto, los factores externos giran en torno a la contraposición hacia la hegemonía estadounidense con un orden mundial alternativo al presente.

Cuadro 2.

Elementos internos y externos de la política exterior en China

Fuente: Elaboración propia

Cuando mencionamos que Xi Jinping es la síntesis intergeneracional de los programas políticos anteriores, nos referimos a que elementos tanto internos como externos han promovido la actual posición de China en el mundo, pero sobre todo con EE. UU. En el cuadro 2, observamos elementos internos que se dirigen a cobrar esfuerzos para aumentar las capacidades y consuntivas del capital chino (PwC, 2018) (50) ; en tanto, los factores externos giran en torno a la contraposición hacia la hegemonía estadounidense con un orden mundial alternativo al presente.

La NRS se inscribe a la política exterior china como una estrategia de interconexión global con la finalidad de exacerbar su potencialidad económica, comercial, financiera y tecnológica a través de vías marítimas (mapa 1) de América Latina, África, Asia y Europa, pero también vías terrestres (mapa 2). Los preceptos ideológicos de su proyecto se alinean a los objetivos de la ONU y sobre todo se refieren a “mantener y perfeccionar el sistema de autonomía nacional y consolidar diferentes relaciones socialistas basadas en la igualdad, la unidad, la ayuda mutua y la armonía (…) diferentes a los valores occidentales” (Xi, 2017) .

Fuente: Elaboración propia

El parangón analítico que debe realizarse de la NRS y la política exterior es el afianzamiento de los principales objetivos a largo plazo de la administración de Xi. En este sentido se busca aprovechar vías comerciales por tierra y mar, proponiendo “beneficios mutuos” (Xi, 2017) y obtener materias primas y recursos estratégicos para abastecer su fábrica global. Según el XIII Plan Quinquenal de China el objetivo de la NRS es crear una nueva plataforma de intercambio cultural entre países de diferente estructura económica con el propósito de promover el progreso y el crecimiento económicos y el desarrollo social (Gobierno Central de la República Popular China, 2016) .

Para el PCC, la NRS se caracteriza por cinco elementos que exacerbarán su reconocimiento internacional (Xi, 2017): el primero es fomentar la interrelacionalidad

Fuente: Elaboración propia mundial con el beneficio mutuo; el segundo es consolidar la prosperidad para aumentar las posibilidades del desarrollo social; el tercero consiste en fortalecer las tesis de la globalización en torno a la lógica de mercados liberalizados; el cuarto resulta en promover la revolución del cambio tecnológico por inteligencias artificiales y la última respecto a la formación de una civilización con políticas de buena vecindad.

Las características de esta iniciativa se dirigen a la planificación de necesidades del futuro en función de recursos estratégicos, tanto naturales como estratégicos; priorizar la transformación estructural de China en el mundo a través de sus 132 socios comerciales y asegurar la estabilidad económica nacional frente a los posibles desequilibrios internacionales tras su posicionamiento internacional. Es por ello por lo que el proyecto de la NRS contextualizado en su política exterior supondría un cambio radical en la dinámica del orden mundial como expresión de un nuevo equilibrio de poderes y una participación preponderante por parte de China.

La participación china en el mercado mundial es un proceso definitorio en su recorrido por consolidarse como potencia contendiente respecto de las intenciones estadounidenses. De hecho, la política exterior de Xi Jinping revela las intenciones de elevarse al liderazgo internacional a través de diferentes vías; por ejemplo, en el ámbito económico se tiene una dependencia especial como principal socio exportador de China a EE. UU. y otros países de especial importancia en la estructura mundial como Japón, Alemania o Reino Unido, véase Cuadro 3.

A pesar de la preponderancia económica de EE. UU., según el FMI, en 2014 China se convirtió en el poder económico mundial y el declive estadounidense provocó las manifestaciones alternativas institucionales por parte del poder chino. No obstante, la indiscutible participación de la política exterior del poder hegemónico ha generado que China presente limitaciones al exterior, pues en el ámbito ideológico-cultura, político o militar aún tiene importantes incapacidades que la restringen (Toro, 2019) (Punheiro, 2020) a manifestar una política exterior sólida.

A pesar de la preponderancia económica de EE. UU., según el FMI, en 2014 China se convirtió en el poder económico mundial y el declive estadounidense provocó las manifestaciones alternativas institucionales por parte del poder chino. No obstante, la indiscutible participación de la política exterior del poder hegemónico ha generado que China presente limitaciones al exterior, pues en el ámbito ideológico-cultura, político o militar aún tiene importantes incapacidades que la restringen (Toro, 2019) (Punheiro, 2020) a manifestar una política exterior sólida.

Cuadro 3. Principales socios comerciales de China, durante 2019

Conclusiones

Las fuentes del poder chino residen en sus capacidades institucionales históricamente construidas, una concepción sobre las condiciones reales de su población, la capacidad de organizar la sociedad y orientar metas comunes mediante políticas gubernamentales propias de una cultura que otorga a lo estatal primacía sobre el resto del universo de relaciones sociales, la capacidad de combinar esfuerzos por parte de una fuerza política cohesionada (aunque no homogénea) como el PCC y la creciente sofisticación y destreza técnica de cuadros y dirigentes.

La dirigencia de la presidencia de Xi Jinping provoca un sentimiento de autoritarismo que busca implantar una síntesis de cuatro generaciones políticas que buscaron el posicionamiento internacional de China. Tras su entrada a la OMC, en 2001, convocó diferentes problemáticas que atentarían los lineamientos del orden mundial presente; sin embargo, su proposición al exterior del “aumento de la confianza, reducción de los problemas, promoción de la cooperación y la evasión al conflicto internacionales” o

增加信任, 减少⿇烦, 发展合作, 不搞对 抗 (en pinyin: zēngjiā xìnrèn, jiǎnshǎo máfan, fāzhǎn hézuò, bù gǎo duìkàng) obligó a dar una nueva oportunidad a las condiciones nacionales que buscaba adaptar sus capacidades exteriores.

Con Mao, la política exterior se dedicó a dar salida al imperialismo extranjero para dar paso una suerte de revolución interna y proporcionar una salida de un país históricamente atrasado. Con Deng se logró un cambio estructural nacional que multiplicó las capacidades productivas del país, dando la posibilidad de dar las primeras direcciones hacia el exterior a través de las ZEE. Tras la “vuelta de siglo”, existió una acentuación de la política exterior, pues Zemin y Hupromovieron la imagen internacional de China con el alzamiento económico -estrictamente pacífico y armónico.

Una década después la diplomacia china, con Xi Jinping, propone transformar la orientación de las relaciones internacionales a través del proyecto de la NRS para recuperar su posicionamiento en el mundo como el “reino del centro” que es la traducción directa del nombre de su país: 中 国 (en pinyin: zhōng guó). Ese liderazgo ha traído beneficios respecto a la coordinación de una política exterior que, según el FMI, dirige una globalización con características asiáticas. Dichas condiciones exteriores, consolidadas históricamente, han manifestado nuevos centros de gravedad que entretejen nuevas realidades internacionales en el poder mundial.

Notas:

[1] El Río Yangtsé es el cuerpo de agua más largo de China y atraviesa ocho provincias: Anhui, Hubei, Hunan, Jiangsu, Jiangxi, Qinghai, Sichuan y Yunnan.

[2] El Río Amarillo atraviesa siete provincias y dos regiones autónomas: Qinghai, Gansu, Ningxia, Mongolia Interior, Shaanxi, Henan y Shandong.

[3] En la sucinta exposición del periodo dinástico de China, utilizaremos la división historiográfica de Flora Botton basada en su libro Historia Mínima de China. Esta división corresponde a tres periodos: el primero es la China antigua (del tercer milenio a.C. hasta 221 a.C.; el segundo es China imperial (221 a.C. hasta 1911) y el tercer periodo es China republicana (1911 a 1949).

[4] La Gran Marcha o Larga Marcha es un episodio de la primera etapa de la Guerra civil china, entre 1934 y 1935, que buscaba retirar al Ejército Rojo del poder nacionalista instaurado bajo el mando de Chiang Kai-shek.

[5] A nivel externo, la disminución de tensiones en contra de China resultó de un apaciguamiento internacional después del periodo de entreguerras y la impronta confrontación ideológica que Estados Unidos comenzó contra la Unión Soviética. A nivel interno, el ejército rojo comenzó a perder extensión debido a las complicaciones de salud de Mao, dando lugar a una etapa en la que China no contaba con dirigencia nacional.

[6] Las supuestas cuatro modernizaciones, no fueron iniciativa propia de Deng Xiaoping, pues desde el III Plan Quinquenal chino, promulgado en 1963, Zhou Enlai y Mao Zedong habían propuesto la modernización del país en función de cuatro ámbitos específicos: defensa nacional, transformación agrícola, industrialización y cambio tecnológico. Véase: Enlai, Zhou (1963), Science and Technology in Shanghai at the conference on Zhou Enlai explained the significance of modern science and technology.

Notas:

[7] Entre las ciudades costeras del delta Yangtsé, el estuario del río de las Perlas, el triángulo del sur de 附 件 (Fujian), la península de 胶东 (Jiaodong) y 辽东 (Liaodong).

[8] Loretta Napoleoni se refiere al laboratorio capitalista como un experimento chino en donde se comenzó a introducir el modelo socialista de mercado, a partir de la introducción de IED que se dirigieron a realizar infraestructura física.

[9] El modelo de socialismo de mercado con características chinas se basa en la idea de crear en las bases de la planificación central socialista la adaptación de la economía mundial capitalista. Las tesis que China adapta a esta planificación central son: el libre comercio, la participación del sector privado y la desregulación financiera.

[10] El modelo socialista de mercado con características chinas tiene como principal elemento tomar al proyecto comunista, en términos de la planificación, para unirlo a las tesis de las economías del mercado del sistema capitalista. Es decir, la economía china se rige con base en preceptos de las libres fuerzas del mercado pero bajo la dirección o control de la intervención estatal.

[11] La irrupción de China como la fábrica global dentro del mercado mundial lo convirtió en el centro de producción que produjo una especialización de las empresas chinas establecidas en las ZEE en segmentos (de ensamblaje, empaque y prueba de confección, electrónica, autos y circuitos integrados) de la cadena del proceso laboral global.

Notas:

[12] Para Romer Cornejo, pg. 346-347, el viraje que se dio a la política del PCC comenzó a favor de la solución de la inequidad social, la desigualdad regional y la corrupción existente gracias a las propuestas de Deng (ZEE), y que buscaban erradicarse con las propuestas del Esquema General del Congreso XVI y XVII. Para Zhao (2009: 155-158) el cambio de estrategia del gobierno de Jintao, respecto a Zemin, se debe a los sucesos sociales acontecidos en la plaza de 天 安 ⻔ (Tian’án’mèn) y que fueron causa de la reforma de precios que impulsó Deng y Zemin. Esta reforma trajo el alza de los precios en productos de la canasta básica (hiperinflación), desequilibrios fiscales y financieros.

[13] Para Xi Jinping, el sueño chino o 中国梦 (en pinyin: Zhongguó meng) se refiere a la revitalización de China.

[14] Para el PricewaterhouseCoopers (PwC), la reforma que sigue Xi Jinping debe guiarse desde el XVIII Congreso del PCC que guían algunos ejes de su economía que giran en torno a la promoción productiva; dirección tecnológica; transformación digital; apoyo agrícola; mejora de consumo y producción interna con subsidios.

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