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El nuevo RCEP y los retos post-pandemia COVID 19: Oportunidades para México

Por María Cristina Godos González

Introducción

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La sostenibilidad del comercio internacional representa uno de los retos a alcanzar en la era post-pandemia, pues se trata de apostar por la recuperación de la economía mundial para que esto a su vez contribuya con el desarrollo económico de las sociedades a nivel internacional.

La maquinaria comercial anterior a la pandemia presentaba un escenario de gran competitividad, se mostraba una tendencia hacia el fortalecimiento de mega-acuerdos de integración comercial situados principalmente en la región del Asia Pacífico: El Acuerdo Transpacífico de

Asociación Económica (TTP), la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), La Conferencia de Cooperación Asia Pacífico (APEC) y el Acuerdo Comercial de Asia Pacífico (FTAAP). Lo interesante de estos instrumentos es que comparten intereses comunes, tanto así, que algunos de ellos coinciden simultáneamente en dos o tres mecanismos.

Con base en los retos que presenta la pandemia a largo plazo para el mundo y para México, es menester tener en cuenta los siguientes aspectos: una alta probabilidad de que “los países que gravitan entre el CPTPP y el RCEP busquen posicionarse en términos de geolocalización en territorio nacional con miras de aprovechar las ventajas de desgravación arancelaria del TMEC”. Para que esto sea posible es necesaria una estrategia de complementación de importaciones de Asia con la producción nacional para que las PYMES se integren a las grandes cadenas de valor globales (Laborde, 2020).

El Nuevo RCEP

Tras una década de negociaciones, el 16 de noviembre de 2020, se firmó el tan esperado acuerdo de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), formado por China como líder, Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda, además de 10 miembros de ASEAN (excepto la India que decidió al final no participar), se perfila como uno de los acuerdos más ambiciosos y competitivos a nivel mundial. En este acuerdo se encuentra involucrado un mercado de 2200 millones de personas, 30% de la población mundial, con un PIB de 26 millones de dólares (Albertoni, Nicolás and Heine, Jorge, 2020).

El RCEP contempla entre otras cosas: disminución de aranceles a las importaciones por lo próximos 20 años, servicios financieros, regulación de emisiones, subsidios agrícolas, propiedad intelectual, comercio electrónico, comunicaciones y servicios profesionales, su base principal es la vinculación de su intercambio comercial mediante las cadenas globales de valor desarrolladas en la región.

Previo a la firma de este tratado, los países involucrados intercambiaban sus productos mediante acuerdos bilaterales, este tipo de acuerdos no les otorgaban suficientes beneficios debido a que un producto que tuviera componentes hechos en otro país tenía que pagar aranceles de importación. Con el RCEP, los componentes de cualquier país tendrán el mismo trato (reglas de origen), lo que daría una ventaja a las compañías de los países miembros para asociarse con proveedores de la nueva alianza regional.

Además de la reducción de aranceles a nivel intrarregional, se tiene que el RCEP buscará la simplificación administrativa en las que beneficie un desarrollo inclusivo, esto es, que se incluyan fórmulas de conectividad institucional en los ámbitos público y privado (Capuñay, Juan Carlos, 2021). Esta va a ser una gran ventaja para los países firmantes. La estrategia se percibe como una respuesta al proteccionismo que había estado utilizando Estados Unidos, con ello se cambian los papeles y el objetivo se dirige al fortalecimiento del multilateralismo regional.

El pragmatismo mostrado a través de la negociación del RCEP, se puede observar desde el punto de vista estratégico. China tendrá un mayor margen de acción debido a las zonas económicas especiales creadas por el gobierno chino ya que los países de la región pueden aprovechar las ventajas para el acceso comercial a las mismas en sus principales puertos como Macao, Hong Kong y Cantón. Además, si se toma en cuenta la iniciativa de Xi Jin Ping en 2013 sobre el cinturón y la Ruta de la Seda, el liderazgo chino fomenta una cooperación integral en ámbitos de inversión, servicios e infraestructura (Capuñay, 2021).

Características comunes con el TPP

El siglo XXI ha sido testigo del incremento en la dimensión multifuncional de los flujos comerciales, esto es, la participación de firmas, servicios y capital, así como la presencia de tecnologías y personas, han hecho que los procesos de intercambio sean cada vez más complejos porque la presencia de estos flujos ha traspasado las fronteras territoriales en diferentes tiempos y espacios.

El intercambio comercial está obligado a ganar cada vez más competitividad tratando de cubrir

Fuente: https://cutt.ly/kELNzi5 cubrir los compromisos dentro de la OMC, pero las circunstancias del dinamismo económico-comercial exigen ir más allá de dichos esfuerzos.

Estamos hablando de que los espacios comerciales hoy en día son de carácter global y que están dominados por las cadenas globales de valor, lo cual supera los límites de los bloques regionales. Como alternativa surgieron los Mega-Acuerdos (MAC’S) que se han propuesto avanzar más allá de los límites impuestos por la OMC, su característica principal descansa en la generación de marcos de referencia y una nueva institucionalidad para el comercio (Moneta 2016). Según Moneta, el TPP cubre dos sectores importantes en las reglas de la OMC aquellas relacionadas con los servicios, propiedad intelectual y contratación pública (OMC plus) y los que abarcan temas de inversiones, cambio climático, movimiento de personas y capital, convergencia regulatoria, comercio electrónico y derechos de autor por internet (OMC extra), lo cual permitirá sentar nuevas bases de regulación para las negociaciones en la OMC.

El TPP es uno de estos Macro-Acuerdos, firmado por sus miembros en octubre de 2015, el acuerdo incorpora el 40% del PIB Mundial y un tercio del comercio global. Se trata de un acuerdo que se vincula con el RCEP, no solo por que convergen algunos de sus miembros, sino también porque dicha convergencia implica un entramado de intereses geopolíticos y competencias económicocomerciales. En términos generales, el TPP puede incidir sobre el comercio y el crecimiento de la productividad mediante: la reducción de tarifas arancelaria y no arancelarias, impacto por vía de nuevos productos y socios comerciales, incidencia del incremento de las inversiones transfronterizas en la localización del capital, evolución de la productividad a través de mayores aportes de tecnología y conocimiento y mediante los impactos de la dinámica de las políticas comerciales y liberalización. Sin embargo, se pueden tener efectos post liberalización comercial, por la vía del acceso de nuevos miembros, impactos del RCEP e incidencia en el sistema multilateral de comercio (Moneta, 2016, p. 115-117).

Luego de la salida de Estados Unidos del TPP en enero de 2017, el mecanismo se transformó en Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP) o llamado TTP11. De acuerdo con especialistas, si la administración Biden decide la reincorporación de EU al acuerdo, éste tendría una excelente capacidad de competencia frente al RCEP liderado por China. Por otro lado, también existe la posibilidad de que China decida integrarse a CPTPP con ello se convertiría en uno de los mecanismos principales de cooperación comercial.

Retos Post-Pandemia COVID 19 y Oportunidades para México

En el marco de los Mega-Acuerdos, y de las oportunidades que tiene nuestro país al respecto, es importante resaltar los siguientes comentarios:

En 2017, de acuerdo con CNNMoney, funcionarios chinos habían invitado a países latinoamericanos a sumarse al RCEP. El Secretario de Economía Ildefonso Guajardo, dijo que miembros del RCEP le preguntaron de manera informal si estaría interesado a sumarse al proceso de negociación del acuerdo de manera informal. Guajardo respondió que el país no descartaba nada. Según Oscar Albín, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA), señaló que en el ámbito de las manufacturas, México atrae negocios de proveeduría automotriz desde Europa y Asia (sobre todo de China), con un monto superior que asciende a los 50,000 mdd, esto a raíz del cambio de reglas de origen a raíz del TEMEC. Dijo que México podría sustituir la proveeduría que viene desde China que tiene un valor de 30,000 mdd, esto lo considera como una “oportunidad histórica” (Morales, 2020).

Esto podría sustentarse con la estrategia de la Asociación Nacional de Manufactureros (NAM) de EU. El 53% de estas empresas se han ocupado en rediseñar sus cadenas de suministro con el objetivo de contar con proveedores más cercanos. En una encuesta de la consultora Grant Thornton, más de la mitad de los miembros NAM señalaron que existe la necesidad de invertir y avanzar frente a los efectos de la pandemia en el sector industrial, ya que tuvieron que volver a pronosticar rápidamente la demanda (De la Rosa, 2020).

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Richard Maude, investigador principal del Instituto de políticas sociales de Asia de Australia, opinó sobre las perspectivas que se vislumbran para los países del Sureste de Asia frente al escenario COVID19. En un artículo publicado en el sitio web del Instituto, señaló lo siguiente: que en la primera mitad de 2020 los volúmenes de comercio mundial tuvieron un caída histórica. En el caso de las exportaciones del ASEAN, cayeron un 15% en el segundo trimestre. El impacto de la crisis COVID19 también se sintió en los flujos de inversión de la IED. Afirmó que en medio de toda la incertidumbre causada por la pandemia el Sureste Asiático puede colocarse mejor que otras regiones utilizando el regionalismo económico como base. El RCEP impulsará al comercio intrarregional y se beneficiará de la diversificación de las cadenas de suministro (Vietnam Internacional, 2020).

En una entrevista que hizo Keiko Yoshioka, jefa de redacción del diario Asahi Shimbun a Naoto Munakata, asesora de Dai-Ichi Life Research Institute, importante negociadora del primer TLC de Japón con Singapur y del TPP, se extrajeron los siguientes comentarios: que en medio de una tendencia al debilitamiento en la cooperación multilateral, el haber llegado a un acuerdo de liberalización comercial y reglas comunes es un avance positivo. Habló de la importancia de que países como Japón y China, y Japón y Corea se encuentren unidos a través del RCEP, el ASEAN les ha permitido tomar la iniciativa para la construcción de un orden regional sin ser presionados por las principales potencias. Opina que el RCEP ayudará a reducir los costos de transacción para las extensas cadenas de suministro de la región (Yoshioka, 2021).

Estos ejemplos, en sí mismo pued proporcionar datos importantes sobre aspectos que están en juego con la puesta marcha del RCEP. Sin embargo, en opinión Juan José Ramírez (2021), el inicio del 20 presenta dos factores que determinarán futuro a corto y mediano plazo. El primero la pandemia, que dependiendo de cuan tiempo se extienda y mientras no se alcan un control de la misma, es posible que empresas trasnacionales sufran más presion del ambiente internacional y sean forzada abandonar el esquema de las cadenas globa de valor, si este mecanismo se elimi entonces se adoptará otro dirigido ala regionalización de la producción y la comercialización. El segundo factor tiene que ver ver con las decisiones del presidente Biden, quien probablemente pueda retomar el camino de su predecesor o incluso agudizar las medidas comerciales, a pesar de que en sus últimos comentarios afirmó que volvería a las prácticas multilaterales.

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