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Misiones Salesianas INDIA, FOCO DE LA PANDEMIA

India, foco de la pandemia

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Nepal, Bangladesh, Pakistán, Japón, Indonesia, Filipinas… en general, todo el sudeste asiático se está viendo afectado por esta segunda ola india. Países que en la primera ola se defendieron y consiguieron parar la primera ola, no lo están haciendo en esta segunda y los casos de contagios por coronavirus se han acelerado.

El panorama que describía hace unas semanas George Menamparampil, responsable COVID-19 de los Salesianos, que se encuentra en India, no era nada bueno: "Cientos de miles de casos cada día, miles de muertos... No hay personal de enfermería ni doctores, no hay camas en los hospitales, ni oxígeno, ni unidades de cuidados intensivos. No hay suficientes ambulancias, ni crematorios. Miles de personas fallecidas han sido, directamente, lanzadas al Ganges". Desde entonces, las cifras han mejorado algo, ya no son 400.000 los nuevos contagios cada día, pero superan los 100.000 y sigue habiendo miles de personas que mueren a causa de esta enfermedad.

Las consecuencias para el país están siendo devastadoras. No sólo por los contagios y los fallecidos, hay miles de niños y niñas que se están quedando solos. En India, hay más de 20 millones de menores huérfanos, pero cuando acabe la pandemia al menos 350.000 niños y niñas más habrán perdido a sus padres o a los miembros de la familia que se encargaban de ellos. Como en una guerra

“La segunda ola de COVID-19 en India y, en particular en Delhi, es extremadamente violenta. Cada llamada telefónica que recibimos es una solicitud desesperada de ayuda o para informarnos de la muerte de alguien. Hemos perdido a muchos de nuestros amigos y familiares de nuestro personal”, explica Biju Akkilettu, administrador de la provincia de Nueva Delhi. “En la capital, todos los hospitales están en crisis, no hay camas disponibles, la gente se amontona en los pasillos, faltan equipos y oxígeno. Y si la violencia de esta ola está afectando a todos los ámbitos de la vida, la población marginada es la que más está sufriendo: las familias pobres de los barrios marginales, los niños de los barrios periféricos, los que viven en la calle, los migrantes y las personas con discapacidad...”, añade Akkilettu.

“Es una situación muy grave, estamos tratando de hacer todo lo posible para llegar a la gente de todas las formas posibles”, dice el administrador. Los misioneros salesianos en India están trabajando como si fuese una gue-

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rra para combatir el impacto de esta segunda ola en el país. En estas semanas, millones de personas han acudido a ellos para sobrevivir y las puertas siempre han estado abiertas. Se distribuyen alimentos y mascarillas a las familias más vulnerables, algunos de nuestros centros educativos se han convertido en centros de atención a enfermos o de vacunación, se están donando bombonas de oxígeno y camas a hospitales que atienden a los más desfavorecidos, hay voluntarios que están trabajando codo con codo con el personal de primera línea, tenemos varias iniciativas en las que los autobuses escolares se convierten en autobuses medicalizados con médicos a bordo, se está ayudando a llevar a los enfermos a los hospitales y, por supuesto, se está dando apoyo espiritual a todos aquellos que lo necesitan, sobre todo, a los jóvenes y a niños y niñas.

En Don Bosco Nerul, en Mumbai, ya hace meses que funciona su frigorífico solidario. Aquí todo aquel que lo necesita puede encontrar comida y hoy son muchos los que acuden cada día. “Tengo enfermos en casa y esta iniciativa me está ayudando a alimentar a mi familia”, explica una de los vecinos que lo utilizan.

Ante la grave crisis sanitaria que está viviendo India, los misioneros salesianos se encuentran al lado de aquellos que más sufren. Sin embargo son riesgos calculados. “Lo importante ahora es salvar vidas. Vamos a la primera línea a servicios a los que no estamos acostumbrados”, explican los salesianos en la región de Chennai. “Las estructuras sanitarias del país no están siendo capaces de responder a las necesidades actuales, tenemos que estar con ellos”, añaden.

Pero no están solos

Ante esta crítica situación, los misioneros salesianos no están solos. La solidaridad crece por todos lados. “Es una alegría saber que mi pequeña contribución está alimentando a alguien”, explica una de las personas que colaboran en esta

tragedia. También desde Misiones Salesianas hemos puesto nuestro granito de arena con la campaña Emergencia India para apoyar todo el trabajo que están realizando los misioneros. Toda la información en misionessalesianas. org.

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Ana Muñoz

El equilibrio salesiano

Un llamativo valor de Don Bosco que transmitió a sus seguidores puede ser el equilibrio, la sensatez o el sentido común. Comprender lo que sucede, sin caer en exageraciones, nos ayuda a vivir en paz y darle sentido a lo que hacemos y a lo que somos.

En sus memorias, Nelson Mandela recordaba una situación de su niñez que le causaba mucha extrañeza. Cuando iba de visita a casas de los blancos, los niños hacían preguntas constantes a sus padres. Era lo contrario de lo que sucedía en las familias de su grupo. En ellas, los niños se limitaban a observar, a estar en silencio y apenas responder si eran preguntados.

Podemos pensar que es una pena que no se les permitiera participar a estos pequeños africanos en la vida familiar. Tampoco merecería un aplauso lo que sucede con tanta frecuencia en nuestros grupos cuando hablamos, hablamos y hablamos y nos importa poco lo que dicen los demás. Una buena solución puede ser escuchar, aprendiendo de lo que dicen otros, y participar. Sería una forma de utilizar el equilibrio y comprender su relación con la sabiduría y la madurez personal. Es normal que la Iglesia nos pida a los bautizados cuidar el equilibrio para que podamos ser testigos de la fe que profesamos. Para esto necesitamos escuchar mucho, no renunciar a la fe que tenemos y ofrecer los valores del Evangelio como nuestro mejor regalo. Los misioneros nos pueden iluminar en esta tarea.

Eusebio Muñoz Ruiz, sdb