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Cosas que pasan

todos En educación somos

Una de las polémicas que ha saltado en las últimas semanas del confinamiento ha sido el inicio de la tramitación parlamen taria de la nueva ley de educación, la LOMLOE. Como leyes anteriores, bautizada con el apellido del ministro que la ha presentado, en este caso la ministra Celaá.

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En el mundo educativo ha causado sorpresa este paso dado por el gobierno. Todos los sectores im plicados en la educación vienen manifestando, desde hace tiempo, la necesidad de llegar a un amplio acuerdo sobre el modelo educativo para nuestro país. Es mucho lo que nos jugamos. En lo que lle vamos de Democracia, esta será la octava ley en un ámbito que, parece que todos estamos de acuer do, debería tener un marco más estable, lejos de los vaivenes políticos, que diera respuesta a las ne cesidades de nuestros jóvenes para encarar, con una educación y formación integral, los retos del momento actual.

Escuelas Católicas, la organización que agrupa a los centros educativos católicos y de la que noso tros formamos parte, ha señalado aspectos problemáticos de la LOMLOE que, al menos, deberían ser discutidos y consensuados: se “elimina la de manda social como criterio de programación de plazas gratuitas, permite la distribución del alum nado por la administración educativa sin tener en cuenta la libertad de elección de los padres, inven ta un derecho a la educación pública, cuando el derecho reconocido en la Constitución es el derecho a la educación; olvida los derechos de los padres como responsables de sus hijos, introduce un co misario político en los centros concertados, posterga la enseñanza de la Religión, impone una nueva asignatura en valores éticos y cívicos que no se apo ya en valores consensuados, limita la autonomía de los centros, ataca a la educación diferenciada y pone en duda la supervivencia de los centros espe cíficos de Educación Especial”.

necesarios

Derecho de las familias

No entendemos la educación como una lucha entre pública o concertada. La oferta de la escuela con certada es complementaria a la red pública y ojalá, como sucede en otros países de nuestro entorno, se cuidaran, por parte del Estado, cada vez más todo lo relacionado con la educación en ambas redes.

Creemos que nuestros centros prestan un servi cio a las familias ofreciendo un modelo de educación para sus hijos. Tenemos una propuesta educativa con unos valores, un estilo educativo, una idea de persona y de la vida, que nacen del Evan gelio. Y las familias que quieran optar por este tipo de educación para sus hijos, deberían poder hacer lo de manera efectiva, como han dictado sentencias de tribunales nacionales e internacionales.

Ojalá nuestros gobernantes, a todos los niveles y de la ideología que sean, trabajen para alcanzar ese pacto educativo que venimos demandando desde hace tiempo, convencidos de que, como decía Don Bosco, “de la educación de la juventud depende la felicidad de las naciones”. En conseguir lo, nadie debe quedarse fuera pues en educación, todos somos necesarios.

Javier Valiente, sdb director@boletin-salesiano.com