PROPOSICIONES Nº 7

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XX ANIVERSARIO DEL CAMF:

Revista de los residentes del CAMF de Leganés, nº 7, verano 2011

La directora nos explica su trabajo Carmen Márquez, una cuidadora ejemplar De vinos con l@s compañer@s Nuevo montaje de RompiendoBarreras La exposición

DE PUERTAS ADENTRO:

ELLOS SON LOS MANITAS DEL CAMF

DE PUERTAS AFUERA:

FUKUSHIMA, 25 AÑOS DESPUÉS DE CHERNÓBIL ParqueSur: cara y cruz en la accesibilidad VIDA Diversos funcionales ocupan el escenario del Rigoberta ACAMPADA DE SOL Julio Llamazares visita a nuestros escritores ZARZAQUEMADA, UN BARRIO DE LEYENDA 1


CREER EN LA RED...

La redacción Cipriana Cobo Manolo Benéitez Amparo Almonacid Fernando Castellano Ameba Maquetación Enrique Muñoz Colaboradores Sebastián Roldán Carmen Soria Peva Ángel Hernández Vicente Montes AMFIVIL

...que no caer en la red. Para salir de los enredos de nuestra vida, esta sensación de que otros manejan los hilos de nuestro destino, necesitamos creer en la red. Algo está pasando: los movimientos que apenas comenzaron el año pasado, primero en Túnez, luego en Egipto, o después y desgraciadamente con mucha violencia en Libia, en Barhein, en Yemen, en Siria, la primavera europea de plazas y calles, el Sol que nace en la Puerta del Sol, las huelgas generales en Grecia, el ex primer ministro de Islandia ante los tribunales por su mala gestión de la crisis... Todo son manifestaciones de un único hecho: de pronto, muchos seres humanos nos hemos escapado de la red que nos atrapaba, nos hemos mirado a los ojos, nos hemos reconocido y hemos comprendido en lo más profundo de nuestros corazones que nosotros somos la red, que nosotros sostenemos esta sociedad, su economía, su ecología, su cultura, y que todo en lo que creemos, esto será lo que crearemos. Hemos comprendido que no necesitamos a nadie para que nos salve o nos proteja, porque descubrimos que nosotros somos la red que impedirá que nos enredemos, que nos impedirá volver a caer. Celebremos nuestro XX aniversario del CAMF y celebremos el verano y las vacaciones que nos amenazan, porque nada volverá a ser como antes cuando mañana amanezca, porque no tenemos la solución, pero la estamos buscando. Es lo que tiene la vida, que se renueva cada día... en nuestra mágica red.

Avda. de Alemania, 14 28916 Leganés MADRID revistaproposiciones@gmail.com Proposiciones en formato digital: www.issuu.com/revistaproposiciones www.escribiradrede.blogspot.com InMemoriam: Cuatro compañeros nos han despedido en este último medio año, Teresa Sansegundo, Pedro Jesús Martínez Barba, Vicente Montes y Olegario López, nuestro recuerdo para todos ellos. La muerte de Vicente Montes, sin embargo, nos ha hecho llorar a muchos, por absurda. Ningún ser humano merece morir atropellado en un paso de cebra por el conductor distraído de un coche, pero que haya muerto así Vicente, un hombre prudente, es doblemente estúpido. Desde su Rioja natal, después de toda una vida de trabajo como funcionario, había venido al Foro porque quería conocer Madrid y estar cerca de donde maduran los grandes movimientos socioculturales. Se empapaba de libros, de exposiciones, de la arquitectura de Madrid y de la actualidad allí donde se produjera. Su último paseo en la silla de ruedas llegó hasta la acampada de Sol para dialogar con las comisiones y contar allí sus inquietudes. Disfrutaba de todo lo que emprendía, pintando con maestría a sus divas o escribiendo las críticas de teatro para nuestra revista –en el presente número publicamos su último artículo. Recientemente había descubierto su pasión más oculta: el canto, que expresaba por fin en el coro que organiza Casto en el CAMF. A alguien ha confesado que la tarde que cantaba, esa noche no dormía. Cantaba mal, eso sí, pero no perdía la esperanza de hacerlo mejor. Desde aquí proponemos que, en su memoria, se llame Vicente Montes este coro. (La original estancia-soneto que publicamos a continuación es obra de Vicente. La escribió en memoria de Encarni, pero siempre la leeremos ya pensando en su propio final)

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IN MEMORIAM Ya el calor del fuego ha consumido el dolor de tus cansados huesos, el brillo de tu piel y el susurro de tu voz y de sus ecos. Ha convertido en partículas aladas todo tu ser, que el sol acariciaba, y después de suspenderse sobre las hojas de esta tarde fría a confundirse van con la dorada luz que acaba el día. El orgullo de tu negra cabellera va a mezclarse con la noche oscura, y tu alma, a brillar con la primera estrella, a competir con el creciente de la luna.


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XX Aniversario: La directora nos explica su trabajo

DIAGNÓSTICO Y RESPUESTAS PARA EL CAMF C.C., A.A.G. y Manolo Benéitez Conseguimos que nuestra directora Silvia Palamarchuk nos concediera esta entrevista después de no pocos intentos. El XX aniversario del CAMF nos proporcionó por fin el argumento definitivo. Antes que esta vez, el compañero Esteban Rius se lo había solicitado. –Lo siento de veras por Esteban, ya jamás podrá entrevistarme. Fui injusta con él, hubiese deseado hacerlo. Sentí mucho su muerte, fue el impulsor de vuestra revista y eso es lo que debemos tener presente ahora. ¿Esto quiere decir que hoy sí nos va a decir cosas sabrosas? –Por supuesto. Y lo primero que quiero decir es que la crisis no ha recortado el presupuesto de este centro más que en aspectos muy secundarios, como ha sido el caso de los gastos asignados a las fiestas del aniversario, que por ejemplo no hemos podido dar premios a los que habéis participado en los juegos. Fuera de esta anécdota de las fiestas, no hay recortes y lo sabéis, ni en asistencia ni en mantenimiento ni en nada. El presupuesto es tan suficiente hoy como hace un año o dos. Pero no nos negará que 20 años ya es una edad para una residencia de estas características. Usted, sin embargo, es nueva aquí. ¿Cómo encontró el centro? Después de año y medio de peleas con nosotros ya se habrá hecho una idea. –El diagnóstico que yo hice al llegar ya lo tengo olvidado. Lo que me mueve en mi trabajo es vuestro bienestar, el bienestar de los residentes, es el objetivo que me orienta cada día, y bien se ve que aquí vivís mucho mejor de lo que algunos reconocéis. Encontré entre los trabajadores, sobre todo en el colectivo de las cuidadoras, una cultura de trabajo admirable y muchas personas ejemplares, volcadas en su trabajo. Hablo de las cuidadoras porque son vuestras asistentes las 24 horas del día, pero lo mismo puedo decir de los demás colectivos, hay muy buena gente a vuestro servicio. Por

supuesto que detecté rutinas que había que corregir, pero lo importante era que había un personal muy competente con el que no iba a ser difícil trabajar y formar equipo.

–A todas horas se la oye hablar del equipo, ¿no le gusta que le señalen a Vd. como la responsable de todo, tanto de lo bueno como de lo malo? –Yo siempre estoy ahí, Cipriana, y tú lo sabes. Pero un centro en el que vivís 112 personas, más los que se os unen de día, otros 15, y donde trabajamos más de 160 profesionales no puede funcionar si no estamos todos empeñados en que funcione. Los residentes exigís atención, tenéis necesidades y pedís asistencia, no hay misterio en vuestro comportamiento. Pero el trabajo es otra cosa y cada trabajador ha de estar implicado en lo que hace para hacerlo bien, ha de saberse imprescindible y saberse valorado. Ni yo ni ningún responsable podemos estar 3


en todas partes. Cada trabajador ha de saber cuál es su responsabilidad y el campo donde hay decisiones que se tienen que tomar. Esto es hacer equipo, trabajar coordinadamente con todos los responsables, que a su vez se coordinan con todos los trabajadores. Sé que el trabajo ha de ser colectivo, que todos hemos de estar implicados y que, en lo bueno y en lo malo, todos somos responsables. Esto es hacer equipo, que cada cual conozca lo que se espera de él y que lo asuma. Yo me apoyo en los responsables de área y mandos intermedios para que todo marche bien, y ellos hacen lo propio con los trabajadores a su cargo. Si algún cambio habéis notado en la rutina diaria, durante este año y medio en que estoy al frente del equipo, lo he conseguido a base de convencer a todo el

mundo de que todos somos imprescindibles en la marcha del centro. Nosotros somos testigos de lo que somos testigos. –Sé que hay muchas cosas por hacer, pero tenéis que sentiros orgullosos, todos, vosotros y nosotros, de saber que en muy poco tiempo vamos a recibir la certificación de calidad ISO 9001-2008. ¿Y eso qué es? –Os explico. Lo primero, la ISO es la Organización Internacional para la Estandarización de los sistemas de gestión de la calidad. Y la norma 9001 especifica los requisitos más exigentes que pueden utilizarse en la organización de procesos de trabajo, para un buen rendimiento. O sea, toda organización puede mejorar su manera de trabajar, incluido un CAMF, lo cual significará 4

un incremento de sus resultados y la gestión del riesgo de la mejor manera posible, reduciendo costos y mejorando la calidad del servicio ofrecido. ¿Os suena bien? Pues que sepáis que nuestro CAMF de Leganés va a ser el primer CAMF con esta certificación de calidad, según la norma ISO 9001-2008. ¿Esto quiere decir que ya es seguro que nos van a reformar el centro, la climatización, la fontanería, las habitaciones? –La certificación ISO 9001 quiere decir que estamos haciendo bien nuestro trabajo, todos acá, todos los trabajadores. Respecto a la reforma del centro no os puedo decir más de lo que sabéis, porque la decisión final no depende de mí. Ya os dije en la asamblea que está en fase de estudio nada más. Cuando se decida por fin qué hacer, os informaré. Y os puedo asegurar que nosotros, el equipo, estamos presionando para que la reforma se lleve a cabo, pero la decisión no depende de nosotros. En fin, hablamos con la directora de más cosas, pero no más importantes. Nos habló de los diversos centros del IMSERSO para diversos funcionales, los CAMF, los CRE y los CRMF, los CRE especializándose cada vez más en la educación para la vida independiente de las personas diversas funcionales y los CRMF concebidos para la formación e inserción laboral del colectivo. Preguntamos si había proyecto de residencias más pequeñas para nosotros y contestó que lo desconocía. Y por último, también le preguntamos por su futuro. –Ustedes son mi futuro, pero sobre todo mi presente y mi familia. Estoy acá las 24 horas del día, y lo sabéis. Cada día hay conflictos y cada día intento resolverlos en el momento, hablando con todo el mundo, escuchando a todos. Hasta que no escucho a todas las partes no intervengo porque no puedo hacerme idea de lo que ocurrió. Pero lo que me potencia, lo que me motiva son ustedes. Gracias, directora, por sus palabras, y suerte en sus tareas.


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Carmen Márquez lo sabe todo del CAMF

UNA CUIDADORA EJEMPLAR QUE SE JUBILA C.C. Hemos escogido a Carmen Márquez, de entre todas las trabajadoras de la casa, para que nos hable de estos veinte años del CAMF porque lo conoce desde el primer día. Ella fue una de las cuidadoras que abrieron el centro, pero sobre todo es una trabajadora a la que ningún compañero residente, jamás, ha podido hace ningún reproche. Veinte años de trabajo duro no han podido con esta mujer ni con su buen humor. Se jubila con pena. Si por ella fuera, continuaría trabajando con nosotros, pero quiere que los jóvenes también tengan oportunidades. Por ejemplo, su hija, psicóloga. –Me gusta lo que hago, no me siento cansada. Trabajar con vosotros me estimuló siempre. Me siento a gusto facilitándoos la vida, que es lo que hacemos las cuidadoras. También te digo que si hubiese tenido la oportunidad de estudiar hubiese sido enfermera, me gusta trabajar con las personas. Cuando entregué los papeles de mi jubilación, en ese momento pensé que me debería quedar. Pero también al irme beneficio a la juventud que está en paro. Carmen trabajó de más joven en una fábrica durante mucho tiempo. En su familia hay antecedentes de enfermeros, pero sobre todo abundan los enseñantes. –Cuando voy por la calle con mi familia y me encuentro con alguno de vosotros, que me saludáis con cariño y os paráis a hablar, a ellos eso les agrada, que a su madre la apreciéis. Además, mi marido tiene una discapacidad y valora mucho mi trabajo con vosotros. Tuve la oportunidad de trasladarme a un museo hace unos años y opté por quedarme aquí, en el CAMF. Me hubiera muerto de aburrimiento allí. A Carmen, lo que más le gusta de todo es volver a casa satisfecha del trabajo que ha realizado. Muy pocas veces ha vuelto disgustada en estos veinte años por haber contestado a alguien de mala manera o porque alguien le haya amargado el día. –Mi relación con los residentes siempre fue yo creo que bien. Puede que con alguno haya metido alguna vez la pata, pues le pido perdón, pero en general he procurado trataros bien a todos y, sobre todo, asistiros con interés y el máximo de atención de que fui capaz. Con los compañeros he procurado ser solidaria, pero si he visto algo que no me ha

gustado se lo he dicho. Me he llevado bien con todos, pero siempre congenias más con unos que con otros, lo mismo que con los residentes. Y por fin nos atrevemos a hacerle la pregunta: –¿En los años que llevas en el CAMF, que te hubiese gustado cambiar? –Hay cosas que si me hubiese gustado mejorar, pero dar gusto a todo el mundo es difícil y hay que ir paso a paso. Por ejemplo, más personal siempre fue necesario, tanto de cuidadoras/es como camareras/os. Hay días que estamos de mínimos y el trabajo se hace agotador, y vosotros os quejáis. Los

residentes siempre nos apoyasteis cuando pedimos mejoras, pero tengo la sensación de que las relaciones entre cuidadores y residentes no han ido a mejor en estos años. Tendría que haber más diálogo entre todos. Ahora hay muchas más actividades en el centro, músicoterapia, coro, relajación, etc, y los residentes asistís contentos, pero continuáis siendo muy críticos con el trabajo de los cuidadores, no valoráis nuestro trabajo con equidad, sois un poco injustos. Y terminamos la entrevista hablando de su hija, que es el tema de conversación preferido de Carmen Márquez cuando no habla de nosotros. 5


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XX aniversario:

DE VINOS CON L@S COMPAÑER@S VETERAN@S Manolo Benéitez Con motivo del XX aniversario de nuestra residencia, en la redacción de Proposiciones decidimos entrevistar, además de a la cuidadora más veterana y a la nueva directora, a algunos de los compañeros que estrenaron el CAMF hace ahora 20 años, para que nos contasen. Y con esta intención convoqué, para una entrevista en la cafetería, a Paca Díaz, Nieves Félix y Sebas Roldán. Cuando llegué con mi asistente –lo traía para tomar nota de lo que hablásemos, pues yo soy todavía un poco lento– me encontré que se había unido a la mesa Pepe Sánchez, para participar en la conversación. Tuve suerte, pues su sola presencia me escribió el presente artículo. Porque Pepe Sánchez comenzó a contarme historias –ya le conocéis, no necesita de presentación– que yo no conocía, y muchos de los lectores tampoco, estoy seguro: –Lo que más ha cambiado entre nosotros, los residentes, lo que yo más echo de menos, es la combatividad que teníamos en los primeros años. Entonces estábamos más unidos y teníamos más claras nuestras prioridades. Esto dio lugar a movilizaciones y manifestaciones, a veces de varios días seguidos, hasta que conseguimos cuotas mayores de trabajadores, y con ello mejor asistencia, hasta los actuales niveles, bastante aceptables. –¿En esas movilizaciones, no participaban también los cuidadores? –pregunté yo. –Por supuesto que sí, en lo que a ellos les beneficiaba. Pero también fundamos la asociación, AMFIVIL, y conseguimos que se hiciesen los rebajes en las aceras desde el CAMF hasta ParqueSur, por entonces inexistentes, y otras muchas cosas que sería prolijo enumerar. Esta combatividad y esta unidad ahora se ha perdido y me pregunto el porqué. Yo también me lo pregunto: ¿por qué..? Si acaso, en lo que me contaron los demás compañeros a lo mejor hay alguna pista: 6

–Yo, viviendo aquí, he ganado mucho. Aquí lo tengo todo, asistencia y compañía –confesó Paca–. Viví sola muchos años y ya no podía con mi alma. Por supuesto que me acordaba mucho de mi casa y lo pasé mal los primeros días, que no conocía a nadie. Pero hice amigos y todo cambió y ahora hago cosas, como el teatro, que ni había soñado poder hacer jamás. –En la residencia no estamos por capricho, lo sé, yo también estaba completamente sola en la vida –esto lo dice Nieves– y aquí estoy atendida y soy respetada y he aprendido a pintar y más cosas. Todo el mundo tiene faltas y las cuidadoras las tienen también, pero nos asisten a diario: trabajar no le gusta a nadie. Y por fin habló Sebas, que para mí es un poco el oráculo, por eso le había invitado: –En las residencias he tenido de compañeros a delincuentes, a curas y a memoriones, de todo, que el mundo de la diversidad es muy diverso. La residencia te estresa, es dura, pero también te brinda oportunidades que no tienes en otra parte. Aquí he conocido a ministros, a toreros, he editado libros, proyecté mi propia silla y mis gafas y conseguí que se me fabricaran. Yo vine aquí con mucha ilusión, aunque siempre deseé residencias más pequeñas y más cerca de la naturaleza de cada cual, de los paisanos. Eso yo no lo veré. Aquí siempre hay que contar con el factor humano, que es cambiante y te puede hacer la puñeta. En fin, eso. Pues lo mismo digo yo, en fin.


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Estreno:

NUEVO MONTAJE DEL GRUPO DE TEATRO RompiendoBarreras

Guillermo de Calderón (sobrino político de El Fantasma de la Ópera) Como colofón del cartel de actuaciones con motivo de las fiestas del CAMF en este vigésimo aniversario, no podía faltar el estreno del nuevo montaje de nuestro grupo de teatro “RompiendoBarreras”. Aunque este año nuestro asistencia, entre cajas. grupo de teatro RompiendoBaEcografía muy húmeda, rreras se resentía por la ausencia Tiempos modernos, A diez euros del veterano actor Juan Gallar- la copa, Buenos días, señor doctor do, fallecido el otoño pasado, y Entre rejas fueron los títulos se ha regenerado por otra par- ofrecidos en esta ocasión, tote con brotes jóvenes, que se dos ellos ágiles y entretenidos, han incorporado con entusias- en más de una hora de repremo a esta sacrificada tarea que sentación. Sobresalientes estues el arte de las tablas. A este vieron los debutantes, Belinda hecho se refería Silvia, nuestra Redondo en todas sus interdirectora, en el acto de presen- venciones, José Luis Risco, tretación, cuando animaba a los mendamente divertido y ocuresidentes, trabajadores y sim- rrente como albañil “paleta”, patizantes en general, a unirse Nuria Sáez y Vito Golderos, a este proyecto de renovación. como gimnasta desvergonzada Para este año, el grupo ha la una y monja no menos desoptado por la puesta en esce- envuelta la otra. Desternillanna de “Cuadros de amor y humor te y muy jaleada por el público, al fresco”, una serie de cinco como siempre, Nieves Félix, y entremeses cortos del autor rozando la perfección, como es José Luis Alonso de Santos, habitual en ellas, las veteranas que tienen el amor y el humor Paquita Díaz y Mª Paz Álvarez como ingredientes comunes, en sus papeles de presidiarías en diversos ámbitos sociales y bien desinhibidas, así como el con personajes tan corrientes propio director en una imprescomo la vida ordinaria y los cindible colaboración, también tiempos cambiantes nos depa- de paleta. ran hoy en día, todos ellos diLa sala, abarrotada del púvertidos y sin complejos. blico más variopinto, aplaudió La dirección estuvo a a rabiar esta meritoria sesión, cargo de Miguel Á. Martínez muy comentada a la salida por Vela, y pudimos apreciar la co- todos los asistentes, familiares laboración de nuestro vecino de los intérpretes y aficionados Emilio Rodríguez en tareas de en general. Laus Deo. 7


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LA EXPOSICIÓN DEL XX ANIVERSARIO Ameba Los dos talleres de Plásticas del CAMF, y con motivo del XX Aniversario, han montado una exposición conjunta llena de puros asombros, con los trabajos que en ellos se terminan a lo largo del año. En la revista llamamos Talleres de Plásticas lo que se planteó, cuando se abrió este centro en el siglo pasado, como Taller de Textil y Taller de Carpintería, en la línea de una muy vieja concepción de la terapia ocupacional. El paso del tiempo, los sucesivos monitores y, sobre todo, nuestra creatividad, o sea, de los residentes, ha hecho de estos talleres espacios de expresión libre y de creación. Lo que más trabajáis los que frecuentáis estos talleres es, por supuesto, la pintura. Hay verdaderos genios entre vosotros, aunque sólo mencionaré hoy a Vicente Montes por razones obvias. No pintará más ni volverá a sorprendernos con el rictus de sabia ironía que conseguía arrancar a cada una de sus modelos. Vicente pintaba sobre todo mujeres porque entendía

terminado por convertirse en la estrella de la exposición, una obra por demás colectiva, que quizás en este detalle descansara no poca de su fuerza de sugestión, el Espantapájaros, la obra a cuatro manos, si no más, y a dos cabezas, si no más, de Felipe e Iñaki, que se sepa. Ya el motivo es un acierto. El espantapájaros es, quizá, la obra escultórica más vieja, más efímera y más reiterada de toda la historia del arte moderno, si por arte moderno entendemos lo que hizo la humanidad desde que comenzó a domesticar el cereal y los animales, o sea, desde que comenzaron los problemas de la modernidad y de la civilización. Con su Espantapájaros –ese ridículo humanoide, especie de robot para nada hecho a base de latas de cocacola, que ni siquiera latas de cerveza, lo cual le habría hecho un poco menos inútil–

mejor el universo total, equilibrado y sabio de la mujer que el violento y simplón mundo de los hombres, el estúpido mundo que ha terminado asesinándolo. Sus retratos nos mirarán irónicos y melancólicos desde las paredes de nuestro centro, sobre todo desde las paredes de la peluquería –es un acierto ver colgadas allí muchas de sus obras más entrañables– y llenarán de inteligencia nuestras vidas por los años de los años, si no por los siglos de los siglos. Amén la obra de Vicente Montes y de algún otro compañero con no menos elaborada técnica pictórica –nos hemos propuesto seguir este año los trabajos de un alma barroca, milagrosamente conectada al gran Sánchez Cotán y capaz de renovar con su mirada desnuda la composición del bodegón–, una escultura ha

Felipe e Iñaki replantean el destino del arte, la gran batalla que emprendió la humanidad cuando comenzó a domesticar la naturaleza y que nos ha traído hasta aquí, hasta el desastre nuclear y el desastre social que denuncian los jóvenes que ocupan las plazas, y hasta esta especie de lenguaje del desperdicio que es el arte moderno. En fin, esta crítica no sería completa si no destacase también, entre la obra expuesta, los trabajos hechos desde el temblor de manos o desde el temblor de mentes o desde la inmovilidad o desde el capricho de los sentidos. Yo miro cada obra expuesta como un milagro y casi todas me hacen llorar si consigo aislarlas de la algarabía del conjunto y reconozco sus firmas. Hay mucha creación en estos talleres de Plásticas.

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Los trabajadores de Mantenimiento

ELLOS SON LOS MANITAS DEL CAMF A.A.G. Los trabajadores de mantenimiento son los que consiguen que nuestra casa, que ya no es joven, continúe siendo habitable y acogedora cada día. Arreglan todas las averías, lo mismo una puerta desencajada que un sifón del lavabo que alguien se llevó por delante con la silla o una bombilla fundida o un rodapié roto. Integran este colectivo cuatro profesionales y, para la entrevista, hemos hablado con todos ellos, uno por uno, incluido el jefe, Luis, que es el cuarto y se dedica sobre todo a los contactos con empresas encargadas de los servicios externalizados. –Aquí hacemos de electricistas, pintores, fontaneros, albañiles, carpinteros, cerrajeros, mecánicos y ascensoristas, parecemos El Equipo A –nos lo cuenta Gonzalo, que sabe de lo que habla porque tiene muchos años de servicio a sus espaldas–. Lo que más nos gusta a todos es el alicatado de los cuartos de baño, así que, por favor, dejadnos disfrutar cuando nos veáis con los baldosines y el cemento entre las manos. De lo contrario, podéis recibir una mala contestación. Que la albañilería es su cruz, nos lo confirmaron todos los demás. Saben hacer de todo, son unos manitas, pero la paleta les pone un poco nerviosos. O sea, que ninguno aplaude un parte para restaurar baldosines rotos. –En los ascensores no podemos intervenir, pero tenéis la mala costumbre de quedaros encerrados y hay que sacaros. También eso nos toca a nosotros –nos lo dice Fran, el más joven del quipo, que ya rescató a esta reportera en dos ocasiones y la hizo inmensamente feliz al volver a ver la puerta abierta–. Es una empresa externa la que se encarga de su mantenimiento, pero

en sus competencias, pero que hacen con gusto: ortopedia, o sea, los mandos o los pedales de las sillas, informática y electrónica, las televisiones y todo eso. –Sabemos que muchas de las cosas que hacemos no entran en nuestras competencias, pero sabemos hacerlas y las hacemos. En otro contexto de trabajo a lo mejor lo discutíamos, pero a vosotros no se os puede escatimar un arreglo de la silla que os permitirá ser independientes durante todo el fin de semana, o durante unas horas, lo mismo da. Aquí los problemas reales los tenéis vosotros, los residentes, no los trabajadores. Todos ellos coinciden en que trabajar con nosotros es enriquecedor. –Cuando os conocemos dejáis de ser diferentes para ser personas entrañables. Rosa te dice guapo una mañana que estás encabronado y la nube se despejó para todo el día. Sólo las avispas ponen en fuga a estos chicos, es el único animal que les puede amargar una jornada de trabajo. –Nos las hemos encontrado en el aire acondicionado y hasta en los barrotes de las terrazas. No respetan ni la antigüedad ni las canas –esto nos lo dice Luis, el jefe, que también nos habló de la reforma en proyecto del centro– La reforma está en fase de estudio nada más. Nosotros hemos propuesto cambiar completamente la fontanería y la climatización, que es lo que más ha envejecido. se os hace muy larga la espera y por eso intervenimos. Uno de los jóvenes nos confesó que en este ofiJuan, lo mismo que antes Fran, nos habló de los cio es esencial tener buenos maestros y que ha aprenotros oficios que también practican y que no entran dido mucho de los veteranos. 9


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Otra catástrofe nuclear

FUKUSHIMA, 25 AÑOS DESPUÉS DE CHERNÓBIL Por estas fechas del terremoto, sunami y posterior desastre nuclear de Fukushima, en Japón, se recuerda uno de los hechos más jodidos en décadas, la explosión del reactor nuclear de Chernóbil. Una catástrofe como aquella, en Ucrania, es casi imposible que se olvide por muchos años que pasen. Chernóbil aún conserva en sus propias carnes, ¡en este caso en sus tierras, en su aire y en cada rincón de sus casas!, señales radiactivas de uno de los más dolorosos desastres que se recuerdan, y esta vez producido por la acción humana, un escape radiactivo que liberó a la atmósfera el equivalente a varios cientos de bombas como las de Nagasaki e Hiroshima. Veinticinco años después es para seguir recordándolo, y para darse cuenta de que hay cosas hechas por los seres humanos que están descontroladas, que son una amenaza global y que ¡quizá! nos maten sin desearlo para nada. Porque la masacre de Chernóbil fue brutal, pero aún pasarán muchísimos años, cientos y cientos, hasta que su huella sea algo menos dañina en el lugar. Han transcurrido veinticinco años y está contaminada una extensión de tierra equivalente a una tercera parte de España. Y la población que vive en esas tierras continúa muriendo a consecuencia de la radiación ¡que se dice pronto! Los alimentos que se recogen en sus granjas contienen veneno radiactivo en cantidad muy superior a la que el ser humano puede tolerar ¡y los que allí viven no se van a otro lugar porque no hay lugar para un pobre en parte alguna! Es para pensárselo con mucha calma, si compensan las centrales nucleares, por más que la opción del petróleo tenga los días contados, como los tuvo el carbón. Según mi corto entendimiento habrá que planteárselo con calma. Nuestra forma de vida podría dar un vuelco de cojones si falta la energía, que nos podría trasladar a épocas prehistóricas, pero las centrales nucleares son un peligro de muer10

Peva

te. Decían que Chernóbil era la excepción, que su tecnología era obsoleta en manos de un estado que se disolvía, la URSS, pero nos engañaban, porque lo de Fukushima ha ocurrido en el país de los mejores ingenieros del mundo, y es un desastre de parecidas

proporciones, también de nivel INES 7, como el de Chernóbil. En la zona de Ucrania contaminada por el escape radiactivo hay un sanatorio donde se trata a las personas que nacen con malformaciones porque sus madres estuvieron expuestas durante el embarazo a dosis demasiado altas de radiación. Observas a estas personas, con el intestino hecho pisto, con malformaciones caprichosísimas, con el cerebro muy tocado, en fin, con la hostia de problemas, y te preguntas si no será mejor y más progresista apagar la luz, en vez de estar expuesta a estos desastres. Porque vaya forma de recordar el aniversario de un hecho tan amenazador como el desastre de Chernóbil: en el extremo de nuestro planeta Tierra otra central que peta y contamina mares y cielo y tierra, la de Fukushima, en Japón. Dirán que fue la furia de la naturaleza la causante del desastre, pero también es mentira eso, también nos engañan. El terremoto y el sunami fueron muy destructivos, cierto, pero inevitables. El desastre nuclear de Fukushima ha sido gratis: porque yo me pregunto ¡¡¡por qué demonios construyen centrales nucleares encima de unos suelos con un montonazo de posibilidades de ser batidos por unos terremotos de tal calibre que convierten sus cimientos en mierda!!! Nuestro destino está en manos de locos.


DePuertasAfuera

ParqueSur

CARA Y CRUZ EN LA ACCESIBILIDAD Manolo Benéitez En nuestra campaña por la accesibilidad universal, fijamos el foco hoy en ParqueSur, uno de los lugares más visitados por nuestro colectivo de las Personas Diversas Funcionales (PDF), tanto los residentes del CAMF como los que viven en su casa. ParqueSur, en general, está bien adaptado y es muy accesible, habiendo recibido, recientemente, el certificado de accesibilidad de AENOR, lo que ha obligado a la empresa gestora a hacer mejoras para cumplir con las exigencias de este certificado. Entre las mejoras, tomo nota de la ampliación de las plazas de aparcamiento reservadas, de las reformas en los baños adaptados, con barras de apoyo más largas, perchas más bajas y cerrojos que se pueden abrir desde fuera en caso de emergencias, como puedan ser caídas. Pero no todo es perfecto, y aquí viene la cruz, pues las deficiencias no son pocas. Enumero las más sobresalientes: 1.- En la reforma de los baños se pusieron unos mecanismos de cierre automático con una regulación tan dura que se hacía difícil, por no decir imposible, abrir las puertas para las menguadas fuerzas de la mayoría de nosotros, las PDFs. A este respecto, hay que decir que el autor de este artículo presentó una queja denunciando esta deficiencia. Fue atendida con rapidez y a partir de entonces es más fácil abrir dichas puertas, aunque la del baño situado junto a la puerta 6, en la plaza de la FNAC, se ha vuelto a endurecer, sin llegar a los extremos de antes, aunque se hace difícil de abrir. 2.- Otro problema que no se ha resuelto es el de las escaleras, en las terrazas de la zona de ocio. Cuando se lo mencioné al director de ParqueSur, durante el acto de entrega del certifica-

do, me dijo que habían reformado la rampa de la puerta 10, que da acceso al estanque, haciéndolo accesible a las sillas de ruedas y dividiendo en dos la rampa con una barandilla. Cuando fuimos a comprobarlo unas compañeras y yo, vimos que, de los dos niveles en que están divididas las terrazas, sólo el superior es accesible desde el interior de los establecimientos, pero para una sola silla, pues es muy estrecho y una sola mesa ocupa todo el espacio y ya no se puede pasar. El inferior, que es más ancho y cómodo, es inaccesible tanto desde los establecimientos como desde el lago. Una forma de hacerlo accesible sería abriendo un paso desde la rampa de acceso de la puerta 10, mencionada más arriba. 3.- Los cines son accesibles, aunque en las 4 salas más pequeñas, el sitio reservado para el colectivo de las PDFs está delante de todas las butacas, excesivamente cerca de la pantalla. Preguntado al respecto el director de ParqueSur, nos dijo que era competencia de la empresa de los cines, CINESA, y que era con ella con quien había que hablar. El caso es que estamos hartos de hablar y ellos no hacen nada. ParqueSur también podía intentarlo, a ver. 4.- Otro borrón en la accesibilidad de ParqueSur es el restaurante Hollywood, situado en la plaza de la bolera: en la entrada hay unas escaleras que impiden el paso a nuestras sillas. En fin, que los certificados no garantizan la accesibilidad universal. Lo que lo garantiza es eliminar todas las barreras, todas. 11


Testimonio

DePuertasAfuera

VIDA Es la primera vez que escribo para la revista. De hecho, no suelo escribir, pero algunos compañeros de la redacción me habéis animado a hablar de lo que hago fuera del Centro, DePuertasAfuera, como decís vosotros, y me he animado, aunque tendréis que esperar a próximos números para saberlo. Me explico: he titulado este artículo Vida y así me gustaría hacerlo con todos los que escriba. No es que vaya a contaros mi vida, pero sí las vivencias que considero importantes y que quizá a muchos lectores pueden interesar. Sin más dilación vamos a entrar en materia. Y comenzaré por el principio, no por lo que hago ahora. Mi lesión medular fue producida por un accidente de trabajo sufrido cuando iba a cumplir veintinueve años. Después de pasar nueve meses en el Hospital de parapléjicos de Toledo, volví a casa en una silla de ruedas y con las secuelas que una lesión de este tipo conlleva, pero con muchas ganas de vivir, que entre otras muchas cosas fue algo que mi nueva

situación no me quitó. Quizá desde el primer momento empezaron los problemas: la adaptación a mi nueva vida, rehabilitación, la convivencia familiar, etc., no resultaron cosa fácil. Así transcurrieron dos años hasta que se produjo un cambio radical, no sólo en mi vida sino también en la de mi familia. Corría junio de 1984 cuando estaba haciendo ejercicio en casa de mis padres (quizá paralelas, esto lo conocéis muy bien los residentes del CAMF) cuando llamaron a la puerta. Al abrir, mi padre se encontró con dos chicas que le hablaban de Jesucristo y de cosas que quizás él no entendió muy bien. Probablemente les diría “miren lo que tengo ahí” o algo parecido. Ellas le pidieron entrar y él no se negó. Se presentaron y comenzaron a hablarme de Jesús y de lo que la Biblia dice acerca de Él. Yo conocía 12

A.H.

de la vida de Jesús lo que la mayoría de los que nos hemos criado en una familia tradicional, lo que te enseñan para la primera comunión y lo que de Religión había estudiado en el Bachillerato, así es que me puse a rebatirles. Quizá no pasó mucho rato hasta que me invitaron a una reunión que ellos tenían los domingos por la tarde, y que si quería vendrían a buscarme. Pensé que pasaría una tarde distinta, así que decidí ir. El domingo por la tarde fui a la reunión. Y lo cierto es que el trato, la música, la predicación y el tiempo que pasé con aquellos desconocidos fue muy gratificante y desde luego distinto a lo que podría haber imaginado. Cuando volvíamos a casa había una tormenta no pequeña. “Vaya tormenta”, exclamé yo, y el conductor, que era parapléjico, dijo algo como “No te preocupes, El Señor viene con nosotros” y pensé qué señor sería aquel, si íbamos solos en el coche. Esa tarde me invitaron para la siguiente reunión y acepté, pues lo cierto es que lo había pasado bien. Sobre todo, interiormente había vuelto de forma distinta a como me fui. Llego el siguiente domingo y en esta ocasión me llevó mi mujer, que también se quedó al culto. Tanto el recibimiento como la música me encantaron, pero el plato fuerte llegó cuando un chico joven que ese día predicaba comenzó a hablar de la paz interior, la que sólo Dios puede dar y que en el mundo (está bastante claro) no se encuentra. Al terminar dijo que si alguien quería recibir a Jesucristo como su Señor y Salvador levantase la mano. Estaba seguro de que, si la paz de que aquel joven hablaba existía, yo la necesitaba y la quería. Y sin pensármelo dos veces la levanté. Cuando acabamos pasamos las personas que habíamos levantado la mano a otra sala y este hermano oró por nosotros. Puedo aseguraros que en no más de diez o doce días mi vida dio un cambio de 180º. Por poner alguna comparación, os diré que mi vida anterior era como una botella puesta boca abajo que se iba vaciando. Pero llegó alguien, la puso boca arriba y empezó a llenarse, pero no de mi vida sino de una vida nueva. Y este no fue otro que Jesús, que hoy sigue llenándome de su vida.


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Bailarines diversos funcionales ocupan el escenario del Rigoberta Menchú

LA COMPAÑÍA LISARCODANZA BAILA LA HEROICA DE BEETHOVEN Carmen Soria Maldita sea, bailaban muy bien. Yo siempre soñé con la bailarina que llevo dentro, pero no tengo las mejores piernas ni los mejores brazos del mundo y ello me ha impedido siempre sacar a bailar mi sueño. Me daba mucho corte, cuando era joven, subir a un escenario a lucir mi parálisis cerebral, aunque alguna vez ya lo hice. Ahora que me estoy haciendo vieja me consuela ver que hay cuerpos más disciplinados que el mío y que tienen el valor de reivindicarse danzando. Digo todo esto porque estuve el otro día disfrutando de un milagro en el Centro Cultural del barrio, el Rigoberta Menchú. Bailaban los chicos de la compañía de integración LisarcoDanza, ocho bailarines ante el reto de encarnar en sus cuerpos la propuesta musical y rítmica de nada menos que la III Sinfonía de Beethoven, la Heroica, una audacia que no está al alcance de cualquiera, pero que ellos hicieron realidad en escena con su arte, con su técnica y con su entusiasmo. Me daba envidia la coordinación de sus movimientos, sus brazos como guirnaldas y sus cuerpos, ya volando, ya gateando, deslizándose ligeros como la luz por el escenario en brazos de la melodía. Cuatro chicas, esculpidos sus cuerpos por la música y su audacia, y cuatro chicos, un poco más duros, un poco más materiales y agresivos, que a veces se desafiaban y a veces se socorrían. El milagro se producía cada vez que los protagonistas de la propuesta olvidan la guerra que los envuelve –la música surgiere la batalla y la escenografía la hace patente con cucañas y cañones– y se socorren unos a otros, consiguiendo dibujar una y otra vez cuadros de solidaridad estremecedores, cuadros de multitudes protegiéndose, apoyándose, queriéndose. ¡Cómo me hubiera gustado participar de sus abrazos en estas escenas! ¡Cómo me hubiera gustado ser otra más formando los cimientos de estos cuadros tan hermosos! No deja de ser paradójico que unos bailarines y un coreógrafo, dirigidos por la música más romántica y por una propuesta ferozmente individualista, hayan descubierto el argumento del abrazo como la

narración dominante de su coreografía. En la desordenada sincronía de cuerpos y música, me llamó especialmente la atención que cada bailarín pudiese expresarse individualmente en la escena, absorto en su propia propuesta, pero sin perder ni por un segundo el sentido de la narración colectiva, el sentido de la solidaridad, envueltos por la música del gran Beethoven. Cada uno de ellos disponía de su turno para ejecutar sus solos, pero ni en estos solos el bailarín reclamaba protagonismo, antes al contrario buscaba siempre el apoyo del grupo, bien en el inicio bien en la conclusión de cada intervención. El final de su improvisación y el final de su baile siempre es el abrazo. Lo dicho, una envidia su arte, su técnica y su entusiasmo. Si acaso tendré que añadir que, como ya escribí en alguna ocasión, “el día que deje de ser noticia la actividad de cualquier diverso funcional, ese día habremos conseguido la integración, o sea, la normalización”. O sea, los de la LisarcoDanza son grandes bailarines, nada más y nada menos que eso.

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Acampada de Sol

LOS DISCAPACITADOS TAMBIÉN ESTÁBAMOS ALLÍ

A.A.G. Después de un mes de acampados en Sol los jóvenes del 15M, ya cada cual nos habremos hecho una idea sobre su signo político o su valor como movimiento social. La información de este relevante suceso ha estado al alcance de todos, poco que añadir desde esta redacción. Sólo queremos reseñar un hecho del que casi nadie ha informado: en Sol también acampaba un grupo de Personas Diversas Funcionales, lo que todo el mundo llama todavía discapacitados. Por Sol nos hemos pasado muchos compañeros del CAMF. No voy a dar la lista, salvo reseñar que uno de ellos fue Vicente Montes, atento siempre a todo lo que de interesante le ofrecía la vida. Pero de los compañeros que quiero hablar son los del Foro DIVERTAD –Dignidad y Libertad en la Diversidad. Ellos son los autores de un documento que se discutió en las comisiones y asambleas de Sol y que ha llegado a nuestras manos. Estas son algunas de las cosas que indignan a estos compañeros, cuyos cuerpos funcionan de manera diferente, como el día

de mañana funcionarán, aún vivos y llenos de sueños y deseos, todos los cuerpos de los jóvenes de Sol o de nuestros lectores: “Estoy harto de no poder entrar y salir de los edificios llenos de escaleras, harto de acceder a algunos edificios por la puerta de atrás, por donde entran las mercancías y no las personas. No soy una mercancía ni un paria. Estoy hasta las narices de sentarme en la primera fila del cine porque es la única accesible, de pagar el doble para poder ir al teatro o a un concierto porque las butacas más eco14

nómicas no son accesibles. De no poder entrar a la mayoría de las tiendas, bares y locales de ocio, y mucho menos si es para mear, porque los baños nunca son adaptados. Estoy harto de no poder utilizar el transporte público en su totalidad, de no poder subir a la mayoría de los trenes, de pagar el triple para subir a un taxi adaptado, de la inseguridad e incomodidad de los autobuses adaptados, cuando los hay, de la inaccesibilidad de los aviones y del trato discriminatorio en los aeropuertos disfrazado de atención personalizada... Estoy indignado por tener que pagar para ejercer derechos. Los derechos son universales, no privilegio de los ricos que se los puedan permitir. Estoy harto de leyes de accesibilidad que se incumplen impunemente y de leyes como la de Dependencia que ha perpetuado la dependencia de nuestras familias por una mísera paga y la reclusión en más residencias y centros de día... Estoy indignado porque, si no cambian las cosas, los mayores, y toda persona cuyo cuerpo no sea considerado productivo desde el punto de vista económico capitalista, estamos condenados al encierro en una residencia o a la reclusión familiar. Y eso es intolerable. Quiero los mismos derechos y oportunidades que los demás, los mismos que vosotros y vosotras, y poder reclamarlos ante los tribunales. Quiero vivir en mi propia casa, criando a mi propia familia, salir y entrar cuando me apetezca, salir a comer, a comprar, a ligar, a follar, a beber y a divertirme, a estudiar, a trabajar, a votar y a protestar como hoy con todos vosotros y vosotras.” Muchas gracias, compañeros de DIVERTAD por vuestras ideas y vuestro coraje. Os saludamos.


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De colega a colegas:

JULIO LLAMAZARES VISITA A LOS ESCRITORES DEL CAMF

F.C.M.

Hace unos días nos visitó a los escritores del CAMF, a los adredistas, Julio Llamazares. Venía a Leganés invitado por la UPL, a un encuentro con lectores de su novela Luna de lobos. Nuestra revista Proposiciones tenía el propósito de entrevistarle, pero llegó con el tiempo justo y éramos muchos los que queríamos hablar con él. El encuentro con los escritores del CAMF fue breve, pero inolvidable.

Julio Llamazares es uno de los escritores vivos más exigentes con su oficio. “Escribir no es mi oficio –nos dijo en el encuentro–, es mi manera de estar en el mundo”. Se confiesa escritor lento y debe de serlo, pues su prosa es de gran tensión. Leonés de origen, Llamazares es un trotamundos que ha escrito numerosos libros de viajes, además de la poesía y las novelas que lo han consagrado como uno de los grandes. A una pregunta del adredista Gabriel sobre el movimiento del 15M –Gabriel lleva yendo muchas tardes hasta el campamento de Sol para estar informado– Llamazares contestó que está muy esperanzado con la movilización de nuestros jóvenes porque, opina, la democracia tiene que ser participativa: “Ya no vale con el derecho al voto cada cuatro años, cada cual ha de vivir con toda la pasión su vida y su tiempo”. Sobre todo, insistió en que la cultura tiene más que ver con el sitio que cada uno ocupamos en el mundo que con la frecuencia que visitamos las bibliotecas. “Hay muchos sabios que nunca supieron leer y muchos licenciados que son en verdad unos ignorantes”, afirmó. Otra adredista, Estrella, le preguntó a continuación sobre su novela Luna de lobos. Nos hizo muchas confidencias. La principal, que había comenzado a escribir sobre maquis porque esos eran los cuentos con los que le dormían en su infancia. “Siempre empezamos por ahí los que nos dedicamos a escribir”, subrayó. Luna de lobos es su primera novela.

Cipriana le preguntó por la obra que más quería, de todo lo que había publicado, y Llamazares afirmó que los libros terminan siendo el descubrimiento de los lectores, más que del autor. Pero dicho esto, confesó también que el libro de más mérito, de todos los que ha escrito, es también el que menos se ha leído: Escenas del cine mudo. Por último, el compañero Vicente Montes, que ya no podrá leer estas líneas –os recuerdo que lo mató un conductor irresponsable en un paso de cebra muy cerca de aquí– le preguntó por su obra Las rosas de piedra. –Tengo la sensación de que disfrutaste mucho escribiendo esa obra –afirmó Vicente. –Cierto, disfruté mucho. Las catedrales son libros abiertos, en sus piedras se lee la historia de este país. Fue tan apasionante este viaje por la historia que ya estoy preparando otro volumen con el mismo motivo. Amparo, por fin, le preguntó por la actualidad de los maquis de su Luna de Lobos, a lo que contestó Llamazares que la literatura no cambia el mundo. Sólo cambia, si acaso, las conciencias de los lectores. “Los libros están para mostrar, no para demostrar nada. Lo que nos permite la literatura es saber más y conocer más, ser más libres, pero el mundo sólo lo cambiamos las personas, no lo cambia la literatura”. Y se fue porque se tenía que ir. Estuvo con nosotros tres cuartos de hora muy intensos. Gracias, Julio Llamazares.

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ZARZAQUEMADA, UN BARRIO DE LEYENDA F.C.M. El barrio de Zarzaquemada era en otro tiempo un lugar donde la gente sólo vivía por la noche. Amanecía y todo el mundo, menos yo, se desplazaba a trabajar fuera, generalmente a Madrid. No volvían hasta bien caída la tarde, a dormir, y por eso los más sabidos comenzaron a llamar al barrio CiudadDormitorio. Cuando se construyó, Zarza llegó a ser el barrio de más densidad de población de toda Europa, pero pronto se pusieron de moda por todas partes estas ciudades tan disparatadas y perdió el récord. Corre la leyenda de que Zarzaquemada fue en alguna edad un intrincado bosque invadido por zarzas y, sobre todo, por hormigas, una plaga que asolaba las huertas de los alrededores. Tanto, que los pepineros no tuvieron más remedio que prender fuego a la maleza para acabar con las hormigas. Ardieron las zarzas y todo el monte y lo único que quedó en pie fueron esos gigantescos termiteros, que son las torres que ahora ocupamos los humanos. Sea cierta o no la leyenda, lo que yo recuerdo es que al principio no había niños en el barrio, pues las parejas que ocupaban los termiteros ya tenían bastante con trabajar. Pasó el tiempo y los niños fueron llegando, pero han durado poco, pues ahora tampoco hay, que aquellos se han hecho mayores y lo que ahora se ve en la calle son jóvenes parados. Yo he vivido siempre en Zarza. En un principio había muchos problemas con el transporte y la movilidad iba fatal. No había más que unas camionetas, la 484 y no sé qué otra, que iban a Carabanchel y a Aluche. Todavía siguen funcionando, pero el problema se ha resuelto con el tren Cercanías y con MetroSur. Y desde que arreglaron las calles, que pusieron la recogida neumática de basuras y ensancharon mucho las aceras, quitando espacio a los coches y dándoselo a los peatones, el barrio es algo más habitable. Por ejemplo, la avenida JuanCarlosPrimero antes era vía 16

rápida, que los coches cazaban peatones como si fueran liebres, pero ahora es casi peatonal y es una delicia poder pasear por ella. MetroSur es una de las mejores cosas que se han hecho en el barrio, ya que ha facilitado mucho la movilidad de la gente. Sobre todo la nuestra, los que nos manejamos en silla de ruedas. Todo Zarza está bastante bien adaptado para nosotros los diversos funcionales. Antes era difícil moverse porque las aceras eran muy altas y estrechas. Ahora el único problema lo dan los coches mal aparcados en los rebajes para las sillas de ruedas. De todas formas, lo que más me gusta de Zarza es el comercio, y más antes que ahora, que las

grandes superficies se lo están cargando. Recuerdo las viejas tiendas del mercado de Pedroches, la Frutería de Margarita donde solía comprar mi madre, la Pescadería de Roberto, que siempre atendía tan amable, o la Carnicería de Eugenio... Con la llegada del euro todos se dieron a la picaresca del cambio, que si un euro sisado en la vuelta, que si dos, que si cinco, y hubo que cambiar de tenderos. Recuerdo especialmente a Ángel, que desde su kiosco de la ONCE nos anunciaba el gordo cada día y que jamás consiguió repartirlo. Es un buen tipo.


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