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En Estado en materia alimentaria

La palabra “transición” viene del latín transitio y significa "acción y efecto de estar entre lo viejo y lo nuevo". Sus componentes léxicos son: el prefijo trans- (de un lado a otro), itus (ido), más el sufijo -ción (acción y efecto). Los daños de lo viejo en biología suelen ser irreversibles o reversibles a muy largo plazo y, los efectos sociales de las pésimas políticas implementadas, son devastadores, porque quiebran la moral de los emprendedores y la ilusión y el sustento a los pueblos.

Dr. César Augusto Lerena NOTA DE PESCA Esta nota del Dr. Lerena es muy significativa y expresiva. Nos muestra el destino de aquellos funcionarios que pasan por el gobierno sin pena ni gloria, como constantemente ocurre también en el Perú. Extraordinaria expresión que puede aplicarse al Perú que vive los últimos días del régimen ppkausita, vizcarrista y moradista que poco o nada hicieron por la pesquería peruana y la alimentación nacional. Cinco años perdidos para la pesquería y la alimentación nacional. ¿Qué haremos en abril de este año cuando nos toque votar?

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EL ESTADO Y LA ALIMENTACION

La situación económica que caracteriza a gran parte de la población rural, impide que puedan destinar parte de sus recursos a mejorar sus condiciones de vida y de alimentación adecuada. En ese escenario, es improbable que puedan acceder a pescado enlatado debido a su precio elevado, aún en el caso de que este producto llegase a las zonas donde habitan. Las dificultades de accesibilidad a la población rural y rural dispersa, hace que tengan limitada presencia de los servicios que brinda el estado, aunado además a las condiciones climatológicas adversas, la oferta de productos hidrobiológicos resulta prácticamente inexistente en dichas zonas, lo hace que genera un alto nivel de vulnerabilidad social. “De acuerdo a la información del XI Censo Nacional de Población y VI de Vivienda, realizado en el año 2007, se encuentra que la mayoría de los centros poblados rurales están conformados por poblaciones dispersas y en segundo lugar por caseríos. La falta de infraestructura de caminos, carreteras de penetración o caminos comunales (incluso la falta de mantenimiento) hacen dificultoso el traslado de diversos bienes, incluidos los alimentos”

Localización territorial de los pobres

“En el año 2015, el 21.77% de la población del país (6 millones 782 mil personas) se encontraba en situación de pobreza; es decir, tenían un nivel de gasto inferior al costo de la canasta básica de consumo. Al analizar la incidencia de la pobreza por área de residencia, se observa que ésta afecta más a los residentes del área rural. Mientras que en el área urbana la pobreza incidió en el 14.5% de su población, en el área rural fue en el 45.2%, siendo 3 veces más que en el área urbana. Desagregando por dominios geográficos, resalta la alta incidencia de la pobreza extrema en el área rural de la Sierra y la Selva. En la Sierra rural, el 16.5% de sus habitantes son pobres extremos, lo que significa que del total de pobres de dicho dominio (49.0%) el 32.5% son pobres no extremos. En la Selva rural el 10.9% de sus habitantes, en la Selva urbana el 3.5% y en la Costa rural el 4.8% de población se encuentran en pobreza extrema. Los pobres extremos se concentran en el área rural del país, llegando al 80,9%. Según regiones naturales, el 69,0% del total de los pobres extremos se encuentran en la Sierra, el 20,6% están en la Selva y solo el 10,3% en la Costa” El Estado está llamado a mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos a través de políticas de inclusión y de desarrollo. En la zona rural, en términos de alimentación, la presencia del Estado es pobre, inexistente y/o limitada. La población rural dispersa en condición de pobreza se encuentra ubicada en zonas alejadas de difícil acceso. El limitado acceso de la población rural a los servicios del Estados, del sector privado y de la sociedad civil, se debe a que el Estado no llega de manera efectiva a atender a dicha población, sea por limitaciones de acceso, altos costos logísticos, falta de información de las necesidades de los centros poblados y otros. También, los bajos ingresos de la población rural pobre no permiten financiar la implementación de centros de servicios que apoyen y faciliten sus iniciativas de coordinación con instituciones del Estado, para acceder a intervenciones sociales y proyectos en beneficios de la población. La situación anteriormente descrita demanda que el Estado atienda a su alimentación a través de programas sociales en forma prioritaria. En dicho contexto, la actual orientación del Programa “A comer pescado” que lleva a cabo el Ministerio de la Producción, dirigido a promover el consumo de pescado en áreas territoriales donde no es necesaria la intervención estatal resulta una ofensa hacia las poblaciones rurales vulnerables del país.

El Estado no está interviniendo nada más que dando el marco regulatorio dirigido a cumplir metas de control biológico y de protección. Las medidas comúnmente aplicadas son: las vedas, las cuotas, limitaciones al tamaño mínimo, control de artes y sistemas de pesca, etc. El objetivo de este ordenamiento es la preservación de las especies más explotadas, restringiendo la presión sobre su biomasa en etapas críticas. La regulación pesquera vigente no considera aspectos de inclusión social ni de alimentación nacional.

LA SITUACION ACTUAL EN EL MARCO DEL COMERCIO DE PRODUCTOS PESQUEROS

Toda actividad comercial que afecte a la seguridad alimentaria cercena el derecho al alimento, uno de los derechos humanos más básicos. Aparentemente la tesis peruana es que la seguridad alimentaria no necesita (y por tanto no existe) una política pesquera, pues el mercado se hace o debería hacerse cargo de ella. En ese orden de cosas, la exportación es más atractiva por los beneficios tributarios que se derivan de ella para los exportadores. El mercado interno carece de similares estímulos. Por tanto es posible hablar de subsidios a la exportación pesquera en perjuicio de la atención al mercado interno. Si bien es cierto que la selección de mercados es una decisión empresarial, también es cierto que el Estado no debería ser ajeno al tema, ya que la alimentación popular es una obligación de la cual no puede evadirse. Por consiguiente, cuando se examinan las exportaciones pesqueras debe analizarse principalmente el modo en el que reducen la disponibilidad de pescado para el consumo nacional, tanto en forma indirecta (a través de la reducción de la biomasa de las especies forraje como la anchoveta para producir harina), como en forma directa. Es importante tomar en cuenta que aunque el Perú tiene una participación importante en la explotación de recursos pesqueros a nivel mundial, esta no aporta los beneficios que merece la población peruana. El hecho es que, en nuestro país, una parte considerable de la población continúa con bajos niveles de consumo y de acceso a los alimentos, con la consecuente persistencia de niveles de desnutrición. El hambre que azota a la sociedad peruana de menores ingresos poco o nada tiene que ver con la escasez de productos alimenticios, porque no tenemos escasez. Lo que tenemos es una inadecuada distribución de los recursos. Es éticamente imposible negar esta realidad, menos aún ante una de las características más espeluznantes de la estructura pesquera nacional: la coexistencia del hambre con la exportación de nuestros productos alimenticios hidrobiológicos. ¿Es moralmente correcto usar nuestros recursos naturales que se destinan a la alimentación para atender necesidades de otros países, antes que privilegiar los requerimientos a veces dramáticos, de nuestra población, en especial la infantil? ¿Es ético llevar la extracción de nuestros recursos pesqueros a límites peligrosos para la sostenibilidad del ecosistema, para atender necesidades de alimentos para otros países mientras nuestra población sufre carencias poniendo en riesgo el futuro de nuestras generaciones venideras? ¿Se justifica la exportación porque trae divisas (que no son propiedad del Estado sino del exportador) mientras simultáneamente la industria no contribuye con tributos apropiados; no prioriza la alimentación nacional y no protege la fuente de alimentos marinos para las futuras generaciones de peruanos? El mercado no puede resolver el problema de la desnutrición y anemia infantil en el Perú. Hay una imposibilidad para acceder a los alimentos por parte de amplias poblaciones que no pueden pagar los precios actuales y que no son objetivo de ventas tampoco. La solución no puede venir del libre comercio. El empresario privado optará siempre por vender sus productos con mayor valor agregado al mejor precio y al mejor postor. En esa lógica de pensamiento siempre encontrará en la exportación un mercado dispuesto a pagar caro por alimentos o materia prima para producir alimentos gourmet que satisfagan no necesariamente el hambre sino exigencias gastronómicas. El ciudadano pobre que solo requiere proteína barata tenderá a ser excluido de esa lógica de mercado. En este escenario no se comprende la orientación del programa “A comer pescado” que a través del DS-0072012-PRODUCE, se prorroga su vigencia y en el cual, en uno de los considerandos se aprecia una estadística del consumo per cápita de pescado en el Perú, que llama la atención ya que las cifras no son concordantes con la información oficial del Ministerio de la Producción publicadas en el Anuario Estadístico Anual de 2018, que es el último divulgado.

http://revistapesca.blogspot.pe/2017/10/cual-es-el-consumo-de -pescado-per.html

La orientación debida y exclusiva de dicho programa, debiera ser fortalecer la ingesta calórico-proteica de la población rural dispersa en condición de pobreza: niños menores de 5 años, incrementando el consumo de recursos ícticos de manera sostenible y promoviendo la participación del sector pesquero artesanal en la extracción, procesamiento y comercialización de estos productos. Es necesario implementar un programa social que contribuya con la seguridad alimentaria nacional en la mejor forma posible que el sistema político lo permita, yendo más allá de políticas que no tienen sostenibilidad, sino que descansan en la voluntad política y el marketing político. No se requiere intervención en ciudades costeras ni en sectores de la población que tienen acceso a la adquisición de productos hidrobiológicos. Para apoyar con éxito la erradicación de la desnutrición, se requiere de Proyectos/Programas innovadores. El programa debe fundamentarse en la necesidad de crear un mercado como responsabilidad del Estado y en el fortalecimiento de capacidades que permitan convertir la atención de ese mercado en un negocio rentable, generando empleo y riqueza, lo que lo hace sostenible en el tiempo.

Ingeniera Industrial, egresada de la Universidad de Piura (UDEP) en 2004. Cursé estudios de post grado (Master Business Administration) en el PAD Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, Perú entre 2007 y 2008 con la tesis de MBA relacionado al cacao y sus sub productos. Poseo estudios de Post Grado en Dirección y Mercadeo en Incae Business School de Costa Rica y Nicaragua, donde sustenté el trabajo de elaboración de grajeados de chocolate con aguaymanto, café y sacha inchi. Poseo una pasantía en IPADE Business School de México – Doing Business in America Latina, Universidad Panamericana. Miembro del programa de Líderes de Latinoamérica YLAI de Mr. Barack Obama. Amante de la alimentación saludable, fiel creyente y apasionada por la comida orgánica. Ejecutiva senior con vasta experiencia de trabajo profesional en la gestión comercial de empresas agro exportadoras. De trayectoria profesional en el rubro de alimentos frescos y procesados. Me he desempeñado como gerente comercial en empresas exportadoras líderes en el mercado. Especialista en mercados internacionales. Poseo experiencia en la apertura de canales de venta en el ámbito local e internacional, ingreso de nuevos productos y lanzamiento de nuevas marcas. Brindo asesoría a empresas en el rubro comercial. Ejecutiva con experiencia comprobada en el diseño e implementación de estrategias comerciales, generando valor a la empresa. Laboré en Corinor como gerente comercial, Empresa Peruana, una de las principales exportadoras de espárragos en Perú, teniendo operaciones en Lima y en el Valle de Virú-Trujillo. Lideré el diseño y ejecución de la estrategia comercial y plan de ventas anual de la empresa, junto con el equipo comercial, reestructurando las áreas de logística y producción. Responsable de identificar nuevas oportunidades de negocios, generando mayores ingresos. Representa a la empresa en feria internacional Fresh Summit Conference and Expo - PMA Orlando-Usa. Integrante del equipo de control de costos de las operaciones de producción. Lideré el equipo comercial para el ingreso a planta de producción de espárrago blanco. Sub Gerente Comercial (2011-2014) en Candela Perú, Empresa Peruana, principal exportadora de productos orgánicos y naturales en el Perú. Lideré la elaboración y ejecución de la estrategia comercial para las 10 categorías de producto, entre ellas: nueces, super foods, grageados, aceites comestibles, etc. Integrante del equipo responsable del desarrollo y lanzamiento de nuevos productos. Responsable de las ventas en el mercado nacional e internacional. Co lideró el equipo de reestructuración del área comercial y ventas. Representa a la empresa en la feria internacional ExpoAmazónica en Colombia. Participé del desarrollo e implementación de la identidad de marca de la empresa. Establecí como objetivo y reto la nueva imagen de marca de la empresa, teniendo como partner a la empresa Infinito Consultores, líderes en Perú en branding, logrando el posicionamiento de la empresa en el rubro de alimentos orgánicos y saludables. Establecí estrategias comerciales para el ingreso a Cencosud de dos líneas de producto. Realicé las negociaciones con los ejecutivos de Cencosud y el planteamiento de la cartera de productos a ofrecer. He participado en consultorías independientes en FINCA PERÚ: empresa financiera, que opera en las regiones de Ayacucho, Lima y Huancavelica desde hace más de 20 años. Brindo asesoría en la elaboración del plan de comercial, valor de marca, y capacitaciones comerciales, para empresas del sector de alimentos. He realizado trabajos en la zona de Huaytará bajo los estándares del comercio justo y responsabilidad social. Participé en ruedas de negocios en ferias nacionales con las instituciones: cámara de comercio de Lima, De Vida, Ministerio de la producción, PromPerú, Mincetur y en ruedas de negocios de la feria ExpoAmazónica. Ejecutiva senior, con vasta experiencia de diez años en el área comercial en los sectores de consumo masivo y agroexportador. Profesional con personalidad definida y con carácter así como ceñida a una escala de valores en las que prima la honestidad, la responsabilidad, y la ética. Docente universitario en distintas universidades del Perú y mentora de la Universidad del Pacífico. En la actualidad soy CEO de MiskiMikí, Startup Peruana, comercializadora de productos orgánicos y naturales De trayectoria profesional en el rubro de alimentos frescos y procesados, deseo impulsar la actividad pesquera de consumo humano directo en beneficio de la alimentación nacional.