Revista Proarroz Agosto 2016

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Sumario

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10 18 2 proarroz@proarroz.com.ar


4 | Editorial 6 | Institucional 10 | Mercado

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Análisis del Mercado

Arrocero Mundial

18 | Actualidad

Renato Gastaudo de

arrozen Entre Ríos

22 | Cultivo

40

Una mirada a la

competitividad actual

de la producción arrocera

en Entre Ríos

Federico Gadea

26 | Industria

29 | Rincón Gourmet 30 | Pensando la

próxima siembra

31 | Compartidas 32 | Campo 360º

38 | Entrevista

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Mario EckerdtM

42 | Historias de campo

Jorge Menéndezmás

Buchanan

46 | Humor

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Editorial Estamos ingresando en el segundo semestre del año, tiempo en que de acuerdo a las estimaciones del nuevo gobierno, la economía del país comenzaría a reactivarse. Amplios sectores como la industria, el comercio y la construcción siguen en recesión, pero como siempre ha ocurrido en la salida de anteriores crisis, es el campo quien picó en punta mostrando su dinamismo y competitividad. En el caso particular de nuestro sector, el precio del arroz cáscara está llegando a los U$S 200 por tonelada FOB molino, considerado de acuerdo a los costos de producción, el punto de equilibrio para poder solventar los mismos, impulsado por los negocios de exportación principalmente. Está desapareciendo el temor de no poder colocar el carry over récord de la cosecha anterior, unido a la actual zafra 2015-2016. Este año se ha fortalecido el precio internacional, debido a la caída de la producción por efecto del fenómeno climático El Niño, que afectó los cultivos en Asia y en el Mercosur, golpeando fuertemente la producción regional. Estamos asistiendo a un factor alcista importante pero temporario, como es la presencia de Brasil como mercado demandante, situación que no veíamos desde hace tiempo. Pero no podemos soslayar los serios problemas de competitividad de la cadena arrocera nacional, que muy bien son enumerados en varios artículos de esta revista por los entrevistados. Mejorar los niveles de producción y sus costos, trabajar junto a las autoridades nacionales y provinciales para alcanzar el acceso a nuevos mercados, lograr que se concreten obras de infraestructura, como electrificación de los sistemas de riego, mejoras en puertos y rutas, es una tarea que todos debemos encarar después de varios años de falta de diálogo con los gobiernos y retrocesos en competitividad que dejaron muchos productores en el camino y pérdidas importantes en los diferentes eslabones de la cadena.

Hugo Müller

Proarroz es una Publicación de Fundación Proarroz

Estrada 171 | Concordia | Entre Ríos | Tel - Fax: 0345 - 4230612 | www.proarroz.com.ar

Coordinación Editorial: Clarisa Fischer | clarisa.fischer@gmail.com El contenido de los avisos es responsabilidad de los anunciantes.

Directorio • PRESIDENTE Hugo Carlos Müller • VICEPRESIDENTE Adrián Gustavo Alvarez • SECRETARIO José María Guidobono • TESORERO Luis Carlos Marcogiuseppe

• VOCALES TITULARES

Fernando Schmukler Raúl Armando Schinder Atilio Van Bredam Oscar Valentinuz María Laura Carbajal Marcelo Agosti Martín Bourlot Eduardo Varese

COLABORAN

Miguel Taylor José Alberto Paoli Oscar Henderson Edgardo Reggiardo Ricardo Lande Alvaro Durand Comité Técnico de Fundación Proarroz


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II n n ss tt ii tt u u cc ii o on n aa ll

En primera persona: a 25 años, los inicios de Proarroz narrados por sus protagonistas Anécdotas y testimonios de quienes transformaron una idea en una realidad concreta para el desarrollo del sector arrocero. “En el año ‘89 empezamos a hacer algunas reuniones en el INTA Concepción del Uruguay con Chiche Paoli, Hugo Müller, Alberto Livore, Gustavo Arguissain, Juan José De Battista, entre otros. Veíamos Miguel Taylor que era necesario impulsar un proyecto de investigación en arroz para desarrollar la calidad que el mundo requería. Algún tiempo después hicimos una reunión en casa, en ese momento yo administraba la Estancia Jubileo donde hacíamos arroz. Fue una tarde en el mes de abril, estábamos en cosecha y ese día comenzó el proyecto de la Fundación, aunque no se estructuraría como tal hasta algunos años más tarde. Al principio, Proarroz tuvo un camino bastante sinuoso, no era fácil financiar el proyecto pero tuvimos socios fundadores que hicieron un gran trabajo para conseguir fondos. Horacio Roca trabajó para reunir a las cooperativas y Ricardo Lande presentó el proyecto a las industrias. En toda esa

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primera etapa, rescato la incondicional colaboración del ingeniero uruguayo Nicolás Chebataroff, que nos ayudó generosamente. Ya en el ‘91 hicimos una reunión grande a la entrada de Jubileo, donde Alberto Livore había plantado las primeras variedades de arroz. Y así fuimos creciendo, con esfuerzo y dedicación. Para estructurar la Fundación, fue crucial el asesoramiento del entonces Ministro de Economía de la provincia, Maximiliano Blas Ascencio, y del Secretario de Coordinación Económica, Lino Churruarin. En el ‘93 logramos el organigrama y al año siguiente tuvimos la primera asamblea y la personería jurídica. Me acuerdo de la primera reunión a tranquera abierta que organizamos en el ‘94 en lo de Horario Roca, la convocatoria fue impresionante. En ese momento arrancábamos con la siembra directa. Hicimos muchos ensayos regionales para mejorar el cultivo en varios campos de la zona. Y continuamos con las reuniones, siempre a la tardecita, nunca en horas trabajables. El punto de encuentro era la Cooperativa de San Salvador. Teníamos una agenda que se respetaba y nunca dejamos de ir. Creo que ha habido un cambio enorme a partir de Proarroz. En aquel entonces nadie pensaba que la Fundación sería lo que es hoy, no es nada fácil armar esto, pero gracias a que todos pusieron su granito, se obtuvieron tan buenos logros.


Recordar los primeros tiempos del Proarroz es repasar inquietudes, desafíos, viajes y reuniones. A partir de la realidad productiva del cultivo de arroz a fines de la década del ‘70 y principios de los ‘80 en nuestra zona, surge la inquietud de emprender esfuerzos conjuntos, de mayor magnitud que los llevados a cabo hasta ese momento, en cuanto a la investigación en técnicas de cultivo. Nos ayudó la experiencia de la producción uruguaya, que creció al amparo de un esfuerzo mancomunado de privados y Estado. También recorrimos Río Grande y su IRGA. Visitamos estados arroceros de EEUU. En todas partes encontramos acciones organizadas en forma conjunta por el sector productivo e industrial y los centros de investigación y difusión de mejoras tecnológicas. La incorporación de técnicos en el ámbito productivo fue formando una masa crítica que posibilitó pensar y avanzar en una empresa de desarrollo de tecnologías de producción, que involucrara a los centros de investigación, en especial la EEA de INTA Concepción del Uruguay, a los técnicos privados, a las cooperativas, a productores independientes y a la industria. Se establecieron campos

experimentales en chacras de productores en distintas zonas de sur a norte. Se probaban variedades, controles de malezas, fechas de siembra, fertilizaciones, densidades, etc. En cada una de ellas se convocaba a productores para mostrar resultados. Hacia fines de los ‘80 se constituyó el grupo inicial y se comenzó a trabajar en una ley de promoción del cultivo de arroz que le diera a la investigación sustento económico y equidad contributiva en el aporte monetario entre los distintos actores de la cadena. Hasta lograr este objetivo, los fondos eran aportados en forma voluntaria por productores, cooperativas y algunas industrias. Mi participación no llega a ver la ley promulgada. Esto fue un logro de la comisión que encabezó el Ing. Müller, a partir de 1992. La Fundación ha contribuido decididamente en dos impactos importantes en la economía y productividad arrocera: la adopción masiva de la siembra directa y la incorporación de nuevas variedades resistentes a imidazolinonas. La medida del éxito de este segundo aspecto lo da la monopolización de las nuevas variedades en el área cultivada del país, trascendiendo las fronteras para predominar en Bolivia, Paraguay, Río Grande del Sur, Centroamérica y partes de Uruguay. Hacia el futuro, creo que Proarroz tiene desafíos importantes. Por una parte, mantener los objetivos de calidad industrial que guiaron su línea de mejoramiento y por otra, desarrollar nuevas alternativas de control de malezas, manteniendo exigentes parámetros en el comportamiento frente a enfermedades.

Como hijo de productor arrocero, siempre me interesó alcanzar conocimientos para resolver la inmensidad de problemas y situaciones que se presentan en el marco del cultivo. Si bien la universidad me había dado herramientas para detectarlos y generar posibles soluciones, había que generar nuevos conocimientos capaces de solucionar los problemas de todo el sector, más allá de la información adquirida en el exterior, que muchas veces no coincidía con nuestra realidad arrocera. Era preciso generar un cambio y había que hacerlo entre todos, la producción, los técnicos, las empresas y las instituciones de investigación. Así nace la idea de Proarroz, auspiciada por contribuciones voluntarias en sus inicios, para apoyar a la investigación en función de una demanda real surgida de los distintos

sectores. Este siempre fue el espíritu de trabajo con el que llevamos adelante la Fundación: reunir y escuchar a los técnicos del sector de la producción y a la industria, analizar las demandas de investigación y canalizar el presupuesto a las instituciones que nos ofrecen las soluciones técnicas. Esta modalidad generó que incluso dichas instituciones, con esa motivación, fueran por delante de las demandas y generaran soluciones a los posibles problemas, gracias a las cuales los técnicos pudimos dar respuesta a muchas incógnitas. A través de Proarroz se generan materiales genéticos acordes a las demandas del mercado, se produce semilla de calidad y se obtienen conocimientos para un manejo integrado del cultivo del arroz con el ambiente, la sociedad y la economía. Sin duda en éstas y muchas otras actividades, la Fundación es motivadora y catalizadora. Hoy los técnicos podemos dar repuestas sin temor a equivocarnos sobre el manejo del arroz, el manejo del agua, la sistematización, el control de malezas, la sanidad, la cosecha, el manejo post-cosecha, el costo y sobre toda la cadena del arroz con lo que ello implica, sin tener que viajar miles de kilómetros para buscar información, creo que es un gran camino recorrido en 25 años.

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II n n ss tt ii tt u u cc ii o on n aa ll Antes de que se comenzara con la Fundación Proarroz, el número de técnicos que trabajábamos en arroz en la provincia era muy reducido, y el abanico de variedades que se plantaban, muy grande. Era la época en la que improvisábamos pequeños ensayos porque queríamos mejorar la producción. Hasta que después de largas gestiones e innumerables reuniones con toda la cadena se le pudo dar forma a la Fundación Proarroz. Empezamos a reunirnos cada quince días para diagramar las investigaciones que se iban a hacer. Yo era secretario de actas y me tocaba armar un memorándum con lo que se había hablado y las tareas que quedaban asignadas; de esa manera siempre nos asegurábamos de que todos estuvieran informados. El punto de encuentro

para las reuniones era el INTA Concepción del Uruguay; viajábamos en un Peugeot 504 con neblina o lluvia, pero jamás dejamos de ir, porque entendíamos que había que hacerlo. Capítulo aparte merecen nuestros viajes a Estados Unidos, en los que visitábamos productores y experimentales. Lo que más rescato es el excelente grupo humano y por supuesto, las divertidas anécdotas, como cuando fascinados con un tractor último modelo, decidimos parar en la ruta y bajar a verlo. Era una tarde de pleno verano en la que estábamos recorriendo el estado de Louisiana, íbamos en cinco autos alquilados, y grande fue nuestra sorpresa cuando quisimos seguir viaje y uno de los autos que había quedado en marcha tenía todas las puertas trabadas. Tuvimos que buscar un cerrajero en un concesionario que por suerte estaba cerca, y a pesar del mal momento y de la altísima temperatura no parábamos de reírnos. Aprendimos mucho en esos viajes. En retrospectiva, rescato la constancia y la perseverancia que hicieron posible sostener el proyecto durante estos 25 años y nuclear en una misma organización a productores, industriales, técnicos y el INTA. Por supuesto que además de los logros, aún quedan desafíos por cumplir.

Comencé a trabajar en el tema de arroz muy joven, en la época en que en la Argentina empezamos a ser protagonistas, desde las pymes, de la exportación de arroz. Pero teníamos un tema con la calidad, que estaba muy por debajo de la calidad uruguaya de entonces. En ese momento en Uruguay se plantaba la famosa variedad de largo fino Blue Bell, que era muy buena y la que todos nuestros potenciales compradores requerían. Por ese motivo empezaron los viajes a Uruguay, con Hugo Müller y el grupo que estaba pensando en armar Proarroz. De la mano del Ing. Chebataroff, que nos abrió con mucha generosidad el conocimiento, vimos cómo trabajaba el sector uruguayo para desarrollar sus propios programas de investigación en arroz. Mi tarea consistió, con veinte años, en convencer al sector industrial de sumarse al proyecto. Me llevó muchos me-

ses, pero finalmente lo conseguí. En paralelo, viajábamos a Paraná para presentar el proyecto a la dirigencia política provincial. Era algo totalmente novedoso, que un sector, con acuerdo de toda la cadena, propusiera una ley y estuviera dispuesto a financiarla para beneficio de todos los actores involucrados. La verdad, llevó mucho tiempo e innumerables viajes, siempre costeados de manera particular, porque habíamos decidido que todo el trabajo de los directivos iba a ser ad honorem, y así ha sido todos estos años. Los logros han sido muy buenos. Lo primero que destaco es la permanencia y la profesionalización que se logró para el sector. En segundo lugar, el proyecto ha demostrado resultados tangibles, como son las variedades generadas, la difusión de las buenas prácticas y la cantidad de ingenieros agrónomos especializados en arroz que forma la Fundación. No menos importante es que esta labor no se detuvo en ningún momento, ni a pesar de las crisis, y tengo que decir que esto fue posible en gran parte gracias al liderazgo y a la visión de Hugo Müller que pudo sostener el proyecto a través del tiempo. Además, el trabajo no se detiene. Hoy se sigue avanzando con proyectos de nuevas variedades y desafíos de superación constante.

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Homenaje a Alcides Bel, socio fundador

El domingo 10 de abril de 2016, Alcides Bel, productor arrocero y socio fundador de Proarroz, falleció trágicamente en un accidente automovilístico. En 1994, cuando se formó la Fundación, Alcides integró el grupo de socios fundadores de la institución, facilitando su establecimiento para la realización de ensayos durante muchos años esa zona tan particular que es la cuenca del Guayquiraró. Asistente permanente a las Asambleas anuales, días de campo y Jornadas Técnicas, su presencia no pasaba desapercibida, su físico robusto y su inconfundible sonrisa lo hicieron una persona muy querible. En 2013, al cumplir cuarenta años sembrando en la provincia de Corrientes, recibió el premio por su trayectoria como arrocero de parte de la Asociación de Productores de esa provincia. Su empresa Agrobel S.A. atravesó en más de cuarenta años de existencia, numerosas dificultades climáticas, económicas, de mercado, etc. Pero el espíritu optimista de Alcides, su capacidad de trabajo y su experiencia para sobreponerse a todo tipo de dificultades, le permitieron permanecer en el negocio, dejando en manos de sus hijos y un sobrino la conducción de la empresa. Descansá en Paz Alcides. Siempre te recordaremos.-

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Mercado

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Análisis del Mercado Arrocero Mundial Por Alvaro Durand Investigador. Departamento de Economía Agrícola y Agronegocios. Universidad de Arkansas.

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n la edición anterior abríamos esta nota comentando la fuerte situación deficitaria del mercado mundial de arroz en el 2015/16 (13 millones de toneladas, base elaborado), la cual, asociada con un bajo nivel de stocks inicial (103.6 millones de toneladas) resultaba en niveles bajos de stocks (90.2 millones de toneladas o 18.6% de la demanda) al final del 2015/16. En mayo, el USDA introdujo cambios significativos a sus estimaciones que resultan en una situación menos apre-

miante en el mercado mundial (mayor nivel de stocks) y han ayudado en cierta medida a moderar la tendencia alcista del mercado. Las estimaciones de junio indican un stock final de 106.6 millones de toneladas o 22.6% de la demanda en el 2015/16. Si bien es de esperar que las estadísticas se ajusten mes a mes a medida que llega nueva información desde los distintos mercados, el ajuste realizado en abril tomó a la mayoría de los agentes por sorpresa.

Fuente: USDA WASDE.

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Mercado Desglosando más la información, vemos que si bien el nivel de stocks global ha mejorado en las últimas estimaciones, el mayor crecimiento se da en China y por razones netamente políticas (alta competitividad de las importaciones debido a los altos precios mínimos garantizados). El nivel de stocks fuera de China es menor a los 40 millones de toneladas y similar al nivel observado en el 2007, previo a la corrida de precios en el mercado internacional. Se estima que en esta presente campaña disminuirán aún más los stocks de arroz en mano de los principales exportadores (Figura 1), lo que en teoría debería contribuir al fortalecimiento del mercado internacional. Las estimaciones de producción mundial para la campaña 2016/17 son aún muy prematuras y se irán ajustando a medida que avance la campaña. En China e India, quienes juntos representan más de la mitad de la producción mundial de arroz, la siembra apenas comienza. En lo que sí hay más certeza es que en EEUU el área de siembra se expandió significativamente y se proyecta una producción de arroz largo fino de alrededor de 8,2 millones de toneladas (base cáscara), un 37% mayor a las 6 millones de toneladas producidas en el 2015. Cabe recordar que EEUU es un competidor importante en muchos mercados regionales (Centroamérica, Colombia, Venezuela). A nivel regional, los datos elaborados en la reunión de CONMASUR de mayo indican una situación más ajustada en el mercado arrocero del MERCOSUR, y una caída del saldo exportable regional relativo al 2014/15.

La mayor caída porcentual de la producción se dio en Argentina (21%) y Paraguay (21%), y en términos nominales en Brasil (1.4 millones de toneladas). En Argentina, Paraguay y Uruguay los mayores stocks iniciales compensan en gran medida la caída en la producción y ayudan a mantener la capacidad exportadora. Sin embargo, la caída de la producción en Brasil resulta en una situación netamente deficitaria y lo convierte en un mercado potencialmente relevante. Cabe recordar que en las últimas dos campañas Brasil representó menos del 20% de las exportaciones de arroz de Argentina, y la situación actual seguramente contribuirá a que este mercado retome la relevancia que históricamente ha tenido para nuestro sector.

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Fuente: USDA, PS&D.

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Mercado A nivel local, el presente año comercial 2015-16 comenzó marcado por una oferta récord de 1,57 millones de toneladas (base cáscara) como resultado del alto stock inicial. La producción alcanzó su menor nivel de los últimos cinco años como consecuencia, entre otros factores, de los excesos hídricos de fines de marzo y abril. La demanda agregada del primer trimestre rondó las 400 mil toneladas,

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igualando la demanda promedio estimada en las últimas cuatro campañas y marcando una fuerte mejora relativa a la demanda de la campaña anterior. La mejora de la demanda agregada es principalmente el resultado del buen comportamiento de las exportaciones.


En la edición anterior nos preguntábamos si la cadena arrocera nacional podrá desarrollar los mercados necesarios para exportar alrededor de 1 millón de toneladas a precios viables para la cadena arrocera. Guiándonos por los resultados del primer trimestre, podemos decir que:

La evolución del volumen exportado es satisfactoria: se exportó aproximadamente el 25% del saldo negociable en el primer trimestre. Se han diversificado los destinos de las exportaciones: se exportó a 23 destinos, lográndose el ingreso a mercados regionales muy interesantes como Colombia y México (Tabla 2), y también con un buen desarrollo en Centroamérica. La ganancia de competitividad se basa en una fuerte caída de los precios de la exportación: el crecimiento de las exportaciones estuvo asociado a una fuerte caída del precio de exportación en todas las categorías. Por ejemplo, los precios de exportación del arroz integral, elaborado, y partido cayeron en promedio un 26%, 27%, y 22%, respectivamente, relativo a los precios promedios de la campaña anterior.

La caída de los precios de las exportaciones, la estabilidad cambiaria, la tasa de inflación aún elevada y el consecuente aumento de los costos de producción y logística están afectando la capacidad de pago de la cadena arrocera y socavando la sostenibilidad económica de la actividad. Esto se ve reflejado en una fuerte caída del precio del arroz cáscara en dólares, el cual se ubicó por debajo de los US$170/tonelada en el primer trimestre (aunque muestra una tendencia creciente). Esperamos que el fortalecimiento del mercado mundial previsto para los próximos meses resulte en la mejora de precios en el mercado interno.

Tomando los precios de productos e insumos a mayo del corriente año y la productividad media provincial, estimamos que el rendimiento de indiferencia de la producción de arroz en campo arrendado varía desde 7,7 ton/ha para pozos electrificados, 8,7 ton/ha para campos con represas, hasta 8,9 ton/ha para pozos a gasoil. Estos elevados rendimientos de indiferencia son similares a los estimados para las últimas 4 campañas (ver costos de producción en la página web de la Fundación Proarroz (http://proarroz.com.ar/informacion-de-interes/costosde-produccion), lo cual explica la ajustada situación económica y descapitalización que se observa en el sector.

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Mercado

Tal como viene ocurriendo desde hace ya varios años, la cadena arrocera se enfrenta a una coyuntura complicada que demanda eficiencia en el uso de los recursos productivos y responsabilidad empresarial a la hora de compartir los riesgos y beneficios de la actividad. Es imprescindible que los asesores se capaciten en nuevas técnicas de manejo (por ejemplo, sistemas de nivelación de tierras y de riego más eficientes) para ofrecerles mejores opciones a los productores y optimizar la viabilidad de la producción. Por ejemplo, productores líderes en Arkansas han logrado bajar las tasas de consumo de agua a menos de 6.000 m3/ ha con el uso de nivelación de precisión, sistemas de riego por mangas y el uso de control parcial de flujo de agua (CPFA). Esto no sólo representa una sustancial baja en el costo de producción, sino también una mayor sostenibilidad en el uso del recurso hídrico. También es esencial que las industrias arroceras mejoren la eficiencia en el uso de sus recursos para reducir el costo industrial y mejorar el valor agregado tanto al arroz elaborado como a los subproductos. Algunas empresas continúan invirtiendo en el desarrollo de productos a base de arroz (por ejemplo harina y pastas de arroz, snacks) e inversiones de capital

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para bajar los costos promedios de elaboración a pesar de la ajustada situación del mercado. Los fundamentos del mercado mundial y regional respaldan el fortalecimiento del mercado mundial en el corto plazo proyectado por la mayoría de los analistas. Independientemente de que estas proyecciones se concreten, es esencial que los agentes de la cadena interactúen con responsabilidad y transparencia para afrontar la difícil coyuntura actual, mejorar las posibilidades de lograr en el futuro el desarrollo equitativo y sostenible de la cadena y aprovechar al máximo las oportunidades que el mercado pueda presentar.-


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Actualidad

Matías Diez, gerente del molino La Loma y Renato Gastaud, directivo de Camil.

Renato Gastaud

“El gran problema de todos los países de América son las distorsiones de tasa de cambio y de costos internos. No es un problema de cosecha, de una zafra buena o una zafra mala, es un tema de políticas económicas” En su paso por el país y con más de treinta años de experiencia en el mercado del arroz, el directivo brasileño del grupo Camil Alimentos, líder en la región y dueño del molino entrerriano La Loma, describe el panorama regional y la estrategia de competitividad del grupo. 18 proarroz@proarroz.com.ar


¿Cómo evalúa la situación regional para el arroz? Lo primero que hay que decir es que hay mercado, no es una crisis de demanda de productos. Incluso los precios, que a lo largo de los últimos años por lo general venían en alza, tuvieron ahora una baja, pero a un nivel, comparado históricamente, aún bueno. También es cierto que afectó la situación en Oriente Medio y la reducción del precio del crudo. Es un destino importante para arroz, que paradojalmente tiene el hábito de comer arroz sin producirlo y dinero para comprar lo mejor. La baja del petróleo hizo que buscaran alternativas de calidad y costo más bajo, y entonces pasamos a tener una competencia más directa de algunos orígenes de Asia, como Vietnam e India, y especialmente competimos con arroz sudamericano que salía de Uruguay, algo de Brasil, e incluso de Estados Unidos. Desde el tercer trimestre del año pasado hasta hoy, viene siendo mucho más difícil este destino, por su elección de comprar un poco más por precio y menos por calidad. Es cierto que hay distorsiones allí fruto de un estado de guerra interno, y eso es algo que creo, puede jugar en contra de nuestros intereses, son puertas que se han cerrado un poco más. De ahí la importancia de tener siempre a mano otros destinos y mantenerlos en el tiempo. Hoy el mercado internacional ya está un 15% arriba de lo que eran los precios de hace un año y nosotros podríamos transformar esa mejoría internacional en un provecho, reduciendo y cuidando los costos internos. El gran problema de todos los países de América son las distorsiones de tasa de cambio y de costos internos. No es un problema de cosecha, de una zafra buena o una zafra mala, es un tema de políticas económicas. De todas maneras creo que en este momento histórico estamos viviendo una conciencia mucho mayor por parte de los gobernantes de Latinoamérica respecto de lo que está mal hecho y de por dónde hay que caminar para corregirlo. Si bien la corrección ya empezó, no es algo que se arregle de un lunes para un martes.

¿Qué puede decir sobre Brasil? Ahora, por la frustración de cosecha del país y la tasa de cambio que bajó mucho, abrió una ventana que logísticamente hace más competitivo venderle. Como Brasil empezó a ser exportador hace unos años, cuando alcanzó un equilibrio entre producción y consumo, hoy importa algo de arroz y exporta como máximo el 10% de su producción. No es un país para el que sea tan importante la competitividad

internacional como sí lo es para Uruguay, Paraguay o la Argentina. En porcentaje de producción de arroz, Uruguay es el primer exportador mundial con el 95% de su producción; Argentina exporta el 65%. Los formadores de precio del mercado son otros y es clave para estos países ser competitivos.

¿Y sobre la Argentina? Si bien lo peor ya pasó, por más que se haya sincerado la tasa de cambio aun hay distorsiones muy grandes en cuanto a costos. La parte de logística interna por ejemplo, en este país es algo que hay que corregir. Los costos para sacar el arroz de un molino o de una chacra, llegar a un puerto y cargar un buque son mucho más altos en la Argentina que en cualquier otro país. Y esa plata no está en las manos ni de los transportistas ni de los hombres que trabajan en un puerto. Hay una distorsión de costos y de cosas que nos llevan a esto.

Argentina dejó de ser exportadora para diversos mercados, no por un tema de calidad, o por no tener suficiente capacidad técnica, sino por cuestiones de costos. Se volvió prohibitivo el uso de contenedores para exportar. Y por eso se cerraron muchos mercados importantes, que son de volúmenes relativamente pequeños pero continuos, en los que Argentina podría participar muy bien. Europa es un caso bastante emblemático, también Costa Rica, Nicaragua, Cuba, etc. En los mercados más importantes, el costo argentino, aunque más caro que otros orígenes, es más o menos competitivo, por eso hay que desarrollar alto valor agregado o mejorar la competitividad.

A partir de su extensa trayectoria corporativa, ¿qué aprendizajes sobre el negocio del arroz le han sido más útiles? Estoy en este mercado desde hace más de treinta años. Me recibí de ingeniero agrícola en la Universidad Federal de la ciudad de Pelotas, de Río Grande del Sur, en el año ‘78. Fue el primer curso de ingeniería agrícola del país, era una mezcla de ingeniería agronómica e ingeniería civil, y una vez

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Actualidad que me recibí empecé a trabajar en la parte agrícola de Josapar, que en ese momento hacía arroz Blue Bell. Luego fui creciendo en la empresa y pasé por el área industrial, por el área comercial, hasta que en los años ‘90 llegué a ser superintendente. En 2002 me pasé a Camil, que disputaba el mercado interno brasileño a Josapar y estaba en la fase inicial de un desarrollo importante y desde entonces he ocupado distintos cargos en la compañía. Creo que la actividad de producir alimentos tiene una virtud y es que siempre tiene mercados, sin variaciones de precios demasiado importantes.

Para bien o para mal, los alimentos son mercados bastante estables física y económicamente. La clave está en ser muy buenos en la productividad y en mantener la estrategia de calidad y valor agregado. Normalmente, pocas veces un problema del negocio de arroz es un problema específico de arroz, sino que hay muchas más distorsiones que tienen que ver con políticas macroeconómicas mal implementadas, en diversos momentos y en diversos países, que generan distorsiones y pérdidas muy grandes de competitividad. Eso es cíclico.

¿Cuáles son las claves de Camil para sostener la competitividad? Estos productos de una cierta forma son commodities, y por lo tanto es fundamental tener siempre costos bajos .

No hay ni un minuto de tregua en la pelea contra los costos, que es la esencia de nuestro negocio. Por un lado, hay que obtener la máxima productividad que se pueda y por otro, ahorrar plata en todo lo que se pueda. Esa combinación es la que hace ganar o perder. Hay momentos y mercados que son más tranquilos, pero de todos modos en toda época y en todas las etapas de la cadena hay que minimizar costos, principalmente porque no tenemos subsidios de ningún tipo, como sí sucede en otros orígenes, por ejemplo en Estados Unidos, Europa y Asia, donde hay

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subsidios directos o indirectos a la producción o a la comercialización. En esos países los subsidios permiten que un año se pueda ser menos productivo o menos competitivos. Hay que decir que tanto la cadena productiva de Argentina, como la de Paraguay y la de Uruguay son muy eficientes, mérito de los productores privados y de los molinos que saben lo que tienen que hacer. En cambio, en estos países los errores de política económica distorsionan en un grado mucho mayor que la tecnología, el conocimiento y la cultura que se tiene de producir arroz.

¿Cómo ha sido la apuesta a la diversificación de productos? Diversificar a la empresa hoy le da mucho más estabilidad económica. Hoy Camil produce dos millones y medio de toneladas de diversos productos al año. Afuera estamos concentrados en arroz y legumbres. En Brasil, tenemos azúcar, siendo hoy la principal marca de azúcar del país. Y con la marca Coqueiro, también líder en el mercado interno, tenemos pescados en conserva como sardinas y atún. A partir del año 2007, cuando comenzó el proceso de internacionalización de Camil, hemos tenido una experiencia muy positiva en Chile, Uruguay, Perú y Argentina, lo que nos anima a buscar nuevas oportunidades afuera de estos países.

¿Cómo definiría el modelo de negocio de arroz de la compañía a nivel regional?

En Camil tenemos una matriz común que es no producir. En ningún país somos productores, estamos convencidos de que ellos saben hacer lo suyo y nosotros lo nuestro. Creemos en la complementación entre uno y otro. Se respeta mucho este principio y procuramos transmitir eso de forma sana para los proveedores, muchos también lo comprenden así y por eso se relacionan económicamente con la empresa. Hay lugares donde tenemos una proximidad muy grande con los productores, como es el caso de Uruguay, por la concepción de negocio que tiene el país, que es casi de integración entre ambos sistemas. También en Chile, donde son pequeños productores, tenemos casi mil que son proveedores de la empresa y tienen una relación directa que va más allá de la compra y la venta. Se les brinda apoyo e inversión técnica, hay una proximidad muy grande con los productores. La


verdad es que este comportamiento y transparencia en las relaciones es parte de nuestra estrategia y funciona bien.

Esta situación se superó en Uruguay y también en Brasil, en ambos países ya se ha hecho ese acercamiento de ambas puntas.

¿Qué volúmenes anuales trabaja La Loma?

¿Está en los planes el desarrollo del mercado interno en la Argentina?

La Loma es muy chica, hacemos 30.000 toneladas de paddy por año, de las cuales se exporta el 100%. En Uruguay, Saman produce 600.000 toneladas que también se exportan en su totalidad. El objetivo en Argentina era estar en el top ten de los exportadores y se ha cumplido. Hacemos exportaciones a Irak, Cuba, Chile y algo a Brasil cuando se abre la venta de la que hablábamos. En este país hay algunas particularidades: la zona productiva está más desparramada que en Uruguay o Brasil, hay una concentración muy alta de productores y por otra parte cada vez hay menos productores. Hacen falta líneas de crédito con bajas tasas de interés para la producción.

Hace dos o tres años que estamos aquí, conociendo las virtudes y los problemas que tenemos. Las experiencias que tenemos de mercado interno siempre han partido, como en el caso de Brasil, de una trayectoria de muchos años. En los demás países, esto se ha dado por la compra de empresas que tenían ya un porcentaje importante del mercado, es decir, con la adquisición de empresas que ya tenían marca. No es sencillo desarrollar una marca para competir y tampoco es barato comprar una empresa que tiene una marca importante. Desembarcamos en la Argentina en un momento bastante complejo económica y políticamente; seguramente en los próximos años pensemos en alguna inversión más importante.-

Aquí hay productores muy buenos, con excelentes resultados, sin embargo, creo que hay que desarrollar un poco más a los que no están obteniendo tan buenos rindes, que son los que empujan el promedio para abajo. Si se lograra acercar a éstos a la media, la productividad del país cambiaría significativamente.

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Cultivo

Una mirada a la competitividad actual de la producción arrocera en la provincia de Entre Ríos

Por Hugo Müller

Al producirse con el nuevo gobierno los cambios macroeconómicos indispensables para que el campo de nuestro país salga de la profunda crisis que soportó durante los últimos años, en general las diferentes producciones muestran situaciones de competitividad disímiles. Desde márgenes positivas como las de la carne vacuna, los principales cereales (trigo y maíz) y oleaginosas (girasol y soja), hasta situaciones de fuertes quebrantos como la lechería y la fruticultura del Alto Valle de Río Negro.

S

i bien una corrección importante del tipo de cambio y la quita de retenciones a las exportaciones eran condiciones necesarias para revertir la crisis del campo, en muchos casos no fue suficiente para alcanzar la rentabilidad que todo sistema productivo necesita para poder desarrollarse, sobre todo en un panorama de alta inflación y suba de costos. En el caso particular del arroz, los costos de los diferentes sistemas de producción de la provincia, realizados a mayo del corriente año, daban en su gran mayoría márgenes negativos. Recién con la mejora de los precios de exportación que llevaron el valor del arroz cáscara a $3.000 por tonelada FOB molino, los márgenes comenzaron a salir del terreno negativo.

22 proarroz@proarroz.com.ar


Dado que no se esperan grandes cambios de las variables macroeconómicas ni del mercado internacional del arroz, es tiempo de trabajar en mejorar la competitividad de la cadena para asegurar la rentabilidad y retomar la senda de crecimiento, que el sector supo exhibir en el pasado. Hay tres aspectos salientes en los que se deberían volcar esfuerzos para solucionarlos y de esa manera ser más competitivos: Los rindes agronómicos provinciales Después de crecer sostenidamente durante veinte años a un promedio de 154 kg por hectárea y por año, los rindes promedios provinciales se han estabilizado en alrededor de 7.300 kg en los últimos cinco años. Este rendimiento actual, que es el que obtienen los productores, está muy lejos del rendimiento potencial estimado por el Dr. César Quintero (Factores Limitantes para el crecimiento y productividad del Arroz en Entre Ríos ) en 14.000 kg por hectárea. Dicha cifra fue confirmada por rendimientos obtenidos en parcelas experimentales en la campaña 2008-2009 (ECRR Zona Centro Norte, 1º época Resultados Experimentales INTA- Proarroz) donde la línea CR 1872 (Gurí INTA CL) alcanzó los 13.900 kg por hectárea. Según Quintero, de acuerdo con numerosas experiencias, es factible lograr a campo rendimientos que lleguen al 80% del rendimiento potencial. Rindes de 11 toneladas por hectárea son obtenidos por diferentes productores en diferentes años, sobre todo cuando el cultivo se implanta sobre suelo virgen o sobre praderas consolidadas.

Alcanzar 8.000 kg de rinde promedio implica hacer crecer las producciones un 10% sobre los rindes actuales, algo perfectamente factible de lograr, en la medida en que las acciones a realizar sean correctamente enfocadas. Si llegamos a esta meta, con el actual nivel de superficie sembrada de 70.000 hectáreas a nivel provincial, significa 50.000 toneladas adicionales que con un precio de U$S 200 por tonelada del arroz FOB molino, representa un ingreso extra para el sector de U$S 10.000.000 anuales.

Proarroz 23


Cultivo Obras de infraestructura en energía eléctrica, para cambiar la matriz energética de los sistemas de riego provinciales Cuando a mediados del año próximo quede concluida la

25.000 hectáreas de pozo que todavía se riegan con gas

obra de electrificación El Redomón – Paso Miraflores, que

oil, la pérdida de competitividad para los productores se

abarca la antigua zona arrocera del norte del departa-

estima en U$S 500.000 anuales.

mento Concordia y sur de Federación, la superficie re-

La magnitud de la cifra nos indica la necesidad de gestio-

gable con energía eléctrica en la provincia llegará a las

nar ante la Secretaría de Energía de la Provincia y Ener-

30.000 hectáreas aproximadamente. Esto representa el

sa, que se encaren obras largamente postergadas como

43% de la superficie que se sembró con arroz los últimos

Norte de Villa Elisa, Arroyo Barú – La Clarita y Villa Clara

años (+ - 70.000 has) en la provincia.

– Jubileo, mas ahora que la provincia tiene nuevamen-

Con el nuevo cuadro tarifario vigente, el riego de pozo

te acceso al crédito internacional de organismos como

profundo muestra que utilizar energía eléctrica es un

el Banco Mundial y el BID, muy convenientes tanto por

50% más económico que emplear gas oil, diferencia que

los plazos como por las tasas de interés a las que otorgan

representa $3.000 por hectárea. Con aproximadamente

los créditos.

24 proarroz@proarroz.com.ar


Disminución de los costos de exportación del arroz argentino

El arroz se exporta básicamente en bolsas de 50 kg elaborado, en barcos que pueden cargar hasta 30.000 toneladas y también en contenedores, tanto a países vecinos como a otros mercados. En los últimos años, estos costos se han encarecido en dólares por diferentes causas, como la rotura del muelle de carga del puerto de Ibicuy en el año 2012, que obligó al sector exportador a cargar parte en Concepción del Uruguay y a completar los barcos en puertos del río Paraná. También, los costos de exportación en contenedores se han encarecido fuertemente. Dado que estos mayores costos repercuten en todos los eslabones de la cadena, producción, industria, exportación, es necesario trabajar con autoridades nacionales y provinciales para disminuirlos, tarea larga, difícil, pero no imposible. Es de esperar que con la paulatina normalización de la economía; con una marcada caída de la inflación, con la reaparición del crédito para inversión productiva, podamos pensar en ser un país normal. Pero en un país normal, la búsqueda de la competitividad con aumentos de producción y baja de costos es una tarea continua que debe encarar toda cadena productiva para ser motor del desarrollo regional y colaborar para la recuperación de nuestro país.-

Proarroz 25


I ndustr i a

Federico Gadea “Estamos con un fuerte plan de apertura de nuevos mercados y generación de acuerdos bilaterales”. El presidente de la Cámara de Industriales Arroceros describe las líneas de gestión de la entidad, que se encuentra en un proceso de expansión nacional, y analiza los desafíos que enfrenta la cadena. Co mo pre side nt e de la C ám ara d e I ndustriales Arroceros, ¿qué actividades está impulsando a nivel institucional? En primer lugar, la Cámara está creciendo, hoy son más de treinta las empresas que la integran y podemos decir que más del 90% de la industria molinera está agrupada en la institución. Además, estamos en trámite para cambiar la razón social, que dejará de ser CIAER -Cámara de Industriales Arroceros de Entre Ríos- para llamarse CIAAR -Cámara de Industriales Arroceros de Argentina- y de esa manera tener una denominación más inclusiva, ya que además de Entre Ríos, agrupamos a molinos de las provincias de Corrientes, Chaco y Santa Fe.

Estamos trabajando en gestiones con el gobierno que tienen que ver con los altos costos de industrialización, la apertura de nuevos mercados, la mejora de la infraestructura y la logística. 26 proarroz@proarroz.com.ar

¿Cómo es la metodología de trabajo? Desde la Cámara, nuestro objetivo es reunirnos una vez por mes en pleno y cada diez días con la comisión directiva. Hemos avanzado en armar una estructura y un equipo de trabajo, con comisiones internas para distintos temas, como pueden ser mercados, puertos, asuntos gubernamentales, etc. Mantenemos fluida comunicación con los productores, tanto de Entre Ríos como de Corrientes, e integramos la mesa arrocera nacional para temas que atañen no sólo a la industria sino a toda la cadena. Desde la Cámara tenemos la intención de apoyar a todo el sector. Otro avance importante es habernos incorporado a CONMASUR -Confederación de Molinos Arroceros del Mercosur-, porque nos da otra perspectiva para la toma de decisiones de nuestra institución.

En mat eria d e exp ort ac iones, ¿ c ó m o s e v ienen d esarrolland o las g es t io n e s? Estamos trabajando bien, a partir del nuevo gobierno vemos un cambio de línea con respecto a los sectores


JUNTO AL PRODUCTOR EN TODAS LAS ETAPAS DEL CULTIVO

Vet. de Malvinas Juan Domigo Bessel 1058 - CP 3212 Los Charrúas - Entre Ríos - Argentina - TEL/FAX: 0345-4907093


I ndustr i a ¿Qué puede decir de la presente campaña?

productivos y específicamente sobre el arroz. Más allá de los logros, que aún faltan muchos, estamos en contacto permanente y percibimos buena disposición de parte del Ministerio de Agroindustria y de los organismos fitosanitarios. El año comenzó con una gestión muy interesante y pudimos sacar dos embarques a Colombia en febrero, cuando no había exportaciones. Ni bien Colombia abrió una cuota especial de importación, a raíz de los problemas de producción que toda la zona tropical tuvo este año, la Cámara se puso en marcha para gestionar el tema de los protocolos fitosanitarios con el Ministerio de Agroindustria, SENASA y Cancillería. Por distintas cuestiones y el alto proteccionismo de Colombia, había temas que resolver en relación a estos protocolos para que pudiéramos exportarles arroz. La verdad es que fue un trabajo interesante y una muy buena experiencia porque todos los sectores de las instituciones públicas se pusieron en marcha con eso y pudimos sacar en tiempo récord los protocolos, cuando nadie creía que lo íbamos a lograr. Ganamos un nuevo mercado y a principios de febrero salieron dos barcos, uno con 15000 toneladas y otro con 30000, y más adelante un tercero de alrededor de 10000 toneladas.

Venimos de un desequilibrio de costos muy alto, por tipo de cambio, por inflación interna, etc., que nos dejó totalmente fuera del mercado el año pasado, cuando no podíamos venderle arroz a nadie. El panorama mejoró un poco con el tipo de cambio pero los costos quedaron altos en dólares. La realidad es que estamos caros en cuanto a costos y a precio bajo. Esto demanda una solución a corto plazo si queremos ser competitivos. Con los números de hoy la producción no se puede manejar, y tampoco la industria, que hace grandes esfuerzos en pagar muchas veces más de lo que puede para sostener el sistema productivo. Esta campaña arrancó con un alto carry over, que después se equilibró por la salida de arroz y por una producción más baja que en años anteriores. La actividad de exportación se reactivó, pero aun sigue baja. El año pasado, nosotros anticipamos la caída de área que hubo, pero también es cierto hubo una caída de la productividad por una baja en la tecnología aplicada al cultivo. Y esto lleva a otro tema importante para mejorar que es la capacidad financiera de los productores. El productor no llega a tener el capital para producir todo lo que quiere producir, es un alerta que tenemos y que esperamos se pueda revertir.

¿Esperan poder abrir nuevos mercados para el arroz argentino?

¿Qué incluye la agenda de trabajo de la Cámara para el mediano plazo?

Estamos con un fuerte plan de apertura de nuevos mercados y generación de acuerdos bilaterales. Desde la Cámara vamos articulando con los organismos gubernamentales que corresponden, como la Secretaría de Mercados Industriales, SENASA y Cancillería, para apuntar a mercados objetivo, como el latinoamericano, que tiene un alto proteccionismo, y a otros mercados potenciales.

A niv el int e r no, ¿cuále s son los p rincipales te m as e n age nda?

A nivel interno continuamos con los mismos reclamos de siempre. Tenemos el costo de logística más alto de la región y en ese aspecto no se ven cambios significativos. Los transportes y los puertos de la Argentina son caros y nos dejan a todos un poco fuera del negocio, está muy ajustado el tema. La carga con contenedores a cualquier lugar a nosotros nos complica. El otro tema de permanente reclamo es el costo energético industrial, que ha subido muchísimo.

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Estamos trabajando en un sistema de datos profesional para elaborar estadísticas del sector arrocero argentino, para poder obtener datos certeros sobre el total de actores de la cadena, molienda, porcentaje de consumo interno y exportación, entre otras cosas.

Otro de los temas que nos ocupan es el trabajo de posicionamiento del arroz argentino como un arroz de calidad diferenciado. Y por supuesto velar porque esa calidad se cumpla en todos los procesos. Sabemos que no es fácil pero estamos convencidos del valor y la calidad de nuestro arroz.-


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Pensando la próxima siembra

Por el Comité Técnico de Fundación Proarroz

Para tener en cuenta:

ü

Comenzamos una nueva campaña, en la que las dificultades climáticas de este invierno han provocado preparaciones de cama de siembra en su mayoría tardías. Esto provocará una menor mineralización de la materia orgánica que obligará a ajustar los niveles de fertilización mediante el correspondiente análisis de suelo, debiendo tomarse las muestras en el período invernal. Las siembras óptimas serán aquellas que ubiquen la emergencia durante el mes de octubre y primera quincena de noviembre.

Recomendaciones para la próxima siembra:

ü ü ü ü ü ü

Previo a la siembra, y con los resultados de poder germinativo en la mano, el paso siguiente será lograr un correcto tratamiento de la semilla con los fungicidas y nutrientes recomendados. Prestar atención a que la temperatura de suelo en los primeros cm sea superior a los 13-15°C, sobre todo en los lotes que van a siembra directa. La siembra deberá tener la velocidad adecuada, entre 6-7 km/hora, procurando lograr el mejor contacto semilla-suelo que sea posible y el correcto tapado de la misma. La regulación correcta de la sembradora debe cumplir con estas premisas. En los tratamientos de control de malezas, tanto pre-emergentes como posteriores, se deben usar herbicidas registrados y respaldar su uso mediante la correspondiente receta agronómica. El control de malezas gramíneas es fundamental para obtener un cultivo limpio, evitando afectar el rendimiento y calidad del grano por cuerpos extraños. Una vez nacido el cultivo es recomendable el recuento de plantas, ya que una correcta densidad (200-250 plantas/m2) es condición previa de buenos rendimientos y ayuda al control de malezas. En estas etapas son fundamentales las recorridas frecuentes. Ajustados los niveles de fertilización, en caso de usar altas dosis de nitrógeno y según la fuente utilizada, se recomienda fraccionar las aplicaciones para disminuir las pérdidas por escurrimiento, volatilización y desnitrificación.

30 proarroz@proarroz.com.ar


Compartidas C a rg a d e o b a r ro z r u m l e n a Ira k e e d puerto n C o n c e p c ió y. a u g u r del U

V is ta d e l á re a d e e nsa y o s d e a rro z.

El campo en cosecha.

rim en ta l. Ta rd e en el ca mp o ex pe

Envianos tu foto junto al arroz en cualquiera de sus formas, con una anécdota divertida, los nombres de quienes aparecen y el lugar donde fue tomada, a proarroz@proarroz.com.ar, con el asunto "Compartidas" y salí en las próximas ediciones de la revista.

A punto d e a é re a s d e v o la r y h a c e r t o m l campo e a x p e r im e n s t a l.

Proarroz 31


Campo 360º

El caso Proarroz, ejemplo de innovación en las cadenas agrícolas argentinas Valentina Locher, una joven economista argentina que se doctoró en Economías Rurales en la Université de Toulouse, Francia, incluyó a Proarroz en su tesis doctoral como ejemplo de organización interprofesional de innovación agrícola y contribuyó así a la difusión internacional de la Fundación.

I

Investigar las cadenas agrícolas, y, específicamente los espacios de interacción y diálogo que motorizan el crecimiento dentro de las mismas, fue el objetivo que impulsó a Valentina a tomar contacto con Proarroz. Radicada en Francia, donde se encontraba realizando su doctorado, la economista había decidido trabajar sobre tres cadenas agrícolas argentinas para su tesis: arroz, girasol y soja, comparándolas e identificando sus organizaciones interprofesionales de innovación. “Se habla mucho de cadenas, pero lo que a mí me interesaba era saber si más allá de la idea que se tiene de distintos actores, que sí o sí tienen que intercambiar para cumplir con un proceso productivo, existían espacios de diálogo, de interacción humana donde estos actores se sientan a charlar”, explica. “Tomé contacto con la Fundación, empecé a indagar, y efectivamente me pareció que no había que dejar de prestarle atención, por lo que significaba para mis intereses científicos pero también para la realidad de las producciones regionales. La del arroz es una cadena chica en términos relativos respecto de otros cultivos, pero tiene otras fortalezas y eso le permitió seguir y crecer en momentos en que no es fácil. La forma en que se organizan sus actores, nucleados en Proarroz, era algo que había que analizar y comparar con otros casos para poner de relieve lo que significa. Y eso traté de hacer en la tesis”, agrega. Locher obtuvo la licenciatura en Economía en la Universi-

32 proarroz@proarroz.com.ar

dad Nacional del Litoral, y luego fue becada para completar estudios de posgrado en Francia, en la Université de Toulouse. Dice que “fue un poco una elección y un poco la oportunidad que se me dio. Ya en los últimos años de carrera había decidido que quería dedicarme a la investigación y había comenzado a trabajar con un grupo de investigadores en la UNL. Para eso tenía que continuar formándome y en ese momento, el grupo del que formaba parte participaba de un proyecto de la Unión Europea, que financiaba becas de formación en distintas universidades, entre ellas la de Toulouse. Siempre me había atraído Francia, por lo que significa para las ciencias sociales, por su idioma y muchas otras cosas, aunque nunca había ido. Así que allí fui, hice una maestría en desarrollo de los territorios rurales (2010) y luego, gracias a una beca de la UNL, pude realizar el doctorado”. Titulada “Organizaciones interprofesionales e innovación agrícola: entre lógicas globales y territoriales: el rol de ACSOJA, ASAGIR y PROARROZ en Argentina”, la tesis analiza el rol que estas organizaciones juegan en los procesos de innovación de las cadenas, así como los factores que influyen en dichos roles. La investigación, que se desarrolló en el marco de un programa de cooperación franco-argentino, se basó en entrevistas a actores realizadas entre 2011 y 2014, documentos institucionales de las organizaciones y el seguimiento regular de la actualidad y de las actividades de cada sector.


La cadena del arroz: dinamismo productivo y tecnología dominada por la lógica político-territorial Si bien la cadena arrocera no ocupa un lugar destacado entre los principales productos agrícolas y las exportaciones del país, es un cultivo muy importante para la región litoral argentina. Aunque no sin dificultades, y a diferencia de otros productos regionales, el arroz ha logrado aumentar su producción y resistir al avance de otros cultivos extensivos, especialmente la soja. Las mejoras en la productividad obtenidas últimamente pueden explicarse por el importante proceso de cambio tecnológico que atravesó esta cadena en los últimos veinte años. Las innovaciones introducidas corresponden principalmente a semillas que permiten obtener mayores rendimientos y un producto de mejor calidad, así como en técnicas de manejo de la producción. Sin embargo, a diferencia de los dos casos de la soja y del girasol, el papel de las empresas en la oferta de tecnologías es secundario. En efecto, el rol del INTA predomina en el desarrollo de semillas híbridas de arroz. Estos avances fueron y son financiados por Proarroz, la organización interprofesional de la cadena del arroz de la provincia de Entre Ríos. La investigación determinó que el perfil de Proarroz se diferencia del de las otras dos organizaciones por su significativa influencia en los procesos de innovación. Esta organización interprofesional se ubica al frente de dicho proceso, participando en sus distintas etapas. Este rol es reconocido por los actores de la cadena, quienes coinciden en asignar un papel clave a Proarroz en la puesta en marcha y el desarrollo del proceso de innovación. La participación de Proarroz en casi todas las etapas del proceso de innovación, a través de la financiación de las actividades de investigación del INTA y de las Universidades, la multiplicación de semillas y la difusión de las mejores

técnicas a los productores de arroz, determina su perfil claramente tecnológico. Se observó, en primer lugar, que en el caso del arroz, la lógica del capital está ausente. Sin embargo, esta cadena ha experimentado un acelerado proceso de cambio tecnológico. En segundo lugar, la tecnología de esta cadena fue desarrollada por las instituciones públicas articuladas y financiadas por Proarroz. Así, la organización interprofesional tiene un papel muy importante en el proceso de innovación. En Proarroz, la presencia entre los fundadores de empresas locales, de cooperativas y del gobierno provincial, muestra la importancia de las relaciones basadas en pertenencia territorial que sostienen la cooperación institucionalizada en la organización interprofesional. La institucionalización, a través de la legislación provincial, y la financiación, por parte del sector productivo de Entre Ríos, en su conjunto, refuerzan esta idea. “Creo que el caso de Proarroz se destaca porque ha logrado articular a actores (públicos y privados) que tenían diferentes recursos que puestos en común podían contribuir muchísimo al desarrollo de la cadena, y de hecho lo hicieron. Uno de sus puntos fuertes es mirar siempre al productor y pensar sus acciones desde esa óptica, eso no siempre ocurre en este tipo de organizaciones. Como particularidad, el hecho de que sea financiada en buena medida por el aporte del sector productivo, le genera un compromiso con los actores que creo que no existe en otras organizaciones”, concluye Valentina, que en la actualidad se desempeña como docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Litoral y es becaria postdoctoral del CONICET.

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Campo 360º

Disertantes de Proarroz en la Rice Marketing and Technology Convention

Livore

Durand

El Dr. Alberto Livore y el Dr. Alvaro Durand formaron parte de la convención con sus disertaciones sobre arroz

Cada año la Rice Marketing and Technology Convention reúne a numerosos exponentes del mercado internacional del arroz. En la última edición del evento, llevada a cabo entre fines de mayo y principios de junio de este año con expositores de primera línea, se desarrollaron temáticas tales como la importancia de la sustentabilidad en el cultivo, diversos aspectos de la producción de arroz orgánico, el desarrollo de nuevas líneas de trabajo del IRRI en arroz resistente a inundaciones y sequía y arroz no transgénico con la capacidad de germinar bajo agua, entre otros. En término de mercados, hubo minuciosos análisis internacionales, con la opinión general de que el mercado internacional se está fortaleciendo, aunque se espera que ese efecto sea corto y se debilite con la entrada del nuevo cultivo en Asia (principalmente en India), y la producción récord que se estima en los Estados Unidos. Entre los disertantes de Argentina, se destacaron el Ministro de la Producción de la provincia de Corrientes, Jorge Vara, el Dr. Alberto Livore, del programa de mejoramiento INTA-Proarroz y el Dr. Alvaro Durand, investigador de la Universidad de Arkansas y columnista de esta revista.

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Mejoramiento genético en arroz: ¿Estamos escuchando al consumidor?

E

l Dr. Livore disertó acerca de la importancia de escuchar al consumidor desde el punto de vista del mejorador genético de arroz. El destino final del esfuerzo del mejorador genético es satisfacer al consumidor, pues es él quien tracciona la cadena de valor de cualquier producto, en este caso, el arroz. No obstante, los mejoradores genéticos también deben dar respuesta a todos los eslabones de la cadena productiva y de transformación. A través de su presentación, Livore expuso las demandas de cada eslabón de la cadena de valor del arroz. El productor, entre muchas otras características, requiere una variedad que tenga buena y rápida germinación, alta tasa de crecimiento con bajas temperaturas, así puede sembrar temprano y lograr el establecimiento del cultivo en forma exitosa. Que macolle para producir buen número de panojas, que tenga resistencia a enfermedades, que tenga estructura erecta para aprovechar mejor la radiación, con resistencia a herbicidas para poder

controlar las malezas fácilmente, con resistencia al vuelco y tolerancia a la cosecha con baja humedad sin afectar el rendimiento industrial. Por su parte, el industrial requiere que el arroz sea lo menos abrasivo posible, que tenga un excelente rendimiento en el molino, produciendo un alto porcentaje de grano entero después de ser pulido, que no tenga granos defectuosos en tamaño y en su apariencia, como son los granos panza blanca y yesosos. El tamaño del grano después de pulido también es una exigencia, al igual que el grado de blancura y transparencia, entre otros atributos. Finalmente, el consumidor requiere calidad de cocción o lo que se denomina calidad culinaria. Y en este caso, ese atributo dependerá del hábito cultural del destinatario. Comunidades orientales prefieren el arroz que se pega , aunque el grano se debe mantener íntegro, con un brillo y humedad que permita ser saboreado en el paladar con una consistencia

Proarroz 35


Campo 360º blanda. Los consumidores de los países occidentales, en general prefieren el arroz que luego de cocinarse permanece suelto, seco y con una consistencia gomosa al masticarse. Así que de acuerdo con la preferencia, es que se debe producir la variedad. Y eso está determinado por variables físicas y químicas que deben tenerse en cuenta al momento de seleccionar genotipos en el campo y en el laboratorio. Es así que el fitomejorador de arroz debe ser un “Diseñador”, pues debe idear un tipo de planta, con una arquitectura que tenga buen funcionamiento y buenas características morfológicas para plasmarlo en lo que se denomina un “ideotipo”. Luego, debe ser un “Constructor”, pues debe ensamblar todos los genes que controlan esos atributos para terminar en una realidad que se denomina

el “genotipo” y finalmente debe ser un “Sastre” que logra ajustar el funcionamiento de esos genes en diferentes ambientes y obtener lo que se conoce como el “fenotipo”. Todos estos requerimientos, que deben ser cumplidos por la variedad, exigen del mejorador un conocimiento en áreas como bioquímica, fisiología, fitopatología, terapéutica, suelo, fertilidad y otras, para poder interactuar con los especialistas de cada disciplina. Pero existe un último requisito que condiciona al resto y es la

36 proarroz@proarroz.com.ar

calidad demandada por la industria y el consumidor. La calidad industrial y culinaria del arroz determina el éxito o el fracaso de la variedad, así como el valor de mercado en comparación con las otras variedades presentes. El mercado tendrá preferencia por aquella variedad que tenga mayor calidad y si hay precios diferenciales, esa variedad obtendrá los más altos y ventajosos. Por ello, en el programa de mejoramiento del INTA, en conjunto con la Fundación Proarroz, desde el inicio se priorizó sine qua non la calidad industrial y culinaria. Se obtuvieron así, el cultivar CAMBA INTA PROARROZ, luego se agregó la resistencia a herbicida y se liberó PUITA INTA CL con excelente calidad, a posteriori GURI INTA CL que superó el rendimiento del anterior con la misma calidad, y el cultivar de ciclo largo para el norte de la región arrocera ÑU POTI INTA CL. Todos con la máxima calidad industrial y culinaria además de la resistencia a herbicida. Los desafíos continúan para incorporar mayor resistencia a enfermedades, mayor potencial de rendimiento, pero siempre manteniendo la calidad. Para dar respuesta a esas demandas, se ha desarrollado una nueva línea promisoria que cumple con una mejora en la resistencia al quemado del arroz (Pyricularia oryzae) y tolerancia a bajas temperaturas en estado de plántula. Esta nueva línea cuyo nombre propuesto es MEMBI PORA INTA CL, aportará una alternativa para siembras tempranas, con mayor resistencia al quemado en el área de Entre Ríos manteniendo todos los atributos de rendimiento y calidad de las variedades antecesoras. Por último se ha desarrollado un nuevo ideotipo, que se denomina columnar y que contribuirá significativamente a superar el techo de productividad actual. Ese nuevo tipo de planta posee una arquitectura súper erecta tanto en su porte de planta como en sus hojas, color de hoja verde oscuro, hoja bandera superando al canopeo para proteger la panoja, mantiene su follaje verde aún después de la cosecha (característica Stay Green), grano de mayor peso, resistente a los linajes presentes de Pyricularia oryzae, altamente resistente a vuelco con un potencial de rendimiento de 14 tn/ha y excelente calidad molinera y culinaria. Esta línea, denominada columnar 2006 INTA, ya ha sido evaluada en diferentes latitudes demostrando un comportamiento superior en densidades de siembra con surco estrecho y está siendo mejorada con la característica de resistencia a herbicida. Se espera realizar su lanzamiento comercial en dos años aproximadamente, cumpliendo con las demandas del sector arrocero y sus destinatarios en el mercado de exportación.


Evaluación de la cadena arrocera cubana: oportunidades y desafíos para la producción local y las exportaciones El Dr. Alvaro Durand, a partir de su viaje de investigación a Cuba, durante el cual recorrió las principales zonas productoras y mantuvo reuniones con autoridades gubernamentales y no gubernamentales, elaboró una presentación sobre el sector arrocero de ese país. El objetivo del estudio fue evaluar la situación del mercado arrocero cubano, en particular las oportunidades y desafíos para la producción local y las importaciones. Los aspectos abarcados incluyeron la organización de la producción y del Estado en materia agrícola; los recursos disponibles y limitantes para la producción primaria; el desarrollo y la adopción tecnológica; el sector industrial, los canales de comercialización de arroz y la infraestructura. En la isla, la agricultura ocupa el décimo lugar en base a su contribución al PBI (3.7%) y es la segunda mayor fuente de empleo (19% de la fuerza de trabajo). Alrededor del 70% del área agrícola es pública. La producción arrocera

se realiza principalmente en tierras públicas (~85%). Toda la producción arrocera es irrigada, con 59 represas y 2.700 millones de m3 de agua disponible para arroz. Existen alrededor de 30 molinos de pequeña capacidad distribuidos en las principales zonas productivas, y se observa un importante proceso de inversión para la modernización de molinos y la expansión de la capacidad de elaboración (~50%). En cuanto a la estructura del mercado arrocero, todos los precios son establecidos por ley y el paquete tecnológico es definido a nivel nacional, observándose un muy buen margen económico promedio. Por otra parte, existe un alto nivel de subsidios al consumo. A raíz de este panorama, surgen interrogantes a futuro, como por ejemplo, si puede Cuba ser autosuficiente, o cuál sería el comportamiento de la demanda de arroz si se eliminara el Programa de Abastecimiento. -

Proarroz 37


Entrevista

Mario Eckerdt

“Soy un convencido de que nuestro arroz tiene un gran futuro, si logramos la competitividad con políticas de acompañamiento adecuadas" Radicado en Escriña, zona sur de la provincia de Entre Ríos, este arrocero de gran experiencia y profesionalismo asegura que cada zona “tiene su secreto” y espera que la situación mejore para poder volver a apostar al cereal, mientras se dedica a otros servicios y productos agrícolas. Usted está en una zona que no es fuerte en arroz, ¿qué lo motivó a ser arrocero? Yo empecé en el año ‘93, soy la tercera generación, desde chico lo tomé como algo natural. Primero empezó mi abuelo, después siguieron mi padre y mis tíos. Cuando papá falleció arrancamos con mi hermano con 85 hectáreas y ganadería, de ahí el logo de nuestra sociedad, con plantas de arroz y hacienda. Esta nunca fue la zona arrocera más importante, pero hasta hace algunos años había otros productores, más grandes o más chicos, que en su mayoría y por distintas circunstancias han dejado de producir. Se dice que la década del noventa fue tan mala, pero la verdad es que nosotros la extrañamos hasta el día de hoy. En esa época también teníamos tambo, pero en el ‘97 se vendió la parte de vacas para sembrar más arroz. Para nosotros los buenos años duraron hasta el 2005, fue el período en el que pudimos tener un mayor crecimiento. En el ‘98 hacíamos 400 hectáreas y

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logramos tener transporte propio. Al otro año se puso una secadora, se hizo una celda. Fueron años que no se han vuelto a repetir.

Además de productor, usted ha ocupado diversos cargos en organizaciones, ¿cómo ha sido su participación institucional? Participé durante muchos años de las reuniones de Proarroz, me acuerdo que se invitaba por radio, y después ya por mail. Creo que son buenas reuniones para el sector, el salón del Salto Grande se llenaba. Y en la Cooperativa de Urdinarrain estuve desde el ‘93 hasta el 2005. Arranqué como último vocal suplente, estuve varios años como secretario y llegué a presidente; hoy estoy retirado.

¿Cómo fue evolucionando su esquema productivo? Invirtiendo todos los años en equipamiento nuevo. Yo vi la época en que las taipas se hacían con peso humano y dos chapas. Se juntaban cinco o seis vecinos a fumar, a contar cuentos, y así recorrían la tierra, llegaban a la punta, se bajaban y daban la vuelta. El castigo más grande era manejar el tractor (risas). Siempre apostando a la tecnología, pudimos crecer. En un momento tuvimos hasta una perforadora para hacer pozos. En esa época teníamos personas que buscaban el agua con la vara, venían con piedras en el bolsillo, era toda una experiencia. Creo que cada zona y cada pocero tiene su secreto. Todavía hay perforaciones de la década del sesenta que aún se usan por acá. En el ‘99 alcanzamos un máximo de 485 hectáreas, siempre sembrando en esta zona. Alquilábamos los campos a plata y generábamos relaciones de largo plazo, lo que facilitaba mucho el trabajo y el manejo del tiempo. Por ejemplo, cosechábamos un girasol, se emparejaba la tierra, se le hacía avena y al 30 de septiembre se sacaban todos los animales, se movía la tierra, se emparejaba, se taipeaba y se sembraba. En servicios, llegamos a hacer secado con dos secadoras que compramos, también nivelación, ofrecíamos todo el abanico. En paralelo hacíamos girasol y ganadería. También al tener depósito

acá, hacíamos mucho warrant, con esa plata se pagaba lo que se debía. El resto iba a hacienda y con lo que se vendía de hacienda gorda se pagaba el combustible. Incluso llegamos a comprar gasoil con federales. Nos han tocado todas las crisis, hemos pasado ahogos financieros de aquellos.

¿ C o n q u é v a r i e d a d e s h a t ra b a j a d o ? Siempre doble carolina, Yeruá, oriunda de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de La Plata. Es una variedad que ya tiene treinta años en el mercado y hasta ahora no he encontrado nada que lo pueda reemplazar. Nosotros hemos logrado en Yeruá 10.000 kg por hectárea. Yo era chico y ya se hablaba del Yeruá, después salió el Blue Bell y para competir con éste surgió el San Miguel, pero los granos estaban muy separados. Después aparecieron El Paso, el Don Ignacio y el Don Justo, eran como un Blue Bell pero más sano, estable en calidad. así se lo trillara con 15 o con 22 de humedad. El productor que lo hizo, no sé si alguna vez trilló arroz con más de 17 de humedad, se sacaba seco de la planta por el costo del secado y aun así nunca tuvo severos problemas de calidad. En la campaña 97/98 hicimos un Don Juan que era hecho por el INTA Concepción del Uruguay y nos lo daban a los productores para que lo multiplicáramos. Era un arroz que andaba bien en calidad, hasta el día de hoy, el más rápido para nacer que he visto, pero quedó ahí, se discontinuó.

¿ E n a l g ú n m o m e n t o p e ns ó e n h a c e r l a p a r t e i n d us t r i a l ? Nunca quisimos ser industriales. Ser un productor eficiente y un comerciante eficiente no va de la mano. Al menos para mí ha sido así. Creo que al día de hoy, el arroz es el cereal con mayor desprolijidad en la parte de comercialización. Desgraciadamente es muy común que se den diferencias de humedad, de calidad o de kilos, son cosas que no le hacen bien al sector.

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Entrevista

¿Por qué decidió no sembrar este año? Este hubiese sido un año para hacer arroz, por el precio de la soja. el cambio de dólar y expectativas. Nosotros no conseguimos campo y además lamentablemente los costos siguen estando muy altos. La primera vez que dejamos de sembrar fue en 2003, en 2004 arrancamos con 300 hectáreas de vuelta. Pero año más complicado que el 2015 no hemos tenido. Antes se podía hacer un contrato a cinco años y presentando ese contrato en el banco se obtenía crédito. Nosotros en un momento llegamos a estar pagando créditos de cuatro perforaciones completas, con todo nuevo, motores, baterías, etc.; hoy esos motores están parados. Ahora estamos concentrados en soja, maíz y prestación de servicios como secado de granos, sorgo, maíz, para producciones de la zonas de Basavilbaso y Aldea San Antonio.

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¿ C u á l e s c re e q u e s o n l o s a sp e c t o s m á s u rg e n t e s q u e h a y q u e m e j o ra r e n el sector? El arroz necesita inversión permanente, cosa que lamentablemente hoy no es posible para el productor. Se necesita financiamiento a una tasa razonable y que bajen los costos. La tecnología está más accesible, en lo que es insumos para siembra, normalmente cuando lográbamos por dos kilos de soja comprar un kilo de fertilizante era buenísimo, y hoy se compra un poco más de uno. También ha aumentado la semilla, pero lo que más complica al sector es la parte previsional, el precio del combustible y los alquileres. Otra cosa que veo es un techo en los rendimientos. El arroz es un cultivo muy sensible, con muchas variables, como el riego, la humedad, el secado, la temperatura correcta del grano, etc. Hoy por hoy, a esta zona no le veo solución en cuanto al arroz, porque sí o sí hay que tener pozos eléctricos y la instalación. No han surgido arroceros nuevos en el último tiempo, ojalá cambie el panorama más adelante.-


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Los beneficios de asegurar el cultivo El representante de Victoria Seguros especializado en coberturas agropecuarias, detalla las características de los servicios que brinda la compañía para el cultivo de arroz Por lo general, para el cultivo de arroz el productor requiere la cobertura de granizo tradicional, a través de la cual se indemnizan los daños ocasionados por la piedra cuando los mismos superan el 6% de la suma asegurada. De manera adicional a esta cobertura y sin costo, Victoria Seguros cubre el incendio del cultivo hasta un tope indemnizatorio del 80% del capital asegurado, cualquiera resulte el origen del fuego -excluyendo hechos dolosos-. Coberturas y servicios adicionales La cobertura plena comienza cuando la planta encaña. En caso de daños tempranos, es decir desde que emerge hasta su encañazón, se incluye indemnización por resiembra a raíz de un siniestro cubierto, sin costo adicional y hasta el 20% del capital asegurado por hectárea. Dicho porcentaje indemnizatorio puede elevarse hasta un 40%, con costo adicional de extra prima, manteniendo el excedente de capital, 60 u 80% según corresponda, para el nuevo implante. La cobertura adicional más solicitada es el daño por viento, que ampara las pérdidas ocasionadas por acción directa de vientos fuertes. Esta cobertura adicional tiene un deducible a cargo del asegurado del 20% de la suma asegurada del lote afectado. Es ésta también una ventaja compara-

tiva de los contratos de Victoria, pues otras aseguradoras del mercado aplican el deducible sobre la totalidad de las hectáreas aseguradas en el contrato, que puede incluir varios lotes, lo que hace sustancialmente diferente el descubierto. Generalmente los clientes integrales contratan, inmediatamente a la cosecha, tanto el transporte de los granos a los acopios como la propia guarda, ya sea en silo-bolsas o en plantas tradicionales. En el caso de los silo-bolsas, la cobertura incluye las eventuales pérdidas por granizo, incendio, vientos, alcanzando la indemnización tanto el propio grano, como el costo de la bolsa y el reembolsado. Requisitos de contratación Debido al avance de la tecnología en los pronósticos de tormentas que cada vez resultan más precisos y con el objetivo de evitar cualquier tipo de especulación con la contratación del seguro, desde la campaña agrícola 2013/2014 los contratos de reaseguros internacionales han dispuesto en general una carencia de cinco días para el inicio de la vigencia. Sugerimos a nuestros clientes contemplar la contratación luego de la implantación, más aún, teniendo en cuenta la posibilidad de amparar la resiembra en caso de daño temprano, por lo que pierde sentido postergar la contratación hasta la encañazón

Productor-Asesor en Seguros

Juan Carlos Fernández,

de la planta. El transferir el riesgo climático deber ser considerado un insumo más, un costo directo, a la hora de evaluar la siembra. Datos de interés La última campaña finalizó con una siniestralidad aceptable del 60% para el arroz, que incluyó dentro de ese porcentaje un 20% de daños por viento. El resto fueron daños ocasionados por tormentas de granizo. En los últimos cinco años, las hectáreas aseguradas de arroz se han duplicado en nuestra operatoria. Incluso ha crecido exponencialmente la contratación de otros granos como girasol, maíz y soja a partir de nuestra Póliza Plus, que otorga cobertura plena a partir del nacimiento de la planta y ampara, además de la cobertura tradicional, la pérdida de rendimiento ante la resiembra determinada por el productor en la ocurrencia de un riesgo cubierto que afecta la sementera. Información de Contacto Además de sus locales institucionales ubicados en Concepción del Uruguay y Paraná, Victoria Seguros opera en todo el ámbito regional por medio de una importante red de profesionales del seguro matriculados en SSN.

Líneas comerciales: 0800 555 0164 y 0800 555 0664 Oficina en San Salvador: Juan Carlos Fernández. Don Feliciano Nº 237. (0345) 4910764.

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Historias de Campo

Jorge Menéndez Emprendedor de múltiples desarrollos para el sector arrocero argentino Por: Clarisa Fischer Fotos: Gentileza Jorge Menéndez

Socio fundador de Proarroz, promotor de importantes iniciativas para la consolidación del sector y siempre cerca de los productores, hizo posible que muchos pudieran instalar su primera represa y tener acceso a semilla fiscalizada, además de ofrecer una amplia gama de servicios para la actividad y trabajar de manera constante en la innovación en materia de arroz.

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ntrerriano, de Chajarí, Jorge Menéndez nació y se crió en esa ciudad del norte de la provincia donde comenzó desde joven a trabajar en el almacén de ramos generales de su padre. Poco a poco, se fue abocando a productos y servicios vinculados al agro. Inicialmente con un pequeño molino de harina de maíz, con el cual se convirtió en el primero en elaborar la polenta de cocción de un minuto, a mediados de la década de los sesenta. Ya entonces se evidenciaba su carácter emprendedor. Poco tiempo después inició su camino en el sector arrocero, brindando el servicio de industrialización del grano en molinos tercerizados.

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En aquel momento sólo existían dos molinos arroceros en Chajarí, que pronto no pudieron continuar cubriendo el volumen de arroz que Menéndez requería. Así, a principios de los setenta, adquirió un molino que trajo de Brasil y que instaló en los galpones del ferrocarril. “Les propuse un canje, no pagaba alquiler y todo el arroz que se podía distribuir a través de los ferrocarriles, se canalizaba por esa vía”, explica. Para 1975 el volumen excedía la capacidad del pequeño molino y tuvo la oportunidad de adquirir uno de los molinos de la ciudad con los que ya había trabajado. Comenzó una época de expansión y adquisición de infraestructura que culminó con la exclusividad para Menéndez de los molinos de la localidad. Desarrolló la marca propia Mucho Gusto e incorporó diversos servicios para el productor: fertilizantes, canje de combustible y servicio técnico.

Fotos pág. 42 y 43 Años atrás, en el campo de Guabirabí, provincia de Corrientes, donde se realizaron obras para plantar arroz.

La introducción de tecnología para el sector "A fines de los años '70, los rindes no superaban los 3000 kg por hectárea, y realizamos numerosos viajes de estudio y capacitación para poder mejorar la producción nacional", recuerda Menéndez. En 1978 realizaron un viaje a Texas por diez días para recorrer las arroceras americanas y aprender su funcionamiento. Ese aprendizaje y la paulatina introducción en el país de las variedades americanas permitieron un salto cuantitativo y cualitativo de la producción. "También fuimos a Uruguay, donde consultamos a los especialistas del INIA Treinta y Tres", relata. Con este equipo, logró dar inicio a un emprendimiento en un campo adquirido en la provincia de Corrientes, en la zona de la laguna Iberá. Inicialmente el proyecto era plantar 500 hectáreas en suelo correntino, con proyección a 5000, a partir de una visita de especialistas uruguayos que impulsaron este ambicioso proyecto. "A raíz de esta iniciativa, se organizó la primera reunión para productores arroceros en Chajarí, en la cual los especialistas del país vecino explicaron las características y oportunidades del emprendimiento; por supuesto, muchos dudaban, finalmente no pudimos concretarlo en esa extensión", explica Menéndez. Fue una década de viajes y crecimiento. A principios de los años '90, se contactó con el Dr. Alberto Livore y el Ing. Hugo Müller para el asesoramiento de cultivo en campos propios y para el desarrollo del que fue el primer

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Historias de Campo

semillero de arroz de la zona. Gracias al semillero comenzaron a ofrecer a los productores entrerrianos semilla fiscalizada por el INASE. También, tras instalar una represa con capacidad para regar 250 hectáreas en la estancia Monteverde, Entre Ríos, Menéndez decidió ofrecer el servicio de instalación de represas, que se financiaba a los productores con arroz. Este servicio se promocionaba mediante las reuniones que el empresario organizaba en San Jaime y Chajarí con los productores y representantes gubernamentales. "Siempre estuve cerca de los productores, y hoy puedo decir que en el noreste de la provincia hay 28000 hectáreas cubiertas con riego por represa", comenta. La cercanía con los productores puede definirse como un estilo de gestión, ya que Menéndez entendía que además de la relación comercial, era importante poder cooperar con sus clientes para desarrollar al sector. Las reuniones se institucionalizaron, una vez al año y con carácter abierto e inclusivo. "Éramos el Ing. Müller, el Dr. Livore y la empresa, atendiendo las consultas de los productores y tratando siempre de acercarles opciones para mejorar el cultivo de arroz, combinado con praderas para la producción ganadera", recuerda.

La conformación de instituciones y grupos arroceros A instancias de Menéndez, y tras varias reuniones mantenidas en su oficina, nació el Consorcio Arrocero del Litoral: cinco firmas arroceras entrerrianas que se unían para exportar el cereal. Lo integraban, además de Menéndez SAICA, Marcos Schmukler S.A., el Molino La Loma, Alberto María Challiol y Dos Hermanos. El empresario integró también el grupo de arroceros que impulsó, en una reunión en Asunción del Paraguay, la conformación del MERCOSUR, con el objetivo de mejorar las condiciones de exportación de arroz argentino a los países limítrofes. Sus gestiones llevaron a la obtención de un acuerdo para que Brasil autorizara la exportación de arroz a granel, modalidad que disminuía de manera significativa los costos de exportar en bolsa. “Nuestra intención era mejorar el costo para los productores, como también acercar las relaciones aduaneras con los países del MERCOSUR”. Más adelante, el Consorcio estableció un acuerdo de plantación mixta con Brasil, en Guabirabí, provincia de Corrientes. Allí, los integrantes del consorcio concretaron la construcción de la represa Guabirabí y constituyeron una sociedad con la que plantaron arroz en ese campo durante tres años. En paralelo, Menéndez estaba dedicado a otro proyecto que consideraba fundamental: la creación de la Fundación Proarroz y las gestiones para obtener el financiamiento de la institución mediante una ley provincial que abarcara a toda la cadena. “Para mí, es una gran satisfacción haber contribuido a generar la ley que logró que Proarroz pueda apoyar a la producción y mejorar la calidad de la semilla, en tiempos en que importábamos semilla de Uruguay. Hoy Proarroz no sólo es un ejemplo en Latinoamérica sino que además ha tenido una función importantísima para la cadena arrocera argentina”. El empresario también fundó y presidió el Consejo Empresario de la Provincia de Entre Ríos, con la intención de obtener mejores condiciones para el sector arrocero.

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Foto pág 45 Uno de los primeros materiales impresos para promocionar el semillero Monte Verde.


V iajes en familia y apr endiz aje c ontinuo Toma los viajes como una inversión y como una oportunidad de ver ideas nuevas que podrían traerse a la Argentina. Siempre que puede incluye a su esposa, Nélida, de quien afirma que “ha sido incondicional, el gran apoyo de mi vida”. Entre sus numerosas anécdotas, producto de estas recorridas por el mundo, señala un viaje que hicieron juntos a Japón, en la década de los noventa. Lo impresionó ver que todas las arroceras tenían un tamaño no mayor a veinte hectáreas, que cosechaban con máquinas manuales y que las industrias fraccionaban el arroz y lo envasaban al vacío en porciones, por el alto consumo per cápita que el cereal tiene en el país oriental. El contraste con la Argentina es notable, y Menéndez considera fundamental realizar un programa de promoción del arroz a nivel nacional. “Por lo menos, tendríamos que duplicar el consumo per cápita, para mejorar nuestra calidad de alimentación, cuidar nuestro bolsillo y darle ánimo a los productores para continuar con la actividad”. Hace dos años, decidió conocer China con su esposa y sus tres nietos mayores, en un viaje que combinó turismo y trabajo. Sus tres hijos forman parte de la empresa y acompañan a Jorge, que continúa trabajando todos los días. Su nieto mayor también está incorporado como gerente de producción. Si bien el molino se vendió, la compañía terceriza la producción de arroz en campos propios, elabora semillas e incluso cuenta con un emprendimiento de arroz ciento por ciento orgánico en un campo de Corrientes, con un modelo productivo sustentable. También se dedican a la ganadería y a la actividad forestal. “Con aciertos y fracasos, tengo una vida dedicada al desarrollo del arroz. Creo que hoy la clave es lograr volumen para disminuir costos y llegar al consumidor de la mejor manera posible, hay que seguir adelante, este maravilloso país ofrece diversas alternativas para poder llegar a abastecer muchas de las necesidades que tiene el mundo”.-

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