Mel 2101 - El cantante popular y la interpretación

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Con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes Con el aval de


Bélières, Patricia Nélida El cantante popular y la interpretación: una propuesta metodológica integradora de saberes / Patricia Nélida Bélières; Rodolfo Edmundo Sánchez; Alejandro Alberto Cancela; con prólogo de Teresa Parodi y Guillo Espel. 1a ed. - Buenos Aires : Melos, 2013. 148 p.: il. ; 24x17 cm. ISBN 978-987-611-320-5 1. Música. 2. Métodos de Enseñanza. I. Sánchez, Rodolfo Edmundo II. Cancela, Alejandro Alberto. III. Parodi, Teresa, prolog. IV. Guillo Espel, prolog. V. Título CDD 780.7

Ilustración de tapa: Rodolfo Sánchez

ISBN 978-987-611-320-5 By Melos Ediciones Musicales S.A. © Copyright 2013 by Melos Ediciones Musicales S.A. - Buenos Aires - Argentina. Todos los derechos de la presente edición y revisión están reservados Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723.


Comentario de Lilián Saba

Actualmente la estimulación constante de imágenes y sonidos y el consumo permanente suele sumergirnos en lo fugaz, superficial, ruidoso y confuso. Entre tanta aceleración y aturdimiento, frecuentemente miramos sin ver, oímos sin escuchar, nos aislamos en un medio que parece conectarnos con todo y olvidamos al niño que fuimos una vez... Frente a este panorama, tres reconocidos Maestros de Canto, Teatro y Percusión –Patricia Bélières, Alejandro Cancela y Rodolfo Sánchez– se reúnen para hacernos reflexionar acerca de la interpretación en el canto popular y juntos proponen al arte como camino interminable para encontrarnos a nosotros mismos y de allí comenzar a redescubrir el mundo que nos rodea. En esta búsqueda profunda y comprometida, los cuatro elementos –Tierra, Fuego, Agua y Aire– guiarán el proceso vocal, corporal, emocional y creativo en el que el Silencio también será un actor indispensable. Lilián Saba, enero 2013



Carta de Teresa

Lo dice claramente Lilián Saba: “...tres reconocidos maestros del canto, el teatro y la percusión se reúnen para hacernos reflexionar acerca de la interpretación del canto popular... y nos proponen al arte como un camino interminable para encontrarnos a nosotros mismos...”. A eso me movió inmediatamente este bienvenido trabajo conjunto. A repensarme como música, como intérprete del canto popular que he heredado como otros y al que le debo mi propia historia. Es decir, mi tramo en la huella. En este tiempo donde la cultura de lo efímero parece haber ganado espacio, gracias a la eficiencia del metamensaje de los medios hegemónicos, este libro lleno de conceptos con una gran honestidad artística nos propone detenernos y escucharnos y volver a dialogar buscando y encontrando el alma de lo que somos. Que Rodolfo Sánchez siga desde él diciéndonos su pensamiento lúcido y comprometido con la belleza y la ética, que Patricia Bélières nos declare su convicción y su experiencia fecunda, que Alejandro Cancela nos aporte su conocimiento profundo de lo corporal en la interpretación y que los tres juntos nos inviten a mirar desde otros lugares infinitos y ciertos la posibilidad de ser mejores intermediarios, me parece absolutamente extraordinario. Hacen falta estas voces, estos sentires, estos hallazgos, estas certezas, estos interrogantes, estas búsquedas, estas ilusiones, estos amores, estas intensidades. No debemos perderlas. Debemos anotarnos entre sus afines y leerlos con vocación de discípulos. Saludo con fervor y alegría este libro que considero necesario. Los cuatro elementos –tierra, fuego, agua y aire– se entrecruzan para reunirnos en un todo con la naturaleza de nuestro canto más ancestral en estas páginas. Que más pedir sino escuchar lo que han venido a decirnos con conocimiento y amor. Gracias por eso, gracias. Teresa Parodi, febrero de 2013 PD: Rodolfo, amigo querido, nunca hiciste nada “de la boca para afuera”; por eso nos dejaste esa tu mirada luminosa clavada definitivamente en nuestros corazones. Fuiste y sos exactamente lo que Patricia dice en este libro: un “maestro que tuvo el


arte de escuchar”. Seguirás habitando esos espacios colectivos que compartiste porque necesitabas de los otros. Seguirás “oyendo crecer el pasto, respirar al grillo, al árbol...” Te queremos. Nunca se borrará tu huella en nuestra huella. Teresa


A Iris Guiñazú, maestra de la vida y del arte. Patricia

A Carlos Lagos, de quien aprendí que las naranjas son el alma. Alejandro



Nuestro amor y reconocimiento a Rodo, que termin贸 de escribir y se fue a chacarerear con las estrellas.



Agradecemos

Al Fondo Nacional de las Artes, por el apoyo que nos dieron para realizar la investigación. A Teresa Parodi, una mujer extraordinaria y una intérprete como pocas –sin medias tintas– que sabe decir y qué decir con su canto. A Lilián Saba y Guillo Espel –músicos y maestros de excelencia– por haber confiado en nuestro proyecto y por ser tan buena gente. A Susana Rinaldi, Leopoldo Federico y Horacio Malvicino, por el reconocimiento a nuestro trabajo. A Patricia Graetzer, por su apertura a todo lo nuevo. A Alejandra Fuente y Patricia Rossi por su tiempo, su paciencia con las relecturas y su amistad incondicional. A Karina Nisinman, por su grandeza de alma y por ayudarnos a abrir puertas. A Maxi Dronzek, Roberta Córdoba, Mabel Rodríguez, María Antonia Policicchio y Cecilia Abad, por entregarse a trabajar con pasión los temas musicales analizados en nuestro libro. A Alejandra Russo, por estar siempre dispuesta a dar. A Renata Parussel, Daniela Cesario, Laura Peralta, Cecilia Gauna y Alicia López, por su generosidad. A Ana María Montes, Irma, Susana, Alberto y Mariano, del Centro Cultural Recoleta, por su ayuda y apoyo permanentes. A las fotógrafas Myriam Suetta y María Cristina Arriagada. A todos nuestros alumnos. Sin ellos, este libro no existiría. A nuestros hijos, Ezequiel y Maxi Dronzek, Catalina Cancela y Julián Sánchez. Para ellos, como siempre, todo nuestro amor. A nuestras familias y amigos. A Jorge, por estar siempre. A todos nuestros MAESTROS.



¿Quiénes somos?

Patricia Bélières1 y Alejandro Cancela2 son los fundadores de la “Escuela de Interpretación Bélières-Cancela” que trabaja en base a un hilo conductor: los cuatro elementos en el cuerpo y en la voz. La formación en la Escuela consta de tres niveles anuales básicos que proponen una “inmersión artística” –canto, ritmo, danza sobre centros de energía y juegos teatrales– facilitadora de la exposición, la expresión y la interpretación. Al finalizar cada nivel, se realizan muestras en salas teatrales, con músicos profesionales que acompañan a los alumnos. En los niveles superiores, se proponen investigaciones y creación de espectáculos de carácter musical-teatral. Patricia y Alejandro dictan a su vez los seminarios de introducción “Tierra, fuego, agua y aire en el canto” tanto en Buenos Aires (Centro Cultural Recoleta, Ecunhi, Espacio Solar) como en el interior del país así como seminarios intensivos de interpretación para cantantes e instrumentistas y talleres de rítmica fonocorporal para cantantes, instrumentistas y actores. En el año 2009, convocaron al prestigioso percusionista y maestro Rodolfo Sánchez3, quien aportó su saber y enorme experiencia a nivel de lo rítmico y de lo interpretativo. En octubre de 2011, los tres autores ganaron la Beca Grupal del Fondo Nacional de las Artes que hizo posible la escritura de este libro. 1 Patricia Bélières es cantante y discípula de Iris Guiñazú, creadora de la Escuela de Canto Esencial. Su formación con Patricia Graetzer (método Rabine) abrió nuevas posibilidades de integración de metodologías del canto. Estudió teatro para cantantes con Alejandro Cancela y se formó en Centros de Energía con Gladys Zeigner, discípula de Hugo Ardiles. Realizó presentaciones de sus discos tanto en Argentina como en México y Uruguay. Es también Máster en Didáctica, egresada de la Universidad de Franche-Comté (Francia). Página web: www.patriciabelieres.com.ar 2 Alejandro Cancela es actor, director y diseñador en Comunicación Visual, egresado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata. Se formó como actor en el mítico Taller de Investigaciones Dramáticas (TID) de La Plata dirigido por Carlos Lagos. Participó de diversos cursos y seminarios, entre otros, el Seminario de Técnicas Actorales, dictado por Francis Piardelhon y Julia Varley (Odin Teatret). Fue docente de Teatro para cantantes en los talleres de Patricia Ferro Olmedo, de Guillermo Rozenthuler, Alejandra Fuente y en la Escuela de Músicos Musineira que coordinan Daniela Cesario e Inés Bayala. 3 Rodolfo Sánchez –integrante del trío Carnota– fue uno de los más grandes percusionistas de nuestro país. Realizó numerosas presentaciones en el país y en el exterior (España, Rumania, Italia, México, Austria, Canadá). Acompañó a cantantes como Silvia Iriondo, Susana Moncayo, Suna Rocha, Nacha Roldán, Jairo, Pedro Aznar y Mercedes Sosa. Fue ganador de dos premios Gardel junto a Juan Falú y Willy González.


Correo electrónico: la.interpretacion@gmail.com Facebook: Escuela de Interpretación Bélières-Cancela Página web: www.elcantoylainterpretacion.com


Prólogo

Parecería que cantar o interpretar mediante el canto fuera una “aptitud” que sólo algunos tienen y pueden desarrollar profesionalmente, según sus “condiciones naturales” y su “sistematización en el estudio de las reglas y el aprendizaje logrado”. Suena poco amable y algo dogmático, pero, al menos en occidente, lo antedicho se ejerce como una verdad incuestionable. En términos más simples, los oyentes evaluamos críticamente a los cantantes según aspectos de valoración convencional estigmatizados en conservatorios, y aptitudes que le atribuimos al arte de cantar, como una “correcta” afinación, una emisión y un volumen, la dicción y el color, además, claro, del gusto personal, tan variable como el timbre de esa voz, como la interpretación, como el vestido que lleva puesto la intérprete, o sencillamente, el humor que tengamos ese día… Sin embargo, podríamos también, y con el mismo rigor, contradecir o refutar lo que hemos planteado: el canto es también de todos y es un ejercicio universal y a la vez único de la especie humana. No hay pueblo sin canciones, y el canto es el soporte físico de la canción en el mundo. Aun en las tribus más primitivas (algunas desprovistas de instrumentos) existen canciones bien definidas. El origen del canto es contemporáneo al origen del lenguaje y cohabita con la existencia humana. En varios idiomas y dialectos (chino y lenguas africanas, por ejemplo), el significado de cada sílaba varía según la altura en la que se la pronuncie. Las inflexiones de sonidos, así como su altura y su duración, atributos que asignamos naturalmente al canto, son igualmente constitutivos del habla. En la mayoría de las culturas, los recién nacidos, luego infantes, acceden al universo simbólico mediante cantos provistos por sus progenitores, quienes, muy lejos de preguntárselo, adoptan ese mecanismo para trasmitir y generar comunicación y afecto con sus descendientes. Así, la comprensión y la aprehensión del habla, la construcción del lenguaje en el sujeto, se articulan casi sin excepción con el canto. El amor, principio elemental e irreemplazable de la supervivencia humana y social, fluye, se nutre, se construye con herramientas tan inherentes a la condición humana como la mirada, el gesto, la lactancia materna, el calor corporal, la palabra… el canto. Ahora bien, la sistematización del canto parece ser otra condición natural, del mismo modo que la constitución del símbolo lo es del lenguaje. Esta


sistematización del canto (o de la lengua) se encuentra en la combinación del sentido del ritmo, de las alturas (notas) y en la transformación de estos elementos en formas métricas reglamentadas (los idiomas o dialectos hablados). Así aparecieron seguramente los primeros motivos, frases o incisos, y se expusieron nuevamente a combinaciones más complejas. Esta condición métrica y su teatralidad allanaron el camino para que el habla se constituyera en poesía y prosa, así como sus inflexiones, alturas, variaciones rítmicas e intensidades dieron origen a la canción (motivo). Toda esta alquimia resulta en la canción originaria, cantada en solitario, y deriva en la canción primitiva social, cantada al unísono y sin acompañamiento. Basándonos en estos conceptos, nada más alentador que saber que aparecen nuevos trabajos como “El cantante popular y la interpretación”, una profunda y original reflexión, una metodología integradora de los saberes necesarios para el cantante popular, de la mano de Patricia Bélières, Alejandro Cancela y Rodolfo Sánchez. Al decir de ellos mismos: “Una cantante y docente de canto; un profesor y director de teatro y un maestro percusionista: tres experiencias diferentes y, a la vez, muy cercanas. Tres ángulos de una misma visión. Y una misma pregunta: ¿cómo formar a un intérprete…?”. Los tres autores nos instalan en la mejor dialéctica posible: la mirada propia, incisiva y persistente de la especialización de cada uno de ellos. La coincidencia abismal y certera de los tres en la conceptualización. Y el marco general sobre el ejercicio universal del canto. Todo el espectro interno y la puesta en acto externa, que derivan en la interpretación de canciones populares mediante la voz humana. El ámbito expandido de la aprehensión interna necesaria y la emisión exitosa de esa dinámica rumiante entre la obra, el cuerpo propio y el receptor de esa interpretación. Patricia Bélières, poniendo énfasis en la búsqueda del sonido (universo) propio y así encontrar nuestros orígenes para lograr la emisión del sonido más vital y sensible a la propia historia, que nos define como intérpretes. Rodolfo Sánchez, estimulando la audición de la naturaleza, la no pertenencia que tenemos de ese campo sonoro, para respetarlo y agregarnos a su comportamiento desde lo rítmico. Alejandro Cancela, integrando nuestro ser corpóreo, la teatralidad, el gesto de la interpretación, derivando en el juego expresivo originario, aquel que cuando niños, no cuestionábamos. Los tres juntos, desarrollando este maravilloso universo en el que nos sumergen, con la apreciación de los cuatro elementos (tierra, agua, fuego y


aire) y un preciso quinto elemento resignificado en el valor del silencio como fuente de expresión. El hábitat de estos elementos en el cuerpo, en la voz, en la memoria, en la cicatriz del tiempo, en la interpretación. Su puesta en práctica y en ejercitación mediante canciones emblemáticas de nuestro acervo cultural; mediante la comprensión ineludible de las formas rítmicas, danzas y estilos de nuestros ritmos autóctonos, para, desde allí, “decir” con el lenguaje de lo aprehendido, de lo vivenciado, de lo colocado en diferentes áreas del cuerpo. La teatralidad necesaria para saber que de lo que se trata es de representar aquello que se ha admirado, ensoñado, desde un juego que luego hemos ordenado y que se presenta en este método, provisto de saberes que exploraremos de por vida, que interpretamos desde la dinámica de estar vivos y alterando nuestra historia a cada instante, con ese mismo ensueño, con la dolencia, con los amores. Es tan claro y lúcido este ámbito de construcción sonora e interpretativa en los autores de este trabajo, que, conforme a sus conceptos y ejercicios prácticos (por entero anclajes de lo teorizado), el círculo se cierra con la experiencia de alumnos que detallan casi desde ese “juego expresivo” lo acontecido en su propio universo, con la dinámica que les propone “El cantante popular y la intepretación” de Bélières, Cancela y Sánchez. Celebro con marcada alegría que tres de las personas que transitan nuestro tiempo en una de las grandes ciudades de occidente, se rebelen, como niños, frente a la urgencia del mundo para pensar, poner en palabras y ejercitar esta manera de concebir la vida, esa condición que sin edades ni formas nos iguala en el canto. Guillo Espel, enero de 2013



Índice

La interpretación, un universo inexplorado ............................................................ 21 ¿Qué clase de intérprete queremos ser? .................................................................... 22 No todo nos da lo mismo .................................................................................................. 24 Una estética y una ética compartidas ......................................................................... 26 Tejiendo la trama: los tres ángulos ............................................................................... 27 El Canto: la búsqueda del sonido propio .................................................................. 28 El Ritmo: la estructura que libera ................................................................................. 30 El Teatro: el juego expresivo ............................................................................................ 32 Los cuatro elementos: el hilo conductor de nuestro HACER ........................ 35 La visión occidental y oriental ....................................................................................... 36 Los cuatro elementos en Bachelard ............................................................................. 38 ¿Qué son los Centros de Energía? ................................................................................ 42 Los cuatro elementos en una pedagogía de la interpretación ...................... 47 Un “quinto” elemento: el Silencio ................................................................................. 53 Explorando y experimentando ese universo. Seminario intensivo: la práctica .................................................................................... 55 Descripción y fundamentación ..................................................................................... 56 Apertura .................................................................................................................................... 58 La Tierra ..................................................................................................................................... 59 El Fuego ...................................................................................................................................... 66 El Agua ....................................................................................................................................... 71 El Aire .......................................................................................................................................... 75 El Silencio activo .................................................................................................................... 79 Los ejercicios rítmicos ......................................................................................................... 81


Los cuatro elementos en los ritmos folklóricos argentinos: Su abordaje para el trabajo de interpretación ........................................................ 91 Una reflexión ........................................................................................................................... 92 Baguala ....................................................................................................................................... 95 Malambo .................................................................................................................................... 96 Chacarera ................................................................................................................................... 97 Zamba ......................................................................................................................................... 98 Cueca ......................................................................................................................................... 100 Chamamé ................................................................................................................................ 101 Reflexiones .............................................................................................................................. 102 Los cuatro elementos en canciones de autores argentinos: un análisis para el abordaje de lo interpretativo. ............................................... 103 Las cuatro capas ................................................................................................................... 104 El alazán ................................................................................................................................... 108 Irupé ........................................................................................................................................... 116 El seclanteño .......................................................................................................................... 122 Al Jardín de la República ................................................................................................ 127 Regreso a la tonada ............................................................................................................ 133 Conclusión ................................................................................................................................. 138 Testimonios de alumnos .................................................................................................... 140 Bibliografía ................................................................................................................................ 147



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Testimonios de alumnos

“Siento que fue una integración entre cuerpo y mente. Hasta que no entré en ese espacio, en ese juego, no me di cuenta de lo disociado que estaba. Trabajar con cada elemento fue una manera de ubicar esos aspectos en el cuerpo, y vincularlos con una emoción. Al enfocarme sobre cada elemento, pude descubrir tanto facilidades como dificultades, un cierto desequilibrio, ya que me volcaba demasiado al elemento aire, sin tener casi un apoyo sobre la tierra. Descubrí que el aire sin la tierra no es nada. La posibilidad de interactuar entre los dos elementos es lo que aporta un equilibrio, una riqueza no sólo emocional, sino también visual y vocal. Entré al seminario porque quería cantar, y terminé descubriendo algo más. Quien quiera entregarse al juego de hallar en su propio cuerpo y en su voz los elementos vitales, sin dudas descubrirá una propuesta única”. Gastón “La modificación más grande fue a nivel de la conciencia de lo que estaba pasándome en el momento de enfrentarme a un auditorio. Transitar el seminario re-dimensionó el contacto con mi propio cuerpo y las herramientas técnicas y expresivas que tengo al alcance en el mismo momento de cantar. Creo que el elemento Tierra era el que menos tenía a mano y a partir del seminario comencé a buscar otra ‘parada’ en mi desempeño, a reasegurar mi ‘piso’, en todos sentidos”. Alex “El seminario me ayudó a reconocer espacios propios, no conocidos hasta entonces. Me modificó en el decir. Sirve para ponerle color a lo que se está diciendo y a concentrar la energía. En lo particular, la tierra me ayudó a definir mis espacios, y a hacerme presente; en cierta forma a hacerme cargo del lugar que ocupo y defenderlo. En lo artístico, a darle presencia a lo que canto o actúo, a ser más consciente de lo que muestro y a tener un piso, para poder después crecer, pero con las raíces bien echadas. MEL 2101


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El fuego me ayudó a poder jugar más, a romper estructuras, a aflojar, a liberar y a que entre y salga energía desde ese lugar haciendo todo más fluido. En cuanto al agua, el seminario me ayudó a distinguir el elemento para sacarlo cuando no debe estar, para no empastarlo con los otros elementos. Y cuando está, ¡poder decirlo desde ese lugar, llena de emoción! El aire es un elemento con el que comulgo; el seminario me enseñó que también es bueno dejarlo y bajar cada tanto. En lo artístico, creo que en lo que más me ayudó es en el decir”. Christianne “Cuando los profesores nos proponen situarnos con el cuerpo en determinada energía (digamos Tierra) se comienza recibiendo este estímulo con la cabeza, y se va haciendo con la intención el pasaje hacia el cuerpo, ayudados por el modo sugerido y por el empuje del trabajo grupal que estimula. Estimula por un efecto contagio tanto en los gestos como en la trasmisión de una energía grupal que es visible y se va instalando hasta que cada uno en su medida logra sentir eso: en este caso Tierra. Una vez allí se disfruta o se padece, o un poco de cada cosa y se retiene en la memoria porque muchas veces se va a apelar a este recurso desde la memoria para convocar estos estímulos. Después de que el camino ha sido allanado, se puede volver a recorrer con mayor facilidad. Pero siempre es como un descubrimiento dentro de uno mismo. Sentirse en Tierra o en Agua es descubrirla por dentro. Y eso genera la alegría del descubrimiento. Habrá molestias pero estará siempre presente, porque es como en la infancia, se busca experimentar y con ayuda, nosotros lo logramos”. Susana “En primer término, el seminario me permitió identificar y relacionar distintas cuestiones que hacen al hecho artístico con los cuatro elementos esenciales de la naturaleza: tierra, fuego, agua y aire. De algún modo, la imagen que uno tiene de cada uno de ellos, los convierte en algo tangible”. María “Los cuatro elementos constituyen un lenguaje que se aprende como tal, con palabras, gestos, sonidos, con el cuerpo, para comunicarse y vivirlo. Por ejemplo, rápidamente si me dicen “esta parte de tu canción va en tierra” yo MEL 2101


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capto el idioma y sé para dónde vamos con eso. Me afirmo con los pies, uso otro espesor en el sonido, pienso de un modo firme y el cuerpo lo manifiesta. Lo mismo con el agua; hago por dentro una conexión emotiva con lo que canto y dejo que eso fluya. El fuego sale con su connotación de seducción o de pasión (la que fuere) en todo lo que se puede teñir de ese color. Y en el aire se aligera la carga y se lee como liviano; lo que venía siendo arrastrado se eleva”. Alicia “Para mí el seminario fue un trabajo fuerte y revelador. En primer lugar, respecto de la movilidad y flexibilidad del cuerpo. Los ejercicios de centros de energía fueron trayendo conciencia de las diferentes zonas del cuerpo que se activan y que deben estar disponibles al cantar. También, la coordinación que aportaron los ejercicios de ritmo me parecieron reveladores; es como una forma de tener disponible la intuición y dejar de lado la cabeza; aprender que el cuerpo sabe y que tiene una experiencia musical más allá de los conceptos racionales. También fueron muy buenos los ejercicios teatrales para dejar de lado la estructura corporal que uno trae y que practica cotidiana y constantemente y para ser más conscientes del concepto de estar en escena: una realidad diferente. Tendría que destacar la importancia de trabajar en grupo, el sostén para ir animándose uno a explorar lo interno. El seminario vino a cubrir una búsqueda que uniera lo corporal con la escena y lo vocal, es decir, ser uno entero y entonces saber qué se hace con las manos, con la mirada, con la intención, cómo moverse además de afinar y decir la letra”. Mabel “Observo –y lo pongo en presente porque es un proceso en continuo– cómo el cuerpo empieza a despertarse: siento cómo una mano se comunica con los ojos, las piernas con la columna, la columna con la respiración, y así sucesivamente, todos en conjunto, acercándose a una forma a través de los movimientos para llegar a un lugar, detenerse y volver a empezar con otro objetivo. Una modificación permanente, incorporando y soltando, sintiendo que voy perdiendo los automatismos, los movimientos clichés”. Leticia

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“Con los elementos aprendí un nuevo lenguaje: la tierra me da apoyo, estabilidad, seguridad. Cuando tengo que cantar alguna nota alta difícil o hasta decir algo complicado, busco este elemento, es muy importante. El fuego es pasión, fuerza, calor. Pero es mucho más que movimientos de cadera o una mirada fogosa. Creo que todas las canciones tienen algo de fuego; lo bueno es poder exteriorizarlo desde lo más íntimo, sin temores. Es un elemento que me da mucha fuerza y energía. Cuando se unen Tierra y Fuego, el cuerpo explota. El agua es emoción, entrega, centro. Está presente cuando la voz sale desde el pecho, desde mi escondite íntimo para entregar a quienes escuchan mis sentimientos, y descubrir mis emociones… El aire es liviandad, diversión, juego. Lo vivo cuando la canción me permite divertirme con las letras, con los sonidos, con los movimientos. Me da la posibilidad de volar sin límites. Hace tiempo que estoy intentando encontrar una forma de mejorar mi expresión, en todo sentido, y creo que encontré el camino para lograrlo. Ha sido casi mágico, porque haciéndome recordar juegos, he logrado recuperar formas de expresión más auténticas y poder disfrutar de ellas. En las horas del seminario, olvido el cansancio del día, gracias a los juegos, a los trabajos y a todo lo que allí hacemos con el grupo, sin que se transforme en una terapia grupal. Para mi es fundamental, ya que formamos un grupo de trabajo donde no dejamos que interfieran las historias personales de cada uno. Es un espacio para jugar, trabajar, aprender, expresarnos, disfrutar, lo que nunca se olvida. A través del seminario pude comprender que cantar no tiene que ver solamente con la garganta, sino con nuestra voz inmensa que muchas veces está callada. Fundamentalmente sentir con cada parte de mi cuerpo lo que canto y buscar la forma de transmitirlo libremente, sin perder la esencia de cada canción”. Alejandra “En mi experiencia personal, el seminario me permitió hacer posible una visión artística. Verme a mí misma como poseedora de cualidades valiosas que podían abrirme camino a la posibilidad de hacer arte. También me habilitó a dejarme llevar creativamente, dado que provenía de actividades y entornos más rígidos y académicos; encontrarme con la dinámica de trabajo MEL 2101


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de los seminarios fue toda una sorpresa. ¡Una grata sorpresa! Y un gran movimiento de apertura interior... Desde lo expresivo, los cuatro elementos me permitieron jugar del modo más realista, ¡y luego volver a ser yo! La tierra me conectó con la agresividad, con el poderío más intrínseco del hombre, con la rivalidad más primitiva y egoísta. Y también me permitió pararme, plantarme en el escenario y sentar una base sólida desde la cual comenzar cualquier trabajo. Enraizarme para trabajar, cambiar el foco de atención y evitar que los pensamientos se me vayan por antiguos caminos de inseguridad y temor a mostrar lo que pueda salir de mí. El fuego me permitió jugar y divertirme con la posibilidad de ser sensual sin estar atravesada por la culpa y la censura social. Me hizo evidente que hay belleza en todas las personas, independientemente de su apariencia, si es que están conectados con lo bello que pueda salir de ellos y lo permiten. También hizo accesible conectarme con la ira, la furia y el descontrol que puede habitar al hombre y convertirlo en un ser irracional. El agua... me dejó abandonarme a la sensibilidad más pura, tanto al amor, a la alegría, como a la pena, la angustia... y poder nadar en ellos y atravesarlos, disfrutarlos, sin necesidad o temor de explotar o desgarrarme. El aire... ¡me habilitó a jugar del modo más infantil! A volver a ser una niña y meterme a fondo en una historia ficticia, sea evocación, recuerdo, fantasía. A dejar salir, contra toda crítica consciente, lo que venga de mi interior, que será verdadero en la medida en que lo deje fluir, y será válido siempre como piedra fundamental sobre la que comenzar a construir. Y reitero, para todos los elementos: puedo localizarlos en el cuerpo, en lugares concretos, para desde ahí, trasladarlos a la voz y a movimientos naturales y específicos que enriquezcan mi representación. El trabajo del seminario es, ineludiblemente, un trabajo personal. Si bien se trabaja todo aquello que contribuye a la construcción/develación del artista (desde lo corporal, el juego, la voz, la exposición paulatina, la representación), indirecta y necesariamente se trabaja sobre uno mismo, sobre las propias inhibiciones, temores e inseguridades que obstaculizan la valoración y el quehacer personal. Y ése es un trabajo gratificante. Quien encuentre que este tipo de actividad le “prende”, puede aventurarse a jugar más y continuar explorando ese camino inagotable que será muchas veces muy duro, con MEL 2101


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enojos, lågrimas y desencuentros, pero que ha de hallar en la constancia y el compromiso los frutos del esfuerzo: el estar orgulloso del arte que uno hace�. Roberta

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