3 minute read

Ucrania: corrupción y negocios con el enemigo

El presidente ucraniano y su entorno no sólo siguen comprando diesel a Rusia sino que se han quedado con al menos 400 millones de dólares del dinero que EEUU ha enviado al país invadido por Putin para que siga funcionando.

Quien hace tan grave acusación es el periodista de investigación estadounidense Seymour Hersh, el mismo que denunció la responsabilidad directa de EEUU y Noruega en la voladura de los gasoductos del Báltico para cortar definitivamente el suministro de gas ruso a Europa.

Advertisement

Según ese premio Pulitzer de periodismo, conocido por sus pasadas revelaciones sobre otras acciones ilegales del Gobierno de Washington, generales y altos militares ucranianos han creado sociedades pantalla para revender parte de las armas y municiones que reciben de los países de la OTAN.

La sonada destitución de una decena de funcionarios por el Gobierno de Zelenski se debe, según las fuentes consultadas por Hersh, a presiones directas de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.

Según esas mismas fuentes, hay diferencias entre la Casa Blanca de Joe Biden y los servicios de inteligencia, que

360 GRADOS no consideran que el secretario de Estado, Antony Blinken, y el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, estén a la altura.

Los servicios de inteligencia, escribe Hersh, se preguntan, por ejemplo, qué se propone el presidente Biden con el envío a Polonia de la división aerotransportada 82 o el de la brigada de la división 101 a Rumania.

Se ignora si esos efectivos están allí para participar en unas maniobras de la OTAN o para servir como unidades de combate de la Alianza en caso de que ésta decida hacer frente a los rusos en suelo ucraniano.

La acusación más grave de la que se hace eco el periodista es la de que el Gobierno de Zelenski ha utilizado el dinero de los contribuyentes estadounidenses para pagar el diesel que importa de Rusia, el país enemigo.

«Zelenski compra gasóleo a los rusos a precio reducido mientras que nosotros pagamos el gas y el petróleo. Putin y sus oligarcas están ganando millones», se quejó a Hersh un funcionario de los servicios de inteligencia de Washington.

Según cálculos de la CIA, los fondos desviados por el entorno de Zelenski ascienden a al menos 400 millones de dólares, y hay expertos norteamericanos que comparan el nivel de corrupción existente en Ucrania con el de Afganistán aunque reconocen que no habrá nunca en el primer país una auditoría seria.

Varios ministerios del Gobierno de Kiev «compiten literalmente entre sí» en la creación de sociedades pantalla que se dedican a firmar contratos con traficantes de armas de todo el mundo para la venta de municiones y armamento.

Muchas de esas sociedades están en Polonia y la República Checa, pero se cree que hay otras en el Golfo Pérsico y en Israel. Incluso no sería de extrañar que algunas estuviesen en las islas Cai- mán y Panamá y que tuviesen cómplices en EEUU.

Europa, ahora valoro y quiero mucho más a mi país.

Yo no tengo hijos, así que mi mantra para dejar huella en este mundo es intentar cada día ser mejor persona, y para ello utilizo mis ganas de ayudar y tener empatía. Desde brindar una sonrisa diaria, a hablar con las personas que están en la calle para que no se sientan fantasmas, a colaborar con la ONG Málaga Acoge en el departamento de Comunicación. Cada vez que hago una entrevista a un voluntario o a una persona que recibe los servicios de la ONG, me siento tan feliz y admirada de que haya personas que empleen su tiempo para ayudar a otros. Málaga Acoge significa para mí la ilusión y esperanza: Ilusión de formar parte de un grupo tan diverso, multicultural y que produce una sinergia muy positiva para todos, y esperanza de saber que nuestra sociedad puede ir a mejor, puede seguir creciendo y evolucionando para bien.

Cuanta más gente pueda aprender a ser solidaria y dar algún tipo de ayuda desde el corazón, más posibilidades tendrán de ser felices, porque la vida está llena de claro oscuros, y sólo depende de nosotros pintarla de colores a través de buenos gestos, que no necesitan ser grandes acciones, pero al ser buenos con los demás, también estamos siendo buenos nosotros mismos y creando buena energía y felicidad a nuestro alrededor.

En una reunión celebrada en Kiev el pasado enero, el director de la CIA, William Burns, abordó el tema de la corrupción directamente con Zelenski, a quien presentó una lista de treinta y cinco generales y altos funcionarios a los que sabían involucrados.

Burns explicó a Zelenski que otros altos militares y funcionarios de su Gobierno estaban furiosos por la que consideraban excesiva avidez del Presidente pues se estaba quedando «con una parte del dinero desviado mayor que la que les llegaba a los generales».

Zelenski respondió diez días después de aquella reunión a las presiones de Washington despidiendo públicamente a diez de los funcionarios señalados por la CIA, pero no hizo mucho más.

La respuesta poco convincente de Zelenski y la dejadez de la Casa Blanca es para muchos un signo más de falta de liderazgo, algo que está llevando a una «ruptura total de confianza» entre la Casa Blanca y miembros de la CIA.

Las fuentes de Seymour Hersh critican también la «falta de experiencia, de juicio y de integridad moral» de Blinken y Sullivan, a quienes acusan de «mentir y a inventarse historias».

Esa ruptura de confianza entre la Casa Blanca y los servicios de inteligencia se remonta al pasado otoño cando Biden ordenó en secreto la destrucción de los gasoductos del Báltico, algo que no había tratado antes con aquéllos.