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Un lienzo para los cocteles creativos

| POR ELYSE GLICKMAN |

¿El vodka es el “vestido negro imprescindible” o la “camiseta blanca sencilla” del guardarropa de un barman? ¿Sería justo decir que algo está de regreso si en realidad nunca desapareció? A medida que se desarrollaba el panorama de la coctelería artesanal en las dos primeras décadas de este siglo, ciertas bebidas alcohólicas tuvieron sus momentos bien definidos, yendo desde el ajenjo y el mezcal hasta las ginebras y los whiskies a pequeña escala. Sin embargo, los bármanes expertos tenían vodkas a la mano porque sabían que eran un elemento esencial que no podía faltar y que combinaba con casi todo, justamente como una de esas camisetas blancas sencillas.

Al inicio del movimiento de la coctelería artesanal hace entre 15 y 20 años, un vodka de calidad decente era la bebida alcohólica que todo el mundo prefería en los locales. No obstante, cuando la coctelería artesanal atrajo a clientes más temerarios, los restaurantes mexicanos y latinos se centraron en versiones de mayor calidad de bebidas alcohólicas autóc-