BY LOLA GARCÍA-AJOFRÍN
Dicen de él que es el heredero Kapuściński. Un Willy Fog moderno. Un trotamundos. Jon Lee Anderson (California, EEUU, 1957), el popular periodista de The New Yorker, recién llegado de Haití –suspendió su última conferencia en Barcelona para cubrir la brutal tragedia— nos recibe en una de las salas del edificio de Caixa Forum de Madrid, donde acaba de pronunciar una conferencia para chavales de la ESO, dentro del ciclo ‘Encuentros con compromiso’, que organiza la Obra Social de la entidad. A peores batallas se ha enfrentado en su carrera. Sonríe amable. Nadie diría que este apuesto norteamericano, de traje ceniza y cabello de un largo mesurado ha narrado tres décadas de conflictos armados por medio mundo. El popurrí de acentos le delata. Nos da las “buenas tardes” en un castellano pulcro, pero particular, que parece la muestra permanente de los incontables sellos de su pasaporte.