Economía Anti-Patriarcal 1

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RESENTACIÓN

El documento que tenés entre manos pretende ser una herramienta de análisis sobre las formas en que podemos PROMOVER, GARANTIZAR Y DEFENDER LOS DERECHOS ECONÓMICOS DE LAS MUJERES. Desde la necesidad de aplicar una mirada de DERECHOS HUMANOS (QUE NO PUEDE SOSLAYAR LAS PERSPECTIVAS DE GÉNERO Y FEMINISTA) para lograr una transformación sistémica hemos intentado ofrecer un espacio para la reflexión cuyos objetivos son:  poner en el centro la SOSTENIBILIDAD DE LA VIDA y los derechos de las mujeres,  reconocer el ESTATUS DE LAS MUJERES COMO ACTORAS ECONÓMICAS,  difundir el PENSAMIENTO ECONÓMICO FEMINISTA,  e incorporar una mirada crítica sobre las iniciativas de desarrollo, teniendo a la EQUIDAD DE GÉNERO como una cuestión central para que la JUSTICIA SOCIAL sea posible. Esta tentativa es tanto una propuesta de reflexión, como de ACCIÓN, de la que queremos destacar dos experiencias clave producidas por ACSUR: la elaboración de unas “REIVINDICACIONES FEMINISTAS PARA UNA CIUDADANÍA TRANSFORMADORA”, con la colaboración de HEGOA (INSTITUTO DE ESTUDIOS SOBRE DESARROLLO Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL DE LA UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO), y la elaboración de un pliego de propuestas para promover “UN LUGAR JUSTO PARA EL EMPLEO DEL HOGAR Y SUS TRABAJADORAS”, coordinadas por UN-INSTRAW. Las publicaciones que documentan ambos procesos están disponibles en la página web de ACSUR.

PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DEDICADAS AL TRABAJO

DOMÉSTICO

ESPAÑA EXTRA-

TOTAL

DOMÉSTICO

DOMÉSTICO

VARONES MUJERES PROMEDIO

17:44 28:52 23:18

22:34 15:32 19:03

MÉXICO EXTRA-

TOTAL

DOMÉSTICO

40:18 44:24 42:21

09:57 46:01 27:59

23:44 14:52 19:18

33:41 60:53 47:17

Fuente: REVISTA DE ECONOMÍA CRÍTICA, nº 6. Enero de 2008, pp 145-170.


cuadernillo de PEDAGOGÍA INTEGRADORA (PARA TODXS Y TODXS) sección FEMINISMO NO SEXISTA, SOCIAL Y POPULAR

LOS DERECHOS ECONÓMICOS DE LAS MUJERES: UNA ECONOMÍA SOBRE LA VIDA

por ASTRID AGENJO CALDERÓN & CRISTINA SANTILLÁN IDOATE Realización y edición original: ACSUR-LAS SEGOVIAS, 2012 / www.acsur.org Asociación para la Cooperación con el Sur-Las Segovias ISBN: 978-84-695-2975-1 RECONOCIMIENTO – COMPARTIR IGUAL (BY-SA): Se permite el uso comercial de la obra y de las posibles obras derivadas, la distribución de las cuales se debe hacer con una licencia igual a la que regula la obra original. Diseño interior, cubierta y maquetación de esta versión: GON-SATUR, 2013, www.gonsatur.blogspot.com Tapa (collage e intervención): BIZARROSA (imágenes originales: GERD ARNTZ) Difunde por el Río de la Plata: BIBLIOTECA POPULAR LOS LIBROS DE LA BUENA MEMORIA EDITORES MATRERXS www.laBiblioPop.blogspot.com / difundí, copiá, agregá, modificá… labibliopop@gmail.com la creación, la producción cultural son patrimonio de nuestro pueblo


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN I. ¿PARA QUÉ Y PARA QUIÉNES ES ESTE ESTUDIO? II. DESDE DÓNDE MIRAMOS III. CÓMO HEMOS TRABAJADO IV. TRABAJANDO CON LIMITACIONES PERO SOSTENIÉNDONOS EN SÓLIDAS MULETAS

V. ESTRUCTURA DEL ESTUDIO 1. POSICIONANDO Y REIVINDICANDO LA IGUALDAD DE GÉNERO Y LOS DERECHOS ECONÓMICOS DE LAS MUJERES EN LA AGENDA DE LA COOPERACIÓN AL DESARROLLO I. CUESTIONANDO LOS MODELOS DE DESARROLLO PARA ASEGURAR LA IGUALDAD DE GÉNERO Y LOS DERECHOS DE LAS MUJERES

II. AVANZANDO LOS DERECHOS ECONÓMICOS DE LAS MUJERES: INSTRUMENTOS

III.

Y COMPROMISOS A NIVEL INTERNACIONAL Y LATINOAMERICANO A. ÁMBITO INTERNACIONAL B. ÁMBITO LATINOAMERICANO LA IGUALDAD DE GÉNERO Y LOS DERECHOS ECONÓMICOS DE LAS MUJERES EN LA COOPERACIÓN ESPAÑOLA AL DESARROLLO

2. PROPUESTA TEÓRICA Y METODOLÓGICA I. ALGUNAS CONSIDERACIONES BÁSICAS EN TORNO A LA ECONOMÍA FEMINISTA A. RASGOS CARACTERÍSTICOS DEL DISCURSO ECONÓMICO CONVENCIONAL B. ECONOMÍA DE GÉNERO C. ECONOMÍA FEMINISTA D. ¿CUÁLES SON LAS LIMITACIONES Y SESGOS QUE SEÑALA LA ECONOMÍA FEMINISTA AL DISCURSO CONVENCIONAL? II. CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LAS DISTINTAS CORRIENTES

III.

DE PENSAMIENTO ECONÓMICO FEMINISTA A. ECONOMÍA FEMINISTA DE LA CONCILIACIÓN (EFC) B. ECONOMÍA FEMINISTA DE LA RUPTURA (EFR) HERRAMIENTA METODOLÓGICA


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LOS DERECHOS ECONÓMICOS DE LAS MUJERES: UNA ECONOMÍA SOBRE LA VIDA por ASTRID AGENJO CALDERÓN & CRISTINA SANTILLÁN IDOATE

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NTRODUCCIÓN

El modelo socioeconómico neoliberal dominante, basado en la opresión y la exclusión, niega la dimensión política del ámbito privado/doméstico y la relación de éste con la vida, los trabajos, los derechos de las personas y, por ende, su relación con el desarrollo. En este contexto, el progresivo proceso de reducción del objeto de estudio de la economía al ámbito público de lo mercantil ha provocado una invisibilización analítica de los roles, espacios, intereses y actividades que históricamente se han asignado a las mujeres. Ello ha dado lugar a unos esquemas interpretativos que “ofrecen una visión desfigurada de la realidad, ya que esconden una parte importante de los procesos fundamentales para la reproducción social y humana sin los cuales el mercado ni siquiera podría subsistir” (Carrasco, 2009: 174). Así, las actividades no mercantiles de las mujeres ni se ven, ni se pagan, ni se protegen y, ni mucho menos, cuentan en el desarrollo. No obstante, en el contexto actual de crisis multidimensional, están cobrando impulso nuevas propuestas teóricas y de medición que tratan de replantear el desarrollo (y la economía en sí misma) desde una perspectiva más amplia que incorpore tales aspectos y afronte las limitaciones de unos supuestos económicos irreales y excluyentes que dibujan un sistema económico cada vez más mercantilizado y menos social. En este sentido, tanto la Economía Feminista como otras ramas de pensamiento económico crítico, están llevando a cabo un profundo cuestionamiento del sistema socioeconómico en su conjunto y del propio proyecto modernista en

torno al desarrollo, el cual equipara bienestar con crecimiento -y progreso con industrialización y desarrollo tecnológico-, y deja en un segundo plano las condiciones de vida y los derechos de las personas. Asimismo, propuestas de corte más activista como el decrecimiento (procedente del ecologismo social) o de política aplicada como el “buen vivir” o “vivir bien” (sumak kawsay en kichwa en Ecuador y suma qamaña en aymara en Bolivia, ambos recogidos en sus constituciones) están abriendo radicales debates éticos en torno a ello, denunciando que el proceso de valorización de capital se está dando a costa de la explotación, tanto de los recursos naturales, como de la vida humana misma (Pérez, 2011). En lo que respecta a la Economía Feminista, las ideas del bienestar humano y la calidad de vida vienen debatiéndose desde hace años. Y si bien no es una rama de pensamiento monolítica, sí hay un amplio acuerdo a la hora de situar las condiciones de vida de las personas, mujeres y hombres, en el centro del sistema y como fines en sí mismas para, a partir de ahí, reclamar sus derechos bajo criterios de universalidad e igualdad -en la diversidad-. Por su parte, la cooperación internacional y española al desarrollo también han abordado ampliamente la mejora de las condiciones económicas, pero pocas veces se han obtenido resultados emancipatorios para las mujeres. A pesar de los esfuerzos y demandas de distintas personas y organizaciones por un nuevo modelo de desarrollo centrado en las personas, las estrategias de la Cooperación Española se han guiado mayoritaria-


4 mente por las pautas del discurso económico convencional, centrándose en las mujeres exclusivamente como un medio para el desarrollo –como productoras y a partir de sus responsabilidades con la familia-, pero no como un fin en sí mismas; es decir, sin incidir en su derecho a la autodeterminación y en su libertad para tomar decisiones. En concreto, ACSUR-Las Segovias ha constado que las prácticas de los actores de la Coope1 ración española, oficial y privada , se han demostrado poco transformadoras de las desigualdades entre géneros y poco exitosas en promover el empoderamiento y la autonomía de las mujeres tanto en los países 2 empobrecidos como a nivel del Estado español. Una de las razones que estaría en el fondo de este problema es la ausencia de formación en teoría y praxis feminista del personal de las distintas entidades del sistema de la cooperación española al desarrollo. Ello se extiende al ámbito de los derechos económicos, ya que existen pocas pro1

Los actores de la cooperación española al desarrollo son un gran número de organismos y personas con funciones, prácticas y discursos diferenciados y en muchos casos contrapuestos. Por un lado están las poblaciones y Estados que recibe la ayuda y por otro, los actores en España que llevan a cabo “Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD)” (instituciones públicas de distinto tipo) y “Ayuda Privada al Desarrollo” (Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo/ONGD, fundaciones, empresas, etc.)

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Existen varias denominaciones (países desarrollados, en vías de desarrollo y subdesarrollados; primer y tercer mundo; países ricos y países pobres; países centro y países periferia; países del Norte y países del Sur, entre otras). Nosotras utilizaremos la diferenciación Países empobrecidos y Países enriquecidos, que explicita el componente relacional y la interdependencia entre unos países y otros: empobrecidos para el enriquecimiento de otros y enriquecidos a costa del empobrecimiento de otros.

puestas para la promoción de prácticas transformadoras (desde un enfoque feminista y de derechos humanos), y el personal directivo y técnico probablemente desconoce cómo hacerlo. Además, se tiene poco acceso a información sobre experiencias prácticas de promoción y defensa de los derechos económicos desde las organizaciones feministas y de mujeres. I.

¿PARA QUÉ Y PARA QUIÉNES ES ESTE ESTUDIO?

ACSUR-Las Segovias justifica la elaboración de este estudio desde la percepción de una necesidad de reflexión y de mejora en las prácticas de la cooperación española desde un enfoque feminista y de derechos humanos, y más específicamente de derechos económicos. Por todo ello, los objetivos que se persiguen son, por un lado, clarificar y aportar un marco teórico y conceptual para el trabajo en la promoción de los derechos económicos de las mujeres desde una perspectiva feminista y de derechos humanos. Y, por otro, rescatar y visibilizar experiencias de organizaciones de mujeres y feministas de El Salvador, Nicaragua, Bolivia y el Estado español, y hacerlo de manera que se muestren todos los logros y limitaciones que implican en términos de los derechos de las mujeres. El fin último es sensibilizar al mayor número posible de personas que trabajan en cooperación sobre la necesidad de prestar atención a estas cuestiones, y sobre la necesidad de hacerlo desde un enfoque feminista, como una herramienta ideológica reivindicativa que permita lograr la plena ciudadanía de las mujeres. Más allá de los actores españoles involucrados en cooperación al desarrollo a los que originariamente va dirigido el estudio, es voluntad del equipo investigador y de ACSUR-Las Segovias, hacer de este diagnóstico y sus propuestas una herramienta útil para las organizaciones de mujeres y feministas, las cuales, en su afán y compromiso por transformar la condición y posición de las mujeres, están ideando discursos y prácticas para generar las condiciones para una vida


5 digna de ser vivida. Pretendemos que el diagnóstico sirva a las organizaciones de los cuatro países de estudio para seguir reflexionando, construyendo y proponiendo, pero también queremos que organizaciones de otros países puedan servirse de los aportes y aprendizajes de este proceso de investigación. A todas estas personas y organizaciones queremos reconocerles sus esfuerzos y agradecerles la confianza y calidez con que nos abrieron las puertas de sus organizaciones y compartieron esfuerzos, ilusiones y frustraciones. II. DESDE DÓNDE MIRAMOS Los estudios feministas en economía han supuesto, desde sus inicios, un cuestionamiento constante sobre cómo se ha construido la disciplina, permitiendo sacar a la luz la doble exclusión a la que han sido sometidas las mujeres en tanto que sujetos que la estudian y como objetos de estudio. Esta ausencia de las mujeres en la economía ha estado socialmente condicionada por factores de género, lo cual ha tenido un gran impacto sobre los problemas tratados, los métodos planteados y los resultados obtenidos. De esta forma se ha impuesto una visión androcéntrica que no incluye “lo femenino” y que considera que los problemas que afectan a los hombres pueden extenderse al resto de la humanidad, sin dar cabida a lo problemático para las mujeres, sus actividades, sus usos del tiempo, sus modelos de percibir y sentir, y las lecturas que hacen de la realidad. A partir de este cuestionamiento, la Economía Feminista aspira a renovar la disciplina utilizando categorías analíticas y de interpretación -tales como el género, el androcentrismo, o el patriarcado-, que posibilitan una manera de interpretar la realidad económica en la que las mujeres no están ausentes. Las reclamaciones que se hacen en este sentido son, en primer lugar, que las mujeres también son capaces de crear conocimiento y elaborar discurso económico. Y, en segundo lugar, que son agentes sociales activas y, por tanto, es necesario que la economía estudie su presencia como tales.

Pero es aquí donde surgen dos cuestiones fundamentales a partir de las cuales los enfoques van a diferir: ¿Quién es ese sujeto “la mujer” cuya experiencia económica buscamos conocer? ¿Y cómo vamos a llevar a cabo el estudio de dicha experiencia? Por un lado, hay enfoques que sostienen que “la mujer” es un sujeto homogéneo caracterizado por una experiencia común de opresión y, por tanto, con una identidad colectiva. Por otro lado, hay enfoques que consideran que esta noción es limitada, en el 3 sentido de que esa pretensión de sororidad universal entre las mujeres es falsa debido a que existen múltiples diferencias entre ellas por razón de clase, etnia, edad, diversidad 4 funcional y sexual, estatus migratorio, etc. Es decir, se defiende la idea de un sujeto político más complejo y menos esencialista. Desde esta última perspectiva es de la que partimos para el presente diagnóstico. Y en este sentido, el reconocimiento de las diferencias entre mujeres parte de un cuestionamiento sobre nuestra propia situación como investigadoras. Es decir, nosotras estamos situadas en una realidad social particular, con unos cuerpos que se insertan en un sistema de relaciones sociales concreto, y con unas identidades que van a condicionar 3

La sororidad define la hermandad y complicidad entre mujeres que por el hecho de serlo han experimentado de un modo u otro la discriminación y la opresión. A través de este hermanamiento, las mujeres aprenden a reconocerse “a través de la mirada y la escucha, de la crítica y el afecto, de la creación, de la experiencia” de otras mujeres. (HEGOA y ACSUR Las Segovias, 2010: p.27)

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Este concepto, acuñado por el Foro de Vida Independiente, hace referencia a lo que comúnmente se conoce como discapacidad física o intelectual. Frente a la idea negativa de falta de capacidades incluida en el concepto de discapacidad, trata de recuperar el valor positivo de la diversidad, cuestionando la frontera entre lo normal y lo diferente. (Pérez y López, 2011:20)


6 de modo latente toda la investigación: tanto la selección de las organizaciones cuyos discursos hemos considerado relevantes, como nuestras hipótesis previas, y los medios de contrastación que hemos considerado adecuados. Por ello, nuestra propuesta parte de la construcción de conocimientos situados5, reconociendo que nuestras afirmaciones se localizan en un momento histórico y cultural concreto y, por tanto, asumiendo la parcialidad y la responsabilidad que eso supone. III. CÓMO HEMOS TRABAJADO El presente diagnóstico se ha basado en un análisis de los discursos y prácticas de las organizaciones seleccionadas en función del grado en que modifican el discurso económico convencional. Ese ha sido el criterio elegido a la hora de diferenciar entre los análisis de corte más integrador o reformista, de aquéllos más rupturistas o transformadores. La herramienta teórica de partida para esta reflexión nos la proporciona la clasificación que realiza Amaia Pérez Orozco en torno a las corrientes de pensamiento económico feminista (Pérez, 2006). La autora distingue entre Economía Feminista de la Conciliación (EFC) y Economía Feminista de la Ruptura (EFR), utilizando como criterio clasificador el grado en que una y otra corriente modifican los discursos económicos convencionales: así, la EFC se caracteriza por ofrecer una reformulación del discurso económico dominante a partir de la integración de nuevos conceptos y métodos provenientes del feminismo, mientras que la EFR propone una ruptura central, ofreciendo un punto de vista alternativo y transformador. Es necesario señalar que, aunque de forma teórica existan unas diferencias conceptuales y metodológicas fundamentales, lo cierto es que en la práctica -y concretamente en relación al tratamiento que dan a los derechos económicos-, no es fácil distinguir estos enfoques en las organizaciones porque a 5

“Situated Knowledges” (Haraway, 1991).

menudo utilizan parte de los dos. Es decir, los discursos de la EFC y la EFR no son excluyentes sino que se aprecia una constante retroalimentación entre ambos. Por ello, el objetivo último es extraer sus complementariedades y fortalezas a la hora de hacer frente a los retos que se plantean en la promoción de los derechos económicos de las mujeres. Queremos señalar que la elaboración del presente diagnóstico se ha planteado en torno a tres principios básicos: la flexibilidad, la circularidad del proceso, y la reflexividad permanente de las investigadoras respecto a la información proporcionada por las organizaciones. Esto supone que, si bien la investigación se plantea desde un enfoque concreto, éste ha permanecido abierto a incorporar aspectos emergentes que pudieran matizar y reorientar el marco teórico diseñado. Por ello, el trabajo de campo ha sido una toma de contacto fundamental; rescatar los aprendizajes en la aplicación de la perspectiva feminista en la promoción de los derechos económicos de las mujeres, teniendo en cuenta estrategias y propuestas de organizaciones diversas, nos ha permitido clarificar las posibilidades del marco teórico previo. Se ha tratado, por tanto, de un proceso dinámico cuyas etapas han estado en continua retroalimentación. Éstas han comprendido la compilación y revisión documental; la realización de entrevistas en profundidad a organizaciones de mujeres y/o feministas, ONGD e informantes clave en El Salvador, Nicaragua, Bolivia y el Estado español; y, el análisis comparativo respecto al marco teórico. IV. TRABAJANDO CON LIMITACIONES PERO SOSTENIÉNDONOS EN SÓLIDAS MULETAS Por un lado, la sistematización por países no se ha abordado con toda la profundidad que se hubiera requerido puesto que, debido a las limitaciones de tiempo y presupuesto, el trabajo de campo en cada país se vio reducido a 15 días. Ello implicó que hubiera que establecer una agenda de trabajo


7 muy concentrada, limitando el tiempo para la ubicación y la observación, así como para establecer relaciones de confianza de cara a las entrevistas y, sobre todo, limitando el número de organizaciones a entrevistar. Por otro lado, y debido también a las razones anteriormente señaladas, la contextualización de cada país no se ha abordado en detalle, sino que se ha preferido aportar sólo algunas claves que permiten complementar la explicación de las iniciativas concretas de las organizaciones. En este sentido, estamos convencidas de que se evidenciarán ausencias. Por ello, para futuras investigaciones recomendamos un mapeo más exhaustivo de actores y sobre todo más tiempo para ubicarse en realidades diversas, entenderlas y desde ahí construir diálogo y pensamiento. Es necesario señalar que el fin último de nuestro estudio no es hacer afirmaciones transculturales, sino desvelar algunos procesos relevantes en la dinámica de cada país y exponer los discursos y prácticas de las organizaciones, con un desafío añadido: pasar de la reconstrucción y el ordenamiento de la información, a una interpretación crítica de acuerdo a nuestro marco teórico. En este sentido, no pretendemos “crear verdades” a partir de nuestras conclusiones respecto a los discursos que se manejan o a las prácticas que se llevan a cabo, sino elaborar un material de reflexión y discusión. Por ello, a lo largo del diagnóstico, remitiremos tanto a los materiales institucionales de las organizaciones como a otros trabajos en esta materia, para así poder contar con diferentes herramientas a la hora de abordar esta temática. Reconocemos, por tanto, que la identificación, observación y análisis que hemos llevado a cabo están mediados por nuestro ser y estar como mujeres feministas profesionales de y en un país enriquecido. Reconocerlo y tenerlo siempre presente no desvirtúa la rigurosidad y los aportes del estudio, pero sí esperamos que acompañe a reflexiones emancipadoras desde una perspectiva feminista. En este sentido, consideramos necesario recuperar las muletas epistemoló-

gicas, metodológicas y conceptuales que nos han sostenido durante todo el trabajo:  RELACIONES DE PODER INTRA E INTERGÉNEROS: Reconocemos que hay enormes diferencias y desigualdades entre las mujeres, y también que las desigualdades entre hombres y mujeres no son lineales. Los roles y jerarquías sociales construidas convierten las diferencias de distinto tipo (étnicas, sexuales, de edad, de clase, diversidad funcional y sexual, etc.) en elementos de desigualdad y discriminación que se naturalizan.  FEMINISMOS COMO DISCURSOS Y PRÁCTICAS: Como ocurre en otros movimientos, el pensamiento feminista ha estado siempre acompañado de acciones; teoría y práctica feministas han convivido, interrogándose y complementándose. Por ello, en este estudio consideramos como “feminismo” no sólo el discurso sino también las prácticas. 6

 UNA ECONOMÍA SOBRE LA VIDA : La mirada feminista nos permite vislumbrar una nueva forma de economía que no está centrada en la obtención de beneficio individual sino en la satisfacción social de las necesidades humanas que no sólo se lleva a cabo a través de los mercados. Es decir, si bien en ellos se lleva a cabo el intercambio de productos y servicios que determinan “lo que tenemos”, es evidente que las personas tenemos otro tipo de necesidades intangibles de afecto, de cuidados, de valores, de relación con el entorno, etc. que en última instancia determinan “lo que somos” y que no podemos satisfacer en los mer-

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Esta expresión (que también utilizamos en el título) está tomada de la obra de Cairó y Mayordomo (Comps) (2005): Por una economía sobre la vida: aportaciones desde un enfoque feminista, Barcelona: Icaria.


8 cados. Es decir, no somos seres autosuficientes sino seres sociales interdependientes y eco-dependientes. Por tanto, la defensa de nuestros derechos económicos, los de mujeres y hombres, tiene mucho que ver con el cómo se gestionan estas interdependencias y cómo se distribuye la responsabilidad social de esta gestión entre los diferentes agentes: mercados, grupos domésticos y estados. V. ESTRUCTURA DEL ESTUDIO El diagnóstico se estructura en cuatro capítulos. El capitulo 1 está dedicado a la presentación de los antecedentes e instrumentos en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres, específicamente los referidos a los derechos económicos. En el primer apartado ofrecemos una visión general de los enfoques en materia de desarrollo y derechos humanos que han guiado los esfuerzos de la cooperación internacional, así como los cuestionamientos y las propuestas desde el movimiento de mujeres y feminista a los mismos. En el segundo apartado presentamos los principales instrumentos y compromisos en el reconocimiento de los derechos de las mujeres y, específicamente, los derechos económicos tanto a nivel internacional como latinoamericano. Finalmente presentamos la evolución en la visión y concepciones de la cooperación española al desarrollo sobre el papel socioeconómico de las mujeres, así como sus enfoques y modelos de desarrollo puestos en práctica en los países destinatarios. El segundo capítulo se estructura de la siguiente forma: en el primer apartado se abordan algunas consideraciones básicas en torno a la Economía Feminista. Para ello, se presentan también algunos de los rasgos característicos del discurso económico dominante, señalando sus limitaciones y sesgos, y planteando la propuesta que a este respecto presenta la Economía Feminista. En un segundo apartado nos introduciremos de lleno en las características principales de las distintas corrientes de pensamiento económico feminista (EFC y EFR), lo cual será un

paso fundamental a la hora de entender la herramienta de análisis de las organizaciones que queda recogida en el tercer apartado. Precisamente es en base a esta herramienta respecto a la cual abordamos la sistematización de los discursos y prácticas de Nicaragua, El Salvador, Bolivia y el Estado español a lo largo del capítulo 3. La estructura para cada país es la misma: ubicamos los discursos y prácticas de las organizaciones analizadas en cada uno de los enfoques económicos feministas denominados como “integrador” y “rupturista”. Y dentro de cada enfoque abordamos los siguientes aspectos: posicionamiento político económico, enfoque en materia económica y descripción de las prácticas concretas. En el cuarto capítulo, a partir de un análisis comparativo de las fortalezas y debilidades de cada enfoque, tratamos de rescatar sus complementariedades respecto a la promoción y defensa de los derechos económicos de las mujeres que puedan dar luz a las actuaciones de la cooperación española. En este sentido, también recogemos la valoración que las propias organizaciones han hecho del papel de la cooperación en esta materia e incluimos unas reflexiones finales sobre hacia dónde debemos caminar. En la sección de apéndices se recoge el listado de informantes clave y de organizaciones entrevistadas con sus datos de contacto y con referencias a las páginas en las que aparecen mencionadas en el texto (apéndice 1). En el apéndice 2 presentamos las líneas estratégicas y actuaciones prioritarias en materia de derechos económicos de las mujeres de la Estrategia de Género en Desarrollo de la Cooperación Española (2008). En el apéndice 3 rescatamos un artículo sobre la propuesta del “vivir bien” desde una perspectiva despatriarcalizadora y descolonizadora. Finalmente, cerramos el estudio con una bibliografía que esperamos sea de utilidad para todas las personas y organizaciones interesadas en profundizar en la reflexión sobre la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y los derechos económicos de las mismas.


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POSICIONANDO Y REIVINDICANDO LA IGUALDAD DE GÉNERO Y LOS DERECHOS ECONÓMICOS DE LAS MUJERES EN LA AGENDA DE LA COOPERACIÓN Y EL DESARROLLO

La Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing (1995), surgidas de la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres, marcaron un hito en la historia de las reivindicaciones y los derechos humanos de las mujeres. Sin embargo, 17 años después y tras un número considerable de proyectos destinados a las mujeres, sobre todo a las más pobres, los retos persisten y se complejizan debido al “contexto actual de crisis múltiple -crisis alimentaria, energética, de cuidado, de cambio climático, económica y financiera- (que) junto a las nuevas formas de inseguridad, las nuevas modalidades de la ayuda, la internacionalización de los conflictos, la persistencia de la feminización de la pobreza y la lucha continua por la salud de la mujeres en diversos frentes, incluyendo la salud sexual y reproductiva y sus derechos asociados y el VIH/SIDA, han creado retos que no existían 7 hace quince años.” En el caso concreto de la situación económica de las mujeres, más allá de las especificidades de los distintos contextos, el panorama es abrumador: “mujeres sin derecho a la propiedad privada, sin derecho a heredar, sin acceso a servicios financieros, ni a las mismas oportunidades para acceder al ámbito laboral, trabajando más horas que los hombres, incluso ejerciendo dobles y triples jornadas, y ganando menos por un trabajo igual; contando además con que los trabajos que tradicionalmente realizan las mujeres son invisibles, no son remunerados y tienen 7

ver Declaración conjunta de la sociedad civil sobre la Revisión del proceso Beijing +15 en la 54 Comisión para la Condición Jurídica y Social de la Mujeres, Nueva York, 5 de marzo de 2010 (Fuente: www.redmujer.org.ar/herramientas.html .

En este sitio Web se pueden encontrar otras declaraciones del movimiento feminista y de mujeres).

una valoración negativa, tanto social como económicamente, así como escasa repercusión en las esferas donde se toman las decisiones políticas y económicas más importantes para todas las personas” (FernándezLayos y Correa, 2010: 15-16). Las actuaciones de la cooperación internacional al desarrollo han sufrido cambios desde los años 50 del siglo XX, que se han reflejado en el carácter de los programas y proyectos dirigidos a las mujeres, pero también en el grado de institucionalización que los temas de interés para las mujeres han logrado en la agenda del desarrollo y los derechos humanos. En el contexto actual de crisis sistémica o civilizatoria, como han llegado a denominarla algunos autores y autoras, los Gobiernos y agencias oficiales de cooperación, los organismos internacionales y las Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo, así como el resto de actores de la Cooperación al Desarrollo, tienen la obligación de cumplir con el marco normativo internacional, regional y nacional en materia de derechos humanos de las mujeres e igualdad de género que presentamos a continuación, lo cual exige necesariamente un cambio de prioridades y estrategias en el trabajo. Estos marcos han sido inspirados por los aportes que el movimiento de mujeres y feminista ha venido haciendo y continua haciendo al complejo campo del desarrollo y los derechos humanos, introduciendo nuevos conceptos, categorías y herramientas con el objeto de impulsar aquellos enfoques que sitúan al ser humano en el centro del desarrollo, y a la sostenibilidad de la vida como objetivo del mismo.


10 I.

CUESTIONANDO LOS MODELOS DE DESARROLLO PARA ASEGURAR LA IGUALDAD DE GÉNERO Y LOS 8 DERECHOS DE LAS MUJERES

Los distintos enfoques de desarrollo y de derechos humanos aplicados por los Go-

biernos y los organismos internacionales de cooperación al desarrollo han sido revisados y complejizados por el movimiento de mujeres y feminista, así como por académicas y técnicas del ámbito de la cooperación al desarrollo. A continuación presentamos un breve repaso por ellos:

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CUADRO 1: EVOLUCIÓN DE LOS ENFOQUES MED Primer enfoque MED, popularizado por las feministas liberales durante la Década de la Mujer (1975-85). Las mujeres son vistas como activas participantes del desarrollo y han de lograr ENFOQUE igualdad de oportunidades en el acceso a la educación y al traIGUALDAD bajo. Reconoce su triple rol y busca satisfacer intereses estratégicos de género: autonomía económica y política, así como reducción de su desigualdad respecto a los hombres. Las resistencias de gobiernos y agencias hicieron fracasar su puesta en práctica. Segundo enfoque MED, versión suave del enfoque de la igualdad, adoptada en los años 70 por impulso de las feministas marxistas y estructuralistas. La pobreza de las mujeres es vista ENFOQUE como consecuencia del subdesarrollo, no de la subordinación ANTI-POBREZA de género. Pretende promover la productividad de las mujeres pobres; reconoce su rol productivo y busca satisfacer sus necesidades prácticas de género relacionadas con la obtención de ingresos, mediante la puesta en marcha de pequeños proyectos productivos Tercer enfoque MED, adoptado durante la crisis de la deuda y las políticas de ajuste estructural en los años 80, en el marco del pensamiento neoliberal. Su propósito es hacer más eficienENFOQUE tes las políticas de desarrollo mediante la contribución econóANTI-POBREZA mica de las mujeres. Busca satisfacer sus necesidades prácticas de género asociadas a su rol de madres, amas de casa y gestoras del bienestar comunitario, utilizando para ello el trabajo femenino no pagado. Una versión actual de este enfoque propone invertir en las mujeres, dados los altos retornos sociales de las inversiones en capital físico y humano femenino.

FUENTE: Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo www.dicc.hegoa.ehu.es/listar/mostrar/146 (Por Clara Murguialday) Frente al modelo de desarrollo dominante de los años 50 (enfoque de bienestar), centrado en el crecimiento económico, vía modernización, en el que las mujeres eran consideradas únicamente en su papel reproductivo, como intermediarias del bienestar familiar, y que asumía que las mujeres eran beneficiarias pasivas del desarrollo, algunas investigadoras norteamericanas comenzaron a observar que en este modelo las mujeres permanecían excluidas 8

Este apartado se construye a partir de la publicación de ACSUR-Las Segovias (Tamayo et al ii, 2003), y en concreto del artículo de Julia Tamayo, “Género y Desarrollo en el marco de los derechos humanos”, p. 9-20; así como de Murguialday (2005) y López y Sierra (2000).


11 en una división por la cual los hombres aparecían como sector moderno y las mujeres como sector tradicional. Así, en los años 60 y principios de los 70, estas mujeres norteamericanas se organizaron dentro del movimiento Mujeres en el Desarrollo (MED), dando un papel protagonista y activo a las mujeres, y buscando que se incorporaran a los procesos productivos de manera funcional en el marco de una estrategia de desarrollo dada. Desde entonces, y tal y como se recoge en el cuadro 1, el enfoque MED ha tenido diversas aproximaciones a partir de las distintas visiones sobre la situación de las mujeres: enfoque de equidad, anti-pobreza y eficiencia (Véase Moser, 1989). En términos generales, el enfoque MED entiende la subordinación de las mujeres por su exclusión del mercado y no por su opresión en base al género, y por lo tanto promoverá proyectos específicos para mujeres así como proyectos con el “componente” mujeres. Mientras tanto, desde el movimiento de mujeres se denunciaba que las experiencias de las mujeres no estaban siendo representadas significativamente dentro del discurso y la práctica de los derechos humanos. Y a su vez, se observaba la necesidad de desarrollar la prohibición de discriminación por sexo en el cuerpo especializado de derechos humanos. Así, tal y como sostiene Tamayo (2003), en ese momento el movimiento de mujeres pasó a demandar la incorporación de las mujeres al mundo público, sede principal de la experiencia de igualdad, pero sin prestar mayor atención a la problemática específica que surgía de la posición subordinada de las mujeres en las diversas esferas. Es decir, “lo que sucedía en el ámbito llamado de lo privado no fue materia de observación.” (Ibíd.:13) En los años 80, en un momento en el que comenzaban a evidenciarse los negativos efectos de los programas de ajuste estructural impuestos por el Banco Mundial en la década de los 70 y 80, que afectaban de forma especialmente grave a las mujeres (por la sobrecarga de su trabajo reproductivo al recortarse el gasto en sanidad, educación, etc.), y en un contexto de internacionaliza-

ción económica comercial sustentado en profundas desigualdades geográficas, el enfoque MED comenzó a merecer críticas al no cuestionar el modelo de desarrollo dominante y tener una visión aislada de las mujeres sin profundizar en las cuestiones de desigualdad estructural de género. Así, las organizaciones de mujeres y feministas y las funcionarias trabajando en las agencias internacionales de cooperación empezaron a cuestionarse lo adecuado de centrarse sólo en las mujeres. Y se inició un debate en el que se incorporó la importancia de las relaciones de poder, del conflicto los procesos de desarrollo. Así, en el primer Decenio de las Mujeres de Naciones Unidas, 1975-1985, comenzaron a desarrollarse nuevos estudios sobre la participación de las mujeres en el desarrollo, y sobre el impacto de las políticas llevadas a la práctica. Ciertos estudios desde la antropología aportaron el término género como una categoría para la comprensión de la experiencia de las mujeres y los hombres. Posteriormente, en la III Conferencia Internacional sobre las Mujeres de Nairobi en 1985, una red feminista de mujeres de los países empobrecidos, el grupo DAWN (Development Action for Women Network) propuso y demandó otro tipo de sociedad, otro modelo de desarrollo basado en “un mundo libre de desigualdades de clase, de género y raza, tanto dentro de cada país como entre los países (…) un mundo donde las necesidades básicas se transformen en un derecho inalienable y donde la pobreza y toda forma de violencia sean eliminadas. Donde cada persona tenga la oportunidad de desarrollar sus potencialidades y creatividad plenas y donde los valores femeninos de formar y cuidar a los otros y de solidaridad, caractericen las relaciones humanas. En un mundo como ése, el papel reproductivo de la mujer tendrá que ser redefinido: el hombre, la mujer y la sociedad en su conjunto compartirán la crianza y cuidado de los hijos. Solamente estrechando los vínculos entre el desarrollo, la igualdad y la paz podremos mostrar que estos “derechos inalienables” de los pobres están entrelazados con la transformación de las instituciones que subordinan a la mujer.


12 Todo esto puede lograrse generando poder 9 por y para las propias mujeres.” Esta llamada de atención de las mujeres de DAWN llevó a las teóricas y activistas occidentales a replantearse las bases del modelo de desarrollo dominante surgiendo así un nuevo enfoque denominado Género y Desarrollo (GED), que busca trabajar por la equidad y el respeto de los derechos humanos de todas las personas, poniendo en cuestión el modelo de desarrollo dominante y reclamando un desarrollo humano, sostenible y equitativo. Desde este enfoque se considera que el objetivo no está en incorporar la categoría “mujer”, sino en analizar las relaciones de poder y desigualdad entre hombres y mujeres, en los hogares, comunidades e instituciones, y cómo éstas condicionan el impacto y la participación de ambos en el desarrollo. Se cuestionan, por tanto, los modelos de desarrollo que miden los beneficios en términos puramente económicos y que están basados en la teoría del 10 “chorreo” , la cual se considera que no funciona porque las relaciones en las estructuras sociales no son igualitarias por razones de género, etnia, edad, etc. En el enfoque GED se adopta como es11 trategia y objetivo el empoderamiento de las

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Ver el sitio Web de DAWN: www.dawnnet.org (2005) y López ySierra (2000). Esta teoría supone que los beneficios que obtiene el punto más alto de las estructuras sociales (hogar/familia) o de las organizaciones comunales, “chorrearía” sobre todos sus miembros y miembras. Muchas personas y organizaciones utilizan indistintamente los conceptos de empoderamiento y autonomía, así que conviene señalar sus diferencias. Ya hemos señalado lo que significa el empoderamiento de las mujeres para el movimiento feminista y para profundizar en la misma recomendamos la conferencia de Magdalena León (2001): “El empoderamiento de las mujeres: Encuentro del primer y tercer mundos en los

mujeres a partir de una redefinición de lo que entienden por poder, rechazando la concepción tradicional de poder como dominio de uno sobre otro (poder sobre) y ofreciendo una interpretación más amplia y democrática (poder para, poder con y poder desde dentro): “Así, el poder deja de presentarse únicamente como fuente de opresión, para abrir posibilidades de emancipación. El empoderamiento es más que la participación en la toma de decisiones: incluye el proceso que lleva a las personas a sentirse asimismo capaces y legitimadas para tomar decisiones. Afecta a tres dimensiones: personal, relacional y colectiva, y no supone un proceso de suma cero por el cual la ganancia del empoderamiento de unos supone inevitablemente una pérdida para otros.” (López y Sierra, 2000: 37). Por tanto, el enfoque GED busca cambiar radicalmente las estructuras subyacentes (no sirve con la integración de las mujeres en el desarrollo), y para ello se dota de nuevas herramientas conceptuales como las que se señalan en el cuadro 2:

estudios de género”, presentada en el PRIMER ENCUENTRO: GÉNERO Y DEMOCRACIA EN LAS UNIVERSIDADES E INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, en Guadalajara, y recogida en la

revista La Ventana, n.13, pp.94- 106: http://148.202.18.157/sitios/ publicacionesite/pperiod/laventan/ Ventana13/ventana13-4.pdf

Por su parte, la autonomía de las mujeres se entiende “como una medida para evaluar el logro en el proceso de empoderamiento y de superación de la exclusión social. En qué medida las mujeres son capaces de decidir, autónomamente, su participación en el mercado y en la política o la vida cívica es imprescindible para ver los logros en la equidad de género”. (Montaño, 2001: 7-8)


13 CUADRO 2: HERRAMIENTAS CONCEPTUALES DEL ENFOQUE GED  La condición alude al estado material en el que se encuentran las mujeres en términos de salud, nutrición, educación, carga de trabajo, pobreza, acceso a tecnologías, etc. La posición se refiere a su ubicación social y económica con relación a los hombres, medida en términos de mayor vulnerabilidad de las mujeres a la pobreza y la violencia, acceso diferenciado a la tecnología y recursos productivos, diferencias salariales y de oportunidades de empleo, etc.  Las mujeres asumen una triple carga de trabajo a partir de sus funciones reproductivas (cuidados de los demás miembros del hogar, entre otras), funciones productivas (trabajo, remunerado o no, que genera valor de cambio) y funciones sociales o comunitarias, orientadas al desarrollo del vecindario, la comunidad o el país, incluso. DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO  Hombres y mujeres realizan distintos tipos de trabajo a los que se les asigna un valor diferenciado (valor que varía de un lugar a otro, de una cultura a otra...). A pesar de las variaciones, en términos generales el trabajo de las mujeres es subvalorado:  TRABAJO REPRODUCTIVO: no reconocido ni remunerado.  TRABAJO PRODUCTIVO: recibe menor remuneración que el de los hombres y se suele ver como una extensión de su trabajo reproductivo.  TRABAJO COMUNITARIO: subvalorado, no remunerado, casi siempre en funciones de apoyo cuando los hombres ocupan posiciones de mayor estatus. NECESIDADES PRACTICAS Y ESTRATÉGIAS DE GÉNERO  Las necesidades estratégicas de género se formulan a partir del análisis de la subordinación de las mujeres en relación con los hombres, de donde se derivan los intereses estratégicos de género para lograr una organización o relaciones más igualitarias y justas. Las necesidades prácticas de género se formulan a partir de las condiciones concretas de las mujeres como género subordinado, de las cuales derivan sus intereses prácticos de supervivencia humana.

FUENTE: Elaboración propia. En paralelo, los planteamientos de las organizaciones de mujeres fueron calando en el discurso dominante de los derechos humanos, y los paradigmas convencionales empezaron a ceder frente a la demanda de las mujeres por la atención a las cuestiones de género. Tal y como sostiene Tamayo (2003: 16), “Hasta entonces, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos sólo encontraba responsabilidad de los Estados por actos atribuidos a sus agentes que constituían violaciones de Derechos Humanos, excluyendo de su atención actos cometidos por particulares, sin advertir la responsabilidad estatal por tolerar u omitir su deber de

proteger los derechos humanos de las mujeres. Bajo tales marcos previos, cuestiones como el maltrato a las mujeres en la relación de pareja, la violencia sexual o incluso experiencias de violación en el marco de tortura, eran ignorados como violaciones a los derechos humanos”. Al mismo tiempo, los derechos humanos reconocidos internacionalmente comenzaron a tener una lectura inclusiva de la experiencia femenina, como es el caso de los derechos sexuales y reproductivos. En cuanto al campo del desarrollo también se producen importantes avances. Así, las demandas de las mujeres pasaron a en-


14 contrar un marco más favorable en el enfoque del desarrollo centrado en las personas (Desarrollo Humano), adoptado por el Programa de Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) a partir del primer Informe sobre Desarrollo Humano “Concepto y medición 12 del Desarrollo Humano” de 1990 . Este enfoque difiere del tradicional basado en el crecimiento económico definiendo el desarrollo como el proceso de ampliación de las opciones de las personas y mejora de las capacidades humanas (la diversidad de cosas que las personas pueden hacer o ser en la vida) y las libertades, para que las personas puedan vivir una vida larga y saludable, tener acceso a la educación y a un nivel de vida digno, y participar en la vida de su comunidad y en las decisiones que afecten sus 13 vidas . El enfoque de desarrollo humano además comparte objetivos con el marco de los derechos humanos y así lo reconoce el Informe sobre Desarrollo Humano 2000: “el desarrollo humano y los derechos humanos se aproximan suficientemente en cuanto a motivaciones y preocupaciones para ser compatibles y congruentes, y son suficientemente diferentes desde el punto de vista de su concepción y estrategia para complementarse entre sí provechosamente”. 14 (PNUD, 2000: 19) Sin embargo, a pesar del avance que supone el enfoque de derechos humanos en la cooperación y específicamente el enfoque del desarrollo humano, el cual se supone guía las intervenciones de todos los agentes de la cooperación al desarrollo, éste sigue recibiendo críticas desde el movimiento de mujeres y desde otros movimientos sociales, ya que no cuestiona el modelo económico imperante y no propone alternativas al mismo. Reconociendo los avances que supone

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Disponible en: http://hdr.undp.org/es/

el enfoque del desarrollo humano para el avance de los derechos humanos y la sostenibilidad de la vida, las políticas, mecanismos y financiación del desarrollo de la última década han venido a constreñir las potencialidades del mismo. En concreto, el movimiento de mujeres y feminista ha criticado los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) del 2000. En este plan “convenido por todas las naciones del mundo y todas las instituciones de desarrollo más importantes a 15 nivel mundial” se incluyen 8 objetivos a cumplir para la superación de la pobreza entre los que destaca el Objetivo 3 sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Desde América, las organizaciones de mujeres y feministas consideran que los objetivos planteados refuerzan los roles de género establecidos y perpetúan las subordinación de las mujeres al no estar dirigidos a resolver las desigualdades estructurales en términos de distribución de poder y riqueza entre hombres y mujeres. En concre16 to se critica que : • Los ODM no representan la plena visión de la equidad de género, la igualdad y el fortalecimiento de las mujeres o de la erradicación de la pobreza y la transformación estructural que impregna los instrumentos fundamentales de derechos humanos, o algunos acuerdos intergubernamentales significativos como la Plataforma de Acción de Beijing. Una de sus principales fallas es la no inclusión de los derechos reproductivos. Los ODM tampoco mencionan dos temas críticos de la Declaración: paz y derechos humanos.  Los ODM incluyen el fortalecimiento de las mujeres y la igualdad de género sólo como un objetivo más y las consecuencias de eso ya son evidentes: los informes de los países tienden a confinar estos temas al Objetivo 3 y a los objetivos 15

informes/mundial/idh1990/ 13

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Para más información sobre el enfoque de desarrollo humano véanse los Informes de Desarrollo del PNUD (en la bibliografía). Disponible en http://hdr.undp.org/reports/ global/2000/sp/hdr_sp_2000.pdf .

Fuente: http://www.un.org/spanish/ millenniumgoals/bkgd.shtml

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Reflexiones desde el feminismo sobre los Objetivos del Milenio Comité Regional Pekín+10 - América Latina (Fuente: www.nodo50.org/mujeresred/ spip.php?article119 )


15 relacionados con la salud (4, 5, 6), y a excluirlos de las metas en torno a la erradicación de la pobreza (1), sustentación del medio ambiente (7) y cooperación global (8).  Las metas e indicadores actuales no se ocupan de manera adecuada de las desigualdades sistémicas y de los desequilibrios de poder dentro del sistema económico global que socavan los objetivos. El foco está puesto más sobre lo que los países pobres necesitan hacer para alcanzar los ODM, que sobre la rendición de cuentas por parte de los actores globales más poderosos: los países más ricos y las instituciones internacionales financieras y de comercio.  No existen plazos, indicadores cuantificables o instrumentos que sirvan para hacer rendir cuentas a los países industrializados, las instituciones económicas y las corporaciones. Establecer esos mecanismos de rendición de cuentas se torna, por lo tanto, vital especialmente cuando los países no logran cumplir los objetivos debido, en parte, a la falta de recursos económicos. Por su parte, también la Declaración de Paris sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo (2005) y la Agenda de Accra para la Acción (2008), así como el Consenso de Monterrey sobre Financiación para el Desarrollo (2002) y la Declaración de Doha sobre la Financiación para el Desarrollo (2008) han sido muy criticados por el movimiento de mujeres y feminista, por su falta de atención al género y su falta de reconocimiento de las consecuencias de la reformas económicas sobre la igualdad y la participación política 17 de las mujeres . También las críticas se han dejado oír de cara al IV Foro de Alto Nivel 17

Recomendamos consultar los sitios Web de AWID ( www.awid.org ) e INSTRAW-ONU Mujeres ( www.un-instraw.org ) para acceder a materiales sobre la eficacia de la ayuda y profundizar en los debates del movimiento de mujeres y feminista al respecto.

sobre Eficacia de la Ayuda, que tuvo lugar en Busán, Corea del Sur, del 29 noviembre-1 18 diciembre 2011 . II. AVANZANDO LOS DERECHOS ECONÓMICOS DE LAS MUJERES: INSTRUMENTOS Y COMPROMISOS A NIVEL INTERNACIONAL Nuestro objetivo en el presente apartado no es entrar al análisis de cada uno de los hitos e instrumentos en la materia de derechos económicos de las mujeres, sino visibilizar algunos que consideramos importan19 tes a la hora de promoverlos y defenderlos. Así recogemos algunos de los principales convenios a nivel internacional y latinoamericano, dejando para el apartado siguiente lo relativo a la cooperación española. A. ÁMBITO INTERNACIONAL En 1948, la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE 20 DERECHOS HUMANOS integra el principio de igualdad y la prohibición de la discriminación por sexo. Se reconocen desde ya una serie de derechos económicos: el derecho al trabajo y, a la libre elección del mismo, con condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo; derecho a la protección contra el LOS

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Véase: Demandas Clave de Mujeres Organizadas sobre la Cooperación para el Desarrollo de Camino al FAN4e en Busán y Más Allá: http://awid.org/esl/Library/Demandas-clavede-mujeresorganizadas-sobre-lacooperacion-para-el-desarrollo-de-caminoal-FAN4-en-Busan-y-mas-all .

Al momento de escribir este estudio, el Foro de Busán estaba teniendo lugar; recomendamos visitar: http://ww.awid.org para balances sobre el mismo. 19

Para más información sobre los mismos y análisis exhaustivos, recomendamos consultar bibliografía especializada en la materia.

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http://www.un.org/es/comun/docs/?path=/ es/documents/udhr/index_print.shtml


16 desempleo; derecho a igual salario por trabajo igual; y, a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social. Igualmente se reconoce el derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses. Por último, toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas; así como a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. El PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES (PI21 DESC) , que entra en vigor en 1976, establece entre otros que los Estados parte deben reconocer y garantizar el derecho al trabajo, entendiendo por esto el derecho de toda persona a tener la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente escogido y reconocen el derecho de toda persona al goce de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias. El Pacto asegura a los hombres y a las mujeres igual título a la hora de gozar de todos los derechos económicos, sociales y culturales enunciados en el Pacto (artículo 3) y prohíbe “discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social” (artículo 2.2.). La CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN CON-

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http://www2.ohchr.org/spanish/law/ cescr.htm

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MUJER (CEDAW) , 1989, fue la culminación de más de 30 años de trabajo de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, órgano creado en 1946 por la 23 Carta de las Naciones Unidas . En su artículo 11.1 establece la igualdad de género en las oportunidades, en los procesos de selección y ascenso en el empleo, en las remuneraciones percibidas, la seguridad social, la protección de la salud y la maternidad. La CEDAW alienta a los Estados parte a asegurar la protección de la maternidad, independientemente de la situación conyugal de la madre, mediante licencias con goce de sueldo, suministro de los servicios sociales de cuidado y otras medidas que permiten combinar responsabilidades familiares y laborales (artículo 11.2). En su artículo 13 la CEDAW explicita que las mujeres tendrán derecho a prestaciones familiares y a obtener préstamos bancarios, hipotecas y otras formas de crédito. Posteriormente, la DECLARACIÓN DE LA CUMBRE DE LOS DERECHOS HUMANOS DE VIE24 NA (1993) reconoce que los derechos humanos de las mujeres y las niñas forman parte inalienable e indivisible de los derechos humanos universales. Dos años más tarde, en la V Conferencia Internacional de las Mujeres (1995) los Gobiernos presentes reconocen por primera vez a nivel internacional los derechos de las mujeres. En concreto, la DECLARACIÓN Y LA PLATAFORMA DE 25 ACCIÓN DE BEIJING , resultantes de la Conferencia, denuncian la persistente y creciente feminización de la pobreza de mujeres y niñas y la desigualdad que existe en perjuicio de ellas en las estructuras y políticas en todas las actividades productivas y en el acceso a los recursos a escala mundial. La Plataforma de Acción en concreto aborda las esTRA LA

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http://www.un.org/womenwatch/ daw/cedaw/text/sconvention.htm

23

http://www.un.org/es/documents/charter/

24

http://www.unhchr.ch/huridocda/ huridoca.nsf/%28Symbol%29/A.CONF.157.23.Sp

25

http://www.un.org/womenwatch/ daw/beijing/pdf/BDPfA%20S.pdf


17 trategias que los distintos Estados parte deben implementar para conseguir una igualdad real en el acceso y ejercicio de los derechos entre mujeres y hombres, agrupándolas en doce áreas o esferas de especial atención. Una de ellas es el ÁREA F: LAS MUJERES Y LA ECONOMÍA, que hace visible la desigualdad en las estructuras y políticas económicas, en todas las actividades productivas y en el acceso a los recursos, como puede ser la propiedad de la tierra o la herencia, poniendo énfasis en la inexistente armonización de las responsabilidades laborales y familiares, y la nula visibilidad de éstas últimas, mayoritariamente asumidas por mujeres. Establece como objetivos:  Promover la independencia y los derechos económicos de las mujeres, incluidos el acceso al empleo, a condiciones de trabajo apropiadas y al control de los recursos económicos.  Facilitar el acceso de las mujeres, en condiciones de igualdad, a los recursos, el empleo, los mercados y el comercio productivo, la tierra, el crédito, el capital, los derechos de propiedad, los programas de desarrollo y las estructuras cooperativas. En 2000 se celebra la Sesión Extraordinaria de la Asamblea de General de las Naciones MUJER 2000: IGUALDAD ENTRE LOS GÉNEROS, DESARROLLO Y PAZ PARA EL SIGLO XXI, 26 comúnmente conocida como BEIJING+5 , en la que se ratificó la Plataforma de Acción de Beijing. Un gran número de organizaciones de mujeres y ONG destacaron el poco avance en el respeto a derechos humanos básicos de las mujeres así como el impacto negativo de la mundialización de la economía que estaba exacerbando la tendencia a la feminización de la pobreza. En 2005, la 49 Sesión de la Comisión para la Condición Jurídica y Social de las Mujeres se reunió en la sede de Naciones Unidas 26

http://www.un.org/spanish/conferences/ Beijing/beijing+5.htm

en Nueva York para llevar a cabo la revisión y evaluación de la Plataforma de Acción de 27 Beijing (Beijing +10) . Se firmó una Declaración ratificando los compromisos de la Plataforma de Acción y se aprobaron 10 resoluciones entre las que destaca la RESOLUCIÓN 49-8 REFERIDA AL ADELANTO ECONÓMICO DE 28 LAS MUJERES . Durante BEIJING +15, 54 SESIÓN DE LA COMISIÓN PARA LA CONDICIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DE LAS MUJERES EN NUEVA YORK EN 2005, las organizaciones de mujeres y feministas mostraron su preocupación en relación a que “los gobiernos consideran la Plataforma de Acción de Beijing como un mero instrumento técnico, su esencia se ha despolitizado y se ha diluido su contenido. La estrategia clave de puesta en marcha de la transversalidad de género ha perdido su perspectiva crítica y su propósito transformador en lo que respecta a las relaciones de poder y las desigual29 dades” . En su Declaración conjunta, las organizaciones de mujeres denuncian que la DECLARACIÓN DE BEIJING +15: Representa un paso hacia atrás dado su rotundo fracaso para reafirmar la Plataforma y establecer un férreo compromiso con su implementación efectiva a través de nuevas acciones y recursos. Exagera el progreso alcanzado e ignora la lenta y parcial implementación de la Plataforma. Asimismo, subestima la profundidad y variedad de los retos y desafíos que aún deben enfrentar las mujeres desde sus múltiples identidades, incluyendo la persistencia de todas las formas de violencia contra la Mujeres. Tampoco toma en cuenta los cambios que han acontecido en los contextos globales y locales. Entre otras cuestiones exigen la creación de una Entidad de las Naciones Unidas para los Derechos de las mujeres y la Igualdad de Género que cuente con recursos suficientes, 27

http://www.un.org/spanish/events/ beijing10/pages/index.htm

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http://www.eclac.org/mujer/reuniones/ mesa38/E-2005-27s.pdf

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http://www.redmujer.org.ar/herramientas.html


18 con una sólida capacidad operativa y con mecanismos potentes para impulsar una auténtica participación de la sociedad civil. En 2011 empieza a funcionar ONU Mujeres al seno de Naciones Unidas que tiene entre sus áreas prioritarias, consideradas fundamentales para la igualdad de las mujeres y capaces de impulsar el progreso de forma generalizada, el empoderamiento económico 30 de las mujeres . B. ÁMBITO LATINOAMERICANO Los estándares fijados por los instrumentos internacionales de derechos humanos constituyen obligaciones legales para los países signatarios. Además de estos, la región latinoamericana se ha dotado de otras herramientas normativas para asegurar el avance de los derechos económicos de las mujeres. La CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS (también llamada Pacto de San José de Costa Rica) que entró en vigor en 1978, en su artículo 1.1 reconoce que los Estados Partes en se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social. Por su parte, el PROTOCOLO ADICIONAL A LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS (Protocolo de San Salvador), de 1988, reconoce en su artículo 1 que toda persona tiene derecho al trabajo y fija el compromiso de los Estados Parte a adoptar medidas necesarias a fin de lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se reconocen en el Protocolo. La CARTA DEMOCRÁTICA INTERAMERICANA, aprobada en 2001, en sesión especial de la Asamblea de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Lima, Perú, reconoce 30

Véase: http://www.unwomen.org/ (Empoderamiento Económico)

en su artículo 9 que “la eliminación de toda forma de discriminación, especialmente la discriminación de género, étnica y racial, y de las diversas formas de intolerancia, así como la promoción y protección de los derechos humanos de los pueblos indígenas y los migrantes y el respeto a la diversidad étnica, cultural y religiosa en las Américas, contribuyen al fortalecimiento de la democracia y la participación ciudadana”. En su artículo 11 señala que “la democracia y el desarrollo económico y social son interdependientes y se refuerzan mutuamente.”, y que “la promoción y observancia de los derechos económicos, sociales y culturales son consustanciales al desarrollo integral, al crecimiento económico con equidad y a la consolidación de la democracia en los Estados del Hemisferio” (artículo 13). En América también se han sucedido distintas Conferencias Regionales de las Mujeres organizadas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). En los últimos años, la DÉCIMA CONFERENCIA REGIONAL SOBRE LA MUJER DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, organizada por la CEPAL en 2007 en Quito, en su documento final, conocido como Consenso de Quito afirma y reconoce:  El valor social y económico del trabajo doméstico no remunerado de las mujeres y del cuidado como un asunto público que compete a los Estados, gobiernos locales, organizaciones, empresas y familias, y la necesidad de promover la responsabilidad compartida de mujeres y hombres en el ámbito familiar.  La significativa contribución de las mujeres en su diversidad a la economía en las dimensiones productiva y reproductiva, al desarrollo de múltiples estrategias para enfrentar la pobreza, y a la preservación de los conocimientos y las prácticas fundamentales para el sostenimiento de la vida, especialmente para la seguridad, la soberanía alimentaria y la salud.  Que la división sexual del trabajo se mantiene como factor estructural de las desigualdades e injusticias económicas


19 que afectan a las mujeres en los ámbitos familiar, laboral, político y comunitario y propician la desvalorización y falta de retribución de los aportes económicos de las mujeres.  La contribución de las mujeres al retorno y al fortalecimiento de la democracia, la igualdad de género, la justicia social, el desarrollo de los países de la región y la

inclusión de poblaciones históricamente discriminadas.  La contribución de los movimientos de mujeres y feministas, en toda su diversidad, al desarrollo de políticas públicas con perspectiva de género en la región, en particular a la profundización de la democracia y al desarrollo de la institucionalidad pública de género.

COMPROMISOS DEL CONSENSO DE QUITO (2007)  Ampliar y fortalecer la democracia participativa y la inclusión igualitaria, plural y multicultural de las mujeres en la región garantizando y estimulando su participación y valorando su función en el ámbito social y económico y en la definición de las políticas públicas, adoptando medidas y estrategias para su inserción en los espacios de decisión, opinión, información y comunicación.  Adoptar medidas de corresponsabilidad para la vida familiar y laboral que se apliquen por igual a las mujeres y a los hombres teniendo presente que al compartir las responsabilidades familiares se crean condiciones propicias para la participación política de la mujer.  Adoptar medidas en todas las esferas de la vida democrática institucional y, en particular, en los ámbitos económico y social, incluidas las medidas legislativas y reformas institucionales, para garantizar el reconocimiento del trabajo no remunerado, su aporte al bienestar de las familias y al desarrollo económico de los países y promover su inclusión en las cuentas nacionales. Formular y aplicar políticas de Estado que favorezcan la responsabilidad compartida equitativamente entre mujeres y hombres en el ámbito familiar, superando los estereotipos de género, reconociendo la importancia del cuidado y del trabajo doméstico para la reproducción económica y el bienestar de la sociedad como una de las formas de superar la división sexual del trabajo.  Desarrollar instrumentos de medición periódica del trabajo no remunerado que realizan las mujeres y hombres, especialmente encuestas de uso del tiempo para hacerlo visible y reconocer su valor, incorporar sus resultados al sistema de cuentas nacionales y diseñar políticas económicas y sociales en consecuencia. Durante la UNDÉCIMA CONFERENCIA REorganizada por la CEPAL en Brasilia en 2010, “¿QUÉ ESTADO PARA QUE IGUALDAD?”, el Foro de Organizaciones Feministas declaró que: GIONAL SOBRE LAS MUJERES,

 Los Estados y Gobiernos de la Región mantienen una contradicción entre los compromisos internacionales asumidos y la materialización de las políticas para la igualdad y la plena garantía de derechos.  La división sexual del trabajo permanece como uno de los principales obstáculos

para la autonomía y el bienestar de las mujeres. El trabajo gratuito que realizamos en la esfera reproductiva constituye la base de modelos económicos que excluye a las mujeres del desarrollo.  Las mujeres continúan ocupando la mayoría de los puestos precarios e informales de trabajo, en condiciones de desprotección social, insalubridad y jornadas cada vez más extenuantes. La discriminación salarial y el acoso sexual y moral sigue siendo una constante en la experiencia laboral de las mujeres.


20  El trabajo doméstico remunerado, en el cual predominan las mujeres negras e indígenas con escasos niveles de protección social y sin garantía de derechos laborales, revela la falta de reconocimiento del valor social de este trabajo y el peso del racismo en la sociedad.  La crisis ambiental revela la lógica predatoria, patriarcal y racista de este modelo de desarrollo basado en la mercantilización. El cambio climático, la privatización

y contaminación del agua, del aire, del suelo y de los alimentos, amenazan la calidad de vida de toda la población, con un sesgo particular hacia las mujeres.  El modelo de desarrollo hegemónico promueve el agro-negocio y el monocultivo, viola el derecho a la tierra y el territorio de pueblos y comunidades indígenas, afrodescendientes, población rural y campesina.

DEMANDAS A LOS GOBIERNOS POR PARTE DE LAS ORGANIZACIONES FEMINISTAS PARTICIPANTES EN EL FORO FEMINISTA PREVIO A LA CONFERENCIA DE LA CEPAL (2010)  En el marco de un nuevo modelo de desarrollo los Estados deben fomentar transformaciones socioculturales y productivas que aseguren una relación sustentable con la naturaleza, la preservación de los bienes comunes de la humanidad y la pluralidad de las culturas. En este marco los procesos de integración regional deben profundizar la participación de los movimientos sociales.  El Estado democrático debe garantizar la justicia social, la igualdad étnico-racial y de género. Dar cumplimiento al plan de acción de Durban para avanzar en la erradicación del racismo institucional.  Debe garantizar la protección de los y las defensoras de derechos humanos permanentemente amenazados, asesinados y perseguidos en particular en México, Centroamérica y Colombia.  Debe tener un papel central en la provisión de servicios que libere a las mujeres de la responsabilidad exclusiva del trabajo de cuidado y promueva la corresponsabilidad. Los Estados deben ratificar y asegurar el efectivo cumplimiento de la Convención 156 de la OIT.  Debe garantizar el acceso de las mujeres al trabajo remunerado con calidad y pleno respeto de los derechos laborales.  Debe reconocer el valor social y económico del trabajo doméstico y equipararlo jurídicamente en la legislación laboral.  Debe garantizar el derecho de las mujeres a la tierra, a los recursos naturales y el reconocimiento de los territorios indígenas y afrodescendientes.  Debe garantizar la seguridad y previsión social universal y pública a todas las mujeres, en el marco de un nuevo modelo de redistribución de la riqueza que todas y todos producimos.


21 III. LA IGUALDAD DE GÉNERO Y LOS DERECHOS ECONÓMICOS DE LAS MUJERES EN LA COOPERACIÓN 31 ESPAÑOLA AL DESARROLLO Con la incorporación de España como país donante al Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) la realización de las actividades de cooperación en materia de género recayó sobre el Instituto de la Mujer. Su Primer Plan de Igualdad (1988-1990) establecía dentro de sus objetivos, impulsar programas de cooperación internacional con la finalidad de beneficiar a grupos concretos de mujeres. En 1990 comenzó a ejecutarse desde el programa MUJER Y DESARROLLO, que sub31

La Cooperación Española al Desarrollo incluye a distintos tipos de actores con prioridades y estrategias diferenciadas. No ha sido voluntad de este estudio dar a conocer todas y cada una de ellas sino presentar los marcos generales, como “acuerdos de mínimos”, que deben guiar los esfuerzos de todos ellos. Para análisis más exhaustivos del trabajo de la cooperación española en materia de igualdad de género y empoderamiento de las mujeres, recomendamos consultar:  El capítulo de Irene López Méndez “Sobre una estrategia de género para la Cooperación Española” (Tamayo et al., 2003: 31-50)  Los materiales producidos en el marco de la Campaña de “Muévete por la Igualdad. Es de Justicia” de Ayuda en Acción, Intered y Entreculturas ( www.mueveteporlaigualdad.org ). Para el caso de la cooperación catalana, recomendamos consultar el documento de la misma campaña: Análisis de Género en la Ayuda Oficial al Desarrollo de la Cooperación Catalana (2009). En el caso de la cooperación al desarrollo vasca la tesis no publicada de Bengoetxea (2010). Proporcionamos el correo de contacto de la autora para solicitar la tesis en caso de interés: edurbengoetxea@ gmail.com

venciona actividades centradas en colectivos de mujeres, sobre todo de ámbito latinoamericano. Pero la cooperación al desarrollo no deja de ser un pequeño capítulo en la agenda de este organismo, encargado especialmente de la protección social y la igualdad de género en España y en relación al resto de Europa. La IV Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995) tuvo claras repercusiones en la política española que ocupaba en ese momento la Presidencia Europea, y tuvo un especial protagonismo en cuanto a la defensa de la igualdad entre mujeres y hombres. Esta búsqueda de igualdad en la política española, tiene su reflejo en la cooperación al desarrollo y así queda establecido con la aprobación en 1998 de la LEY DE COOPERA32 CIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO que fija como uno de los principios de la política española de cooperación al desarrollo “...la participación ciudadana en condiciones de igualdad para mujeres y hombres...” (Artículo 2.b.). Entre las prioridades sectoriales se incluye “la protección y respeto de los derechos humanos, igualdad de oportunidades, participación e integración social de la mujer y defensa de los grupos de población más vulnerables” (artículo 7.c.) En el año 2000 se publica el primer PLAN DIRECTOR 2001-2004 DE LA COOPERACIÓN ES33 PAÑOLA que reconoce la lucha contra la pobreza, el medio ambiente y la promoción de la igualdad entre mujeres y hombres, como prioridades horizontales. Este Plan fue criticado por las ONGD por su marcado enfoque MED. El Plan Director de la Cooperación Española es un documento marco que establece los objetivos, criterios, prioridades sectoriales y geográficas de la cooperación al desarrollo. Es el elemento básico de planificación cuatrienal. En el año 2005 se publica 32

Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo: http://noticias.juridicas.com/

33

Plan Director de la Cooperación Española (2001-2004): http://www.aecid.es/galerias/

base_datos/Admin/l23-1998.html

publicaciones/descargas/ Plan_Director2001-2004.pdf


22 el segundo PLAN DIRECTOR 2005-2008 DE LA 34 COOPERACIÓN ESPAÑOLA , que otorga un papel relevante a la promoción de la igualdad de género, estableciendo como uno de sus objetivos estratégicos el aumento de la autonomía de las mujeres y con un enfoque claramente GED. El actual PLAN DIRECTOR 35 DE LA COOPERACIÓN ESPAÑOLA (2009-2012) reconoce que “la Cooperación Española basará en el enfoque GED todas sus actuacio34

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nes y todos los niveles desde la planificación estratégica a la programación, la gestión, el seguimiento y la evaluación”; y, establece la promoción de los derechos humanos como prioridad horizontal, junto a la gobernabilidad democrática. Más allá de la inclusión de la igualdad de género en la Ley de Cooperación y de ser considerada una prioridad en los planes directores elaborados hasta el momento, está la ESTRATEGIA DE GÉNERO EN DESARROLLO que supone un importante avance al dotar a Plan Director de la Cooperación Española la cooperación española de unas directrices (2005-2008): www.aecid.org.ar/ de actuación que afianzan, al menos a nivel info_documentacion/plan_director.pdf teórico, la inclusión de la igualdad de género en todo el conjunto de la Ayuda Oficial al Plan Director de la Cooperación Española Desarrollo (AOD).La Estrategia reconoce la (2009-2012): www.aecid.es/es/servicios/ discriminación que viven las mujeres en el lipublicaciones/Documentos/Plan_director/ bre acceso y ejercicio de sus derechos eco Para documentos específicos de la nómicos, lo que, se señala, repercute en su cooperación española en los países del autonomía, limita sus opciones vitales y laestudio, consultar: Documento de Es- borales, y condiciona su presencia mayoritaria bajo la línea de la pobreza. En cuanto al trategia País Cooperación Española trabajo de las mujeres, visibiliza y valora el 2005-2008. El Salvador: trabajo reproductivo no remunerado, y deshttp://www.aecid.es/es/servicios/ taca las condiciones de las mujeres en el publicaciones/Documentos/dep/ 01coop_mex_acentral_caribe/ mundo laboral donde sufren una grave discriminación en cuanto a acceso, condiciones  Cooperación Española en El Salvador. y oportunidades en el trabajo en comparaMarco de Asociación País 2010-2014: ción con los hombres. A partir de este diagwww.ayudaeficaz.es/Cooperaci%C3%B3nespa%C3%B1olay-eficacia/En-los-paises- nóstico en materia de derechos económicos de las mujeres, la Estrategia propone líneas socios/Documentos.aspx?Action= 1&NewsId=297&currentPage=2&PID=481 de trabajo e intervenciones concretas (Véase el apéndice 2).  Documento de Estrategia País CoopePero más allá de los avances normatiración Española 2005-2008. Nicaragua: vos, teóricos y de planificación, la inclusión www.aecid.es/es/servicios/ real de la perspectiva de género ha sufrido publicaciones/Documentos/dep/ un desarrollo desigual en estos años. En 01coop_mex_acentral_caribe/ concreto, ha habido críticas al trabajo de la  Documento de Estrategia País Coope- cooperación española en materia de derechos económicos de las mujeres por parte ración española 2005-2008. Bolivia: del movimiento de mujeres y feminista. www.aecid.es/es/servicios/ publicaciones/Documentos/dep/ 02coop_ame_sur/

 Cooperación Española en Bolivia. Marco de Asociación País 2011-2015: www.ayudaeficaz.es/Cooperaci%C3%B 3n-espa%C3%B1olay-eficacia/En-lospaises-socios/Documentos.aspx? Action=1&NewsId= 296&currentPage=2&PID=481


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REIVINDICACIONES: DERECHOS ECONÓMICOS DE LAS MUJERES

 Exigimos la revisión y reconceptualización de muchos de los términos que se utilizan en la economía convencional, y abogamos por explorar modelos socioeconómicos alternativos que busquen como objetivo garantizar una vida digna. 

Entre los conceptos a replantear queremos destacar la limitada noción de trabajo utilizada como sinónimo de empleo, así como la restrictiva visión del cuidado desde una concepción frecuentemente extraeconómica.

 Exigimos que los derechos individuales de las personas no estén vinculados al empleo. Así mismo, exigimos a las administraciones públicas el reconocimiento y la garantía en el cumplimiento de sus obligaciones respecto a los derechos económicos de las mujeres, que tienen que ver con el mantenimiento y la ampliación de las coberturas sociales.  Exigimos trabajar hacia la consecución de formas de producción, circulación, distribución y consumo justas, equitativas y sostenibles, desde valores feministas.  Exigimos colocar la cuestión de los cuidados en el centro del sistema social como elemento estructural y fundamental del mismo.  Exigimos reconocer, valorar y repartir equitativamente todos los trabajos, especialmente los más desvalorizados, es decir, los realizados mayoritariamente por mujeres.  Exigimos la corresponsabilidad en los trabajos no remunerados, especialmente los domésticos y de cuidados, entre los diversos agentes implicados: hombres, empresas y gobiernos.  Exigimos el cumplimiento efectivo de los derechos laborales en los trabajos remunerados, subrayando la necesidad de incorporar el trabajo doméstico remunerado al Régimen General de la Seguridad Social.  Exigimos que las empresas y los estados asuman su responsabilidad en cuanto a la erradicación de la violencia contra las mujeres en el ámbito laboral, prestando especial atención a los empleos feminizados. A este respecto, rescatamos aquí las reivindicaciones acordadas en el Encuentro “FEMIque tuvo lugar en Bilbao los días 27 y 28 de mayo de 37 2010 y en el que participaron más de 200 personas, mujeres en su mayoría . Dicho evento tenía entre sus objetivos la elaboración de una agenda política, esto es, apuntar algunas reivindicaciones feministas en el actual contexto de globalización y crisis civilizatoria para posteriormente realizar actividades de sensibilización e incidencia política en diferentes ámbitos. Con este propósito se estableció un espacio para el trabajo en grupos en el que debatir y concluir con algunos consensos en clave de reivindicaciones en torno a los derechos humanos de las mujeres. NISMOS EN LA AGENDA DEL DESARROLLO”

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www.nodo50.org/csca/agenda11/misc/pdf/castReivindicaciones.pdf

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Muchas de ellas lo hicieron a título individual, pero otras asistieron como representantes de ONGD - más de 30-, asociaciones de mujeres y movimiento feminista del Estado español y América Latina, personal técnico y político de administraciones públicas, alumnado y profesorado de universidades, empresas y asociaciones vinculadas al ámbito de la igualdad y cooperación para el desarrollo, partidos políticos, etc.


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2

El presente capítulo aborda la propuesta teórica y metodológica que hemos utilizado de cara a la sistematización de los discursos y prácticas de las organizaciones. Es necesario señalar que la importancia de especificar esta propuesta no sólo radica en que sea el marco que va a determinar nuestro diagnóstico, sino también porque determina las posibles intervenciones posteriores. Dicho de otra forma: que lo “teórico” no es algo que sólo queda en el mundo de la abstracción, sino que es fundamental de cara a las aplicaciones prácticas. El capítulo se estructura de la siguiente forma: en el primer apartado trataremos de abordar algunas consideraciones clave en torno a la Economía Feminista, haciendo hincapié en la crítica que realiza del discurso económico convencional y las alternativas que plantea. No obstante, tal y como señalábamos en el apartado introductorio, la Economía Feminista no es un pensamiento único y, por tanto, no ofrece un solo punto de vista ante el análisis económico; de hecho, para el estudio concreto de los derechos económicos de las mujeres, es posible identificar diversos enfoques que, si bien no son excluyentes, contienen diferencias conceptuales y metodológicas fundamentales que trataremos de recoger en el segundo apartado. Por último, presentaremos la herramienta metodológica utilizada de cara a la recogida y el análisis de la información de las organizaciones. Se trata de una batería de preguntas, agrupadas en dos bloques temáticos, que tiene como objetivo último facilitar y guiar la reflexión teórica en torno a los discursos y prácticas en materia de derechos económicos de las mujeres. 38

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PROPUESTA TEÓRICA Y METODOLÓGICA

Gran parte de las ideas recogidas en este capítulo se desarrollan en Agenjo (2011)

I.

ALGUNAS CONSIDERACIONES BÁSICAS EN TORNO A ECONOMÍA FEMINISTA

A. (PERO PRIMERO), LOS RASGOS CARACTERÍSTICOS DEL DISCURSO ECONÓMICO CONVENCIONAL La actividad económica surge porque las personas no somos autosuficientes sino que tenemos una serie de necesidades que no podemos satisfacer por nosotras mismas. Necesitamos una serie de bienes y servicios que se ponen a nuestra disposición a través de intercambios, con lo cual, éstos se convierten en los procesos básicos de la vida económica. Cualquier intercambio se compone, a su vez, de cuatro procesos interrelacionados: Producción, Cambio, Distribución y Consumo. El intercambio puede llevarse a cabo de muy diversas formas y no tiene por qué seguir una lógica mercantil, pero el discurso económico dominante sólo lo contempla a través de los mercados, los cuales, guiados a su vez por una lógica de acumulación y de crecimiento, pasan a convertirse en el centro de atención teórica y política. Según este análisis, el sistema económico está integrado por dos unidades fundamentales: empresas y hogares. Éstas se relacionan entre sí a través del intercambio en el mercado de bienes y servicios (flujos reales) y de recursos monetarios (flujos financieros), lo cual es posible debido a la existencia de un sistema de precios determinado por el punto de equilibrio entre la oferta y la demanda en cada mercado. Y aquí es donde aparece una cuestión fundamental. En este marco de análisis se supone que los mercados son de competencia perfecta; es decir, se supone que en ellos todos los oferentes y demandantes tienen la misma información, la misma cantidad y calidad de recursos, la misma capacidad de influir en


25 los precios, y en tanto que cada individuo es idéntico al resto pese a su libertad individual, el resultado (la demanda y la oferta agregadas) no es más que la suma de todos los comportamientos racionales individuales (AGEM, 2009). Se asume, por tanto, que las empresas y los hogares son unidades económicas homogéneas en su racionalidad y armónicas en su interior, es decir, se asume que en ellas no operan las relaciones de poder y que, por tanto, las decisiones que se toman buscan en todo momento la optimización o maximización del bienestar de todas las personas que se ubican en su interior:  En el caso de las empresas, se considera que la toma de decisiones busca de manera permanente la maximización de beneficios y la minimización de costos.  En el caso de las familias, se asume que sus miembros también toman decisiones para maximizar el bienestar del conjunto, decisiones que se refieren principalmente a la distribución del trabajo entre quienes deberán dedicarse a actividades que generan ingresos (fuera del hogar) y quienes deberán dedicarse a actividades que no generan ingresos en el mercado dentro del hogar (estudiar, realizar labores del cuidado, etc.) Se asume que estas decisiones se determinan por un análisis costobeneficio que tiene como resultado la maximización del bienestar total de la familia porque se supone que no existe ningún tipo de conflicto entre los individuos que la conforman.

ferencias de género cuestionan estos marcos de análisis. Hay enfoques que tratan de insertar a las mujeres en el análisis pero sin cuestionar los marcos preexistentes; en contraposición, hay enfoques cuyo punto de partida es precisamente la crítica y modificación de tales marcos. Esto supone una diferencia fundamental entre la Economía de Género y la Economía Feminista (Pérez, 2006), tal y como veremos a continuación. B. ECONOMÍA DE GÉNERO La Economía de género utiliza como estrategia básica la calificada como “añada 39 mujeres y revuelva” . Se denomina así porque “es la nomenclatura que mayoritariamente utilizan quienes pretenden seguir elaborando un discurso despolitizado y objetivista, frente a la adjetivación de feminista, que supone la asunción de un compromiso político explícito” ( .:11). Dentro de este enfoque se reconocen dos metodologías diferentes: 

 Análisis de “la mujer” como objeto de estudio: se considera que la exclusión de las mujeres ha sido consecuencia de una mala aplicación del método científico; es decir, los enfoques androcéntricos han

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En la economía de género se toman los marcos de análisis del discurso dominante (es decir, los mercados) como dados y simplemente se exige que a ellos se incorpore a las mujeres; por ello son también denominados modelos asimilacionistas cuya estrategia básica es la que Harding y Hewitson califican como “añada mujeres y revuelva”.

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El Comité sobre el Estatus de las Mujeres en la Profesión Económica realiza un informe anual sobre esta materia (Committee on the Status of Women in the Economics Profession: www.cswep.org )

 Por último, y dado que tanto las empresas como las familias logran por sí solas maximizar su bienestar, se considera que el Estado no tiene que intervenir en su funcionamiento, sólo tiene que dejar hacer (Estado “laissez faire”). Comprobamos, por tanto, que el discurso económico convencional se basa en una serie de supuestos irreales que ofrecen una visión distorsionada y estereotipada de la realidad económica y del papel que mujeres y hombres llevan a cabo en ella. Sin embargo, no todos los enfoques sensibles a las di-

Análisis de “la mujer” como sujeto de estudio: atienden a la ausencia o subrepresentación de las mujeres en la dis40 ciplina económica.


26 hecho mala ciencia porque no han atendido a la experiencia femenina. Por tanto, la solución que se plantea es insertar a las mujeres en los marcos teóricos preexistentes, aunque sin cuestionarlos. Su recuperación del género y las experiencias femeninas se da, por tanto, en los límites de lo que los enfoques androcéntricos consideran económico (el ámbito monetizado) y se centran fundamentalmente en el análisis de la participación femenina en el mercado laboral. C. ECONOMÍA FEMINISTA Por su parte, la Economía Feminista sí cuestiona los sesgos androcéntricos del discurso convencional y aspira a renovar la disciplina utilizando categorías analíticas y de interpretación que posibilitan una manera de interpretar la realidad económica en la que las mujeres no están ausentes. D. ¿CUÁLES SON LAS LIMITACIONES Y SESGOS QUE SEÑALA LA ECONOMÍA FEMINISTA AL DISCURSO CONVENCIONAL? 1. En el discurso económico dominante NO SE CONSIDERAN LAS RELACIONES DE PODER que existen al interior de las unidades económicas ni se les otorga significancia económica: Pero, tal y como defiende la Economía Feminista, el comportamiento económico se fundamenta en una serie de interacciones humanas (entre personas, entre personas y la naturaleza, etc.) que implican relaciones de poder y que, por tanto, generan desigualdades. Y de forma específica, existen relaciones de poder entre géneros que sitúan a mujeres y hombres en una posición diferenciada en el sistema socioeconómico. Así, por ejemplo, en las empresas capitalistas existen asimetrías de poder y diferencias de intereses entre la clase empresarial y la clase trabajadora, pero también existen al interior de cada una de estas clases, entre trabajadoras y trabajadores, y entre empresarias y empresarios (ade-

más de otros ejes de jerarquización social que nos atraviesan como la edad, la etnia, la diversidad funcional y sexual, la clase, el estatus migratorio, etc.). Estas mismas relaciones de subordinación también existen entre las empresas capitalistas que “expolian” valor a las empresas no capitalistas formadas por microempresas de subsistencia, comercio informal, producción campesina, etc. y en donde existe una presencia mayoritaria de mujeres. Por su parte, las relaciones de dominación-subordinación en los hogares se expresan en asimetrías en el acceso y control de recursos por parte de hombres y mujeres así como por asimetrías en la distribución de los beneficios generados por el uso de esos recursos (AGEM, 2009). Estas relaciones de poder sitúan a mujeres y hombres en una posición desigual en cada uno de los sectores de la economía, lo que implica que unas y otros reciban un impacto diferente de los procesos económicos: ¿Acaso les afecta el desempleo por igual? ¿Les afecta por igual la reducción del gasto social tras la crisis? Por tanto, desde la economía feminista se sostiene que prestar atención a las relaciones de género en la economía no implica ofrecer un discurso victimista, sino comprender cómo los procesos económicos afectan de forma diferenciada a las mujeres debido a la desigual posición que ocupan frente a los hombres en el sistema socioeconómico. 2. El análisis dominante SÓLO CONSIDERA LOS BIENES Y SERVICIOS QUE “PASAN POR EL MERCADO”: Ello se debe a la reducción del objeto de estudio de la economía y el trabajo al ámbito productivo y mercantil. Así, los bienes y servicios que se producen de forma gratuita en el sector de la economía reproductiva permanecen ocultos en el análisis, pasando a constituir una suerte de “externalidades” que en última instancia contribuyen a reducir los costos de producción de las empresas, y a reducir el gasto público destinado a la provisión


27 de servicios para el bienestar de la población. No obstante, tal y como reconoce Picchio (2001), el trabajo de reproducción que mayoritariamente llevan a cabo las mujeres cumple una serie de funciones indispensables para el funcionamiento del sistema económico: LA AMPLIACIÓN Y EXPANSIÓN del bienestar y la REDUCCIÓN cuantitativa y cualitativa de la población a la figura de mano de obra. Es decir, contribuyen al sistema mediante la producción para el autoconsumo de bienes y servicios que forman parte del valor de la fuerza de trabajo, pero también contribuyen a la formación de las personas, a su socialización, a su cuidado, etc. Todas estas actividades desarrolladas de forma gratuita por las mujeres en los hogares permiten a las empresas un “ahorro” sustancial del costo salarial real que deberían aportar a la fuerza laboral para cubrir todas estas necesidades. Pero hay una función adicional de los grupos domésticos más allá de las actividades que se llevan a cabo en su interior, y es que es en ellos donde se asume la responsabilidad última de que el conjunto encaje, la responsabilidad de que la economía funcione: por eso no son sólo otra unidad económica, sino la unidad económica básica. Como señala Carrasco (2009: 134) “es en (ellos) donde se toman las decisiones económicas primarias y donde en última instancia se ajustan todos los procesos de forma que adquieran sentido económico, esto es, que generan bien-estar. (Unos) hogares (que) en absoluto son unidades armoniosas, sino terrenos marcados por el conflicto, de forma clave, por las relaciones de desigualdad entre mujeres y hombres”. Por su parte, también las instituciones gubernamentales y no gubernamentales contribuyen en muchos casos a la satisfacción de necesidades del cuidado de las familias y de las comunidades, como por ejemplo mediante la provisión de sistemas de seguridad social, servicios de guarderías, atención a personas con ca-

pacidades diferentes o personas mayores, y/o de provisión de servicios de salud y/o alimentación a algunos o a todos sus miembros (AGEM, 2009). Pero en épocas de crisis económica los Estados optan por recortar el gasto social o privatizar servicios básicos como medida de ajuste de las finanzas públicas, y con ello disminuyen su oferta de bienes y servicios para el cuidado. Frente a esta situación, los hogares (y en ellos, principalmente las mujeres) se ven en la necesidad de destinar más tiempo de trabajo no remunerado a la realización de actividades que permitan compensarlo, y que así el bienestar de la familia no se vea perjudicado. Por tanto, en épocas de crisis como la actual son los hogares los que actúan de colchón frente a los ajustes del sistema. 3. El discurso dominante NO CONSIDERA LA DIMENSIÓN ÉTICA DE LOS RESULTADOS DE LOS PROCESOS ECONÓMICOS, los cuales muchas veces están determinados por relaciones de dominación y de subordinación que provocan la violación de derechos humanos fundamentales de hombres y mujeres en el ámbito económico. Por ello, no se trata solamente de utilizar un marco teórico para describir y/o cuantificar las diferencias y las asimetrías entre hombres y mujeres en los sectores que integran este sistema (análisis propio de la Economía de Género), sino que se trata de utilizar a la ciencia económica para transformar este sistema económico de LO QUE ES A LO QUE DEBERÍA SER para así garantizar el ejercicio pleno de los derechos humanos de todas las personas que lo integran, de todos los hombres y de todas las mujeres (IBÍDEM.). A la luz de tales sesgos androcéntricos en el discurso dominante, la Economía Feminista apuesta por tomar una posición crítica y construir nuevas perspectivas de análisis surgidas a partir de la experiencia de las mujeres, lo cual implica ampliar el objeto de estudio a nuevas esferas de actividad eco-


28 nómica y desvelar las connotaciones de género implícitas. Pero para ello, previamente es necesario modificar las metodologías heredadas del pensamiento económico convencional porque ha quedado demostrado que no sirven para tal fin. En este sentido, es necesario señalar que no hay una única estrategia para modificar el discurso dominante. Concretamente podemos distinguir dos (Pérez, 2006): la estrategia de la CONCILIACIÓN y la estrategia de la RUPTURA, y es precisamente la utilización de una u otra lo que permite diferenciar entre corrientes dentro de la Economía Feminista. Así, hablaremos de Economía Feminista de la Conciliación (EFC) y de Economía Feminista de la Ruptura (EFR), utilizando como criterio diferenciador el grado en que una u otra modifican el análisis convencional. Esta diferenciación teórica es la que sirve de base en el presente diagnóstico sobre derechos económicos de las mujeres, y la que nos ha permitido diseñar nuestra herramienta de recogida de información y de análisis. Por ello, a continuación, trataremos de presentar los rasgos definitorios de una y otra corriente desde un punto de vista conceptual y metodológico.

un cuerpo teórico relativamente homogéneo cuyo rasgo característico es el análisis de los procesos económicos otorgando el mismo valor al ámbito doméstico y al ámbito mer42 cantil . Este es un análisis que denominamos “integrador” porque es fruto de la utilización de una estrategia concreta basada en la CONCILIACIÓN de estos dos espacios. Si recordamos, en el discurso convencional los mercados y los hogares aparecían separados y con una desigual carga valorativa, por lo que desde la EFC se entiende que para poder ponerlos al mismo nivel es necesario recuperar la importancia de las actividades económicas que las mujeres realizan en el ámbito doméstico y visibilizar las razones por las que han permanecidos infravaloradas. Para ello, se propone la utilización de un concepto de TRABAJO más amplio, que abarca tanto las actividades mercantiles remuneradas, como las no remuneradas. Es decir, se entiende que trabajo es toda aquella actividad que puede ser delegada en una 43 tercera persona . Asimismo, comienzan a

que parte de los enfoques radicales o reproductivos. 42

En el caso del enfoque producciónreproducción, se concede la misma importancia a la producción asalariada que a la organización social de la reproducción humana: dos subsistemas que están presentes en todas las sociedades y cuya conjunción permite la reproducción social. Este es un enfoque que queremos resaltar puesto que supone un enfoque de transición hacia la Economía Feminista de la Ruptura al situar como elemento central de análisis la interconexión entre ambos espacios.

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Para recuperar las actividades de las mujeres en el ámbito doméstico y acabar con su infravaloración, se utiliza un concepto de trabajo que va más allá del ámbito mercantil y que se basa en “el criterio de la tercera persona”. De acuerdo a ello se considera que trabajo son todas aquellas actividades que culminan en un producto acabado, identificable y que pueden ser delegadas a

II. CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LAS DISTINTAS CORRIENTES DE PENSAMIENTO ECONÓMICO FEMINISTA A. ECONOMÍA FEMINISTA DE LA CONCILIACIÓN (EFC) Dentro del término general de ECONOMÍA FEMINISTA DE LA CONCILIACIÓN pueden diferenciarse distintos enfoques que, a pesar de sus diferencias -en gran medida ligadas a las distintas corrientes económicas androcéntri41 cas de las que parten - dan como resultado 41

Entre estos enfoques distinguimos, por ejemplo, el “debate sobre el trabajo doméstico” procedente del feminismo marxista, o las “teorías de los sistemas duales” procedente del feminismo socialista anglosajón, y el “enfoque producción- reproducción”


29 utilizarse una serie de nociones nuevas procedentes del análisis feminista que permiten desvelar las connotaciones de género implícitas en el hecho de que unas actividades sean valoradas socialmente y otras no:  LA DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO es un concepto que se utiliza para visibilizar la distribución estructural del trabajo en función del sexo y la adscripción de las mujeres a las tareas menos valoradas. Las implicaciones de este desigual reparto por género son evidentes en el mercado de trabajo, manifestándose en una menor tasa de actividad femenina, menores tasas de ocupación, mayores tasas de parcialidad y mayor temporalidad en sus contratos. Ello implica no sólo una menor posibilidad de autonomía financiera y de acceso al bienestar material para las mujeres, sino también una menor posibilidad de acceder a la libertad de toma de decisiones asociadas a la tenencia de salario en una sociedad de mercado.  El concepto de FAMILIA NUCLEAR TRADICIONAL pretende describir la concreción micro de dicha estructura en la familia como unidad básica de convivencia y decisión. Así, hace referencia a la división de roles HOMBRE GANADOR DE INGRESOS / MUJER AMA DE CASA como modo de organización social que ha ido de la mano de la desvalorización e invisibilización del trabajo doméstico, y de una visión de la mujer como dependiente de los ingresos del hombre. Una estructura familiar que se desvela como elemento clave para que siga garantizándose la reproducción sin que los hombres vean alterada su disponibilidad para el mercado laboral y que actúa como “norma”, es decir, que se fomenta y

una tercera persona (a cambio o no de un salario). De acuerdo a este criterio, tanto el empleo como las tareas domésticas no remuneradas se consideran trabajo. Es decir, el trabajo doméstico se valora porque se equipara al trabajo mercantil.

se penaliza si la gente se desvía; pero que no tiene por qué responder a la realidad familiar.  Pero la intensidad y discriminación con que las mujeres asumen el trabajo doméstico no remunerado en mayor medida que los hombres no sólo depende del predominio de tales valores patriarcales sino que, de modo directo, también depende de la existencia de medios materiales que posibilitan un reparto igualitario de los usos del tiempo. De esta forma, el foco de atención teórica se traslada desde el análisis del TRABAJO TOTAL de las mujeres hacia el análisis del TIEMPO TOTAL DE TRABAJO. Un cambio de mirada que permite reflejar la DOBLE PRESENCIA de las mujeres en el mercado y en el hogar, haciendo hincapié no en la acumulación de las dos jornadas, sino en la obligación que tienen de asegurar su presencia en ambos espacios de forma simultánea (Pérez, 2006). Podemos comprobar, por tanto, que a partir de la inclusión de estos conceptos al análisis, la EFC se distancia de los esquemas sesgados de los enfoques androcéntricos que sólo atendían a la parte monetizada de la realidad económica. No obstante, no se cuestiona la importancia de los mercados para la economía por lo que éstos siguen estando en el centro del análisis. Y esta es una cuestión fundamental porque la forma particular de mirar la economía que tiene la EFC hace que se otorgue una importancia clave a los aspectos mercantiles como el empleo y las condiciones laborales, las propiedades, el crédito, las remesas, etc. Pero obviamente, esta forma de mirar también impide ver otros aspectos no mercantiles y que son propios del ámbito privado/doméstico; es decir, aunque en el análisis de la EFC sí se incluya la esfera doméstica, ésta no importa en sí misma por su especifi44 cidad y las relaciones de poder que operan

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No se tiene en cuenta que el ámbito doméstico tiene unos elementos distintivos de ca-


30 en ella, sino que se recupera en tanto en cuanto se asimila al mercado.

centrarse explícitamente en la forma en que cada sociedad satisface sus necesidades. Ello implica:

B. ECONOMÍA FEMINISTA DE LA RUPTURA (EFR)

 Desplazar a los mercados del núcleo del análisis y situar en él a las personas (no como individuos aislados sino en términos de aprovisionamiento social).

Desde la ECONOMÍA FEMINISTA DE LA RUPTURA se considera que la invisibilidad de los “otros” femeninos en el discurso convencional (como el trabajo doméstico, los hogares…) no es un mero sesgo u olvido sino que se trata de un factor intrínseco para que exista “lo mismo”, para que sea posible una estructura mercantil masculinizada. Por esta razón, se apuesta por no conceder el mismo valor analítico a esferas económicas que en el discurso convencional aparecían separadas (mercantil/doméstica), sino que se opta por centrarse en el elemento que las trasciende y las contiene: LA SOSTENIBILIDAD DE LA VIDA (SV). Como señala Carrasco (2009:183), el concepto de SV “representa un proceso histórico de reproducción social, un proceso complejo, dinámico y multidimensional de satisfacción de necesidades en continua adaptación de las identidades individuales y las relaciones sociales, un proceso que debe ser continuamente reconstruido, que requiere de recursos materiales pero también de contextos y relaciones de cuidado y afecto, proporcionados éstos en gran medida por el trabajo no remunerado realizado en los hogares […] Un concepto que permite dar cuenta de la profunda relación entre lo económico y lo social, que sitúa a la economía desde una perspectiva diferente, que considera la estrecha interrelación entre las diversas dimensiones de la dependencia y, en definitiva, que plantea como prioridad las condiciones de vida de las personas, mujeres y hombres”. Por tanto, la idea que subyace a esta noción de SV es desvelar los procesos fundamentales de la dinámica socioeconómica y

rácter emocional en torno a los afectos, la culpabilidad, la norma social, la frustración, etc. que difícilmente pueden encontrar sustituto en el mercado.

 Desplazar el interés por las necesidades que implican la producción de mercancías y de beneficios, y pasar a interesarnos por la satisfacción social de las necesidades humanas. Ello conlleva a su vez una comprensión amplia de las NECESIDADES, entendiendo que no son un elemento biológicamente determinado sino que se construyen y expresan socialmente y que se ven afectadas por relaciones de poder.  Considerar como TRABAJO toda aquélla actividad destinada PRECISAMENTE a la satisfacción de tales necesidades, es decir, destinada a la gestión cotidiana de nuestra vida en las facetas material, afectiva y relacional. Esta es una cuestión fundamental porque desde este punto de vista la visión sobre la dependencia se amplía, reconociendo que se trata de un proceso social en el que todas las personas somos inter y ecodependientes. La centralidad de la SV conlleva, al fin y al cabo, desvelar el conflicto social existente entre la lógica de la acumulación del capital y la lógica de la reproducción de la vida de las personas. Frente a ello, la apuesta se sitúa en reclamar una lógica ecológica del cuidado que permita gestionar nuestra interdependencia en condiciones de equidad. Como señala León (2009a:1) “no se trata sólo de desplazar el control o las decisiones de un grupo hegemónico a otro, ni siquiera sólo de ‘desprivatizar’ esas decisiones, sino de afrontar transformaciones de fondo que lleven de una economía centrada en la acumulación y la tiranía del mercado, hacia una orientada a la sostenibilidad de la vida, la justicia y la democracia. Esto supone cambios en la matriz productiva, en las visiones y


31 políticas acerca de quiénes y cómo hacen economía, de qué y cómo producir, qué y cómo consumir, de cómo, en última instancia, reproducir la vida”. En este punto es necesario señalar que la EFR no pretende realizar un análisis abstracto de los procesos económicos cuyos resultados sean universalizables para todas las mujeres, sino que lo que se propone es la construcción de “conocimientos situados”, es decir, afirmaciones históricas y culturalmente localizadas que busquen la visualización parcial de procesos concretos (Pérez, 2006): la crisis de los cuidados en el contexto occidental, las experiencias andinas en torno a la noción del “buen vivir/ vivir bien”, etc.

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que las formulaciones que se presentan a continuación no siempre se han planteado de manera textual en las entrevistas ya que nuestro interés ha radicado en recoger el flujo de la información particular de cada persona entrevistada, además de captar aspectos no previstos en el guión y que surgen de la espontaneidad de la conversación. Por esta misma razón, los análisis correspondientes a cada país que aparecen recogidos en el capítulo 3, no siempre van a hacer referencia a todas y cada una de estas preguntas puesto que, en muchas ocasiones, esta herramienta ha supuesto un soporte metodológico a la hora de recoger la información de cada organización y no un cuestionario estricto.

III. HERRAMIENTA METODOLÓGICA A la luz de la presentación de algunos de los rasgos definitorios de la EFC y la EFR es posible identificar que ambas corrientes parten de niveles de discurso diferentes. Sin embargo, este distinto nivel de análisis no los convierte en discursos excluyentes sino más bien complementarios. Y nuestro objetivo con la herramienta de recogida de información y de análisis que presentamos a continuación es, precisamente, facilitar y guiar esta reflexión teórica para encontrar las sinergias entre las propuestas más integradoras y aquéllas más rupturistas, y aprovechar las complementariedades que surjan a la hora de afrontar los retos actuales en materia de derechos económicos de las mujeres en los distintos contextos. La herramienta está dividida en dos bloques. El primero se compone de preguntas que sirven para contextualizar el análisis en un lugar y momento concreto. El segundo bloque ahonda en el discurso de cada organización, primero a nivel de posicionamiento político-económico, después a nivel de enfoque y, por último, a nivel de las propuestas concretas en materia de derechos económicos de las mujeres. Es necesario señalar

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Inspiradas en las preguntas planteadas para preparar el debate sobre los fundamentos de economía feminista del seminario- taller de Economía Feminista, Universidad Complutense de Madrid, 12-13 de mayo de 2011: www.economiacritica.net/?p=224


32 HERRAMIENTAS DE RECOGIDA Y ANÁLISIS DE INFORMACIÓN 1. ANÁLISIS DEL CONTEXTO EN MATERIA DE PROMOCIÓN Y DEFENSA DE LOS DERECHOS ECONÓMICOS DE LAS MUJERES  Principales avances y desafíos que es-  ¿Existen redes entre el mundo acatán enfrentando las mujeres en el ejercidémico y el movimiento para la polício de sus derechos económicos en el tica y/o para la generación de conopaís. cimiento en materia de economía y derechos económicos?  Principales leyes y normas al respecto.  ¿Existe diálogo con otras perspecti ¿Está el movimiento de mujeres/ femivas económicas críticas (Economía nista del país construyendo un discurso marxista, Economía solidaria, Ecopropio en los temas económicos? ¿Se nomía Ecológica, etc.) para la proestá llevando a cabo un proceso de “almoción de los derechos económicos fabetización económica” dentro del mode las mujeres? ¿Y con la economía vimiento? ¿O se está “haciendo dejaortodoxa como una vía para tener dez” en esta materia considerando a las mayor impacto en las políticas públieconomistas feministas como las “excas? pertas” a las que consultar? 2. ANÁLISIS DE LOS DISCURSOS Y PRÁCTICAS DE LAS ORGANIZACIONES 2.1. POSICIONAMIENTO POLÍTICO-ECONÓMICO  ¿Se definen explícitamente como una  ¿Cuestionan el sistema económico organización feminista o una organiactual? En caso afirmativo, ¿cuáles zación de mujeres que trabaja “con son los puntos más relevantes en este enfoque de género”? es decir ¿Se cuestionamiento? ¿Qué alternativas plantean la política en sentido amplio proponen? o sólo a través de políticas públicas?  ¿Consideran que la igualdad de géne ¿Qué sujeto político-económico constiro es posible dentro del sistema capituye el núcleo de su discurso teórico y talista y hay que defenderla porque es de sus propuestas?: beneficiosa para el sistema (en el sentido de que implica un pleno aprove ¿Su discurso parte de la escisión féchamiento del capital humano y cuirrea hombre/mujer o prestan atención dador de todas las personas)? ¿O real a las diferencias intra-géneros? consideran que la desigualdad es im ¿Hablan del sujeto homogéneo “mujer” prescindible para el capitalismo y por o prestan atención a la diversidad entanto, nunca se alcanzará la igualdad tre “mujeres”? dentro de los márgenes del sistema?  ¿Qué importancia otorgan a otras  ¿Cuestionan el paradigma del desaopresiones basadas no sólo en serrollo humano como discurso domixo/género, sino también en la edad, la nante en torno al desarrollo? En caso etnia, la clase socio-económica, la diafirmativo ¿cuáles son los puntos más versidad funcional y sexual, las creenrelevantes en este cuestionamiento? cias religiosas, la vida con enferme¿Qué alternativas proponen? dad crónica, la nacionalidad, el país  ¿Cómo entienden la pobreza? ¿Sólo donde se habita…? de ingresos o más allá? ¿De manera  ¿Qué ejes de desigualdad reciben maindividualizada o colectiva? ¿Se tieyor atención? ¿Y cuáles están más nen en cuenta las dinámicas de génedesatendidos? ro re-productoras de la pobreza?


33 2.2. ENFOQUE EN MATERIA ECONÓMICA  ¿Qué entienden por economía?  ¿Qué entienden por cuidados? ¿Hablan de “trabajo de cuida ¿Sitúan a los mercados como centro del dos” necesario para cubrir “deanálisis y objeto de sus iniciativas? ¿Qué pendencias” concretas por enpapel otorgan a la esfera reproductiva? ¿Y fermedad, edad, etc.? ¿O haal Estado?: ¿Los abordan como esferas seblan de una lógica del cuidado paradas o tratan de superar estas divisiones necesaria para la sostenibilidad a partir de otros términos? Es decir, ¿hablan de la vida? de sostenibilidad de la vida humana? ¿de situar a las personas en el centro?  ¿Qué entienden por empoderamiento y/o autonomía económi ¿Qué lugar ocupan en su discurso las nececa de las mujeres? ¿Cómo cosidades de las personas? ¿Las sitúan en el nectan los niveles micro, meso y centro de su discurso? ¿Dónde sitúan la macroeconómico? responsabilidad de su satisfacción? ¿sobre las personas a nivel individual o debe existir  ¿Desde qué punto de vista anauna responsabilidad social? ¿Las entienden lizan los Derechos Económicos como multidimensionales? ¿En qué sentide las mujeres? ¿Los enmarcan do? ¿Hablan de garantizar la satisfacción de en lo convencionalmente entennecesidades básicas en materia de alimendido como económico (acceso y to, salud y educación, etc., o hablan de sacontrol de recursos monetarios: tisfacer el conjunto de necesidades humaempleo y salario, crédito, pronas donde también tienen cabida las emopiedad de tierra, vivienda, etc.) o ciones, las relaciones, el sexo, etc.? los consideran como un “todo” que tiene que ver con la capaci ¿Cómo enfocan la autonomía de las persodad de satisfacción de todas las nas? ¿Hablan de interdependencia o de denecesidades humanas, materiapendencia? les e inmateriales?  ¿Qué entienden por trabajo? ¿Entienden que es toda actividad que pueda ser desa-  ¿Cuál es el límite que establecen entre los derechos civiles, rrollada por una tercera persona a cambio políticos, económicos, sociales, de un salario? ¿O dan una definición más culturales, sexuales y reproducabierta del tipo “actividad de creación y getivos, etc.? neración de vida”? 2.3. PROPUESTAS CONCRETAS EN DERECHOS ECONÓMICOS DE LAS MUJERES  ¿Cómo promueven el empoderamien-  ¿En qué medida inciden sobre la divito/ autonomía económica de las mujesión sexual del trabajo y los roles hisres? ¿Tratan sólo de ampliar las optóricamente asignados a las mujeres? ciones laborales y de generación de  ¿Cómo promueven la satisfacción de ingresos? o ¿tratan de ampliar sus las necesidades humanas de distinto “opciones”, sus “capacidades” para tipo? que participen en las “tomas de deci-  ¿En qué medida sus propuestas susiones” de forma libre y autónoma? ponen, por tanto, alternativas al mode ¿El acceso a qué tipo de bienes y relo económico neoliberal y al sistema cursos económicos promueven? patriarcal? ¿Apuestan verdaderamente ¿Recursos “convencionales” como el por poner la lógica del cuidado y la empleo, el salario, el crédito, las prosostenibilidad de la vida frente a la del piedades…? ¿O hablan y promueven capital? En caso afirmativo ¿cómo otro tipo de recursos intangibles como combinan el cambio estructural con las el cuidado, la solidaridad, los saberes medidas que den respuestas inmediaancestrales, etc.? ¿Cómo lo hacen? tas a las necesidades de las mujeres?


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