NO. 72 MEDIOS profundos

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21 de septiembre 2013 • Número 72 Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver Suplemento informativo de La Jornada

TEMA DEL MES

yankuitlajtoli palabra nueva


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“APAGUE LA LUZ Y ESCUCHE” Suplemento informativo de La Jornada 21 de septiembre de 2013 • Número 72 • Año VI

COMITÉ EDITORIAL Armando Bartra Coordinador

La radio. Las costumbres de las sociedades serán seguramente metamorfoseadas por este mecanismo que establece una comunicación directa entre las almas, con todas sus consecuencias. S.J.M., El Universal, 1923

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Luciano Concheiro Subcoordinador Enrique Pérez S. Lourdes E. Rudiño Hernán García Crespo CONSEJO EDITORIAL Elena Álvarez-Buylla, Gustavo Ampugnani, Cristina Barros, Armando Bartra, Eckart Boege, Marco Buenrostro, Alejandro Calvillo, Beatriz Cavallotti, Fernando Celis, Luciano Concheiro Bórquez, Susana Cruickshank, Gisela Espinosa Damián, Plutarco Emilio García, Francisco López Bárcenas, Cati Marielle, Yolanda Massieu Trigo, Brisa Maya, Julio Moguel, Luisa Paré, Enrique Pérez S., Víctor Quintana S., Alfonso Ramírez Cuellar, Jesús Ramírez Cuevas, Héctor Robles, Eduardo Rojo, Lourdes E. Rudiño, Adelita San Vicente Tello, Víctor Suárez, Carlos Toledo, Víctor Manuel Toledo, Antonio Turrent y Jorge Villarreal.

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Diseño Hernán García Crespo

La CYB, luego XEB, de la tabacalera El Buen Tono, y la CYX, de los editores de El Universal Ilustrado, son radios precursoras, pero la más impetuosa fue la XEW, fundada en 1930 por Emilio Azcárraga Vidaurreta, a la que

ara muchos mexicanos la radio fue el perfecto acompañante sonoro de momentos entrañables. Los más jóvenes nacieron en línea y con el celular en el pañal, pero para los mayores la nostalgia está hecha también de lo que escuchábamos en la cajita parlante que alguna vez fue de madera y después de baquelita. Y los referentes hertzianos de cada quien balconean los años que ha vivido: si en la radio sólo oyes a Carmen Aristegui, porque quieres tener opinión y leer periódicos es de hueva, sin duda estás tierno; si tu abundante información sobre el viejo rock en español sale de que escuchabas Guaraches de ante azul, con Federico Arana, en Radio Educación, aún eres joven; en cambio, si de chico oías rock de por acá en Radio 6.20, no te hagas, ya llegaste a los 60; pero si te acuerdas del Doctor IQ, cediste alguna vez al perentorio conjuro de Arturo de Córdova: “Apague la luz y escuche”, admiraste sin conocerlos a Carlos Monsiváis y José Antonio Alcaraz, cuando eran Niños Catedráticos… es que coqueteas con los 70; ahora que si eres de los que se aprendían los cuentos del Tío Polito que pasaban en la XEW, “La voz de América Latina desde México”, de plano andas por los 80… Y así. Pero la radio no sólo fue el sound track de nuestras vidas. Fue, y es, un terreno de lucha por la conciencia ciudadana, un ámbito de confrontación ideológica y política más importante de lo que a primera vista parece.

La Jornada del Campo, suplemento mensual de La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, SA de CV; avenida Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal. Teléfono: 9183-0300. Impreso en Imprenta de Medios, SA de CV, avenida Cuitláhuac 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, delegación Azcapotzalco, México, DF, teléfono: 53556702. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin la autorización expresa de los editores. Reserva de derechos al uso exclusivo del título La Jornada del Campo número 04-2008-121817381700-107.

PORTADA: Mario Martínez

Shell, Texaco, Halliburton, Chevron y otras trasnacionales quieren que Peña Nieto les privatice Pemex para quedarse con nuestra renta petrolera. Muchos no estamos de acuerdo. Y con el profundo diferendo nacional se reanuda un combate histórico cuya primer round lo ganó México en 1938, gracias al fulminante gancho al hígado que fue la expropiación petrolera operada por el presidente Cárdenas y apoyada por todo el pueblo.

Érick Huerta, Eugenio Bermejillo y Arturo Guerrero, coeditaron este número del suplemento, con el apoyo de Guadalupe Blanco, Claudia Barajas, y Soİa Ortega.

Desde sus pasos iniciales, la radio de por acá estuvo sometida al influjo de la potencia del norte. En el arranque de los años 20’s del pasado siglo los primeros radioescuchas sintonizaban señales estadounidenses, como las de la radiodifusora pionera KDKA, que nos llegaban bien por la escasa competencia de otros emisores. Desde 1923 comenzaron a establecerse radios mexicanas, pero en los 30’s cruzaron la frontera difusoras gringas que de esta manera buscaban evadir las leyes de su país de origen.

Esto es asunto sabido. No lo es tanto que la voluntad imperial de Estados Unidos por apropiarse de nosotros y de lo nuestro, que tuvo un importante tropiezo a fines de los 30’s del pasado siglo con el gobierno nacionalista del general, se reanudó con fuerza en los primeros 40’s cuando gobernaba Ávila Camacho. Y uno de sus escenarios más importantes fue la radiodifusión mexicana.

en 1938 se sumó la XEQ, del mismo propietario. Y “la dobleu” como la “cu” hacían eco de los valores, formatos y en parte de los gustos musicales del país vecino. Preocupado por la pérdida de identidad implícita en el agringamiento de los incipientes medios electrónicos de comunicación, Francisco Mújica, secretario de Comunicaciones y Obras Públicas del presidente Cárdenas, trató de convencer al general de que nacionalizara la radio, adoptando el modelo británico. Su plan no prosperó. Pero lo ocurrido poco tiempo después dejó claro que Mújica no estaba tan equivocado, pues en los 40’s y con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo, nuestra radiofonía fue escenario del combate entre la propaganda de El Eje, impulsada por Alemania, y la postura de los Aliados, promovida principalmente por Estados Unidos. Más allá de que la causa de la humanidad estaba en la lucha contra el fascismo, y por tanto con los Aliados, el hecho es que en esta coyuntura los gringos consolidaron su control sobre nuestra radiodifusión. En 1940, a punto de incorporarse Estados Unidos a la contienda bélica, el gobierno de Roosevelt creó un Comité Coordinador de la Oficina de Asuntos Interamericanos, encargado de la propaganda en el continente, cuya sede principal estaba en México. Al frente puso a Nelson Rockefeller, quien, por medio de Herbert Cerwin, su representante en nuestro país, tendió sus redes sobre todos los medios de comunicación mexicanos y en particular sobre la radiodifusión que, con cerca de un millón de receptores, era

indispensable para acceder a un pueblo que en su 50 por ciento no sabía leer ni escribir. En 1938 la Standard Oil, de John Davison Rockefeller, había sido expulsada de México y en los primeros 40’s aún se debatía sobre los términos de la indemnización y las petroleras mantenían la esperanza de que Ávila Camacho revirtiera el decreto expropiatorio. Pero por los mismos años Nelson, nieto de John Davison y petrolero él mismo, fue el encargado de extender el imperialismo cultural estadounidense sobre México y sobre todo el continente. Entre los 30’s y los 40’s, entre Cárdenas y Ávila Camacho, salió de nuestro país un Rockefeller y entró otro. Y el segundo se ubicó en los medios electrónicos de comunicación masiva, un sector a la postre tan estratégico como el de los energéticos. Respaldadas primero por la oficina para la propaganda estadounidense que encabezaba Rockefeller, y más tarde por la American Association, en la que militaron gigantes como America Smelting, General Motors, General Electric, National City Bank, Coca Cola y otros, las grandes radiodifusoras de Azcárraga establecieron primero cadenas nacionales y luego latinoamericanas asociándose con la NBC y la CBS. Así la XEW devine “La voz de América Latina desde México”, una voz que en muchos sentidos es la traducción al castellano de “la voz del amo”, del modelo cultural y el enfoque político impuestos por los estadounidenses. En 1950 a la radio se sumó la televisión, siguiendo el trasnacional modelo de la XEQ y la XEW, que encarnó en la estirpe de los Azcárraga, dueños primero del canal 2 y desde 1973 de Televisa. Para el tercer milenio los medios electrónicos devinieron uno de los mayores poderes fácticos de México y cuando el decreto expropiatorio de Cárdenas está a punto de revertirse y las herederas de la Standard Oil pretenden regresar por sus fueros, las televisoras y radiodifusoras defienden la reforma privatizante impulsada por el presidente Peña Nieto. La apuesta del imperialismo estadounidense por el control de las conciencias mediante el control de los medios de comunicación masiva está resultando ganadora. En su tumba Nelson Rockefeller, hijo y nieto de empresarios petroleros, debe estar satisfecho; Emilio Azcárraga, hijo y nieto de dueños de medios electrónicos, sin duda lo está. La batalla no ha terminado y hoy a la lucha por los medios de comunicación masiva se ha incorporado la alternativa de la comunicación por la red. Pero la vieja y entrañable radiofonía es aún vigente y en las últimas décadas devino un valioso recurso cultural y político que las comunidades indígenas emplean con prestancia. En los 60’s el Instituto Nacional Indigenista impulsó el empleo de frecuencias radiales para transmitir entre los pueblos autóctonos, y en 1965 se estableció en la huasteca la primera radiodifusora indígena independiente: Radio Huayacocotla que está por cumplir medio siglo. La radio vive, la lucha sigue.

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a señal de radio no era níƟda, no en muchos de los pueblos y comunidades a donde buscaba llegar. Costaba trabajo escuchar de manera clara las clases que algunos jóvenes universitarios daban a hombres y mujeres adultos en algunas comunidades de la sierra norte de Veracruz. Aun así, el esfuerzo se hacía. De un lado, por la vía del micrófono, buscando que el método de Paulo Freire (aprender queriendo aprender) llegara a algunos de los pueblos más alejados, enclavados en las montañas de la Sierra Madre Oriental. Del otro lado, el de las radios donde se escuchaba, hombres y mujeres que querían aprender a leer y escribir, porque a sus comunidades no llegaban ni las escuelas ni los maestros.

RADIO HUAYA

Es más que un medio. Es la música y la palabra que acompaña, que informa, que denuncia. Es el idioma náhuatl, el otomí y el tepehua con su propio pensamiento. Es la radio que acompaña. Durante el verano de 2005, después de una larga lucha se consiguió la asignación de una frecuencia modulada que susƟtuyó al permiso de onda corta. La que todos los días en punto de las 7 de la mañana se despierta e informa. La que con una potencia de 10 mil volƟos lleva la música de bandas de viento, de tríos huastecos, de danzas de costumbre a miles de pueblos y comunidades enclavados en cerros y montañas del norte de Veracruz, de las Huastecas de Hidalgo, San Luis Potosí y Tamaulipas, de las sierras de Querétaro y Puebla.

48 AÑOS DESPUÉS...

Sandra Luz Cruz Fuentes Coordinadora de La Voz de los Campesinos, Radio Huayacocotla, en la Sierra Norte de Veracruz.

La decana

Radio Huaya es la música de nuestros pueblos. Es la palabra ñuhú (otomí), masapijni (tepehua) y mexcatl (náhuatl) que se oye por sus micrófonos. Es la denuncia. La exigencia de jusƟcia. Es la siembra de maíz que no deja de hacerse. Es el zacahuil recién salido del horno en la huasteca hidalguense. Es el Chicomexochitl (Fiesta de las Siete Flores) que agradece la cosecha. Es la danza de costumbre a la madre Ɵerra. Es cada una de las bandas de viento que veneran a Santa Cecilia (patrona de los músicos) los días 22 de noviembre. Es cada pareja bailando al ritmo de un son huasteco.

Era 1965 Radio Huaya comenzaba su historia como un proyecto de la Universidad Iberoamericana. Con el paso del Ɵempo, las brechas se hicieron caminos y maestros y escuelas fueron llegando a la región. La señal de radio seguía siendo débil, la enseñanza por este medio ya no estaba funcionando. El proyecto Ibero parecía irse acabando. Y aquí fue donde otro sueño surgió. Se tenían algunos aparatos radiales, una consola de transmisión, una pequeña antena, un transmisor, un edificio y sobre todo muchos corazones dispuestos. Se tenía una frecuencia, y la idea era muy clara: esa frecuencia no se podía perder.

Radio Huaya es también el Mijkaihuitl (Fiesta de Muertos), y acompaña en cada altar que se coloca para no olvidar a quienes ya se fueron.

La Asociación Civil Fomento Cultural y EducaƟvo (FCE) es la permisionaria de Radio Huayacocotla “La voz de los campesinos”, que pasó de ser escuela radiofónica a una radio comunitaria. Ya habían transcurrido diez años de su fundación. El sueño se va consolidando.

Radio Huayacocotla “La voz de los campesinos” es la radio que los días de jornada electoral abre sus micrófonos a todas y todos aquellos que se quieran converƟr en corresponsales, hacer su palabra pública y decir lo que ocurre y lo que ven y que cuentan como aún en estos Ɵempos se le sigue poniendo precio a su voto, a su dignidad.

Radio Huaya, como es más conocida es una pionera de las radios comunitarias en México. Con su contemporánea Radio Teocelo, en Veracruz, comparte sueños, empuje, ánimos de ser “otras” radios, incluyentes radios.

FOTO: Archivo Radio Huaya

“La voz de los campesinos” es la radio que no se calla, que no oculta, que no tergiversa, que llama a todo por su nombre. Que uƟliza la réplica como un derecho. Radio Huaya no es sólo una radio que suena y ya. No es la radio que se prende y se apaga. No es la radio de concursos, ni la de voces huecas. No es la radio de anuncios, ni de gritos, ni de dobles senƟdos.

Y son esas voces, esos tesƟmonios, los que echan abajo todos los discursos, todos los acuerdos tomados “allá arriba”, en las cúpulas políƟcas. Celebramos 48 años de Radio Huaya, la que fuera escuela radiofónica y ahora es radio comunitaria. Celebramos que no faltan corazones solidarios que llegan y nos acompañan, y con ello se acompañan. Han pasado 48 años y celebramos que Radio Huaya sigue viva.


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Algunos elaboraron su propia versión: “Nuestra palabra, nuestra esperanza”, que dio pie a un programa en Radio Plantón, de la Sección XXII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), aún al aire. Y se presentó en la Mesa de medios de la Segunda Convención Nacional contra la Imposición, celebrada en sepƟembre de 2012 en Oaxaca. Según el recuento que Gustavo Esteva publicó en La Jornada, fue una de las pocas mesas allí con “propuestas bien arƟculadas y sensatas” (1/10/12, hƩp://is.gd/fgMlmc). La propuesta: comunalizar los medios. El movimiento #Yosoy132 pugnaba por la democraƟzación de los medios. Algunos jóvenes serranos oaxaqueños no se sinƟeron cómodos en ese Yo. Ni con esa causa. Lo suyo es el Nosotros y la disposición comunal. Hoy, esta es la convicción de much@s comunicador@s comunitari@s en Oaxaca. No porque Marơnez Luna los hubiera convencido. Sino por un efecto ¡Ajá! De ahí los desencuentros con otras visiones, cuyo eje es la reivindicación de lo “indígena”, entendido como esencia metaİsica y profesional, cuya pureza es protegida por los Dueños del Indiómetro. Son dos lógicas disƟntas. Esta diferencia de ánimo está en el origen, a mi parecer, del conflicto en la organización en México de la Segunda Cumbre ConƟnental de Comunicación Indígena Abaya Yala, entre la Comisión Nacional, que se imaginó Única, portadora de un mandato cuasi divino y de supuestos raciales; y la Comisión Estatal, que se pensaba inevitable, natural: estamos hablando de Oaxaca, donde está casi la cuarta parte de los municipios del país, y casi tres de cada cuatro se rigen comunalmente. Curiosamente, en la reforma consƟtucional en materia de telecomunicaciones (Diario Oficial, 11/06/13), también se disƟngue, entre las nuevas concesiones de uso social, a “las comunitarias y las indígenas”. En el fondo, la diferencia entre “comunicación dominante”, “comunicación indígena”, y algo que podríamos llamar “expresión comunitaria” es que las primeras dos, liberales, manƟenen lo colonial para ser, y la tercera invita a descolonizar la Vida. Individualismo o comunidad. (Arturo Guerrero Osorio)

FOTO: Cony Cuetia /Tejido de Comunicación-Pueblo Nasa

En 2012 invitamos a Jaime Marơnez Luna a imparƟr un taller sobre la faena radiofónica en la comunalidad (Diplomado de Radio, UniƟerra de Oaxaca). Le pedimos un texto previo al taller, y nos envió el presente. Lo Ɵtuló: “Descolonización a través de la radio”. Y fue retomado por jóvenes de la Sierra Juárez y de la ciudad de Oaxaca que en la coyuntura se afirmaron como #Somos132.

COMUNALIZAR LOS MEDIOS Jaime Martínez Luna

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e parte de que se cuenta con una radio que cubre espacios familiares, comunitarios, escolares, gubernamentales y de recreación. También, que se vive una realidad comunicacional que es adversa, que es comercial y reproductora de principios eminentemente colonizadores e individualizadores. En particular, una televisión con una capacidad de penetración mental sin límites. Si tenemos una radio, para empezar debemos producir mensajes que muestren la situación problemática que envuelve nuestro pensar, buscando de raíz lo que es lo nuestro y lo que no es. Mostrar por medio de distintos ejemplos el problema que se enfrenta, y lo que debe comprenderse, para lograr lo que en verdad nos da satisfacción en todos los ámbitos de la vida. Consideramos que toda problemática lleva en sí misma su solución, por ejemplo si se habla de mercado, éste se puede confrontar con el intercambio. Si nos preocupa la democracia o ésta es el problema, podemos hablar de la comunalicracia, o bien del espíritu de los usos y costumbres. Si el problema es que todos quieren vivir en una ciudad, se puede hablar de los beneficios de habitar una comunidad. Si el problema es que todo se quiere imponer, debe revisarse cómo diseñar la resistencia. Siempre atendiendo el tema de que se trate, porque la imposición la recibimos de muchas maneras, desde del comercio hasta del amor. Lo que exponemos supone el enfrentamiento de dos mundos, que en nuestro tiempo conviven reproduciendo de muchas maneras la si-

tuación problemática. Una manera de tratar los mensajes de radio es la exposición de las bondades y las potencialidades de cada uno de estos dos mundos. Esto amerita investigación, de lo propio y de lo ajeno. Es decir, si vamos a hablar sobre la comunidad, debemos encontrar en ella sus colores y sabores, las instancias que la sostienen, así como de los valores y principios que germinan. Lo mismo tenemos que hacer de la ciudad. De esta manera, estamos especificando una realidad comunitaria y por la otra la citadina. Debemos tener en claro que las visiones tanto comunitarias como citadinas guardan en su seno contradicciones que responden a dos maneras de pensar, la individual y la comunal.

Nosotros tenemos tecnologías, que diseñamos apropiadamente a nuestra realidad, aunque también nos apropiamos de otra tecnología que nos sirve a todos, como lo es la radio, el video, el internet, que nos hacen depender de su mercado, pero que nosotros lo podemos usar para el intercambio Debemos comprender que las dos maneras de pensar no responden únicamente al espacio en el que se ejercita el pensar, sino que las contradicciones se dan en el pensar mismo. En la ciudad habitan pensamientos que en su actuar revelan su deseo de hacer comunidad, y en

comunidad, habita el pensar y el deseo de vivir como en la ciudad. El Estado neocolonial mexicano, por todos los medios a su alcance, busca que la comunidad sea como una ciudad, y los habitantes de la ciudad, en muchos casos, están luchando por vivir como en la comunidad, sobre todo porque la comunidad exige la participación de todos en la toma de decisiones, cuestión que no se lleva con la democracia, el “desarrollo”, el mercado, la propiedad, la escuela o la comunicación electrónica. Debemos estar conscientes de que el Estado se ha empeñado que sea lo individual lo que prive en todos los ámbitos, niega la comunidad, porque niega la necesaria participación de todos en el ejercicio de la vida. Es mejor controlar a un individuo que a una comunidad. He aquí el secreto de lo liberal, de lo democrático, de la propiedad, en donde se amparan todas las políticas de Estado. Que en Oaxaca se haya reconocido a la comunidad vía la legalización electoral de los ayuntamientos comunitarios, como de “usos y costumbres”, no quiere decir que el Estado tienda a ser también comunitario, es simplemente un reconocimiento de la real existencia de la representatividad comunitaria con base en su propia normatividad. Pensar en un “Estado comunitario”, sobre todo para Oaxaca, podría ser uno de los objetivos de nuestra labor radiofónica. Esto quiere decir que con mayor claridad se comunalice al municipio, y luego se comunalice al Estado. Pero, ¿qué significa comunalizar? Simplemente tomar decisiones en común, y participar todos en


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Diríamos, a pesar del peligro de resultar pretenciosos, la labor de una radio comunitaria es la descolonización por medio de la comunalización. Que quede claro, esto no significa dirigir nuestro mensajes en una sola dirección, sino partir de las contradicciones para llegar a comunalizar la vida que nos rodea, con base en una crítica visión de lo que ahora padece la comprensión comunalitaria en contraposición de la individualitaria emisión de que nos bañan los medios comerciales y gubernamentales actuales de comunicación. Es importante reconocer que una emisión que individualiza es la canción, no la música

Investigar lo que hacemos en nuestra comunidad nos llevará a los temas, y con ello, a los formatos radiofónicos necesarios a utilizar. Lo principal radica en entender la suma de contradicciones que habitan en nuestro pensamiento. Nuestro modo de vivir genera un modo de pensamiento y por lo tanto un modo de comunicación. El pensamiento occidental, que nos impone el mercado, la propiedad, la tecnología, se fundamenta en un razonamiento: el pensamiento occidental-individual separa el sujeto del objeto la naturaleza de la sociedad, la naturaleza de la cultura, el yo del nosotros. Para nosotros es lo contrario, no nos entendemos como cosas, somos una unidad, una totalidad, la sociedad es la naturaleza, como

la naturaleza es la cultura, y el Nosotros es la integración de los diversos yo, por decirlo así. La manera sencilla de entendernos es que nosotros nos debemos a la naturaleza, y que la cultura se hace en la relación con la naturaleza, y que el “yo” no lo entendemos porque nos consideramos dependientes de los demás. Nosotros tenemos tecnologías, que diseñamos apropiadamente a nuestra realidad, aunque también nos apropiamos de otra tecnología que nos sirve a todos, como lo es la radio, el video, el internet, que nos hacen depender de su mercado, pero que nosotros lo podemos usar para el intercambio. Por eso estamos seguros que no todo está en nuestra contra, pero debemos investigar qué es lo útil y puede ser aprovechado en el beneficio comunitario. Nuestro pensamiento no está hecho para competir, ni para acumular, por esto nos dicen flojos o poco emprendedores, lo que ganamos lo utilizamos para el festejo común. El organizar la fiesta nos da prestigio porque compartimos lo que tenemos, y esperamos que todos hagan lo mismo, es decir somos y exigimos reciprocidad en todos nuestros actos. No damos nuestro trabajo como si fuera una mercancía, lo damos para apoyar al otro pero también sabemos que el otro nos ayudará. Ahí está el tequio, la gozona, la guelaguetza como botón de muestra. Comunalizar es llevar la práctica del trabajo, el respeto y la

reciprocidad como escudo que nos identifica. Todo sembrado en el trabajo significa que seamos trabajadores creativos, respetuosos de los otros, y dar y recibir lo que se realice. En la radio producimos los mensajes con la participación de todos, respetamos las opiniones y los gustos de todos, ofrecemos los mensajes y recibimos mucha calidad de participación. Sabemos que cada comunidad construye su cultura. Los detalles de cada comunidad o microrregión se reproducen por medio de la radio. Esto significa exponer nuestra multiculturalidad, nuestra diversidad. Será siempre la naturaleza la que dicte lo que necesitamos y debemos de hacer, de esa manera la protegemos y con ello nos protegemos.

NEJUM JA ET NÄX WINYÏT. EL DERECHO AL TERRITORIO Sócrates Vásquez García Radio Jënpoj /AMARC México

Todo esto que se propone fortalece nuestra comunalidad, con ello enfrentamos el aturdimiento que nos ahoga al consumir mensajes coloniales e individualizantes que nos llegan por todos lados y que ha sido el sistema imperante que busca nuestra desaparición. Con esto pretendemos aclarar que tenemos lo nuestro, pero en principio debemos conocerlo, como conocer lo otro, para estar convencidos de que lo que hacemos es un bien para todos.

FOTO: Mario Martínez

La Radio Comunitaria, como su nombre lo indica, nace de la comunidad, se sustenta en ella, y sus principios y mensajes son elaborados para el fortalecimiento comunitario. Esto invade territorio, organización, trabajo y la fiesta. Una radio comunitaria deposita su labor en estos pilares que refrendan valores, tradiciones, conocimientos, eventos, y principios. Debemos estar seguros de que el derrotero de una radio comunitaria es comunalizar todo aquello que huela a individual.

en general. Es necesario ser críticos en esto porque trasmitir a José Alfredo y Juan Gabriel, como a Álvaro Carillo es lo mismo. Esta cuestión pareciera irresoluble, máxime cuando vemos la reproducción de estos compositores en todo tipo de trío, de grupo, en fin de casi todos los cantantes que emitimos. Sin embargo, al insistir en otros géneros de canción, de menor carácter individual, tenderíamos a reducir el impacto que subyace en este tipo de canción. Esto sonará extraño, no olvidemos que hemos estado colonizados e individualizados mucho más de 500 años. Los resultados de este proceso los llevamos en nuestro organismo y saltan a la vista.

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ntenderemos como territorio no sólo el lugar físico de la comunidad, ni la parcela, sino que partimos de que es una relación simbólica de sus habitantes que le dan sentido en lo filosófico, emocional, lingüístico, espiritual y organizacional; es la base para la reproducción de una identidad colectiva.

La radio es nuestra herramienta, independientemente de dónde haya venido, nos es útil para nuestro propósito. Por todo esto somos radios comunitarias y estamos al servicio de la comunidad, y con ello comunalizaremos la vida.

Desde esta perspectiva, el territorio es un espacio físico y ontológico porque permite la trascendencia del ser con y hacia otros seres, reafirmada por la historia. Como ejemplo tenemos a las comunidades indígenas de Oaxaca que en mayoría sus territorios son comunales, entendidos como reconocimientos históricos de una posesión ancestral. Por eso, hablar del derecho al territorio se basa en la idea de la existencia de una comunidad, de una interpretación del mundo, tan válida como las otras, de una manera de organizarse y de idea de futuro. Nejum (lengua ayuujk) habla de lo que es un bien común, que es también un espacio para el bienestar común, es de todos. Cuando se plantea el derecho al acceso y manejo del sistema de medios de comunicación comunitaria indígena, estamos hablando del derecho al territorio, porque no sólo es un asunto de respirar el aire, también el aire nos favorece con esta generosidad de transmitir las culturas, las maneras de ver y entender el entorno, a partir de lo que históricamente se han relacionado y dado significado, sobre todo tener el derecho preferente, porque son espacios históricos simbólicos de los pueblos que por cientos de años se han mantenido desde una perspectiva de poder y organización. FOTO: Guadalupe Blanco, Nandilup

todo desde lo propio que es la comunidad. Es decir, si por sistema se nos individualiza por todos los medios, nuestra tarea puede centrarse en comunalizar, como responder horizontalmente a la verticalidad que se nos impone.

Esta es la base del planteamiento de la existencia del sistema de medios comunitarios indígenas, es una afirmación y revaloración de lo propio, de lo que se ha mantenido y cambiado durante mucho tiempo, pero también de lo que pueda fortalecer el tejido comunitario y su base en la filosofía comunal con otras maneras de ver y entender el mundo, un mundo donde quepan muchos mundos.


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ESCUCHAR Y SER ESCUCHADA ES NO SENTIRSE SOLA Adela Calva Reyes Hñähñu, colaboradora de la Radio Cultural Comunitaria Gi ne ga bu he th’o (Queremos Seguir Viviendo) XHDCC 97.3 FM comunitaria. Quienes desconocíamos la labor de ésta, pensamos que pudiera funcionar como cualquier otra radio comercial. Al preguntarnos, todos decíamos que sí, sin embargo al conocer el propósito de su función, pocos se interesaron. Hubo quienes la echaron a andar, superando grandes obstáculos. Están teniendo frutos; ahora son nuestros radioescuchas aquellos que decían no estar interesados en la radio. La participación de la mujer indígena en este medio ha logrado cambios de actitudes en las familias, vecinos y comunidad; está logrando fortalecer la propia cultura, sus raíces, la lengua, las costumbres y tradiciones; está motivando, por medio del micrófono comunitario, a aprender a escribir nuestro idioma, a reconocer y fortalecer la identidad. Al aceptar y apreciar nuestro origen, encontramos muchos valores que los abuelos nos heredaron para vivir una vida sana en todos los aspectos. Ser discriminado o marginado ya no causa los efectos ni daño como en años y siglos pasados.

los tiempos. Por muchas décadas ha existido una lucha de géneros, en medida de fuerza física e intelectual; el género masculino cree

FOTO: Adela Calva

Por medio de la radio, la mujer indígena aprendió a comunicarse con cartas de amor, expresando su sentimiento con plena libertad, escribiéndole al amado. Se permitió adquirir un derecho a ser escuchada y partícipe de este medio

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a radio nos centra con lo que nos comunica, con lo que nos deleita, sus cápsulas y radionovelas. Antes de la llegada del televisor a nuestros hogares, la radio ocupaba gran importancia en nuestras vidas, su frecuencia de amplitud modulada alcanzaba a llegar hasta lugares muy alejados. La misión radial cumplía y llenaba necesidades familiares para su recreación. Escuchar radio nos ayudaba a imaginar, soñar, alegrarnos y ponernos tristes con sus

programaciones. Para una mujer indígena de mi pueblo, no había más distracciones que escuchar radio. Cuando niños, llegaban a nuestros oídos las programaciones que nuestros padres seleccionaban; solían ser canciones de todo tipo, series como Chucho El Roto e informaciones. Al escuchar radio no sólo utilizábamos los oídos, sino también la imaginación, fantaseábamos que adentro del aparato radiofónico se encontraban pequeñísimos humanos trabajando, y ante tanta curiosidad hubo

la necesidad de destapar el aparato para buscar tales micro humanos; en fin, lo interesante era que la radio nos ayudaba a volar con la imaginación. Por medio de la radio, la mujer indígena aprendió a comunicarse con cartas de amor, expresando su sentimiento con plena libertad, escribiéndole al amado. Se permitió adquirir un derecho a ser escuchada y partícipe de este medio; verdad y sentimiento, cualidad y principio de toda mujer de todos

seguir dominando con la fuerza física que la naturaleza le ha dotado, es inteligente no cabe duda, más también la mujer indígena posee la fortaleza física e intelectual, ya que es una cualidad que se le dotó a toda mujer. Por esta igualdad, la mujer indígena se ha dado el valor de tomar el micrófono de una radio, o de otros medios de comunicación, para difundir sus derechos como mujer. Actualmente la mujer indígena está haciendo un buen uso de las radios comunitarias, extendiendo todas las comunicaciones de tipo cultural para los pueblos, abordando temas de gran importancia, que ayuden al desarrollo de las personas y sus comunidades.

Creo que la mujer indígena está superando también el yugo del machismo indígena de su vida cotidiana, gracias a la radio comunitaria. Hoy la voz de la mujer indígena es respetada y escuchada, su opinión y punto de vista ayuda a recapacitar a uno que otro macho tradicionalista, sin embargo queda mucho por delante, para trabajar y lograr objetivos. ¡Que viva la radio!

En mi comunidad, nadie se imaginaba contar con una radio

LAS RADIOS COMUNITARIAS, UN ESPACIO DE EXPRESIÓN DE LAS MUJERES María Eugenia Chávez Fonseca Vicepresidenta de la Red Internacional de Mujeres AMARC

Las emisoras comunitarias, con toda la capacidad que representan para la expresión de las mujeres, tienen que contar con las condiciones óptimas para su funcionamiento y esto se traduce en operar en condiciones legales equitativas

labra. Seguramente el proceso de seducción es igual para hombres y mujeres. En realidad no lo he escuchado expresado así de parte de hombres radialistas. Pero sin duda, las mujeres radialistas nos enamoramos de la radio. Y digo yo que nos enamoramos, porque la radio representa el placer unido a la palabra, y la palabra lleva los sentidos de la vida. Hace algunos años una joven indígena participante en una emisora comunitaria me dijo: “Mi mamá es partera y desde que yo estoy en la radio las mujeres se me acercan y me preguntan algunas cuestiones del embarazo. La radio ha servido para que yo me convierta en una especie de enlace entre ellas y mi mamá”. Y es que las emisoras comunitarias, desde mi perspectiva,

FOTO: Guadalupe Blanco, Nandilup

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acer radio puede representar muchas cosas, pero sin duda es la puerta a un espacio de seducción. Se establece una relación inmediata con el micrófono y los instrumentos que nos permiten crear, decir y escuchar nuestra pa-

tienen mayores posibilidades de dar paso a la palabra de las mujeres y transmitir el sentido de la vida. Las emisoras comunitarias involucran a las personas de la comunidad y pueden convertirse en

espacios importantes para la expresión de las mujeres. El potencial que representan para esto último no se debe a que sean espacios creados únicamente con este objetivo –aunque algunos sí–, pero

sí son medios pensados y creados con una estructura que potencia la participación de la población ,y las mujeres de las comunidades encuentran mayores posibilidades de participación en ellos. Ellas no son empleadas, son sujetas activas en la construcción del medio y en ese sentido, existe la posibilidad de que tener mayor incidencia en el diseño de los contenidos. Las emisoras comunitarias, con toda la capacidad que representan para la expresión de las mujeres, tienen que contar con las condiciones óptimas para su funcionamiento y esto se traduce en operar en condiciones legales equitativas. De esta manera, pueden incrementar sus posibilidades de ser espacios reales de expresión para las mujeres de las comunidades, para que su palabra lleve los sentidos de la vida.


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UN SECRETO A VOCES: LA CAUSA FEMENIL EN LA RADIO

EL PODER DE LA PALABRA

Guadalupe Blanco, Nandilup

Guadalupe Blanco, Nandilup

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FOTO: Martha Delia González

nìma Ií, joven mujer en ñuu savi (mixteco), conductora del programa Pueblos Originarios en Resistencia, en Chalco, Estado de México, asegura: “estoy consciente de lo que implica tomar un micrófono y enviar un mensaje; la gran responsabilidad de la palabra no es sólo hablar y ya, significa no sólo conectar cables sino también conectar las ideas con la realidad, el tratar con un equipo de trabajo mixto, un doble esfuerzo para todos y ser la única mujer”. La radio en la comunidad ha representado, particularmente para las mujeres, una plataforma de recreación y crecimiento personal, de apropiación de nuevos roles en la comunidad, pero también un espacio para la

hablar sobre temas que hacen reflexionar a la comunidad”. Uno de los retos para las comunicadoras, según Ínìma Ií es tomar ese poder de la palabra y mantener el equilibrio personal y cosmogónico que favorezca y fortalezca las causas de las mujeres de su comunidad: “No es bien visto que por la condición de mujer tengas el poder de la palabra porque tu mensaje cala los oídos de algunos inconformes. Esto, lejos de ser una limitante, se transforma en desafío, y vas aprendiendo en la marcha; cuando volteas y te das cuenta que no has dejado de caminar, comprendes que hay nuevos retos y hacia ellos vas; claro, ya no lo ves como en un principio, con miedo, ya vas más segura, sobre todo porque sabes que

Locutora

“Desde mi experiencia, una va contribuyendo a un proceso que puede marcar una historia dentro de la comunidad, participar en la radio implicaba un desafío: combinar dinámicas aprendidas en la academia y enfrentarse a la cosmovisión propia. Se va uno dando cuenta que hace falta trabajar cosas desde adentro. Cuando se llamaba a participar a los talleres, sólo llegaban los varones, para las

“Uno de los desafíos para la radio comunitaria es reeducarnos en la descolonización, equilibrar las relaciones de poder para una construcción más colectiva de los contenidos; el asignar a cada uno sus roles es lo que nos puede permitir avanzar. Participar en la radio implica equilibrar las relaciones de poder”.

FOTO: Radio Teocelo

Además de haber sido un pilar fundamental para la radio en su comunidad, Zenaida logró por medio de la radio poner en el ámbito público-comunitario la participación de las mujeres. Fueron las mujeres, en construcción colectiva las que definieron las temáticas a ser abordadas en los formatos radiofónicos. “El tema de la violencia intrafamiliar, el maltrato a las mujeres, la revitalización cultural, la lengua, la vestimenta, son temas que salían en los talleres como necesidad de información y difusión en la radio. En estos espacios el tema de mujeres

es difícil, pero no desesperemos, tenemos que buscar alianzas que nos fortalezcan”.

Luego de su paso por la radio comunitaria, Zenaida recibió un cargo en su comunidad, de acuerdo con sus sistemas normativos propios, y actualmente es jefa del Departamento de Derechos de la Mujer Indígena del Gobierno de Oaxaca.

FOTO: Oriana Eliçabe

“El tema de la violencia intrafamiliar, el maltrato a las mujeres, la revitalización cultural, la lengua, la vestimenta, son temas que salían en los talleres como necesidad de información y difusión en la radio. En estos espacios el tema de mujeres es difícil, pero no desesperemos, tenemos que buscar alianzas que nos fortalezcan”

mujeres no era posible participar públicamente. A mí me justificaban porque yo había estudiado la carrera de comunicación”.

exigencia de los derechos propios; sin duda, la radio significa un bastión de denuncia pública y al mismo tiempo un medio para la exigencia de los derechos individuales y colectivos. FOTO: Claudia Barajas

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a presencia de la mujer en una radio comunitaria fortalece y reivindica el ser mujer. Difundir las problemáticas que se viven cotidianamente es una necesidad, es como un secreto a voces. A través de la radio se desdibujan nombres pero se fortalecen causas o líneas de trabajo”, según lo relata Zenaida Pérez Gutiérrez, mujer joven ayuuk fundadora de la radio Jen Pöj en su comunidad de Santa María Tlahuitoltepec Mixe.

Miriam y Maran, jóvenes mazatecas de Oaxaca integrantes de radio Nhandiá cuentan: “me motivó ver que en el programa podemos opinar y hablar de lo que otros no se atreven”… “enfrentar el miedo a opinar y a

lo que vas aprendiendo lo vas transmitiendo a todas y todos en la comunidad”. ¿Cómo vivimos dentro y fuera de nuestra casa las mujeres que colaboramos en espacios públicos y comunitarios? ¿Qué retos y desafíos tenemos? Uno de ellos es: enfrentarnos a nuestra propia palabra, confiar en ella, decidir y compartir nuestras ideas que van transformando a nuestras comunidades por medio de la palabra.


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JÓVENES Y RADIOS COMUNITARIAS, UN ESPACIO DE APRENDIZAJE

FOTO: Radio Teocelo

Alejandra Carrillo Olano

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a participación de las y los jóvenes en la vida política del país ha sido más visible gracias al uso de las nuevas plataformas tecnológicas y redes sociales, en donde se registran imágenes, videos y textos, como alternativa a los medios masivos de información. Sin embargo, el activismo de la generación de entre 18 y 29 ha estado presente durante años en distintos medios, como las radios comunitarias. Mucho se ha hablado de las radios comunitarias como herramientas para el fortalecimiento de la cultura o instrumento de lucha.

Pero poco se habla del papel que en ellas juegan los jóvenes: son un espacio de encuentro, de aprendizaje y expresión que potencializa su liderazgo. Mucho menos se habla de que quienes le dan vida al medio son generalmente jóvenes que se van abriendo camino como líderes en terrenos donde tradicionalmente las decisiones son tomadas por las generaciones más adultas. Recuerdo que las primeras veces que visité radios comunitarias en el estado de Chiapas me llamó la atención la cantidad de jóvenes involucrados en el medio. Ocupaban roles de locutores, estaban

encargados del área técnica. La misma radio era operada y administrada por jóvenes que muchas veces no rebasaban los 20 años de edad. Aunado a esto, fue muy interesante ver cómo la comunidad avala, respeta y sobre todo protege el trabajo de los comunicadores. Por su parte, los jóvenes, por medio de su constancia y trabajo colectivo, habían logrado un lugar protagónico en la vida de sus comunidades, a pesar de que actualmente muchos catalogan a la juventud como poco productiva. Una de las tantas realidades que toca las raíces y la forma de vida de los pueblos originarios es la

Mucho se ha hablado de las radios comunitarias como herramientas para el fortalecimiento de la cultura o instrumento de lucha. Pero poco se habla del papel que en ellas juegan los jóvenes: son un espacio de encuentro, de aprendizaje y expresión que potencializa su liderazgo migración que ha generado que los jóvenes convivan con otras culturas y que motiva cambios en el comportamiento de éstos. Desafortunadamente la mayoría suelen ser catalogados como los culpables de la pérdida de la lengua propia y de la vestimenta, así como de formas distintas de relacionarse. Incluso se les responsabiliza del abandono del campo y, ya entrados, hasta de los fenómenos de alcoholismo, drogadicción, violencia y prostitución. Esta estigmatización hace que la relación transgeneracional se haga compleja, aunado al peso que los mayores tienen dentro de

las estructuras comunitarias. Ahí las autoridades son los adultos y los jóvenes son muy pocas veces tomados en cuenta como sujetos que pueden aportar saberes y conocimientos para mejorar la convivencia de la sociedad y por tanto promover el bien común. La radio deja de ser sólo un medio de comunicación y se convierte en un lugar de aprendizaje y expresión, donde las y los jóvenes se encuentran, conviven, comparten, aprenden, construyen algo juntos y se convierten en actores que toman decisiones y dialogan junto con otros dentro de su entorno, haciendo estrecha la relación entre la comunicación y la educación. Los que participan en la radio comunitaria no sólo son comunicadores, sino promotores de su cultura y al mismo tiempo formadores de líderes juveniles que buscan un reconocimiento a partir de una relación equitativa y de respeto mutuo para dar pie a diálogos de construcción que definan su postura política, apunten al bien común y mejoren las relaciones de convivencia sin que el factor generacional sea un impedimento, al contrario, se sume la experiencia de los grandes con formas distintas de ver, sentir y vivir el mundo de las y los jóvenes.

TÚUMBEN CH’I’IBAL TÚUMBENKUNSIK KT’AAN NUEVAS GENERACIONES RENOVANDO NUESTRA PALABRA Yazmín Y. Novelo Montejo

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os pueblos mayas de Yucatán siguen pisando con fuerza, y así lo indican las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que en su conteo 2010 dan cuenta de 537 mil 618 hablantes de maya. Sin embargo la transmisión de la lengua sigue siendo de padres a hijos, pues la cadencia y los significados del idioma maya yucateco están casi ahogados en los medios de comunicación. Apenas se escucha en escasos minutos por una televisora local, y en la oferta radiofónica de CDI con XEPET en el sur del estado. Afortunadamente, los jóvenes indígenas no fincan sus esperanzas en lo que otros puedan hacer por ellos, sino que hacen sonar las voces mayas, en blogs, podcasts, en redes sociales y en panfletos, utilizando tecnologías avanzadas o los equipos más rudimentarios. “No vamos a esperar que el gobierno haga por nosotros lo que no siente. Es el pueblo el que tiene que decir qué quiere. No

tenemos espacios, hasta nos quieren cobrar por transmitir nuestras producciones”. Así se expresaron jóvenes mujeres mayas durante el foro organizado por Radio XEPET en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Al mismo tiempo, en

Mérida la asociación Yoochel Kaaj comparte en los talleres Tzay K’iin formas alternativas de usar el sonido vía teléfonos celulares. En esa misma ciudad el colectivo Yóol Kaaj (Sentir del Pueblo) organiza el Primer Festival Maya Independiente; tienen reuniones y toman acuerdos, participan de asambleas

comunitarias… por Facebook… Todos participan (postean) y al mismo tiempo, escuchan (leen) y levantan la mano cuando están de acuerdo (like); respetan la horizontalidad de la comunicación. Las experiencias descritas ilustran cómo los mayas hoy están reapropiándose de su derecho de expresión: un derecho negado, o mejor dicho, no permitido. Si en el discurso y en el papel existen las disposiciones para que los pueblos indígenas tengan acceso a los medios de comunicación, en la práctica este derecho es imposible de concretar. La importancia de retomar este derecho va más allá de poder informar en texto o video lo que vemos, el poder informarnos en nuestra lengua y desde nuestra óptica minimiza el impacto negativo de los medios dominantes que muestran a los pueblos indígenas con estereotipos turísticos-folklóricos, o como “etnias” bárbaras sin ciencia ni conocimiento. Los comunicadores indígenas somos el frente que prepara el terreno

para resistir a la historia de los dominantes y enfrentar la violencia simbólica actual. Somos desmitificadores y difusores de los colores de nuestros pueblos. La palabra que trasmitimos es la flecha que va suavizando cicatrices del pasado violentado y nos recuerda a nosotros mismos quiénes somos, la gente del maíz, del trueno, de la nube. La voz que entonamos es la argumentación de la cual no depende nuestra existencia pero sí facilita la coexistencia.

Los comunicadores indígenas somos el frente que prepara el terreno para resistir a la historia de los dominantes y enfrentar la violencia simbólica actual. Somos desmitificadores y difusores de los colores de nuestros pueblos


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UN CHURO QUE SUENA DESDE LA MITAD DEL MUNDO

FOTO: Fabricio Moreno

También conocimos a Radialistas Apasionados y Apasionadas y la Agencia Latinoamericana de Información (Alai), entre otras organizaciones con las que trabajábamos para que en la ley se reconociera al sector comunitario.

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l churo, la kipa, el pututu, o el caracol marino les sirve desde siglos a las comunidades andinas para convocar a la fiesta, a la minga, a la huelga. Les permite organizarse, unirse. Pero no sólo eso, desde hace ocho años, el Churo da nombre a un colectivo de jóvenes convencidos de la necesidad y la importancia de impulsar la comunicación comunitaria en Ecuador, donde, según el Informe de Auditoría de Frecuencias de 2009, 19 familias controlan las frecuencias de radio y televisión. El Churo nació en las aulas universitarias con la idea de volver a la radio un escenario de participación, propuesta y debate de las organizaciones juveniles. Así apareció primero el programa No Lapsus, que se transmitió por cerca de cinco años en Radio Luna, la misma que alguna vez fue reconocida por “botar presidentes” y hoy fue desaparecida por conveniencias y acomodos políticos. En este programa se habló del parche, del esténcil, de la esquina, pero también de la oposición a la minería a cielo abierto, al extractivismo, de la situación política. Sus micrófonos vieron aparecer bandas, grupos de música alternativa, rock, punk, ska; también pasaron teatreros, poetas, locas y locos con propuestas de un mundo mejor. A la par, iniciamos talleres de capacitación, primero con jóvenes, luego con colectivos, mujeres y organizaciones sociales e indígenas. Pero la radio nos quedó corta. Necesitábamos que estas ideas tuvieran espacio para expresarse,

creamos entonces la Casa de la Diversidad Juvenil “La Zurda”. Se dieron conciertos, obras de teatros, exposiciones, talleres de comunicación y de organización. También fue la casa para organizar marchas, pintar pancartas y reunir a las organizaciones. Hasta que la casa cerró y también el programa de radio. En vez de encerrar nuestros sueños y cosas en cajas de cartón, decidimos comenzar otra vez desde cero. La bronca, la falta de espacios para jóvenes, los inexistentes medios comunitarios y las ganas de liberar la palabra dieron luz a La Wambra Radio. Wambra en kichwa, idioma ancestral de Ecuador, sig-

nifica Joven. Retomando las experiencias de comunicación popular del continente construimos una cabina con cajas de huevos y desde allí sale www.wambraradio.com. Salimos en el internet, por el momento, denunciamos la concentración en la propiedad de los medios y nos metimos de cabeza en la construcción de la nueva ley de comunicación en Ecuador. Quito fue nombrada la Capital de la Comunicación, por ser sede de varias organizaciones de comunicación en Latinoamérica. Esto nos valió para “codearnos” con los “duros” de la comunicación popular y comunitaria, como la Asociación Latinoamericana de

Esta pelea no fue fácil, pues antes los medios comunitarios en Ecuador eran ignorados, subestimados. Se pensaba que eran medios marginales, limitados en su potencia y cobertura. Tenían restricciones a la hora de concesionar las frecuencias, eran observados hasta por los militares por el supuesto riesgo de tener contenidos “comunistas” o que “atentaran contra la seguridad del país”. Como mandaba la Ley de Radiodifusión y Televisión expedida durante la dictadura militar de 1973. En este andar, impulsamos la primera movilización juvenil llamada Palabra a la Calle, por el derecho a la comunicación en el 2011. Este evento convocó a más de cuatro mil personas. Llegamos a la asamblea nacional con propuestas hechas por jóvenes hacia la ley de comunicación, como la redistribución de frecuencias y el 34 por ciento para medios comunitarios. Hoy, a pesar de que la nueva ley reconoce el 34 por ciento para los medios comunitarios, seguimos levantando nuestra voz para que se hagan realidad, esos otros medios y para que en serio cambie su propiedad y la forma de concesión de frecuencias del Estado ecuatoriano.

Un momento significativo para nosotras y nosotros fue la marcha indígena y campesina del 22 de marzo del 2012, donde acompañamos a las organizaciones del país en un nuevo levantamiento por su histórico reclamo de tierra y agua.

Tenemos huellas de un sistema neoliberal que intentó separarnos, mercantilizarnos, somos hijos de las crisis, pero también herederos de las luchas campesinas de estudiantes y de indígenas En este tiempo hemos acompañado organizaciones por la comunicación, partícipes de luchas sociales, contra el Tratado de Libre Comercio, la Base Militar de Manta (ocupada por Estados Unidos hasta 2009) y la caída de presidentes. Tenemos huellas de un sistema neoliberal que intentó separarnos, mercantilizarnos, somos hijos de las crisis, pero también herederos de las luchas campesinas de estudiantes y de indígenas. Somos guambras que observamos que éstos son tiempos de individualismo, en que pretenden aislarnos, hacernos olvidar de los grandes temas, de las luchas trascendentales y donde se dice que la juventud no es más que música y droga. Se hace necesaria la integración, los fundamentos de una comunidad, por lo que nuestra apuesta somos la juventud y la comunicación comunitaria. En definitiva, nuestra apuesta es seguir, sonando y soñando.

FOTO: Archivo El Churo

Educación Radiofónica (ALER), además de que formamos parte de su Red Joven, presente en todo el continente.


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PALABRA COLONIAL, PALABRAS DESCOLONIZADAS José Ignacio López Vigil Radialistas Apasionadas y Apasionados Desconolizar la palabra es hablar sencillo. Escribir sencillo. Rescatar la frescura del lenguaje oral de nuestros abuelos y abuelas. Rescatar la sabiduría popular que se expresa en refranes, comparaciones, picardías.

FOTO: Radio Teocelo

Descolonizar la palabra es abandonar esos tonos fríos y serios con que nos damos una falsa importancia y que son prestados de los invasores. Descolonizar la palabra es recuperar la risa y el humor cuando hablamos entre nosotros, compañeros y compañeras, para sentirnos fuertes

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Túpac Amaru lo descuartizaron entre cuatro caballos en plaza cusqueña de Wacaypata. Antes de la ejecución, el visitador español José de Areche mandó que le cortaran la lengua. No quería que nadie escuchara su último grito de rebeldía. Esto ocurrió en 1781. Y ocurre siempre que el pueblo oprimido levanta su voz de protesta. Así se comportan todos los dictadores, ordenando silencio. Dictadura significa eso, “palabra dura”. Hablo yo y los demás se callan.

Crecimos en ese clima de autoritarismo y nos contagiamos. Olvidando que nadie sabe todo y nadie ignora todo, descuidamos la cultura del diálogo, la palabra compartida. ¿En qué se refleja esto? En los discursos donde no se toleran preguntas ni mucho menos opiniones discrepantes. En los programas de radio donde no nos atrevemos a debatir con quienes piensan distinto a nosotros. Sólo abrimos los micrófonos a los del mismo color político o ideológico.

Descolonizar la palabra significa superar los sectarismos y las arrogancias. Transitar de la cultura del insulto al intercambio respetuoso. Porque en asuntos de comunicación, no se trata de vencer sino de convencer. 2) La palabra dominante. Escucha los discursos de los políticos. Emplean palabras raras, sin color ni sabor ni olor ni peso ni medida. Palabras inmateriales, grandilocuentes y abstractas. No hablan

para hacerse entender, sino para demostrar que saben mucho. También los invasores hablaban así, con palabras incomprensibles para deslumbrarnos.

3) La palabra severa. Entre todas las emociones, la más reprimida por los colonizadores fue la alegría. Nos prohibieron la risa. Ellos tampoco reían ante nosotros porque “perdían autoridad”. Pero la risa fue siempre nuestra mejor arma de resistencia. Los chorotegas de Nicaragua bailaron el Güegüense para hacer burla de los españoles. Y con máscaras de carnaval lo mismo hicieron quechuas y aymaras en el altiplano de Perú y Bolivia. El gobernador de Tlaxclala, el duque de San Román, tuvo que emitir un decreto prohibiendo a los danzantes que aprovecharan las fiestas para burlarse de ellos, gachupines y demás autoridades locales.

¿Y nuestros dirigentes? ¿Y nosotros, cuando nos invitan a dar una charla? Nos ponemos a imitar ese lenguaje dominante. Repetimos con la gente de a pie la misma pedantería que escuchamos a quienes se sienten superiores por tener un título, aunque éste sea comprado.

A nosotros no nos cortaron la lengua. Pero tal vez nos ocurrió algo peor. Nos colonizaron la palabra. Colonizar significa invadir, apropiarse de un territorio. En este caso, fue el espacio de nuestra cultura, nuestra forma de comunicarnos, la que quedó afectada por el comportamiento del opresor. Con frecuencia, nuestras palabras y expresiones son coloniales. Y hay que descolonizarlas.

Descolonizar la palabra es superar el sexismo de los idiomas que nos impusieron los invasores. Y nos referirnos a chachas y warmis, si somos aymaras. Y a toolos y jierüs si somos wayúus. Y saludar a los xiib y a las ch'up, si venimos de la cultura maya. Y a los kuimba'e y a las cuñas si hablamos guaraní. ¿Cómo se dice varón y mujer en mixteco, en zapoteco, en las 15 lenguas que se hablan en esta valiente tierra de Oaxaca?

FOTO: Radio Teocelo

1) La palabra única. En nuestros países, los indígenas no podían levantar la voz, ni siquiera los ojos. El indio “igualado” era sometido a castigo. La única palabra la tenía el patrón, el hacendado. Esta fue la primera “colonización”, hacernos creer que quien tiene la autoridad tiene la razón.

¿Saben qué significa la palabra “hablar”? Viene del latín fabulari y significa contar fábulas, historias, cuentos. Descolonizar la palabra es recuperar la narrativa como memoria histórica y como estrategia de comunicación.

4) La palabra masculina. A Túpac Amaru le cortaron la lengua en la plaza de Wacaypata. Pero antes de él, Micaela Bastidas, su indómita compañera, sufrió la misma crueldad. A Micaela la recordamos menos. Y sin embargo, si Túpac


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LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y LAS TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN José Manuel Ramos Rodríguez

FOTO: Radio Teocelo

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Hay que despatriarcalizar la cultura y también la palabra. ¿Que cuando digo “hombre” ya incluyo a las mujeres? ¿Y por qué no al revés, que cuando diga “mujer” incluya a los varones? Ellas son el 52 por ciento de la población. Y la mayoría gana. Descolonizar la palabra es superar el sexismo de los idiomas que nos impusieron los invasores. Y nos referirnos a chachas y warmis, si somos aymaras. Y a toolos y jierüs si somos wayúus. Y saludar a los xiib y a las ch’up, si venimos de la cultura maya. Y a los kuimba’e y a las cuñas si hablamos guaraní. ¿Cómo se dice varón y mujer en mixteco, en zapoteco, en las 15 lenguas que se hablan en esta valiente tierra de Oaxaca? Liberar el lenguaje, asumir una forma de hablar inclusiva, es apenas el primer paso. El camino a seguir es la equidad entre mujeres y hombres en todos los terrenos, en el ámbito doméstico y en el laboral. En el sexual y también en el político. 5) La palabra religiosa. Al principio, las divinidades eran femeninas y fecundas. Son las mujeres las que guardan el cofre de la vida, así que era natural imaginar una gran diosa, útero universal del que todo todo nacía y a donde todo regresaba. Luego aparecieron las parejas de dioses. Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra. Luna y Sol, Mama Kuilla y Taita Inti. Pero con las guerras, hijas de la testosterona, los varones necesitaron dioses a su imagen y semejanza. Dioses violentos, coléricos, muchas veces genocidas.

El camino a seguir es la equidad entre mujeres y hombres en todos los terrenos, en el ámbito doméstico y en el laboral. En el sexual y también en el político Esa fue nuestra desgracia. Que los invasores llegaron con espadas en una mano y cruces en la otra. Nos predicaron un dios racista que justificaba la esclavitud de indios y negros. Un dios ladrón que bendecía el robo de todo un continente. Un dios que autorizaba las peores torturas, las peores matanzas. “La voluntad de dios es que haya ricos y pobres”, nos dijeron. No nos hablaron de Jesús, el profeta revolucionario de Nazaret, indígena de Palestina, que echó a los mercaderes del templo a latigazos y proclamó un Reino de justicia donde a nadie le sobre para que a nadie le falte.

Por lo que respecta a los pueblos indígenas, se vio en las TIC un aliado clave para fortalecer las lenguas y culturas en un mundo cada vez más globalizado. En la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CMSI) en sus dos fases (Ginebra, 2003 y Túnez, 2005), los gobiernos reconocieron que “la sociedad de la información debe fundarse en el reconocimiento y respeto de la identidad cultural, la diversidad cultural y lingüística, las tradiciones y las religiones, además de promover un diálogo entre las culturas y las civilizaciones”. Con base en estos principios, muchos países formularon políticas y programas de gobierno para ampliar el acceso a las TIC por parte de las poblaciones indígenas. México no fue la excepción y desde el sexe-

Descolonizar la palabra es también rechazar cualquier prédica religiosa que llame a la resignación, que hable de pecados y de infiernos. No necesitamos sacerdotes ni pastores, no necesitamos cruces ni teologías sangrientas, porque el verdadero Dios habita en nuestros corazones y es un Dios de vida y fertilidad. Una Diosa. ***** Soñamos con palabras diversas que reflejen la pluralidad de nuestras comunidades. Palabras sencillas que narren y recuperen la historia de nuestros pueblos. Palabras risueñas. Palabras de mujeres y varones, siempre inclusivas. Palabras liberadoras, que motiven a la lucha. Es decir, palabras descolonizadas.

nio de Vicente Fox se crearon programas de “inclusión digital” como parte del megaproyecto e-México. Impregnado por un optimismo exagerado que veía en las tecnologías propiedades intrínsecas que “por sí mismas” habrían de traer los beneficios esperados, e-México se dio a la tarea de instalar telecentros por todo el país en una diversidad de modalidades, cuyo supuesto en común era que el proceso de “apropiación” de las tecnologías tendría lugar de manera automática.

En la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CMSI) en sus dos fases (Ginebra, 2003 y Túnez, 2005), los gobiernos reconocieron que “la sociedad de la información debe fundarse en el reconocimiento y respeto de la identidad cultural, la diversidad cultural y lingüística, las tradiciones y las religiones, además de promover un diálogo entre las culturas y las civilizaciones” Uno de estos programas –por cierto el de mayor presencia en regiones indígenas–, todavía en funcionamiento, es el constituido por los Centros Comunitarios de Aprendizaje (CCA). Instalados con re-

cursos públicos por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) en municipios de alta marginación y operados por el Tecnológico de Monterrey, estos centros muestran que el discurso del gobierno mexicano en torno a la multiculturalidad y su deber de protección de las culturas indígenas está muy lejos de ser una realidad. Una investigación conducida por el autor de estas líneas en 2010 mostró que en la práctica estos centros y su forma de operación se habían constituido en nuevos mecanismos de asimilación. En ellos –con muy contadas excepciones–, los niños y jóvenes indígenas deben renunciar a su lengua materna y asimilar los principios individualistas propios del neoliberalismo. Sin embargo, por fortuna son cada vez más las organizaciones de base con presencia indígena que están incorporando por cuenta propia el uso de las TIC con propósitos diversos, desde la promoción de empresas comunitarias hasta la comunicación con la población migrante. El reciente anuncio por parte de una organización zapoteca de la Sierra Juárez en Oaxaca, relativo a la instalación y operación de una red independiente de telefonía celular de uso comunitario, señala los rumbos que podría tomar el empleo de las TIC por parte de los pueblos indígenas. No se trata de las potencialidades inmanentes de las tecnologías, sino de su uso al servicio de los ideales de autonomía y autodeterminación de los pueblos.

FOTO: Cony Cuetia / Tejido de Comunicación-Pueblo Nasa

le hubiera hecho caso, si los rebeldes hubieran avanzado sobre el Cusco, otra sería la historia americana.

e manera similar a lo ocurrido décadas atrás con la televisión o el video, el surgimiento de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) durante los últimos años del siglo pasado se vio acompañado por el entusiasmo de quienes encontraban en ellas un gran potencial para extender los beneficios de la educación e impulsar el desarrollo local. Esta emoción se amplificó con las posibilidades de interconectividad que brindaba el internet y la entrada a la nueva “sociedad de la información”, caracterizada, entre otras cosas, por la posibilidad de almacenar, procesar, desplegar e intercambiar información en volúmenes y tiempos nunca antes imaginables.

Movilización de 2004


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PERSPECTIVAS DE LA COMUNICACIÓN INDÍGENA* Claudia Magallanes (Conceptos vertidos en una conversación con Eugenio Bermejillo y editados por el propio Bermejillo)

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omunicación como derecho. Se ha avanzado mucho en las dos décadas recientes. La concepción y el ejercicio de la comunicación como un derecho fundamental de los pueblos indígenas han tenido un impacto importante que se está consolidando, porque cada vez más grupos ejercen ese derecho no sólo a estar informados, sino también a ser fuente de información para sí mismos y sus comunidades y para personas ajenas a su comunidad.

FOTO: Mario Martínez

La diferencia es que cuando la comunicación se toma como derecho, se asume que no hay que pedir permiso para ejercerlo. Por ejemplo, para establecer una radio comunitaria hoy, ya no se ve como lo determinante la gestión frente al gobierno. Eso abre una dificultad sobre todo en materia de radiodifusión porque el espectro radioeléctrico es propiedad de la nación y administrado por el gobierno.

blos indígenas. América Latina se ha convertido en el escenario de una batalla contra las empresas mineras, muchas están ubicándose en territorios de comunidades indígenas, sin importar los impactos ambientales, culturales y económicos. Desde las radios indígenas, desde proyectos de video, la gente está documentando la situación.

Formatos orientaciones y estilos. El formato de música y saludos, que es el comercial, muchas veces es el que producen las radios indígenas. Este simple formato ya es un avance. Que puedas escuchar las 40 canciones más populares, pero en tu propia lengua, ya es un avance. Es un formato que atiende una necesidad de entretenimiento en su propia lengua. Está bien.

Los medios son determinantes en el derecho a la consulta libre e informada. En el Istmo de Tehuantepec, por ejemplo, arrancaron informando a la gente, diciendo qué implica, que es la energía eólica.

La comunicación indígena no debe ser encasillada en un tipo de comunicación, sino que debe obedecer a necesidades y por ende no puede ser de una sola forma.

La lógica de las campañas en el Istmo era: entérate, toma una decisión informada. Es algo que tenía que haber sucedido de entrada. Pero es un derecho no ejercido, y no porque la población no quiera, sino porque no se les dan los elementos informativos para tomar una decisión. Obstáculos para que los proyectos de comunicación indígena se de-

Es importante que en la regulación y en la legislación en materia de telecomunicaciones, esté reconocida la comunicación comunitaria e indígena. La nueva ley de telecomunicaciones promete algunas modificaciones para contemplar la opción de la comunicación indígena; no sabemos qué pasará con las leyes reglamentarias. Pero ahí hay un punto de quiebre al reconocer la comunicación como derecho. Panorama frente a una revolución tecnológica. No creo que los celulares y las redes sociales sean una panacea, ni que conlleven la promesa de una mejora absoluta. Son útiles, si son adoptados y adaptados a las necesidades, creencias y problemáticas de las comunidades. Y pueden ser utilizados para lograr esta conexión entre diferentes pueblos. En los años recienetes, en que se expandió la telefonía celular y el 3G, esto ofrece una posibilidad de interconexión mucho más rápida para sacar mensajes fuera de la co-

FOTO: Guadalupe Blanco, Nandilup

En el país no reconocen, ni dan una personalidad, a las comunidades reconociendo sus derechos y su necesidad de comunicación. Que las comunidades digan por usos y costumbres voy a poner una radio, está bien, porque ellos no están lucrando. A diferencia de lo que pasa con las concesiones de los grandes grupos radiofónicos de este país –que benefician a unas cuantas familias que mantienen el control de lo que escuchamos por los medios–, hay un uso para la comunidad.

"Mujeres con aroma de café", programa de Radio Nanhdiá

munidad, para llamar la atención, para pedir ayuda, para denunciar una injusticia o anunciar un logro. El peso de la opinión pública, sociedad civil, nacional o internacional, puede tener algún efecto en algunas situaciones concretas, lo vimos con el zapatismo, lo hemos visto a lo largo de ya casi 20 años, con el Movimiento Sin Tierra de Brasil, con lo indígenas en Colombia, en Kenia y en Filipinas. Pudieron sacar su mensaje fuera de lo local, llaman rápido la atención. ¿Cuáles son las condiciones para que esta tecnología logre estos objetivos? Tendría que ser utilizada atendiendo necesidades y problemas de las comunidades.

Un problema común tiene que ver con tierra y territorio, con la defensa de los recursos naturales. También con una toma de conciencia sobre lo que los pueblos indígenas, con su cosmovisión, pueden aportar al mundo no indígena. Muchas experiencias se hablan entre sí, ya se conocen, hay gente en Oaxaca que sabe qué hacen en Alaska, o en Chiapas, en comunicación con proyectos vecinos de Guatemala. Esa facilidad de intercambiar opiniones, puntos de vista, reclamos, es mirarse en el espejo del otro reconociéndonos mutuamente. Ejemplos y condiciones donde los medios de comunicación son estratégicos en la vida de los pue-

sarrollen. Hay varios frentes, uno sigue siendo la cuestión legal, sobre todo para las radios; otro factor que siempre ha sido un reto constante pero no definitivo es el financiamiento. Los proyectos de comunicación indígena no cuentan con financiamiento institucional ni gubernamental, lo cual no permite tener un flujo de insumos para la operación y el funcionamiento asegurado. Eso implica producción en condiciones precarias, pero no la imposibilidad de la existencia, lo que pasa es que hay mucho trabajo voluntario, solidario. También hay muchas organizaciones y agencias nacionales e internacionales que apoyan este tipo de proyectos pero de alguna manera su continuidad está constantemente en riesgo por el factor económico.

Sí siento que hay una serie de elementos estereotípicos que se asumen. Por ejemplo: la comunicación indígena es la que habla de la danza tradicional, del ritual de la localidad. Mucha gente piensa que el video indígena debe ser documental, semietnográfico, que refleje sus tradiciones y cultura. Hay una especie de estereotipo: tiene que ser en lengua, tener un espacio para el cabildo, para la asamblea, y hablar de las propiedades de las hierbas medicinales, y sólo integrar música local. ¿Pero si una radio indígena quiere sacar las 40 principales en su propia lengua? Eso no está mal, no todas tienen cubrir sólo la fiesta patronal. No es el sentido de muchos de los comunicadores indígenas. Pero desde el mundo de fuera hay un imaginario romantizado de lo que es o debería ser la comunicación indígena, un cliché. Antoni Castells dice que la cultura indígena quedaría genuinamente normalizada cuando podamos ver una película pornográfica indígena. Fui a una radio en Oaxaca y un grupo de niños tenía un segmento de la programación. Los adultos se quejaban de que los niños no eran serios en la radio, de que se la pasaban jugando y que contaban chistes. Decían “eso no era para la radio indígena”. Pero los niños son niños en el aire y fuera del aire, y cuentan cosas de niños. Incluso había una discusión sobre si el espacio de los niños era suficientemente comunitario para estar en la radio. Creo que los niños son parte de la comunidad y tienen que ser parte de la radio comunitaria, auténticamente comunitaria. La comunicación indígena no tiene que ser de una forma, puede ser de muchas formas, en el sentido en que obedezca a las necesidades de las comunidades y de los pueblos indígenas. Ahí hay un reto importante dentro de las comunidades y de quienes apoyamos a la comunicación indígena, de no caer en estereotipos y encasillar a la comunicación como algo que tiene una forma específica de verse y escucharse.


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MÚSCULO CIUDADANO Élfego Riveros Radio Teocelo radioscomver@hotmail.com

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gente para lograr la empatía a la hora de salir al aire.

a radio comunitaria tiene que ser útil, debe ser alegre, pero sobre todo está llamada a quitar vendas de los ojos para que pasen cosas buenas en bien de la gente”.

Al mismo tiempo, van entendiendo la diferencia que hay entre la misión de una radio comunitaria y los demás medios electrónicos –públicos y privados–, llegando a la conclusión de que nuestras emisoras están orientadas a desarrollar “músculo ciudadano” para que la gente tenga información y poder.

La capacitación y formación de nuevos comunicadores populares pasa por varios filtros, pues queremos asegurarnos que entren a colaborar a la radiodifusora los mejores miembros de la comunidad, con vocación de servicio, que ayuden a parir palabras entre la gente más necesitada y agraviada por empresas, partidos y gobiernos, para que se expresen libremente sin miedo ni pena. A veces llegan de visita estudiantes universitarios y debatimos amistosamente con ellos acerca de las limitaciones que hay en la mayoría de los planes de estudio de escuelas y facultades, donde prevalecen las teorías hipodérmicas de la comunicación, que pregonan que bastaría contar con un medio propio para “inyectar” contenidos a la audiencia para que se haga la revolución… Por eso, los aspirantes a ser parte del equipo de Radio Teocelo deben acreditar un año de capacitación y formación, que se reparte en sesiones semanales de tres a cuatro horas, en las que se van alternando la teoría y práctica de la locución radiofónica con una

FOTO: Radio Teocelo

Esa es la propuesta principal que ponemos sobre la mesa cada vez que abrimos un nuevo curso de locutores en la XEYT Radio Teocelo, emisora que opera desde hace 48 años, en medio de fincas de café, palos de naranja y matas de plátano, en la zona centro de Veracruz.

Hace falta que las universidades públicas y privadas de nuestro país dejen de ver a los medios comunitarios como marginales, para que los futuros profesionistas de la comunicación y el periodismo descubran su gran potencial educativo y la dimensión y alcance de su incidencia social y cultural formación social y humana que haga equilibrio con el dominio de los equipos, la apropiación de las nuevas tecnologías y el uso de las redes sociales. En ocasiones se inscriben hasta 40 o más principiantes en esos cur-

sos de capacitación, pero al final de las 53 sesiones semanales sólo llegan a ingresar 10 o 12 nuevas compañeras y compañeros, ya que a la mitad del curso también se les pide un tiempo de colaboración, para medir su puntualidad, responsabilidad, compromiso, disciplina, congruencia e integración al demás colectivo de la radio.

les recordamos que mientras un maestro se prepara todos los días para entrar en comunicación con 30 o 40 alumnos y un párroco hace lo mismo para dirigirse a cien o 200 feligreses, el comunicador tiene que hacerlo para llegar simultáneamente a miles o millones de oyentes con muy diferentes gustos e intereses.

Se les enseña que la radio es un espacio público de negociación, donde se triangulan los gustos e intereses de los oyentes, los locutores y la filosofía del propio medio de comunicación, cuya principal naturaleza es su masividad.

En su etapa de formación social y humana, los aspirantes deben salir a las comunidades donde llega la señal de la emisora, para conocer a las personas y sus pueblos; tomar nota de cuáles son sus costumbres y necesidades, sus logros y sus sueños, cómo viven, en qué trabajan, qué música y qué contenidos les gustaría oír por la radio.

Les explicamos además que el locutor de una radio comunitaria no debe hablar con un lenguaje rebuscado, como para que vean que sabe mucho, sino de la manera más sencilla posible para que le entiendan; eso sí, les inculcamos el hábito por la lectura y aplicar el método de ver-pensar-actuar, y

En ese proceso, las y los futuros comunicadores van comprendiendo que su labor no es tanto la de hablar y pretender ser estrellas del micrófono, sino la de escuchar con atención y sensibilidad a la

Aspectos sustanciales de la objetividad, el pluralismo, la independencia y el respeto en el uso y administración del uso de la frecuencia deben asumirse como mandamientos o declaración de principios de estos singulares militantes de los medios comunitarios, pero sin dogmas de ninguna naturaleza. La radio comunitaria en nuestro país, entonces, puede ser también un espacio de realización personal, con servicio a la sociedad y empleo digno. Hace falta, sin embargo, que las universidades públicas y privadas de nuestro país dejen de ver a los medios comunitarios como marginales, para que los futuros profesionistas de la comunicación y el periodismo descubran su gran potencial educativo y la dimensión y alcance de su incidencia social y cultural. Desde luego, hace falta también que las leyes secundarias que se van a desprender de la reforma en telecomunicaciones dejen de considerar a los ciudadanos de este país como simples consumidores de servicios y contenidos, para reconocerlos como auténticos sujetos del derecho a comunicar.

WEJKAJTÄJK JA KO’PK, ENSEÑANZAS DE LA MONTAÑA: LA UNICEM Rigoberto Vásquez Coordinador general de la Universidad Comunal Intercultural del Cempoaltéptl (Unicem)

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a creación de un proyecto educativo alternativo en nivel superior en Tlahuitoltepec tiene un sustento histórico determinado por diferentes maneras de nombrar, pensar, actuar, relacionarse y vivir. Más 30 años han pasado desde que en la comunidad se comenzó reflexionar sobre el sentido

de la educación, el Wëjën Kajën, el por qué y para qué. El sentido de la educación sobre la base del derecho de los pueblos, pero también, ante un escenario de negación histórica de lo que somos y queremos ser.

cas en la Universidad Comunal Intercultural del Cempoaltéptl (Unicem), universidad autónoma y autogestiva, decidida en Asamblea General de Comuneros Ayuujk, instancia máxima de toma de decisiones. Funciona actualmente con un Consejo Comunitario de Asesores (Cocoa), un Consejo Académico (Coa) y autoridades comunitarias. Alberga a estudiantes y facilitadoras (es) de diferentes comunidades que reflexionan cotidianamente sobre el sentido de la universidad y cómo se conjuga en ella la reivindicación de las lenguas y culturas con la convivencia de otros distintos.

Desde el 1 de octubre de 2012 se iniciaron las actividades académi-

La Unicem es también un reflejo de las contribuciones de nuevas

generaciones de profesionistas e intelectuales ayuujk para fortalecer una propuesta que parte de la filosofía de la comunidad, de la fiesta, el trabajo, el poder, el disfrute colectivo el bien común, que buscan trascender el folklor académico y dialogar sobre las relaciones de poder, de conflicto y negociación, que son construcciones colectivas que dan sentido a la convivencia, a un modo de estar bien. Desde aquí partimos para facilitar una formación de estudiantes de manera crítica, analítica y propositiva para definir lo que somos y queremos ser ante la marginación, el distanciamiento simbólico y geográfico que se ha impuesto, que supere la individualidad y se

encamine al desarrollo del humano-pueblo, que detone procesos organizativos en las comunidades desde sus propias miradas y estrategias de defensa, pero también de convivencia posible frente a una sociedad con grandes desequilibrios. Actualmente se desarrollan las licenciaturas en Desarrollo Comunal y Comunicación Comunal para promover la formación de profesionistas arraigados culturalmente que generen estrategias y mecanismos para el bien vivir de sus comunidades locales y globales. Es Unicem un ofrecimiento para la sociedad en general que contribuye a la recuperación de lo humano y lo colectivo.


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Organiza: Enlace Comunicación y Capacitación AC. Lugar y fecha: Centro Demostrativo K’intum, Pamalá, Comitán, Chiapas. 24 de septiembre de 2013. Informes: coordcomitan@ enlacecc.org / comunicacioncomitan@ enlacecc.org Evento: Tercer Encuentro de promotores y promotoras, facilitadores y facilitadoras de Agricultura Sustentable. Organiza: Varias organizaciones. Lugar y fecha: Vicente Guerrero, Tlaxcala. 27 y 28 de septiembre de 2013. Informes: pidaassa_ mexico@yahoo.com.mx / guerrerogv@prodigy.net.mx

PROCESOS PARALELOS: COMUNICACIÓN Y EDUCACIÓN COMUNITARIA EN OAXACA Julieta Briseño Roa

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la par del impulso para generar y fortalecer medios de comunicación que respondan a realidades concretas y comunitarias, en el estado de Oaxaca se han impulsado desde abajo propuestas educativas dirigidas a los pueblos originarios como una opción de educación crítica y pertinente a los contextos comunitarios. Entre ellas están: en educación inicial, los Nidos de Lengua; el “plan-piloto” encabezado por maestros de la Coalición de Maestros y Promotores Indígenas de Oaxaca (CMPIO); las Secundarias Comunitarias Indígenas; los Bachilleratos Integrales Comunitarios; la Licenciatura en Educación Media Superior Comunitaria (LEMSC), en Santa María Alotepec Mixe, y la Universidad Comunal Intercultural del Cempoaltépetl (Unicem), en Santa María Tlahuitoltepec Mixe. Esta educación comunitaria o comunal es una forma de resistencia ante la imposición de planes y programas de estudio homogéneos y

FOTO: Radio Teocelo

Evento: Foro Agricultura Familiar: Alimentando al Mundo y Construyendo Soberanía Alimentaria”

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de modelos educativos descontextualizados que no reconocen las múltiples diversidades existentes en el territorio, y propone desde lo comunitario aportar para la transformación hacia un Estado intercultural. Al igual que en los medios de comunicación comunitarios, al-

gunas de estas propuesta son reconocidas por el sistema, pero en realidad son acosadas y bloqueadas para que su implementación no incida en más comunidades, lo que en algunos casos ha resultado en la transformación del modelo y de los contenidos para ser avalados (y cooptados) completamente por el Estado.

En el estado de Oaxaca se han impulsado desde abajo propuestas educativas dirigidas a los pueblos originarios como una opción de educación crítica y pertinente a los contextos comunitarios Sin embargo, esto no se detiene, cada vez hay más colectivos de maestros que están creando sus propios contenidos, materiales, y formas de trabajo, con el fin de romper las barreras físicas y simbólicas que separan a la escuela de la comunidad. Esta autonomía en la práctica educativa muestra la fuerza que se puede tener en la educación para fortalecer aquello que el gobierno se ha empecinado en desquebrajar: el conocimiento y la vida comunitaria.

Evento: Día Nacional del Maíz. Organiza: Campaña Sin maíz no hay País y Carnaval del Maíz.

DESCOLONIZAR, TAREA DE LA COMUNICACIÓN INDÍGENA Melquiades Rosas Blanco Nashinandá (mazateco)

Lugar y fecha: Zócalo de la Ciudad de México. 29 de septiembre de 2013. 11:00 horas.

concesionado a empresas extranjeras extractoras de minerales y que gran parte de ellas se ubican en los territorios indígenas.

FOTO: Martha Delia González

Informes: www. sinmaiznohaypais.org

Entrevistador

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Libro: El mineral o la vida. Legislación y políticas mineras en México. Autores: Francisco López Bárcenas y Mayra Montserrat Eslava Galicia. Edición: ITACA.

l sistema colonial permea nuestra vida política, económica y cultural; la instauración del Estado monista en el México independiente, y luego el reformista juarista y revolucionario nunca reconoció la diversidad cultural y eso se debió a la idea de nación que adoptamos de la revolución francesa, que expresaba que la Nación no se compone por la diversidad de pueblos que existen en un territorio, sino por el reconocimiento de derechos y obligaciones entre los individuos.

El actual Estado mexicano se basa en este acuerdo político entre individuos, negando desde su origen la diversidad de pueblos. La agenda del movimiento de comunicación indígena en México, desde una perspectiva de descolonización, pasa, entre otras acciones, por la recuperación de la memoria histórica y la ubicación como sujetos colectivos que demandan rehacer el Estado mexicano. El Artículo 2 Constitucional expresa que la nación mexicana se reconoce como pluriétnica, pero esto no es

suficiente. De ahí que reformas en materia de derechos de los pueblos indígenas sigan siendo una demanda incumplida y que mucho nos falta para ser una nación pluriétnica. Mientras esto se le demanda a la Nación, el actual Estado mexicano está al servicio del gran capital extranjero. El mismo gobierno federal, por medio de su comisionado para el diálogo con los pueblos indígenas, Jaime Martínez Veloz, ha expresado en distintos foros que más de la mitad del territorio nacional ha sido

El contexto de las viejas y nuevas prácticas de colonización exige que la comunicación indígena genere procesos nuevos de organización, partiendo del hecho de que las mujeres y los hombres de estas tierras no pueden reproducir relaciones de colonización para la toma de decisiones, que la tecnología es una herramienta para fortalecer el movimiento de resistencia y que los contenidos que se generen deben partir de la experiencia de la lucha. La comunicación indígena deberá plantearse un código de ética que tenga principios como el respeto a las personas, el cumplir con la palabra dada, el trabajo encomendado y la ayuda mutua. Los procesos de comunicación indígena nos deben servir como una experiencia que apoye la creación de espacios propios, de formación teórica y práctica que nos permitan tener nuevos cuadros. El proceso de descolonización es una acción continental, es un quehacer de ida y vuelta. Fortalecer la descolonización continental, fortalecer las redes virtuales que ya existen son retos del proyecto comunicacional.


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COMUNICACIÓN Y RESISTENCIA. EXPERIENCIA DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS TRANSNACIONALES Bertha Rodríguez Santos Periodista oaxaqueña radicada en Los Ángeles, coordinadora de medios del FIOB y editora de la revista El Tequio

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ara los nosotros los migrantes indígenas, los nuevos medios de comunicación cobran relevancia por el uso que les damos: preservar nuestro idioma, nuestra cultura y cosmovisión. Los valores de cooperación y las prácticas de solidaridad, nuestra riqueza cultural y la tradición de luchar por nuestros derechos pueden darse a conocer en tiempo real, en todo el mundo.

FOTO: Agustín Méndez Landeta

En el Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB) utilizamos los medios de comunicación alternativa y ahora las redes sociales, principalmente para exponer nuestras luchas de resistencia. También podemos registrar y compartir con el mundo, de manera instantánea, las fiestas de los santos patronos, la música de banda y las danzas tradicionales.

Hemos sido testigos de cómo nuestros paisanos pierden la vida en la frontera y hemos conocido las súplicas del “no quiero morir, no quiero morir. Quiero regresar con mis hijos... necesito regresar”, como dijo el oaxaqueño Alfonso Domínguez, antes de fallecer intentando cruzar el desierto después de ser deportado. Alfonso no hubiera muerto si los agentes migratorios al momento de arrestarlo no lo hubieran obligado a firmar un documento donde renunciaba a su derecho a una audiencia con un juez de inmigración; tampoco hubiera fallecido si los agentes de la migra que encontraron a Isaac, su compañero de viaje, lo hubieran rescatado en lugar de solamente arrestar al sobreviviente. Isaac fue ubicado por la señal del celular de Alfonso. Los medios no pueden ocultar la tragedia de los migrantes. Miles de violaciones a los derechos humanos ocurren diariamente, desde detenciones y deportaciones injustificadas, separación de familias, violaciones laborales y la discriminación racial como la que recientemente dio pie a la campaña “no me llames oaxaquita”, iniciada por jóvenes mixtecos en Oxnard, California. El 22 de julio pudimos ver “en vivo y en directo” la saga de los DREAM9, los nueve estudiantes

mexicanos sin documentos que cruzaron de México a Estados Unidos, fueron arrestados y después liberados. Su acción fue considerada como un acto político para detener las deportaciones masivas. Tanto en México como en Estados Unidos, la mayoría de medios muestran un desconocimiento de la cultura indígena. Se refieren a las lenguas indígenas como dialectos en lugar de idiomas, llaman ruinas a nuestros centros ceremoniales y etiquetan como folklor, nuestras tradiciones. Desde 1991, cuando el FIOB fue fundado en Los Ángeles por migrantes mixtecos y zapotecos radicados en California, la organización contaba con su propio órgano de comunicación que se llamaba La Puya Mixteca. Por medio de sus páginas, se daban a conocer las diferentes luchas que nuestros hermanos libraban en los lugares de origen, en el norte de México y en California. En el 2006, en plena efervescencia del movimiento de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), nació nuestra revista El Tequio (www.eltequio.com), que se sostiene a base de trabajo de tequio, es decir, sin retribución económica. También mantenemos la página web www.fiob.org y una página del Frente Indígena en Facebook. Con el apoyo del FIOB, del 2003 al 2005, la cineasta chatina Yolanda Cruz realizó los documentales Mujeres que se organizan avanzan

y Sueños binacionales, que muestran los esfuerzos organizativos del FIOB. El año pasado publicamos un libro de recetas de cocina indígena, y relativo al mismo proceso, se produjo el documental Alma de maíz, que ha participado en varios festivales internacionales de cine. En nuestros espacios de comunicación hemos publicado reportajes y

dado a conocer decenas de comunicados sobre las demandas de los trabajadores, como la reciente huelga y boicoteo de migrantes indígenas en Washington contra la compañía de frutas Sakuma Brothers. La tecnología nos permite interactuar con el mundo y escribir relatos desde nuestros celulares. Sin embargo, sin la sabiduría de nuestras comunidades, estos medios sólo serían espejos del indi-

vidualismo, del mercadeo, del entretenimiento, y podrían convertirse en sustitutos de la verdadera comunicación. En pleno apogeo de la comunicación masiva, hoy más que nunca, resulta necesaria una comunicación indígena autónoma y libre que haga posible que las culturas indígenas sigamos vivas y en lucha por un mundo donde se nos reconozcan nuestros derechos.

NASHINANDÁ: RADIO MIGRANTE Agustín Méndez Landeta

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finales de 2010 inició el primer programa radiofónico realizado por migrantes mazatecos radicados en la zona metropolitana de la Ciudad de México: Pueblos Originarios en Resistencia desde Xico. La idea surgió después de la visita de nuestros paisanos de Radio Nhandiá para cubrir el 1er Festival de Culturas en Resistencia: Mazatecos de Mazatlán Villa de Flores, Oaxaca (Nashinandá). El festival gustó en Nashinandá. Días después recibimos la invitación para participar en la programación. No dudamos en aceptar. Era la oportunidad de mantener comunicación con nuestro pueblo a pesar de las barreras geográficas y tecnológicas, la nula experiencia en radio, los aparatos inadecuados y la falta de voluntarios y de apoyo

económico. Gracias a la creatividad, compartimos la experiencia como migrantes en la ciudad y fortalecimos nuestra identidad.

Incluir a los medios indígenas en la legislación y cerrar la brecha tecnológica permitirá que más pueblos vivan una experiencia similar.

FOTO: Agustín Méndez Landeta

Por otra parte, como indígenas, al igual que el resto de migrantes, navegamos contra la corriente de un sistema que nos criminaliza, humilla y acorrala. Nos movemos en medio de una sociedad racista que se rige con una doble moral.


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RADIO ÑOMNDAA, LA PALABRA DEL AGUA David Valtierra

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osotros somos nancue ñomndaa, oficialmente se nos conoce como amuzgos, somos un pueblo originario que se ubica en la región de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca. Nuestra historia es la misma que la de muchos pueblos indígenas: desde que el territorio fue dominado por los invasores hasta la actualidad nuestros derechos colectivos no han sido respetados ni reconocidos plenamente en la Constitución Política de México, nos han excluido. Lo que desde el poder han tratado de hacer con nosotros (as) es integrarnos a la sociedad capitalista, según convenga a los interese del sistema. Para las autoridades de este país nuestra voz, nuestra palabra, no vale, pues desde hace siglos, de diferentes formas han tratado de desaparecer nuestra cultura, nuestra lengua. En los grandes medios masivos en manos del Estado y de los empresarios, ¿acaso se ha escuchado el ñomndaa? En esos medios es prioridad la venta de mercancías, tienen como finalidad imponer moldes de cómo debemos pensar, vestir, hablar, vivir; sus emisiones son de muerte para nuestras culturas. Ante este panorama y ante la necesidad de comunicarnos, de informarnos, de reflexionar en colectivo, de proponer otras formas de

do además acompañar la lucha de las comunidades en la defensa del territorio, ha sido un espacio donde se ha escuchado la voz de quienes denuncian injusticias, explotación, impunidad, discriminación, opresión y el despojo que se vive en las comunidades. Ahí también hemos escuchado lo que sucede en otros pueblos, como el encarcelamiento injusto del compañero Alberto Patishtan.

Violinista tradicional Suljaa´

relacionarnos con el entorno y en la sociedad, de difundir nuestra música, de conocer otras expresiones y de encontrarnos con otras y otros en el camino, iniciamos en 2002 nuestra organización para construir nuestra propia herramienta de comunicación que la nombramos como Radio Ñomndaa, La Palabra del Agua, que a la vez es una manera de hacer resurgir nuestra palabra silenciada por siglos. Lo hacemos como un servicio a nuestro pueblo y es a la vez una lucha por todos los demás pueblos. En diciembre del presente 2013 cumpliremos nueve años de transmitir desde el Cerro de las Flores, en Suljaa’ (Xochistlahuaca) en el 100.1 FM. En estos años hemos

comprobado que un pueblo organizado puede crear y sostener su propia radio comunitaria, sin entrar en el esquema comercial que actualmente predomina entre las estaciones de radiodifusión. En estos años Radio Ñomndaa ha permitido fortalecer nuestra palabra, el uso de nuestra lengua, nos ha ayudado a traspasar las barreras y fronteras que nos imponen para dividirnos, nos ha ayudado a reconocernos como un pueblo con una misma historia de lucha y resistencia. Nos ha permitido encontrarnos con otras y otros que viven en tierras lejanas, pero que luchan por lo mismo, otro mundo donde quepan muchos mundos. Esta herramienta nos ha permiti-

El gobierno capitalista nos han querido imponer el silencio con cárcel y miedo; nos han inventado delitos que nunca hemos cometido, han tratado de callarnos. En julio de 2008 con la Policía Federal Preventiva, el gobierno intentó confiscar nuestro equipo de transmisión, han intentado también ahogar nuestra voz ofreciendo limosnas y miserias, hemos recibido amenazas y represiones caciquiles, pero hasta la fecha seguimos transmitiendo, cobijado en los Acuerdos de San Andrés, en los convenios internacionales sobre derechos humanos que el gobierno mexicano ha firmado, pero no cumplido. En su defensa, nuestro pueblo ha hecho de su radio libre, así como también participa en la red de comunicación y solidaridad de otras radios comunitarias, libres, alternativas y organizaciones solidarias y de derechos humanos de México y del mundo.

Radio Ñomndaa, La Palabra del Agua, que a la vez es una manera de hacer resurgir nuestra palabra silenciada por siglos. Lo hacemos como un servicio a nuestro pueblo y es a la vez una lucha por todos los demás pueblos Esta es una manera de cómo los pueblos y comunidades indígenas hemos podido organizarnos para ejercer nuestro derecho a la comunicación y a la libre determinación; en nuestro caso no hemos entrado en el terreno de las radios permisionadas, pero no quisiéramos perder nuestro camino en la lucha por nuestra libertad, tampoco nuestra dignidad como pueblo en resistencia. Mientras en el poder está la disputa por los negocios que representan la transición digital, desde abajo se está preparando el siguiente paso que daremos en nuestro camino por la libertad. Da alegría saber que en muchos rincones de este país y del continente, en las frecuencia libres se escuchan la palabra y el pensamiento de los pueblos originarios. Es, pues, un logro de las radios comunitarias.

RADIO MUNDO REAL: UNA DÉCADA DE COMUNICACIÓN AMBIENTALISTA

¿E

Ignacio Cirio ignaciocirio@gmail.com n qué se asemejan el actual modelo del agronegocio con el sistema mediático trasnacional? El primero, sustentado en la privatización de la vida vía empresas trasnacionales monopólicas, sólo puede funcionar basado en agrotóxicos; el veneno es pues su piedra angular, su corazón. La mercantilización de la comunicación también creó monopolios mediáticos que hoy surten a las grandes mayorías de nuestras poblaciones de dosis diarias, infaltables y adictivas de veneno, de prejuicios, de aislamiento, de futilidad y de desazón. A más de dos décadas de la proclamación falaz de un mundo incambiable, huérfano de utopías y de referencias de un horizonte emancipador, las organizaciones sociales, rurales y urbanas, campesinas y estudiantiles, originarias y nómades no han visto pasar el tiempo en vano. Construyeron –o rescataron del olvido– conceptos

fundantes y ancestrales, antídotos frente a la desesperanza, como la agroecología, la soberanía alimentaria, los bienes comunes o el buen vivir. Hoy tenemos certeza de que la comunicación popular es parte integral e inescindible de esos logros conceptuales. La defensa de los territorios, que ha alumbrado de una nueva centralidad a las comunidades rurales y movimientos ambientalistas, recuperando herramientas ideológicas e históricas con ese fin, ha hecho resurgir la movilización de masas en América Latina. Hoy lo sabemos con certeza, esa defensa incluye la comunicación en resistencia como uno de sus componentes estratégicos. La tarea de creación comunicacional se visualiza y se vive hoy desde las comunidades de base y desde las articulaciones nacionales, regionales y hasta globales, no como una función instrumental de las organizaciones. Es parte integral, política y organizativa de la resistencia, es primer paso para la construcción

de alternativas ante un paradigma del capital absolutamente agotado económica, ambiental y éticamente. La Cumbre de Comunicación Indígena es, a todas luces, una muestra cabal de esta tesis. En esa coyuntura, Radio Mundo Real (www.radiomundoreal.fm) celebra este año su primera década de existencia, como parte orgánica de Amigos de la Tierra Internacional, federación mundial que desde el ambientalismo político anticapitalista se da la mano con las articulaciones de Vía Campesina y el feminismo de la Marcha Mundial de las Mujeres, entre otros aliados estratégicos. Y lo hace desde la revalorización del campo comunicacional como un espacio en que se disputan sentidos, intencionalidades y valores; en que se visibilizan o invisibilizan realidades y por ende se construyen consciente o inconscientemente visiones de mundo, ideologías vivas y coleantes pese al hegemónico (y falaz) anuncio de su muerte.

Desde este colectivo de comunicación, que se reconoce en la trinchera militante y en transformación constante, la actual etapa en esta evolución se caracteriza por la necesidad de un salto metodológico que dé cuenta de los desafíos de la hora. Ese crecimiento metodológico lo rotulamos como convergencia. Su ensayo principal lo vivimos en la Cumbre de los Pueblos en Río+20, a mediados de 2012, en alternativa a la Cumbre de la Tierra que, bajo la bandera de la Economía Verde se celebraba en esa ciudad del Brasil. Así, agotada ya la metodología de la dispersión –que caracterizó por ejemplo el ciclo de Foros Sociales Mundiales y su correlato de comunicación– comprendimos que la complementación y la colaboración entre colectivos de comunicación eran elementos imprescindibles para hacer frente al discurso único de la ineluctabilidad del capital como rector de la co-evolución de la humanidad

y el planeta. Y descubrimos que, para ello, los comunicadores y las comunicadoras debíamos asumirnos como actores políticos, dar el debate en ese plano para alcanzar acuerdos y sumar fuerzas. Desde entonces –conscientes de la necesidad de una sistematización de ese trabajo, aún pendiente– la construcción de esta Convergencia de Medios de Comunicación de los Movimientos Sociales ha sido constante y se ha expresado desde la Cumbre de los Pueblos en Santiago de Chile (enero 2013) hasta la reciente creación de la Alianza por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos de América Latina y el Caribe, cribando asimismo las agendas y los procesos nacionales y regionales. Al cabo de esta primera década de existencia, nos sentimos parte de esa construcción, que a su vez brinda una reafirmación de nuestra razón de ser, iluminando la enorme superioridad del futuro respecto del pasado.


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COMUNICACIÓN INDÍGENA PARA TODA ABYAYALA

FOTO: Asociación COMUNICARTE

Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de Pueblos Indígenas

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n América Latina, la escasa regulación en el área de las comunicaciones ha facilitado his-

tóricamente la vinculación de la prensa con el sector privado. En la actualidad, Televisa y TV Azteca de México, Clarín de Argentina y

Globo de Brasil concentran más de la mitad de los diarios, radios y canales de televisión, además del 75 por ciento de las salas de cine de la región. Apenas en los años recientes algunos gobiernos han comprendido la necesidad de superar la perspectiva mercantilista, reconociendo la comunicación como un derecho, por medio de reformulaciones legales. Pero en sólo tres de ellas (Bolivia, Argentina y Ecuador) se incorpora de manera activa a los pueblos indígenas. A dos meses de la realización de la Segunda Cumbre, queremos ser enfáticos en señalar que el Derecho a la Comunicación Indígena no es un regalo por parte de los Estados, sino una tarea pendiente, ampliamente respaldada en el marco normativo internacional

(Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y el Pacto de San José de Costa Rica sobre Derecho a la Comunicación y Libertad de Expresión, entre otros).

pios medios, sin que ello implique estar a la deriva del mercado o los vacíos legales. Como comunicadores y comunicadoras indígenas creemos firmemente que instalar el derecho a la comunicación indígena es una necesidad que no sólo sirve al bienestar de nuestros pueblos, sino a la sociedad latinoamericana en general. Por medio de la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas, CLACPI, hemos dado importantes pasos en ese camino, pero sabemos que la meta no se logrará sólo con lareformulación de leyes, sino con políticas públicas que permitan impulsar procesos, a la par que nosotros, como pueblos indígenas, continuamos empoderándonos de nuestro deber de comunicar.

Las reformas recientes implican avances importantísimos a escala regional, pero no resguardan las especificidades de la comunicación indígena. Más allá de la comunicación comunitaria, los pueblos originarios necesitamos formar parte de la multiplicidad de miradas que aparecen diariamente en los medios masivos, y constituirnos como voces válidas dentro de las disputas discursivas que acontecen en la opinión pública. Asimismo, tenemos derecho a crear y mantener nuestros pro-

Australia

CUANDO LAS ESTRELLAS SE ALINEEN Michael Meadows Centro de Investigación Cultural, Universidad de Griffith, Australia

Aunque la prensa indígena ha estado presente en varias formas en Australia desde 1836, han sido la televisión y la radio las que han dominado las preferencias de las audiencias indígenas y del proceso de la política comunitaria. Alrededor de 20 lenguas indígenas todavía se hablan a lo largo de Australia. Es todo lo que queda de las estimadas 250 lenguas que se hablaban en el tiempo de la invasión europea en 1788. Más de cien estaciones de radio comunitarias con licencia en las regiones remotas y otras 20 estaciones en zonas regionales y urbanas emiten alrededor de mil 400 horas de contenido indígena semanales. Las organizaciones de medios indígenas en algunas comunidades aisladas en Australia central empezaron experimentando con video a finales de los 70’s, pero no fue sino hasta 2001 cuando las emisoras indígenas hicieron las primeras emisiones de Televisión Comunitaria Indígena (ICTV). Para 2006, quienes dictaban las políticas gubernamentales habían

decidido que sólo habría un canal de televisión nacional indígena en Australia. Esto aumentó las tensiones entre los productores de video de las comunidades indígenas rurales y aquellos establecidos a lo largo de la zona urbanizada de la Costa Australiana del Este. A pesar de los intentos de última hora para negociar un lugar para los productores remotos de videos indígenas, ICTV fue sacada del aire el 12 de julio de 2007. Al día siguiente, NITV comenzó a transmitir, pero sólo en un canal comunal disponible en Australia regional y en la televisión de paga en las zonas urbanas. La premura con la que se puso en marcha NITV significaba que no tenía virtualmente ningún mecanismo de radiodifusión abierta para la mayoría de los australianos. No fue sino hasta diciembre de 2012, que se trasladó a NITV a un canal nacional, con radiodifusión abierta. En respuesta, ICTV comenzó Indigtube –como un Youtube Indígena– con una serie de programas de video producidos por varias comunidades apartadas y disponibles para su visualización. En el mismo año, se negoció la distribución regional en PilbaraKimberley de Australia Occidental por medio de un servicio de satélite local. En noviembre de 2012, ICTV volvió a lanzar en un canal de televisión digital para las audiencias alejadas y regionales, a través de la red de Viewer Access Satellite Television (VAST, Visor de Acceso a Televisión por Satélite), un sistema financiado

por el gobierno australiano para proveer de televisión digital a las comunidades remotas. Sin embargo, ICTV todavía no está disponible para la gran mayoría del público en los centros urbanos de Australia.

precisión sus vidas y sus experiencias de vida continúa. Los ejemplos expuestos revelan algunos de los desafíos clave que enfrentan los participantes en el proceso de formulación de políticas de medios indígenas en Australia.

La lucha de los pueblos indígenas para lograr un acceso a los medios de comunicación que refleje con

La evidencia de la innovación del sector de los medios de comunicación indígena sugiere la necesidad

de crear un espacio de discusión y experimentación para todas las partes. Una negociación genuina en la que participen todos los interesados debe ser parte integral del proceso. Por otra parte, el propio sector de los medios de comunicación indígena debe ofrecer argumentos de políticas de comunicación más amplias. La falta de diálogo entre quienes formulan las políticas y los representantes del sector sigue siendo un problema mayor que hay que superar. La adopción de enfoques de políticas que funcionen –por ejemplo, la coincidencia de las reuniones con los eventos culturales existentes en la comunidad– podría alentar una participación más efectiva de las partes interesadas. La formulación de políticas en general sigue siendo un proceso incierto; se basa fundamentalmente en encuentros casuales, y como un político lo dijo, en “la alineación correcta de las estrellas”. FOTO: Indigenous Remote Communications Association

E

l sector de radiodifusión indígena en Australia ha sido uno de los más vibrantes en términos de desarrollo desde su aparición a finales de 1970. Es el principal medio de comunicación en las comunidades indígenas, aparte de la comunicación de boca en boca.

El mejor consejo que dan los que saben a los productores de los medios de comunicación indígena es tener proyectos listos para cuando “las estrellas se alineen” en lugar de tratar de desarrollar ideas a la carrera. Si bien este enfoque no garantiza que se escucharán las voces indígenas, por lo menos ofrece la oportunidad para que este sector creativo e innovador influya en el debate de la esfera pública –un elemento fundamental del proceso democrático. Traducción Ana Paula Iglesias Echeverri.


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Una conversación con Sally Burch, directora de la Agencia Latinoamericana de Información

¿CUÁLES SON LOS RETOS DE LA COMUNICACIÓN INDÍGENA? Eugenio Bermejillo

Por otra parte, en los países que recientemente han adoptado una legislación para la comunicación indígena y comunitaria el reto es cómo apropiarse y ejercer plenamente estos espacios de la comunicación. En Argentina las comunidades indígenas tienen un derecho automático de solicitar una frecuencia como parte del sector de medios públicos. En Bolivia, un 17 por ciento de las frecuencias, es decir la mitad de lo reservado a medios comunitarios, están destinados a los pueblos indígenas. En Ecuador, con la ley recientemente aprobada, el sector comunitario puede acceder al 34 por ciento de las frecuencias; los pueblos indígenas participan aquí, entre otros, sin un porcentaje definido. En estos países el reto no es simplemente conseguir espacios de comunicación o una frecuencia. Va más allá: se trata de establecer un nuevo paradigma, una nueva visión de la comunicación. Cuando el Estado reconoce no sólo al sector público y al privado (que han sido los tradicionales en la economía), sino también a un tercer sector, el comunitario, se plantea la oportunidad de desarrollar otra visión y otra forma de hacer comunicación. Por su desarrollo histórico, la comunicación la indígena y comunitaria es la que tiene mayor capacidad y potencial para desarrollar esta visión distinta en la comunicación. Sin embargo, lo que constatamos en Bolivia es que, cuando se crearon, las radios indígenas seguían haciendo lo mismo que las otras radios. No hubo una diferencia. Este es un reto grande que requiere un debate, incluso

las redes digitales y tienen otra cultura, ya están acostumbrados a debatir más horizontalmente las ideas, a intercomunicarse cotidianamente. Si las organizaciones no entienden eso y no lo incorporan a su quehacer habrá un divorcio cada vez más grande entre cómo comunican y operan las juventudes y cómo comunican y discuten de los mayores.

continental, sobre cómo levantar una comunicación liberadora, participativa y que sea parte de los cambios sociales. Para el caso de Ecuador, es una lástima que las organizaciones indígenas no hubieran seguido aportando propuestas como lo habían hecho años atrás. Se perdió la oportunidad de conseguir más ventajas en la ley. Ecuador reconoce en su Constitución que es un Estado plurinacional e intercultural y asume ello como base del desarrollo del país. Incluso la ley de comunicación en su introducción recoge esas ideas, pero no las desarrolla; en la parte más práctica, esos aspectos quedaron olvidados. Es verdad que no existen otros ejemplos en donde Ecuador se inspirara, porque es un tema nuevo. Incluso supimos que Bolivia estaba esperando que pasara en Ecuador para actuar sobre este tema. Si hubieran seguido el debate sobre lo que es una comunicación intercultural quizá se hubiera podido ir más allá de plantearse comunicar entre los pueblos indígenas y permitir un verdadero diálogo entre culturas que contribuiría a la descolonización.

En América Latina hay que diferenciar entre los países que tienen una legislación a favor del sector comunitario o indígena, y los que no la tienen No se hizo porque hubo cambios en la dirigencia, distanciamiento con las autoridades– Se vio a la ley sobre comunicación como una dictada exclusivamente desde el gobierno, y ese no fue el caso, porque el gobierno había aceptado muchos elementos de las organizaciones que estábamos promoviendo el derecho a la comunicación. Había una oportunidad de ir más lejos y no se hizo. Hay una tendencia a ver lo comunitario como algo chiquito y local. No tiene que ser así. Es importante la comunicación en la comunidad local, no estoy descartando eso, pero cuando uno habla del sector de la comunicación comunitaria, no es sólo lo chiquito y local y no puede considerarse como el hermano pobre de la comunicación, tiene que desarrollarse con todas las condiciones para que rompa con ese modelo alienante de la comunicación comercial y mercantilizada. Eso no es fácil porque la población ya se acostumbró a este tipo de comunicación. Entonces,

FOTO: Asociación COMUNICARTE

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NO. El primer reto que ubico es conquistar y ejercer el derecho a la comunicación. En América Latina hay que diferenciar entre los países que tienen una legislación a favor del sector comunitario o indígena, y los que no la tienen. En estos últimos es importante luchar por democratizar la comunicación; aun cuando parezca muy lejano, se puede ir creando un ambiente para elaborar leyes más democráticas y denunciar y deslegitimar las prácticas discriminatorios de los monopolios de la comunicación. A veces hay espacio para gestionar políticas públicas a favor de la comunicación indígena aun cuando la legislación no la favorece, apelando a tratados internacionales, como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

¿cómo desarrollas otra forma de hacer comunicación, que amplíe el diálogo y que las voces puedan expresarse? Y que además sea acogida por parte de la población, para que no vayan a cambiar de radio porque es aburrida. Tiene que ser realizada con calidad y capacidad de atraer influencias. DOS. En el contexto de la globalización, donde los problemas locales son consecuencia de situaciones nacionales y globales, la comunicación podría tener un rol clave de bisagra entre estos ámbitos local y global. Primero, para ayudar a los pueblos indígenas a entender las causas globales de los problemas que están viviendo y cómo actuar frente a eso. Segundo, para fomentar vínculos con otros actores del país y fuera que están trabajando sobre esos problemas. Y tercero, para que se conozca cómo se está viviendo esa situación de manera real, no sólo otra voz, sino también otras visiones del desarrollo, con el sentido del Buen Vivir y otra relación con la naturaleza. Algo se hace en los tres niveles, pero no es evidente que los medios indígenas estén logrando efectivamente combinar estos tres niveles con ese rol de bisagra. Muchas veces se concentran, por ejemplo, sólo en lo local o sólo en el internet, o se hacen las dos cosas, pero en temas distintos y no se hace ese vínculo. TRES. Creo que en lo indígena, más que en otros sectores, se ha avanzado en desarrollar procesos de comunicación; ha sido como una necesidad sentida y hay respuestas, pero todavía falta mucho por desarrollar desde los pueblos y las organizaciones en cuanto a estrategias de comunicación.

Muchas veces hay una falta de entendimiento o visión de la comunicación por parte de los liderazgos. Generalmente la concepción se limita a relación pública o a hacer llegar el discurso de los dirigentes vía los medios. No se están aprovechando suficientemente los medios para entrar a pelear ideas. Uno gana las luchas hoy con la legitimización de las ideas y para eso se necesitan estrategias y eso se hace insuficientemente. Muchas veces hay comunicadores en las organizaciones, pero se les asigna un rol de apoyo logístico, incluso en cuestiones que no tienen que ver con la comunicación. Se carece de esa visión estratégica de la comunicación para llevar al escenario público las ideas, argumentos, propuestas y realidades que las organizaciones defienden. Eso exige una mayor formación de comunicación en los liderazgos. Uno no puede ser dirigente social hoy sin entender los códigos básicos de la comunicación. Esto está presente en todas las organizaciones sociales, no sólo en lo indígena. CUATRO. Faltan estrategias para hacer comunicación en lo interno. La comunicación tiene un enorme potencial para fomentar la participación. Informar de lo que se hace en la organización, poner a debate los temas, difundir puntos de vista diversos sobre las problemáticas. Pero no siempre es lo que se logra. A veces hay resistencia de las propias dirigencias de arriesgarse a poner estos asuntos a debate Y ahí es clave entender las nuevas culturas comunicacionales de la juventud, quizá no hayan llegado a todos los puntos del campo, pero toda la juventud que está en el mundo urbano, que se va a estudiar afuera ya está en

CINCO. La insuficiente o nula formación de capacidades dentro de las organizaciones de comunicadores y comunicadoras, es de nuevo un problema general en las organizaciones sociales, no sólo las indígenas. O se forman en escuelas de comunicación con una visión totalmente distinta a lo que es la comunicación propia, y hay que hacer un trabajo de “reformatear”, o falta formación. Muchos comunicadores van acumulando experiencia y conocimiento, y de pronto, cambia la dirigencia y hay que comenzar desde cero. No hay un sentido de acumulación. No es sólo cuestión de contratar un comunicador que trabaje los medios de la organización. Hay que formar un entorno de personas con capacidad de comunicar con un sentido militante y de identidad con la organización y que de ahí vayan surgiendo quienes realizan el trabajo, de tal manera que no se pierda ese acumulado. No siempre habrá un salario para hacerlo, así que tiene que ser un trabajo militante, de activistas. Esto también tiene que ver con la formación de las dirigencias, porque si éstas saben a dónde se puede llegar con la comunicación, van a cuidar este aspecto. Pero si piensan que simplemente se trata de desarrollar un rol logístico, se volverá a presentar este problema. SEIS. La formación de audiencias, la alfabetización mediática no son temas que haya visto en los debates sobre comunicación indígena. Los medios comerciales están cada vez más presentes en la vida de la gente y las comunidades, y si no ha llegado la televisión, pronto l llegará. Y eso implica que los medios inciden mucho más que antes en la visión del mundo. Eso no es algo que pueda frenarse, pero lo que se puede hacer es sensibilizar a nuestra gente sobre cómo los medios transmiten, con qué valores e intereses. Generar una recepción crítica de los medios comerciales se puede lograr más que haciendo comunicación uno mismo. Porque cuando la gente sabe que le están mintiendo y cómo se les miente desarrollan sus propios argumentos.


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EL ACCESO INDÍGENA AL INTERNET Apolinar González Coordinador de proyectos en el área de tecnologías de información de la Asamblea de Migrantes Indígenas de la Ciudad de México en la lengua más fácil y rápido. Los teclados no están diseñados para escribir en la lengua. El que fuera el Instituto Lingüístico de Verano ha estado trabajando las grafías y han adaptado los teclados, pero sobre plataformas de software comercial; queremos hacerlo en Linux. Los quechuas han trabajado el software libre y lo han traducido a su lengua.

(Conceptos vertidos en una conversación con Eugenio Bermejillo y editados por el propio Bermejillo)

P

ara la Asamblea de Migrantes, la apropiación de las tecnologías ha sido uno de los ejes más importantes (www. indigenasdf. org.mx). Hemos trabajado desde nuestra fundación para ampliar el acceso a internet y a las redes sociales, y sobre todo para fortalecer el desarrollo y la promoción software libre, porque creemos que esto se va construyendo de una manera más comunitaria y más libre y se pueden compartir los conocimientos de manera similar a como se producen en los pueblos indígenas. Esto tiene que ver con el tequio, con la reciprocidad y con el intercambio. Se ha dicho constantemente que los indígenas somos resistentes al cambio y que no nos apropiamos de las nuevas tecnologías. Eso no es cierto, lo que pasa es que en las comunidades es difícil el acceso al internet o las computadoras. Ha habido iniciativas, pero no han sido las adecuadas. Como el e-México, que instaló centros de cómputo en comunidades, pero que

Podemos hacerlo en los dispositivos móviles, los smartphone con Android, para que podamos “mensajear” en lengua. Hoy se puede acceder a los dispositivos móviles porque hay mejores precios y las aplicaciones son más sencillas. En la reforma a las leyes en telecomunicaciones se plantearon estos retos. Estuve en las sesiones de discusión y decidí no participar porque se convirtió en un discurso político que no se va a cumplir.

no le dio seguimiento y no hubo apropiación de las tecnologías. El crecimiento de usuarios del internet ha sido lento, en el sexenio de Fox había 27 millones de usuarios, con Calderón creció con diez

millones más, que es poco. Se debería de crecer a 70 millones. Para las comunidades rurales e indígenas, son cinco millones los que pueden acceder, es muy poco. Existe una brecha tecnológica grande.

Se ha avanzado en la traducción de algunos software, por ejemplo el navegador de software libre Firefox está en zapoteco, maya y náhuatl. Ahora queremos construir aplicaciones, sobre todo para que se pueda escribir en la computadora

trato jurídico adecuado a su naturaleza; participación en la regulación; acceso igualitario a recursos públicos (como los que tienen las grandes televisoras); apoyo a la innovación tecnológica, a la generación de capacidades, a la creación de contenidos, y acceso a las

frecuencias, así como espacio en medios masivos para la inclusión de contenido indígena, como lo marca la Constitución, la Ley de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas y la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas.

En la Asamblea de Migrantes del Distrito Federa hacemos radio por internet. Se conectan pocos paisanos porque pocos tienen acceso. Nos conectamos a Radio Jen Poj de Tlahuitoltepec, Oaxaca. Ellos también trasmiten por internet. En Estados Unidos se conectan paisanos y hacen uso de la página de internet.

EL DERECHO A SOÑAR Érick Huerta Velázquez Redes por la Diversidad, Equidad y Sustentabilidad, AC

E

n los días en que escribo este artículo, los periódicos, las redes sociales y hasta el locutor más escuchado de una estación de radio habla de la telefonía celular comunitaria de Talea de Castro en Oaxaca, y la gente comenta con alegría la capacidad de una comunidad de proveerse el servicio de telefonía que las grandes compañías le negaron por años.

ras tecnológicas que estos pueblos no puedan zanjar para revitalizar su palabra. Los medios de comunicación indígena no requieren para su desenvolvimiento nada distinto de lo que necesita cualquier medio:

El gobierno puede optar entre reconocer estos aspectos en la ley o no hacerlo. Pero los pueblos indígenas no van a renunciar a su derecho a soñar y a hacer realidad sus sueños. Como lo muestra el servicio de telefonía de Talea de Castro, Oaxaca, hoy son capaces de organizarse para acceder a tecnología de punta adecuada a sus necesidades, formar complejas redes para fortalecerse, establecer alianzas para difundir contenidos y utilizar las frecuencias disponibles en sus comunidades. Al hacerlo están ejerciendo un derecho, la ley puede apoyarlos o contraponerse, pero nunca logrará detenerlos.

¿Qué tuvo que alcanzar esa comunidad para hacer una realidad el derecho a contar con medios de comunicación?

Ayer fue la radio, hoy es la telefonía, en otros países ya es la televisión indígena, realidades que nos indican que no existen barre-

FOTO: Daniel Iván

Haber seguido éste y otros procesos de medios indígenas, y participar en la reforma a las leyes de telecomunicaciones desde algunos años, me ha permitido ver que todo inicia con el derecho a soñar. Desde hace muchos ese es el primer derecho que se les ha negado. Oír cosas como: la radio y la televisión son sólo para gente con mucho dinero; telefonía, ni soñando… son frases frecuentes que desalientan la creatividad y el ingenio.

Los medios de comunicación indígena no requieren para su desenvolvimiento nada distinto de lo que necesita cualquier medio: trato jurídico adecuado a su naturaleza; participación en la regulación; acceso igualitario a recursos públicos (como los que tienen las grandes televisoras)


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EL CAMPO EN LOS MEDIOS DE INFORMACIÓN MASIVOS Lourdes Rudiño

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Hablar de medios masivos en México es hablar de periódicos como La Prensa (que en Latinoamérica ocupa el lugar diez entre los más leídos, con una circulación diaria promedio de más de 244 mil ejemplares), El Universal Gráfico (lugar 11, con más de 235 mil), Récord (16, con más de 180 mil), Ovaciones (27, con más de 148 mil), Reforma (28, con más de 145 mil), Esto (29, con casi 140 mil), La Jornada (49, con casi 108 mil), Rumbo (lugar 49, con casi 93 mil), El Financiero (lugar 50 con casi 92 mil ejemplares), El Universal (62, con más de 81 mil), Milenio (63, con 80 mil), El Economista (lugar 140 con casi 33 mil), y Excélsior (lugar 166, con más de 25 mil ejemplares). Toda esta información, con base en datos de 2011 (ver: http://is.gd/zLq8ig).

Los esfuerzos de los periódicos para generar mayores espacios a la información del campo ocurren vía los suplementos. Sin embargo, se observa que éstos se publican supeditados a la existencia de publicidad o propaganda El medio rural, es evidente, es generador de alimentos para la población y de equilibrios demográficos, ecológicos y políticos, y por tanto es fundamental para la paz social, la economía y la seguridad y soberanía nacional. Sin embargo, los medios no reflejan a plenitud esta importancia. Una revisión general de estos periódicos, con ciertos vistazos a ejemplares de años pasados, revela algunas conclusiones: a) El medio rural es abordado de manera parcializada, con base en el perfil o intereses de cada medio, y con una muy poca observación de los fenómenos socioeconómicos que ocurren en el campo reporteados de manera directa. Por ejemplo, El Financiero privilegia la información relativa al comercio internacional, el comportamiento de los indicadores económicos del sector y la tendencia de las políticas públicas; La Jornada se orienta más a la visión política

FOTO: International Maize and Wheat Improvement Center

al vez porque la mayor parte de la población –y en específico de la audiencia– es urbana, o tal vez porque el agro genera menos de 5 por ciento del Producto Interno Bruto, o más seguramente porque esta fuente informativa representa poco en términos de publicidad y por tanto de ingresos, los medios impresos masivos otorgan escasa importancia al medio rural.

y social, y otorga más espacio a la voz de las organizaciones campesinas; ello, además de que en sus secciones de opinión cuenta con un número importante de colaboradores que abordan con artículos de fondo los temas campesinos. Reforma ubica principalmente la información del agro en su sección de “negocios”; por tanto, su enfoque privilegia lo relativo a iniciativas empresariales. b) La información relativa al campo suele aparecer en las últimas o casi últimas secciones de los periódicos (en orden de paginación), y dentro de éstas son las últimas en ser consideradas; esto es, cuando el espacio de la sección es restringido, las notas agrícolas son “sacrificadas”; quedan fuera de la publicación. Cabe señalar que hay ciertas excepciones. Por ejemplo, en El Universal, si bien es cierto que la información macro del campo se publica en la primera sección del periódico, la de información nacional, en la de estados es muy frecuente encontrar notas que reportan acontecimientos locales (estatales o municipales) y con espacios bastante generosos, lo cual tiene que ver con el formato del propio periódico que permite la publicación de reportajes amplios, de toda una página. c) Escasamente el campo y los campesinos son motivo de nota de primera plana para los medios, con excepción de los momentos de situaciones extremas, como sequías y otros fenómenos que dañan significativamente cultivos y cosechas, y rachas de incrementos exacerbados de los precios de los alimentos. En buena medida, las notas que llegan a primera plana tienen que ver con el interés de la población

urbana (el auditorio principal de los medios), y un claro ejemplo es el del encarecimiento de huevo y pollo ocurrido en meses recientes debido a enfermedades avícolas que propiciaron una reducción en el inventario de aves y por tanto en la oferta alimentaria. d) Los esfuerzos de los periódicos para generar mayores espacios a la información del campo ocurren vía los suplementos. Sin embargo, se observa que éstos se publican supeditados a la existencia de publicidad o propaganda; lo fundamental de los suplementos corresponde a reportajes pagados por empresas o gobierno, y la información adicional es básicamente de relleno, sobre todo tomada de notas de agencias informativas, sin una investigación o un trabajo de reporteo del propio medio. Para muestra, está el caso de AgroMilenio, del periódico Milenio, cuya edición más reciente se publicó a mediados de 2012, con la nota principal dedicada a Masagro, el programa estrella para el campo del gobierno de Felipe Calderón. Este suplemento se publica cuando hay publicidad; cuando no, deja de salir. Excélsior mantuvo vigente también un suplemento del campo durante los últimos dos años del gobierno pasado, en un periodo donde la Secretaría de Agricultura se desbordó pagando propaganda en este tipo de publicaciones. La excepción de los suplementos marcados por la publicidad la hace La Jornada del Campo, cuyas ediciones mensuales están definidas cada una por una temática específica, enfocada a la integralidad del desarrollo rural, con toda su complejidad (migración, educación rural, músicas tradicionales, cafeticultura, productos orgánicos, etcétera) y la publicidad contenida es mínima.

e) Las temáticas que se abordan en la información del día a día en los medios masivos han ido cambiando: puede decirse que hasta mediados de los 80’s, los temas que predominaban en los medios eran los de demandas agrarias. Luego, previo y después de la reforma salinista al artículo 27 constitucional, de 1992, y del inicio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en 1994, surgió en la prensa la polémica sobre los cambios en políticas públicas (conclusión de precios de garantía y nacimiento del Procampo); los eventos internacionales que afectaron la economía campesina y su interrelación con crisis políticas (como el rompimiento del acuerdo mundial del café en 1989, la posterior caída de los precios globales y nacionales del grano y la rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional); después salieron a flote los temas de la pérdida de soberanía por la creciente dependencia de importaciones alimentarias, los conflictos de comercio internacional (dumping y prácticas desleales de intercambio, en casos como azúcarfructosa, importación de pastas de aves que afectaban y afectan a los porcicultores e importación de sucedáneos de lácteos), y luego temas que hoy son vigentes, como los transgénicos, los problemas medioambientales, el despoblamiento rural por la migración y la pobreza rural como fenómeno ligado a la aplicación de políticas públicas. Sin embargo, todos estos tópicos, tocados en la prensa con las dificultades antes mencionadas (poca profundidad en la información, notas publicadas sin destacarse en primera plana o espacios privilegiados). En entrevista, Ernesto Perea, reportero especializado en el medio rural desde hace más de 15 años y quien hace cinco años fundó el portal web Imagen Agropecuaria, observa que hay una situación de crisis en la cobertura del sector agropecuario en los medios masivos. “Siento que la labor del reportero es menos intensa que antes, hay menor compromiso de las personas. No generalizo, pero sí veo muchos medios que por la propia dinámica que traen (con un número limitado de reporteros, cada uno atendiendo diversas fuentes informativas y sin especializarse en ninguna de ellas) se van con el boletín, o la otra, que por los intereses que hay en los medios de comunicación, el reportero puede llevar una buena nota con un buen sentido y el editor le dice ‘no, no va por allí, sino por donde va el boletín, esa es la nota’. No identifico en esto otra cosa que no sea un interés creado por el medio.

“Esto repercute en que algunas notas que tenían algún sentido pierdan profundidad y aparece lo más escandaloso, a lo mejor el anuncio espectacular de cuánto va a invertir el gobierno o cosas más generales que no van al fondo de los temas”. Comenta que dentro de los medios masivos, los reporteros especializados en el campo se cuentan con los dedos de una mano (e incluso sobran). Y entonces muchos medios cubren la información del medio rural por medio de comunicados de prensa de las dependencias gubernamentales o de las instancias de relaciones públicas de organismos privados o empresas –de eso están plagados los medios que se reproducen vía internet–. En los medios impresos, dice Perea, esos comunicados de prensa o boletines, aparecen incluso firmados por los reporteros, como si éstos hubieran redactado la información cuando simplemente la “copiaron y pegaron”. “Antes no se contaba con las herramientas tecnológicas que hoy tenemos y la tarea del reportero era ir más personalmente a buscar a los entrevistados, pero la tecnología ha cambiado la forma de hacer periodismo. Percibo ahora que hay mucha reproducción de los comunicados de prensa, incluso muchos compañeros, por la dinámica que tienen, que están cubriendo muchas fuentes a la vez, no están reporteando el sector. No le dan seguimiento, no le da la relevancia que merece”, señala Perea. Destaca también que la falta de especialización de los reporteros, propicia que éstos incurran en la consulta de información vía internet, pero confiando en fuentes dudosas. Para hacer un uso adecuado, y con resultados exitosos, de información del campo tomada de la web, debe uno ser un reportero especializado, señala. Ernesto Perea considera también que temas actuales como el encarecimiento de precios de los alimentos, o temas recurrentes, se cubren de manera poco profunda, de tal forma que las verdaderas raíces de los hechos quedan ocultas (por ejemplo especulación o presiones políticas). Y es que en el sector agropecuario hace falta que los reporteros investiguen más. Eso no ocurre porque generalmente las fuentes de los reporteros son las dependencias de gobierno, las instancias de relaciones públicas de empresas privadas, o los líderes de organizaciones instalados en la ciudad de México –quienes aprovechan la situación para imponer su agenda en los medios–, y hay escaso trabajo de reporteo en campo; los medios no gustan de invertir en enviar a sus reporteros a realizar investigación en el campo mismo.


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