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Excursión "Jardín de L'Albarda–Denia" A. López

El 25 de Enero, nos levantamos y teníamos lista la mochila para iniciar la primera excursión del nuevo año. Después, subimos al bus, y, no sabes porqué, el hambre te entró antes de lo previsto y estuvimos deseando llegar a Teulada, lugar en donde teníamos que almorzar y dar buena cuenta del bocadillo de jamón, que nos esperaba y que nos daría el empuje suficiente para afrontar de otra manera el día.

Entonces, recordé la época de adolescente, cuando salíamos de excursión y nuestra madre nos preparaba los bocadillos. A la hora de la merienda, las frases más escuchadas era ¿el tuyo de qué es? A mí, mi madre me lo hizo de tortilla, pues, a mí de jamón. ¿Me das un poco? Cuando desenvolvías el bocata y lo llevabas a la boca, pensabas “Gracias mamá”.

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Con las fuerzas repuestas, llegamos al Jardín de L´Albarda, situado en el municipio de Pedreguer y cercano a la localidad de Pego y no lejos del Parque Natural Marjal de Pego, limítrofe con la provincia de Valencia, zona de lagunas habitadas por variedad de aves y peces.

Bonito espacio verde de 50.000 metros cuadrados, donde pudimos disfrutar de multitud de especies diferentes de plantas al aire libre, cuyos propietarios de la Fundación Fudensem, desarrollan actividades enfocadas a la protección de nuestra naturaleza.

Construido mayormente de plantas autóctonas, dispone de varios estanques para que los insectos, aves, reptiles y anfibios, acudan a él y de esta forma, establecer un equilibrio biológico.

En definitiva un lugar escondido, donde la naturaleza con la mano del hombre ha hecho posible un oasis en donde pasear, relajarse y disfrutar del aroma y de la esencia que nos ofrece este espacio con plantas autóctonas adaptadas al clima y al suelo.

Finalizada la visita, bordeando ramblas y entre urbanizaciones turísticas, llegamos a la ciudad marinera de Denia, antigua población dedicada al arte de la pesca y a la comercialización de la pasa, que con la crisis de este producto, la ciudad se impulsó en la industria de la construcción y con ello el turismo.

Localidad marcada por esa riqueza cultural y esa mezcla de culturas debido al asentamiento de las diversas civilizaciones que han dejado huella en la ciudad.

Su castillo, monumento que domina la ciudad amurallada, desde cualquier punto del mismo. Fortaleza de la época de los árabes, emblema de la población, que siempre merece una visita.

Denia vive uno de los momentos más crudos de este invierno, debido al fenómeno meteorológico Gloria, que ha asolado esta población al igual que otras vecinas del litoral.

En la zona marítima pudimos apreciar los efectos devastadores de esta alteración de la meteorología, debido al fuerte oleaje, causando una verdadera zona catastrófica en el barrio de pescadores. Aunque la situación estaba bastante controlada, mejor de lo que nos esperábamos encontrar.

Un paseo por sus calles principales, nos permitió deambular por delante de la fachada de la iglesia de San Roque, que se encuentra a un lado del bonito edificio del Ayuntamiento, frente a la calle peatonal de Loreto, lugar animado por sus restaurantes, bares de tapas, donde los lugareños suelen ir a cenar y a tomar unas copas.

Después de tomar unas cervezas, nos dirigimos al restaurante para el almuerzo.

Al finalizar, iniciamos el regreso a nuestros lugares de origen, habiendo pasado un día muy agradable.